¿Cómo mostrar a los otros que en verdad nos interesamos por ellos? He aquí unas REGLAS PRACTICAS:
-. Saludemos a los demás con entusiasmo. Contestemos ese teléfono con verdadero interés. Eso agrada siempre.
– Interesémonos por el nombre de los demás. El nombre propio es la palabra más dulce que los oídos pueden escuchar. Va ligado a los recuerdos más bellos de la infancia. No llamemos a nadie por el apellido. Aprendamos sus nombres. Hagamos un esfuerzo hasta que lo logremos. La persona que no puede aprender nombres no existe quizás entre nosotros; existen, en cambio, las personas perezosas que no han hecho ningún esfuerzo por aprenderlos. Aprendamos no sólo el nombre de las personas influyentes, sino también el del señor que nos trae el periódico, el del que nos trae la leche, y el de la señora que viene a refregar los pisos. Sentirá alegría al oírse llamar por el mismo nombre con el que su propia madre y sus familiares más íntimos les han llamado siempre.