Sobre la corrección fraterna

Estimado Padre Fray Nelson:

Solamente quiero agradecer por algo muy especial que sucedió hace algunas semanas en el grupo de la parroquia, somos varios matrimonios que prestamos servicio para los jóvenes que se van a casar. Sucede que en el equipo habíamos venido teniendo problemas por diversas circunstancias unos con otros. No se como explicar, pero Dios se manifiesta siempre de manera muy especial en momentos muy difíciles, yo creo que en la vida de todos nosotros que estamos tan sensibles al querer de Dios.

Estába muy desanimada y entonces por esos días en las lecturas del domingo se habló de la corrección fraterna y escuché una predicación que tal parece que Dios me escuchó, una predicación que me pareció muy bonita y muy adecuada para ese momento. Ayer precisamente la llevé al grupo para que la escucháramos, como siempre la Palabra de Dios es viva y eficaz, espero que rinda frutos.

PD La predicación que escuchamos fue ao23008a – AM

Ninoska Moral Merino, periodista tetrapléjica

“Pamplonesa de 26 años, se rompió en el accidente las dos primeras vértebras cervicales, lo que le provocó una tetraplejia de grado máximo. Sólo puede mover la boca, y vive gracias a un marcapasos, un respirador artificial y a la permanente atención de su padre, Dionisio, con quien forma un buen equipo en el estudio: él le pasa las páginas de los libros y los apuntes…”

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Notable cambio de vida para un exlider del lobby gay

«Supongo que dejé la homosexualidad por accidente. Nunca lo planeé; la terapia fue un intento por resolver temas de relaciones y compromiso, no de identidad sexual. Nunca tuve ningún deseo de cambiar mi sexualidad. Pero eso es lo que pasó – de hecho, me cambió todo.

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Honestidad de una que abortó y se arrepintió

“Lynn, una mujer canadiense que abortó y subió a YouTube los documentos relacionados al procedimiento, así como su ecografía asegura que siente “una profunda pérdida por esta bebé” y que siempre la amará. Según la información difundida en el video que difundió en internet, Kari abortó en 2010, a las 12 semanas de embarazo…”

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Jaruzelski, el ateo que buscó confesión antes de morir

“Un capellán militar le dio la extrema unción Jaruzelski, el último líder comunista polaco, ateo declarado, se confesó dos semanas antes de morir Wojciech Jaruzelski el comandante militar comunista y presidente de Polonia durante la Guerra Fría, conocido por su ateísmo militante, murió a fines de mayo tras recibir los sacramentos en el seno de la Iglesia. “Qué cosa más extraña pero hermosa es que el líder del gobierno que estuvo en guerra con la Iglesia finalmente se reconcilie con ella”, dijo a ACI el padre Raymond Gawronski, sacerdote jesuita estadounidense de origen polaco…”

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Un testimonio desde Conyers, GA

Padre Nelson mi esposa Marisol y yo queremos dar le las gracias por sus oraciones. Nosotros lo conocimos en nuestra parroquia de St. Pius x en conyers, Ga durante los retiros que usted ha venido. De una manera especial durante el último retiro que usted vino a san pius x. yo le pedí que hiciera una oración especial por nosotros por que hacia 6 años que nos casamos y mi esposa había quedado infértil desde que tuvo un aborto espontaneo a los 4 meses de que nos casamos. Aun no hacia un año que usted le había dicho a mi esposa que la virgen le regalaría un bebe para Diciembre y esta vez usted le hizo una oración a mi esposa en el vientre. Nosotros hemos aprendido a confiar en Dios dejándole todos nuestros planes, deseos y angustias. Sin embargo, mi esposa y yo esperamos ese Diciembre con un poco de ansiedad por que queríamos saber lo que sucedería aunque sabíamos que todo estaba en las manos de Dios.

Llego Diciembre y nada pero gracias a Dios aprendimos a confiar mas en Dios y nuestro consuelo era, “Dios sabe cuando nos lo dará.” A lo largo de nuestro servicio a Dios en la Iglesia hemos conocido a Usted y muchos otros sacerdotes y laicos que han orado por mi esposa y por mí. Dios ha sido muy generoso con nosotros por que nos ha puesto en el camino de personas tan llenas del amor de Dios. El no poder tener hijos aprendimos en confiar en Dios de una manera especial por que nada nos asía sentir mal por el echo de no poder tener hijos. Yo tenia la certeza de que Dios nos regalaría un bebe, mi esposa y yo vivíamos sin preocupación como si era una realidad solo era cuestión de esperar. El 20 de Agosto cumplimos 2 años de que mi esposa, un grupo de personas y yo iniciamos un grupo de oración ala Divina Misericordia. Cada Domingo alas tres de larde nos hemos reunido para rezar la Coronilla y cada primer Domingo del mes el Padre John expone el santísimo para que nosotros estemos una hora en adoración, oración y alabanza. Sin explicación basada en la ciencia mi esposa tiene hoy 10 semanas de embarazo aun cuando ella no iniciaba un tratamiento para ayudarla a ovular el cual lo iniciaría hasta Diciembre 2007. Mi esposa concibe el día 16 de agosto y nosotros nos damos cuenta que ella esta embarazada 5 semanas después para gloria de Dios. Mi esposa y yo vemos en todo esto la mano de Dios que nos ha favorecido de una manera especial exactamente 2 años después del primer retiro de La Divina Misericordia en nuestra parroquia y así mismo en Atlanta.

Hoy que Dios nos ha dado el regalo de ser padres por segunda vez se lo hemos entregado a el y a la protección de la Santísima virgen María. Mi esposa y yo solo queremos darle gloria a Dios y queremos ofrecerlo para mayor gloria de su nombre. Padre por favor ore por mi esposa, por nuestro bebe y por mi para que seamos dóciles a su voluntad aun en mi ignorancia y mi temor de no saber lo que Dios nos tiene preparado.

Gracias y que Dios lo bendiga. — Juan Y Marisol Méndez, Apóstoles Eucarísticos de La Divina Misericordia, St. Pius X Conyers, GA

Lo que Yuri Gagarín nunca dijo

“No veo a ningún dios aquí arriba”: Lo cierto es Gagarin nunca dijo tal cosa. Él había sido bautizado ortodoxo, su madre era muy religiosa, él era muy respetuoso con la fe en una época en que eso no se valoraba y de hecho parece que bautizó a su hija Yelena poco antes de subirse a su nave.

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De regreso a casa

“Leí el libro POR QUE SOY CATOLICO, del Padre Rivas y quede fascinado, me decía a mí mismo, NO PUEDE SER QUE LA IGLESIA CATOLICA TENGA RAZON, Y seguí estudiando, encontré el sitio APOLOGETICASILOE de Frank Morera y comencé a estudiar APOLOGETICA y Dios comenzó a revelarme toda la verdad Católica, era como si un velo se me quitara de los ojos y comencé a entender TODO, y con la compresión la Paz venía, el saber que estaba en CASA…”

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El Martirio de María-Í Choé

El cristianismo entró sólo con grandes dificultades a Corea. A comienzos del siglo XIX no había todavía sacerdotes nativos. Muy pronto iba a ordenarse el primero, el padre Andrés Kim, que fue martirizado a sus 27 años de edad, a poco tiempo de volver a su país después de ordenarse en China. Con toda razón el padre Kim es recordado, amado y venerado en la península coreana, que recibió de aquella sangre un impulso prodigioso.

La historia del segundo sacerdote, el padre Tomás Choé, es edificante en grado sumo. Tanto su padre, Francisco, como su madre, María-í, eran católicos, y como tales fueron llevados a prisión. Las legendarias torturas de los orientales eran aplicadas de manera sistemática, con enorme sadismo sobre los cristianos, considerados enemigos del país. Francisco murió después de horrendas torturas. Su esposa, María-í, estaba también en la cárcel y cuidaba como podía del más pequeño de los hijos, de sólo dos años de edad.

Las autoridades coreanas ofrecían a los prisioneros la tentadora posibilidad de librarse de los sufrimientos: bastaba con renegar de a fe cristiana. Decir unas cuantas palabras de apostasía y blasfemia, dejar constancia en los archivos del gobierno, y quedar libre: todo muy sencillo.

María-í se sentía fortalecida por Dios para seguir el camino de su esposo, ya muerto. Pero no se sentía capaz de abandonar a la nada el niño de dos años. Entonces le ganó su corazón de madre. Le pidió perdón a Dios por lo que iba a hacer, y renegó de la fe cristiana. Las autoridades cumplieron su palabra, y, bien satisfechos de comprobar que el binomio tortura-promesas acobardaba a los cristianos recrudecieron los tormentos sobre la población cristiana cautiva.

La pobre mujer salió de la cárcel con su hijo, que en el fondo había sido el motivo de su apostasía. Según cuenta el proceso de canonización, apenas salía de la cárcel se sintió muy mal por lo que había hecho porque había negado a su Redentor, el amor de su alma, Cristo Jesús.

Estuvo mediatndo y orando qué hacer, y al final tomó la decisión que parecía peor: volvió a proclamar su fe cristiana. De inmediato la encarcelaron a ella, sin compasión alguna por su hijo pequeño. Esta madre hizo lo imposible por conservar la vida de su hijo pero al final tuvo que verlo morir de hambre en la prisión en la que a ella le esperaban los peores tormentos. En cierto sentido, su martirio fue doble, porque su corazón se moría de ver morir a su hijo sin poder hacer nada.

Entre burlas e insultos fue maltratada con sevicia, y al final murió por Cristo.

Francisco y María-í Choé, un matrimonio de mártires, fueron los papás del segundo sacerdote de Corea, el padre Tomás Choé. Fue este un hombre de increíble generosidad y una sabiduría enorme. Recorrió decenas de poblaciones llevando la Palabra de Dios y el consuelo del Señor allí donde había católicos. Durante semanas tenía que caminar 35 y 40 kilómetros diarios. Falleció de agotamiento hacia sus cuarenta años de edad. La gente de Corea lo llama “mártir del sudor” porque no se reservó nada para sí, con tal de llevar la gente hacia Jesucristo. Era el ejemplo que había recibido de sus padres.

Testimonio de regreso a la Iglesia Católica

“Ocasionalmente nos llega al correo de ApologeticaCatolica.org testimonios de conversión que vale la pena compartir, y considero que este es uno de esos. Es de un hermano venezolano residenciado en Canadá de nombre Edwin…”

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Vengo por otro aborto, doctor

Al abortuario de la ciudad XYZ llega Laura*, una mujer adulta pero no demasiado mayor. Tendrá unos 40 años. Con voz resuelta pide hablar con uno de los doctores, que ella sabe que trabaja ahí. Al fin le conducen al consultorio donde él atiende. Es el mismo lugar donde años atrás ella abortó a su primer hijo.

– Doctor Martínez*, es imposible que usted se acuerde de mí. Han pasado muchos años. En aquella ocasión, usted realizó un…

– Realicé lo que aquí se hace, estimada señora–interrumpe él, con gentil firmeza: interrupción voluntaria del embarazo. En nuestros archivos debe reposar la documentación que en su momento usted firmó con plena libertad.

– No vengo por eso. Vengo porque necesito otro aborto.

Él la mira con extrañeza. No hay la menor señal externa de embarazo en su cuerpo. Entonces le pregunta:

– ¿Está usted segura?

– ¿Segura de que quiero este otro aborto? Por supuesto, doctor. Pero es un aborto distinto…

– ¿Qué quiere decir? ¿Por el tamaño del feto?

– No. Yo quiero que me ayude a matar una voz.

– Disculpe, señora, pero no estoy para perder tiempo. ¿Quiere o no quiere un aborto?

Ella, como si no entendiera la pregunta, prosigue:

– La semana pasada fui con mi hermana al grado de secundaria de su hijo. ¿Sabe? Si mi hijo hubiera nacido, habría tenido la misma edad que mi sobrino. Si hubiera nacido, ese día se hubiera graduado. Si hubiera nacido, hubiera podido abrazarle, como hizo mi hermana con su hijo. No me hubiera quedado yo abrazando el aire, y oyendo esta voz que ahora usted escucha, y que me repite muchas veces: “Si tu hijo hubiera nacido… Si tu hijo hubiera nacido…”

El doctor se quedó mirándola, perplejo y muy incómodo. Ella terminó:

– Usted, que sabe mucho de abortos, ¿no sabe cómo se mata esa voz, para que yo pueda dormir tranquila? ¿Sabe matar esas voces, de miles y miles de mujeres, que no pueden impedir hacer sumas y restas todos los días? ¿O es que para que muera esa voz tengo que morir yo?

El doctor miró su reloj, y comentó fríamente:

– Su tiempo de consulta ha terminado, señora. Debo atender a otra persona.

Laura se levantó de su silla, y añadió con ademán de despedida:

– Entiendo. Es mi deber entonces advertir a esa otra mujer, joven, nerviosa, y confundida, como yo lo estuve un día, que nadie podrá matarle nunca esa voz. Ojalá usted un día la escuche, doctor. Adiós.

* Nombres ficticios.