“¿Y es necesario que la Iglesia tenga dogmas, y una autoridad y un Magisterio? ¿No bastaría que cada uno procurara vivir lo que dijo Jesucristo y lo que viene recogido en la Biblia?”
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Alimento del Alma: Textos, Homilias, Conferencias de Fray Nelson Medina, O.P.
Fray Nelson, gracias a Dios porque a través de usted nos ilumina con sus enseñanzas; deseo que nos ilustre sobre el tema de la pre-destinación: ya todo esta escrito y hay un destino trazado para cada uno?, o cada persona puede cambiar su destino? Gracias y que Dios lo siga bendiciendo. – LJCP
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El Catecismo de la Iglesia Católica tiene una clave importante sobre este tema en sunúmero 600: “Para Dios todos los momentos del tiempo están presentes en su actualidad. Por tanto establece su designio eterno de ‘predestinación’ incluyendo en él la respuesta libre de cada hombre a su gracia.”
Dios por supuesto sabe todo, incluyendo mi futuro. ¿Me condiciona eso a un futuro determinado independientemente de lo que yo quiera o intente? No, porque en aquello que Dios sabe también sabe del lugar que ocupa mi voluntad, sea cual sea, en aquello que me va a suceder.
Lo importante para nosotros no es entonces conocer el desenlace, cosa que Dios de modo ordinario nunca dice ni revela, sino vivir en libertad y desde la libertad responder a la iniciativa de su amor y gracia.
Te agradezco la confianza al hablarme de tus estudios y desde ya te deseo acierto y bendición en cada paso que des. Al mismo tiempo, te invito a tener un corazón agradecido porque la oportunidad de estudiar teología en un nivel superior, oportunidad que la Iglesia te concede por medio de tus superiores, es algo que se concede a un número proporcional muy pequeño: estará bien entonces que te sientas elegido, con lo que esto implica de gratitud y de sentido de responsabilidad y servicio.
A partir de tu petición he reflexionado bastante y de esos pensamientos y muchas oraciones ha surgido una pequeña lista de sugerencias, advertencias y propuestas que espero te resulten útiles.
1. La teología es un camino de maduración en la fe. No se trata de abandonar la fe o de reemplazarla por algo distinto. La teología surge del deseo de recibir con mayor plenitud aquello que Dios nos ha entregado como regalo en la revelación. Si comparamos a la fe con un regalo, la teología quiere abrir o desempacar mejor ese regalo pero nunca cambiarlo. La teología que pretende reemplazar el regalo de la fe con explicaciones que quizás parecen más racionales o más aceptables para el tiempo en que vivimos no es verdadera teología sino una especie de profanación.
2. Asi que el propósito de la teología no es hacer razonable a la arrogancia de la inteligencia, o compatible con los valores de este mundo, eso que creemos, sino otras tres cosas que Santo Tomás definió y practicó muy bien: (a) Defender la fe de las objeciones y ataques que vienen de fuera, es decir, de los no creyentes o de los que se han separado de la fe cristiana y católica; (b) Encontrar poco a poco, y de la mano de la experiencia de la Iglesia, las analogías y conexiones profundas entre diversas partes de la Escritura, diversas experiencias de los místicos y santos, y diversos desafíos que la Iglesia ha sufrido o está sufriendo en muchos lugares; (c) Presentar el contenido de la fe de un modo íntegro, responsable y apropiado al contenido que damos y a las personas a las que nos dirigimos.
3. Esto implica que no habrá verdadera teología sino al interior de una vida que se alimenta de la oración y la humildad, unidas a un deseo profundo de que Dios sea conocido, amado y servido, para bien de nuestro pueblo, especialmente de los más frágiles, olvidados o excluidos. El propósito último de la teología es la santificación de la inteligencia unido al amor por la evangelización. Si no hay celo evangelizador, el teólogo cae pronto en el pecado del elitismo intelectual, de modo que ya no le importa agradar a Dios ni servir a nadie sino sólo recibir aprobación o buen nombre de la comunidad académica de los que son como él. Semejantes “clubes exclusivos” de la fe son ajenos y contrarios a la enseñanza y la praxis de Jesús. Si no hay deseo de santidad, el deseo de protagonismo o la curiosidad intemperada llevan pronto a afirmaciones caprichosas que ya no expresan la fe que hemos recibido sino sólo el ego inmaduro e inflado del supuesto teólogo.
4. Es un hecho que lamentablemente hoy en la Iglesia hay mucha confusión en estos asuntos. No esperes que todos tus docentes o compañeros tengan claros o visibles los ideales de los que vengo hablándote. Por el contrario, y para vergüenza de la Iglesia, hay que admitir que hoy abundan las instituciones, publicaciones y profesores, incluso de renombre, que ofrecen algo de buen trigo pero mezclado con maleza envenenada; si no es que han ido a peor, y pretenden imponer en toda la Iglesia conceptos y teorías heterodoxos, capaces de oscurecer la claridad que nos dejaron como herencia los santos apóstoles.
5. Por eso es importante que desde el primer dia de tus estudios tengas criterios claros y que no te dejen seducir las siguientes plagas:
(a) El progresismo, que en el fondo no quiere que la Iglesia evangelice al mundo sino que se adapte a él y comulgue con él. Los lemas preferidos de estos son que “ya estamos en el siglo XXI” y que la Iglesia “tiene que ser comprensible,” con lo cual, según ellos, hay que negar lo que no guste a la gente, como decir: una moral exigente o la proclamación de que Dios es de verdad Señor de toda la creación y por tanto puede haber y ha habido numerosos milagros. Eso no lo pueden resistir los que piensan como progresistas.
(b) La falsa misericordia, que pretende ofrecernos un evangelio más “sencillo” y “auténtico” en el que sin embargo ha desaparecido la palabra más importante de la predicación primera de Jesús: “¡Conviértanse!” Estos de la falsa misericordia solo hablan de conversión para decirle a la Iglesia que debe cambiar sus prácticas “excluyentes.” Y por supuesto, para ser “incluyente,” hay que aceptar al pecador con su pecado, sin perturbarlo en la tranquilidad ponzoñosa de sus vicios. Esta línea teológica tiene poderosos padrinos, de nombre internacional, y hay quienes quieren asignarla al mismo Papa Francisco.
(c) El inmovilismo tradicionalista, que considera que todo lo que se podía decir en teología ya se dijo, y muy seguramente se dijo en latín. Esta tendencia, aunque minoritaria, resulta seductora para quienes detestan el caos al que nos han llevado los modernistas y los falsamente compasivos. Pero un error no debe corregirse con otro error, y esta tradicionalismo propio de lefebvristas y filo-lefebvristas, es una forma de idolatría así que no puede ser guía para nosotros.
6. Asegura bien tus fuentes. No corras detrás de novedades ni te dejes atraer por modas que hoy estan y mañana pasan. Autores serios, profundos, de vida santa y amplia recomendación por la Iglesia: esos son los que pueden darte mayor claridad y dejar una huella positiva y profunda en tu corazón creyente.
7. Y una vez más: no olvides a tu gente. No olvides tus raíces. No olvides que te debes a los sencillos y que ellos tienen derech a recibir Pan del Cielo. No lo que a nosotros nos parezca más interesante o fácil sino lo que Cristo ganó para ellos a precio de su sacrificio en la Cruz. Y esta es mi última recomendación: recuerda la Cruz; recuerda el valor de esa Sangre. No la hagas inútil acomodándote a lo que el mundo diga y ni siquiera a lo que la gente quiere oír. Haz fecundo el sacrificio de tu Señor uniéndote tú mismo en sacrificio por amor a Dios y a su pueblo.
La Carta a los Colosenses es en muchos sentidos un escrito de la madurez teológica de San Pablo, y de ello nos beneficiamos altamente nosotros.
“Como propuesta a la libertad de sus lectores, y desde el más exquisito respeto hacia todas las personas, la página web del Obispado de Alcalá de Henares ha preparado una Sección en la que se ofrece, a la luz del Magisterio de la Iglesia Católica, una primera aproximación a la cuestión referida al deseo de cambiar de sexo (DCS) en adultos, jóvenes y niños…”
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“La libertad sexual “moderna”, bandera de la Ideología de Género, implica la inexistencia de límites o restricciones de cualquier índole ya que lo contrario implicaría impedimentos para el ejercicio de la libertad, realización personal y consiguiente felicidad del individuo. Esta “libertad” permite indiferencia de lo que es natural o normativo de allí que ésta incluya tener relaciones con menores de edad…”
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“«¿Qué ocurriría si yo hubiera ido a mis padres diciéndoles que en realidad era blanca y que la raza de mi cuerpo simplemente no encajaba con la de mi mente?» Es la quemante reflexión sobre el movimiento transgénero de Nuriddeen Knight, Máster en Psicología, que ha publicado en Public Discourse este artículo que reproducimos en español, y que comienza su argumentación recordando los primeros años de su infancia…”
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“En este caso, el comentario es especialmente interesante, porque no se limita a criticar la moral cristiana, sino que también ofrece su propia visión (atea) de la moral. A mi juicio, ahí es donde la discusión fructífera comienza de verdad. Criticar es fácil, ofrecer alternativas no lo es tanto. Y someter esas alternativas al análisis comparativo para ver si realmente son mejores aún menos. En ese sentido, el esfuerzo de Ramontxu por aportar algo a la discusión más allá de una mera crítica “desde la barrera” es digno de elogio y yo personalmente se lo agradezco mucho…”
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“En comparación con mujeres que no usaban anticonceptivos orales, aquellas que tomaban píldoras antiguas, que contienen levonorgestrel, noretisterona, y norgestimate, poseían alrededor de dos veces y media más de riesgo de TEV. Las mujeres que usaban las píldoras más nuevas, que contienen drospirenona, desogestrel, gestodeno y ciproterona, tenían alrededor de cuatro veces más de riesgo de TEV…”
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I. Introducción: Dificultades del contexto actual
* “Pecado” es prácticamente una palabra “tabú” en nuestro tiempo. Se cree que hablar de pecado es herir, condenar o encerrar en culpa a los demás. Una mala interpretación de la misericordia se traduce en la idea perversa de que con solo dejar de hablar del pecado el pecado desaparece.
* Vivimos en una época post-relativista. Si el relativismo hablaba de que todo puede ser negociado o ser bueno o ser malo según circunstancias y conveniencias, el post-relativismo vuelve a hablar de mal y de bien pero sólo para consolidar como proscrito lo que se oponga al orden mundial que se quiere imponer.
* Mucha gente hoy cree sólo en dos verdades: la de la ciencia y la de los deseos de su “yo.” Pero la ciencia constata hechos; mira y dentro de sus límites describe al “ser” y por eso no puede establecer un “deber-ser.” por su parte la verdad llamada “subjetiva” en realidad solo contiene deseos, conveniencias e intereses, y por eso no puede fundamentar un bien moral. Ello explica por qué la sociedad en su conjunto resulta refractaria a la noción de un bien objetivo y por lo tanto, a la noción de pecado.
* Hay además en nuestro tiempo pecados que parecieran tener un “estatuto especial,” de modo que mientras que algunos crímenes son justamente castigados (por ejemplo, la pederastia); otros pecados son vistos o como opciones libres, o como virtudes (la práctica de la homosexualidad, por ejemplo).
II. Fundamentación en el vocabulario bíblico
* La Biblia introduce la noción de pecado a partir de nociones básicas muy corporales y humanas, como es la impureza o el fracaso. A partir de ahí, un largo itinerario ayuda a descubrir su realidad: es trampa y mentira; hace de la vida humana un “aborto” porque impide la plenitud a la que estamos llamados; nos pone en incoherencia frente a nuestros propias promesas y mejores deseos; implica un desorden que quita a Dios del lugar que le corresponde y hace al hombre esclavo de lo que es inferior a sí mismo; de hecho es rebeldía frente a Dios y acto de soberbia; por lo mismo, trae división y guerra entre los seres humanos, y así conduce a la debilidad y finalmente a la muerte.
III. Victoria sobre el pecado
* La victoria sobre el pecado lleva un recorrido que pasa por descubrir al mismo pecado, luego descubrir el bien objetivo, más allá de mis conveniencias; y finalmente descubrir la gracia. Este es el proceso que suelen seguir los retiros espirituales o de conversión.
* Las luces que nos guían en ese proceso son: la sociedad (si sus costumbres son sanas); la recta razón, cuyo ejercicio puede ser arduo; y sobre todo la luz de la gracia divina.
* Los recursos que nos dan la victoria son: el amor al genuino bien (propio y común); la escucha a la conciencia formada; la educación en la virtud, y sobre todo, la vida en el Espíritu.
La voluntad humana
* Los actos voluntarios se escriben dentro de una historia personal, esto nos obliga hablar de los hábitos.
* ¿Qué es un habito? Es un comportamiento que determina una multitud de actos y que de tal manera esta incorporando en nuestra vida cotidiana que llega a construir como una segunda naturaleza.
* Cuando hablamos de naturaleza decimos que es lo propio del ser, ejemplo, la capacidad de volar de una gaviota.
* El hábito se convierte como una segunda naturaleza, en el sentido en que vuelve naturales en nosotros cosas que no teníamos por nacimiento o especie o raza, sino que proviene de la historia en la que nosotros venimos (crianza y las cosas que nos han sucedido).
* Hay hábitos buenos llamados virtudes y hábitos malos llamados vicios.
Las características de un hábito
* Hay hábitos que tienen que ver con la inteligencia, la voluntad, o el cuerpo.
* Normalmente los hábitos tienen dimensiones interiores (en la medida en que son vividos por personas), y exteriores (en el sentido que tienen una sanción o una aprobación social).
* Una vez que se adquiere el hábito se convierte en algo sencillo, fácil y un mecanismo trasparente.
* El hábito tiene una dimensión placentera, sentirse a gusto, sentirse en casa, por ejemplo, la forma de vestir. Si hablamos de un vicio, lo fácil se convierte en una trampa y es difícil quitarlo, ejemplo, el resentimiento.
* Los hábitos nos hacen eficientes. La eficiencia de un hábito es finalmente un acto de elegancia: saber sacar el máximo provecho, la máxima eficiencia de los recursos que se tiene, por ejemplo, un ciclista saca lo mejor de su organismo para su rendimiento.
Nociones de acto y actitud
* Un acto es aquel momento de decisión, elección y acción que cambia algo en mi historia personal. La gran mayoría de los actos tiene una repercusión interior y exterior. Todos los cambios que nosotros hacemos y las decisiones que tomamos tiene un impacto en primer lugar en nosotros mismos. Un acto es como un golpe de cincel de un escultor.
* El razonamiento que tienen autores, como Marciano Vidal, cuando proponen lo que ellos llaman una moral de actitudes es el siguiente: La obsesión de los actos es paralizante, obsesiva y fácilmente lleva a los escrúpulos. Entonces lo primero que debo buscar en mi vida es cual es mi opción fundamental: ¿Qué es lo principal de mi vida?, y a partir de esa opción fundamental ir construyendo cuales son las grandes actitudes (directrices). Otro autor, Antonio Hortelano, también plantea una moral que no se obsesione con los actos sino que más bien, mire cuales son las directrices de comportamiento. Las grandes directrices del ser humano deben ser por ejemplo la solidaridad.
Crítica de la Moral de Actitudes
* ¿Qué tiene de bueno la moral de actitudes? Tiene de bueno que evita la atomización; evita los comportamientos obsesivos y propone superar uno de los obstáculos morales más comunes: el temperamento escrupuloso.
* ¿Cuál es el problema? El problema es que las solas “políticas generales” llevan a evaluar comportamientos de un modo estadístico, y las estadísticas están llenas de mentiras. Debajo de la cobija de las estadísticas pueden haber actos terriblemente desordenados, actos seriamente graves que tendrían que ser rechazados–y tal rechazo no sucede en una moral de actitudes.
* Otra dificultad que tiene la moral de actitudes es que al poner un énfasis en valores se pierde dos cosas que son muy propias de una moral propiamente cristiana. Se pierde el impulso real hacia la santidad y la falta de la acción del Espíritu Santo. Es lo que tradicionalmente se ha reconocido como “virtudes heroicas.”
* La moral de actitudes va llevando de un modo lento y imperceptible a una moral de mediocridad por la palabra-caucho y va llevando por una iglesia del buenismo. La moral de actitudes se convierte en una moral totalmente horizontal en la cual no tiene un lugar real ni la redención, ni la efusión del Espíritu Santo.
¿Cuál es la propuesta?
Entendamos cuál es el papel de una moral de actitudes, pero démonos cuenta que las limitaciones severas de esta propuesta realmente nos invitan a pasar a otro esquema, que siempre ha tenido la aprobación de la iglesia: el esquema de la jerarquía entre las virtudes.
Influencias externas en el querer
* La influencia de los ángeles, tanto buenos como malos, a través de la permanencia de la imaginación (tema estudiado por Santo Tomas de Aquino).
* La ley, el hecho de que yo tenga claridad de lo que es bueno o es malo me ayuda a reformar los hábitos.
* La acción de la gracia, la gracia aunque viene de afuera es una influencia interna. ¿De que manera obra la gracia? La gracia es la acción más profunda de Dios después del hecho de crearnos. Es un cambio en el querer. Hace que el bien “sepa bueno.”
“Uno de los grandes proyectos del pensamiento iluminista era (y es, donde existen pensadores que se identifican de alguna manera con el sueño iluminista) elaborar una ética sin Dios. O, al menos, una ética como si Dios no existiese, según una frase famosa tomada de los escritos de Hugo Grocio (1583-1645)…”
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* El estudio de la voluntad humana es amplio y complejo pero sencillamente fascinante. Se trata nada menos que de la capacidad que tenemos de ser co-creadores de nuestra historia, y por ello hay que ser conscientes que los actos de la voluntad prácticamente se confunden con los actos de la historia humana toda.
SOBRE LAS FUENTES DE LA VOLUNTAD
* ¿De dónde viene que unas cosas nos resulten fáciles de desear y otras no? ¿De qué depende eso de que unas personas se han caracterizado desde chicos por un gran dominio de sí mismos mientras que otros parecen rebeldes innatos? El término “temperamento” intenta capturar algo de esas disposiciones más profundas y constantes, que afectan a una persona toda o la mayor parte de su vida. Probablemente el temperamento tenga que ver con factores orgánicos múltiples como la disposición genética, neurológica y hormonal, y sobre todo el metabolismo, que tiene un factor preponderante en la consecución, distribución y uso de la energía.
* Tradicionalmente se han distinguido cuatro grandes temperamentos: sanguíneo, colérico, melancólico y flemático. Los dos primeros son más impulsivos pero en general menos perseverantes; los dos últimos, lo contrario. A su vez, los sanguíneos y los flemáticos tienden al buen humor, aunque de modo distinto, mientras que los coléricos y melancólicos son lo contrario. Lo que debe quedar claro es que no existen temperamentos perfectos y que en todos los casos hay márgenes de voluntad y por tanto de responsabilidad.
LA VOLUNTAD COMO UNA “FUERZA”
* La expresión “fuerza de voluntad” tiene equivalentes en la mayoría de las lenguas. Denota la convicción, universalmente compartida, de que el ser humano no es el simple resultado de circunstancias o acciones exteriores. Mucho más difícil es establecer de dónde proviene, cómo se puede canalizar y qué límites tiene esa fuerza. Este análisis nos introduce en las áreas complejas de la motivación, la resiliencia y la perseverancia. Y genera preguntas: ¿es posible sostenerse cuando todo se derrumba, como cuando la injusticia prevalece o el dolor se vuelve interminable? ¿Qué hay en las personas que logran sobreponerse a lo más adverso?
* Hay ejemplos como el de André Weil, que estando en prisión militar hizo notables descubrimientos matemáticos, como si su mente pudiera hacer caso omiso de los barrotes que frenaban su cuerpo. Hay ejemplos de jugadores de ajedrez, como Natan Sharansky, que sobrevivieron las espantosas presiones mentales del confinamiento solitario en prisión a través de la concentración en juegos y aperturas. Lo que parece que puede aprenderse de ellos, como también de Cristo en la Cruz, es que aún en las circunstancias más extremas suele haber un resquicio de libertad, un algo intocado e intocable, en donde podemos seguir siendo nosotros mismos, e incluso podemos escoger si acogemos o no deseamos lo que sobreviene sin nuestra aprobación.
MANIPULACIÓN VS. REBELDÍA
* Es un hecho que quienes detentan el poder a menudo son capaces de cualquier recurso que consolide o aumente su dominio sobre sus súbditos. Recursos en sus manos han sido muchos, desde la violencia física y las multas, hasta las mordazas a la prensa y la reingeniería. Nuestro tiempo coquetea con métodos harto sutiles que intentan que la gente cambie progresiva pero masivamente sus percepciones sobre lo bueno y lo malo a través de campañas muy bien preparadas y financiadas. Un ejemplo clásico es la apelación a la sensualidad, la compasión y el humor como estrategias que hacen más y más aceptable la presencia de un alto contenido y componente homosexual en la sociedad.
* En tales circunstancias es preciso saber rebelarse, ante todo, acrecentando la conciencia en mucha gente sobre las muchas mentiras, trampas y manipulaciones que nos bombardean desde muchos flancos. Frente a la felicidad atontada de adictos tímidos y cómodos, que es el engaño predilecto de los tiranos, los verdaderamente conscientes de qué significa la dignidad humana sabrán siempre levantar su voz.
* Los criterios de moralidad indican el bien que resulta correcto y deseable; pero el estudio moral quedaría incompleto sin una reflexión sobre quién y en qué condiciones ha de realizarlo. De ahí la importancia del estudio de la voluntad humana.
* Lo primero es distinguir entre los dinamismos propios del conocer y del desear: mientras que el conocer tiende a llevar el objeto conocido hacia el sujeto cognoscente, el desear mueve al sujeto que desea hacia el objeto deseado. Este carácter de “motor” indica que la vida humana se modela y cambia más por lo que deseamos que por lo que simplemente sabemos.
* Ahora bien, la voluntad no es cualquier querer: es el apetito o querer que deriva del conocimiento propio de la inteligencia. Por ello es necesario tener una noción clara de qué es lo específico de la inteligencia humana porque el término se usa coloquial o usualmente de muchos modos.
* Desde un punto de vista coloquial, la inteligencia es simplemente capacidad de resolver problemas. En ese sentido no solo los animales sino también los computadores y las plantas son “inteligentes.” Debe observarse que los “problemas” así resueltos son los que provienen del ámbito de los estímulos, es decir: hambre, sed, necesidad de descanso o búsqueda de placer, por dar los ejemplos más conocidos. Incluso hay una “curiosidad” asociada a esta forma de conocer “con formalidad estimúlica,” como diría Xavir Zubiri: es la curiosidad que busca un novedoso o más intenso estímulo sensorial.
* La inteligencia, en sentido formal, se caracteriza por preguntar. Una pregunta es más que la solución de un problema; es la búsqueda de una verdad; es un “leer adentro” (intus-legere) que quiere aprehender aquello que las cosas son “en sí” y no sólo “para mí.” Por inteligentes estamos abiertos al ser y a la verdad. Por esta apropiación de la realidad, precisamente, la inteligencia permite una forma de señorío sobre las cosas mismas y también sobre la propia vida. La voluntad humana es, ante todo, ejercicio de ese señorío.
* La voluntad es un querer inteligente; un querer modelado por aquella forma de conocimiento que no se detiene en lo estimúlico, lo puramente sensorial, lo útil o acostumbrado. Mientras que las abejas, por ejemplo, pueden tener sistemas muy “inteligentes” (coloquialmente hablando) de comunicarse, vemos que en miles de años sus panales son construidos de la misma manera y con las mismas especificaciones. Durante un tiempo mucho menor la inteligencia humana ha mejorado su vivienda y la ha diversificado a partir de la comprensión inteligente de muchos factores, incluyendo sus propias necesidades o deseos.
* Una vez establecida la naturaleza de la voluntad humana, nos damos cuenta de su primer impacto en nuestra existencia. Sólo aquellos seres dotados de voluntad, como es el caso de nosotros, los humanos, podemos realmente decidir. El ámbito de la libertad empieza en el ámbito del conocimiento del “en sí” de las cosas y de nosotros mismos pues es este conocimiento el que abre opciones, posibles modos de ser.
* Y quien ha sido capaz de decidir queda responsable de lo decidido. “Responsable” quiere decir: quien está capacitado (y obligado) a responder; en este caso: responder por lo decidido, La voluntad nos hace responsables.
* A su vez, la responsabilidad hace que nuestras acciones tengan mérito o culpa. Una acción voluntariamente errada, insuficiente o perversa conlleva de suyo una culpa; una acción correcta, proporcionada y bondadosa conlleva de suyo mérito. El honor es el reconocimiento social propio del mérito; el desprecio o la crítica son el reconocimiento social de la culpa. Estos reconocimientos no son puramente subjetivos ni inter-subjetivos: tienen una base objetiva en la responsabilidad precedente. Si no es posible esperar o exigir algo de quien debe responder tampoco hay razón para castigo ni para honor.
* Para ejercer la responsabilidad es necesaria la existencia de unos derechos. Sin un margen de derechos no existe responsabilidad. Por eso todo poder totalitario, a la vez que restringe los derechos, crea la ilusión de una bondad que consiste simplemente en conformarse con el estándar impuesto por el régimen.
* Pero es propio del totalitarismo, no importa de qué ideología venga, el restringir los deberes. Un deber es una responsabilidad futura frente a un bien posible. por eso, el conocimiento de los propios deberes abre al ser humano hacia sus responsabilidades de cara al futuro. Cuanto menos se mire el futuro menos conciencia queda de que el futuro no está escrito sino por escribir. por eso conviene a los regímenes totalitarios mantener a la gente distraída, perpetuamente entretenida, drogada, adicta. Eso parece explicar el escandaloso empuje que vemos en nuestro tiempo en la dirección de la legislación del consumo de droga, de la pornografía y del juego.