La oración sacerdotal de Cristo (Juan 17) recoge el sentido de su ofrenda, que es revelación de gloria, y por ello mismo, victoria sobre la mentira del demonio, que pretende presentara Dios como enemigo nuestro.
Historia y significado de la Cruz de los Jovenes
* Historia de un símbolo que nació de un gesto de amor paternal de Juan Pablo II, el 22 de abril de 1984.
* La Cruz, lugar donde el dolor se convierte en ofrenda, y la ofrenda en tributo de amor.
* La Cruz de Cristo y las cruces de los jóvenes.
* Sentido evangelizador de la cruz cuando recorre nuestras calles.
* Derecho y deber de transmitir el tesoro de la fe que hemos recibido.
VII-C. La paradoja de la Cruz
265. Es verdad: tú eres el Dios escondido, el Dios de Israel, el Salvador. (Is 45,15)
266. El mensaje de la cruz es locura para los que se pierden; para los que se salvan es fuerza de Dios. (1 Cor 1,18)
267. Siempre que comáis de este pan y bebéis esta copa, anunciáis la muerte del Señor, hasta que vuelva. (1 Cor 11,26)
La catedra de la misericordia tiene un nombre: Cruz de Cristo
En Cristo: Desnudo, Llagado, Orante, Sediento, Oyente, Muerto y Donado, descubrimos las lecciones de la verdadera misericordia.
Sermon de las Siete Palabras – 2011, 7 de 7
Retiro de la Renovación Carismática en la Casa de Jesús – Lima, Perú.
“Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu.”
Sermon de las Siete Palabras – 2011, 6 de 7
Retiro de la Renovación Carismática en la Casa de Jesús – Lima, Perú.
“Todo está consumado (tetélestai).”
Sermon de las Siete Palabras – 2011, 5 de 7
Retiro de la Renovación Carismática en la Casa de Jesús – Lima, Perú.
“Tengo sed.”
Sermon de las Siete Palabras – 2011, 4 de 7
Retiro de la Renovación Carismática en la Casa de Jesús – Lima, Perú.
“Dios mío, ¿por qué me has abandonado?.”
Sermon de las Siete Palabras – 2011, 3 de 7
Retiro de la Renovación Carismática en la Casa de Jesús – Lima, Perú.
“Mujer, ahí tienes a tu hijo. — Ahí tienes a tu madre.”
Sermon de las Siete Palabras – 2011, 2 de 7
Retiro de la Renovación Carismática en la Casa de Jesús – Lima, Perú.
“Hoy estarás conmigo en el paraíso.”
Sermon de las Siete Palabras – 2011, 1 de 7
Retiro de la Renovación Carismática en la Casa de Jesús – Lima, Perú.
“Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.”
Es peligroso parecerse a quienes desecharon a Cristo
Cristo es condenado en un cruce de espantosas incoherencias: Pilato lo sentencia sabiéndolo inocente; las autoridades judías lo acusan de proclamarse rey mientras ellos declaran al César como su rey, renegando así del Reinado de Dios.
En la Cruz he nacido
Al principio, la Cruz de Cristo parece ajena; parece la historia del fracaso de un hombre lejano en el tiempo y la distancia.
Luego sorprende el modo peculiar de su muerte: no tanto lo que le hicieron sino cómo reaccionó él.
Pero uno se cree bueno porque no hace cosas malas. La vida de Cristo muestra que sólo se es bueno cuando se hace el bien, y hacer el bien no es simplemente intercambiar unas cosas por otras, como cuando uno ama al que lo ama. Ser bueno es ser como el Padre del Cielo: es no necesitar excusas ni pagos para hacer el bien.
Entonces uno descubre que en realidad no es bueno, y también descubre que la suma del egoísmo y engaño de cada uno engendra una atmósfera de muerte que todos respiramos.
Con un paso más uno llega a sentir verdadero disgusto del propio corazón, y entonces tiene dos alternativas: la desesperación o la conversión. La conversión es un retorno al misterio de la Cruz, desde la contemplación de la verdad del pecado, de la verdad más pura de lo que es ser “humano” y desde la compasión de Dios. Y entonces la vida cambia, porque uno ha nacido de la Cruz.
Cordero y Siervo
Cristo, asumiendo el lugar del cordero, frena el mal; y asumiendo el lugar del esclavo, abre caminos nuevos a la bondad.
La Pascua es el esplendor de la Cruz
La Pascua de Cristo, es decir, su muerte y resurrección, nos llevan a preguntarnos el para qué de su vida y de su cruz. No se trata solamente de sanar algunas personas con milagros espectaculares, ni tampoco se limita a brindar unos cuantos consejos saludables para vivir bien sobre esta tierra. Para eso no necesitaba derramar su sangre.
Su pasión, en cambio, viene a desarmar la Gran Mentira con la que el demonio ha querido aprisionarnos a todos desde siempre. Esta mentira se resume en este juego: “O abandonas a Dios o abandonas tu felicidad…” Si uno le acepta ese juego al demonio termina pecando y condenándose.
En su cruz, Cristo manifestó la fidelidad a toda prueba, y en su resurrección mostró que en esa misma fidelidad está la genuina felicidad. Así reveló la verdad de Dios, la verdad del pecado y la verdad del ser humano, que, si se acoge a la misericordia inagotable que ha mostrado el Crucificado, encontrará salvación real, profunda, definitiva.
Viacrucis de alabanza
1ª Estación: Jesús es condenado a muerte
Te veo, Señor, aceptando en silencio tu condena a muerte. Me dan ganas de compadecerte y de echarme a mí la culpa de lo mal que lo pasaste. Quisiera romper en llanto y flagelarme y hacerme víctima por todo lo que sufriste por mí. Pero no; no quiero añadir pecado a pecado. No quiero hacerme protagonista de tu pasión. Ya soy protagonista de demasiadas cosas. Ya busco ser importante y el centro de atención en cada momento. No quiero robarte la gloria de la pasión.
Tu pasión es tuya, Señor, a ti te pertenece. Es obra de tu amor y de tu honda compasión. Tu tomaste la iniciativa y nos amaste cuando estábamos despistados, cuando éramos enemigos. Nadie te quitó la vida; tú la entregaste por amor. Yo ahora quiero agradecértelo y bendecirte por ello. Cada uno de nosotros vivíamos en nuestro pecado, buscando la gloria y mendigando cariño los unos de los otros. No nos conocíamos ni nos valorábamos hasta que hemos visto tu amor por nosotros en la cruz. Te dejaste condenar a muerte por aquellos a los que ibas a salvar de su inconsciencia. El reo va a salvar al juez. Déjame alabarte y bendecirte en este viacrucis.
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