Súplica en favor de las familias.
Tres palabras para la Mujer, 3 de 3
Tres Palabras para la Mujer de hoy. Tema 3 de 3: Busca el Reino de Dios
* Cristo no es un iluso ni un ilusionista. Nos enseña, con verdad y realismo, que el camino de la fe implica abrazar el misterio de la Cruz.
* Pero no es Cruz cualquier sufrimiento sino sólo aquel sufrimiento que sale a nuestro encuentro cuando hemos tomado una seria resolución de amor y obediencia hacia Dios.
* No buscamos el dolor porque amemos el dolor, ni buscamos la Cruz por ella misma, sino porque amamos al Crucificado. Para quien tiene verdaderamente a Cristo en su vida, el sufrimiento no es derrota sino experiencia de la victoria del Cristo que sufre con nosotros para que nosotros venzamos en Él y junto con Él.
* Para que Cristo reciba su lugar en nuestra vida es necesario dejar las idolatrías, eliminándolas de raíz, ya que ningún bien se sigue de esperar a que crezcan. Esa mala hierba no prosperará si hacemos propósito de someter desde el primer momento todos nuestros anhelos, deseos y esperanzas.
Tres palabras para la Mujer, 2 de 3
Tres Palabras para la Mujer de hoy. Tema 2 de 3: Verdadera liberación en Cristo
* El mundo habla de “liberación femenina.” El principal engaño de esa ideología es que la mujer puede tenerlo todo, y ser exitosa en todo, y que puede ganar sin perder nada. En la práctica, esa manera de pensar engendra una enorme presión sobre la misma mujer que ve aumentados sus deberes, y que debe enfrentarse a un margen cada vez más estrecho de acción mientras trata de responder a todo.
* Si una mujer opta por no ser madre, ha de preguntarse si aquello a lo que le da su tiempo, su fecundidad y su enorme creatividad realmente merece la pena. A menudo, el mundo empresarial está listo para captar esa generosidad femenina para aumentar sus ganancias–por lo menos mientras el aspecto físico y las fuerzas de la mujer sean de utilidad para producir buenos contratos y ganancias.
* Es un camino riesgoso para el futuro de la mujer, que puede descubrirse vacía y relegada cuando otras mujeres, más jóvenes y preparadas, toman su lugar, y ella se queda con unos ahorros y el recuerdo del dinero que ella ayudó a que la empresa ganara.
* Si la mujer desea realizarse como madre, hay dos posiciones extremas: si da primacía a su carrera y sus éxitos, la capacidad para estar a tiempo y observar a tiempo los signos de alarma en los hijos se disminuye. Muy probablemente verá que en el momento decisivo, cuando los hijos empiezan a tomar sus decisiones, las frustraciones se acumulan.
* Si por el contrario ella escoge darle primacía a su ser materno tendrá que renunciar a muchos éxitos profesionales; puede suscitar algo de menosprecio por parte de otras personas pero con el tiempo verá que en la hora decisiva, cuando sus hijos empiezan a tomar sus propias decisiones, las bendiciones se multiplican y una paz duradera se afianza.
Tres palabras para la Mujer, 1 de 3
Tres Palabras para la Mujer de hoy. Tema 1 de 3: Cuatro Llaves puso Dios en manos de la mujer
* La razón profunda de la hostilidad entre el demonio y la mujer es esta: la mujer es ministra de la vida, y toda vida humana pasa por sus entrañas y por su mente y corazón.
* Al encomendarle de modo particular el ministerio de la vida, Dios otorgó también a la mujer cuatro llaves de enorme poder, que ella puede usar para bien o para mal:
(1) La maternidad, que es también la capacidad de “escribir” en niveles muy profundos del corazón humano.
(2) La capacidad de agradar, que es también el poder de abajar y a veces eliminar las barreras y aduanas de otros corazones.
(3) El poder de “leer” con agilidad y bastante precisión las emociones, temores o deseos de otras personas.
(4) La percepción holística o integral, que le permite reconocer ambientes y también orientar la atmósfera de todo un grupo.
Congreso Eucaristico en Dublin
Catolicos Hispanohablantes en Irlanda
“12 son los miembros del naciente Equipo Pastoral Hispanohablante (E.P.Hi) de nuestra parroquia de San Salvador en Dublin, 2 representantes por cada grupo apostólico: Coral, Monaguillos, Catequistas, hostiarios y Legionarios de María. Ellos son los principales responsables de la promoción y animación de nuestras actividades eclesiales…”
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El amor conyugal debe compaginarse con el respeto a la vida humana
51. El Concilio sabe que los esposos, al ordenar armoniosamente su vida conyugal, con frecuencia se encuentran impedidos por algunas circunstancias actuales de la vida, y pueden hallarse en situaciones en las que el número de hijos, al manos por ciento tiempo, no puede aumentarse, y el cultivo del amor fiel y la plena intimidad de vida tienen sus dificultades para mantenerse. Cuando la intimidad conyugal se interrumpe, puede no raras veces correr riesgos la fidelidad y quedar comprometido el bien de la prole, porque entonces la educación de los hijos y la fortaleza necesaria para aceptar los que vengan quedan en peligro.
Hay quienes se atreven a dar soluciones inmorales a estos problemas; más aún, ni siquiera retroceden ante el homicidio; la Iglesia, sin embargo, recuerda que no puede hacer contradicción verdadera entre las leyes divinas de la transmisión obligatoria de la vida y del fomento del genuino amor conyugal.
Pues Dios, Señor de la vida, ha confiado a los hombres la insigne misión de conservar la vida, misión que ha de llevarse a cabo de modo digno del hombre. Por tanto, la vida desde su concepción ha de ser salvaguardada con el máximo cuidado; el aborto y el infanticidio son crímenes abominables. La índole sexual del hombre y la facultad generativa humana superan admirablemente lo que de esto existe en los grados inferiores de vida; por tanto, los mismos actos propios de la vida conyugal, ordenados según la genuina dignidad humana, deben ser respetados con gran reverencia. Cuando se trata, pues, de conjugar el amor conyugal con la responsable transmisión de la vida, la índole moral de la conducta no depende solamente de la sincera intención y apreciación de los motivos, sino que debe determinarse con criterios objetivos tomados de la naturaleza de la persona y de sus actos, criterios que mantienen íntegro el sentido de la mutua entrega y de la humana procreación, entretejidos con el amor verdadero; esto es imposible sin cultivar sinceramente la virtud de la castidad conyugal. No es lícito a los hijos de la Iglesia, fundados en estos principios, ir por caminos que el Magisterio, al explicar la ley divina reprueba sobre la regulación de la natalidad.
Tengan todos entendido que la vida de los hombres y la misión de transmitirla no se limita a este mundo, ni puede ser conmensurada y entendida a este solo nivel, sino que siempre mira el destino eterno de los hombres.
[Constitución Gaudium et Spes, del Concilio Vaticano II, n. 51]
Fecundidad del matrimonio
50. El matrimonio y el amor conyugal están ordenados por su propia naturaleza a la procreación y educación de la prole. Los hijos son, sin duda, el don más excelente del matrimonio y contribuyen sobremanera al bien de los propios padres. El mismo Dios, que dijo: “No es bueno que el hombre esté solo” (Gen 2,18), y que “desde el principio … hizo al hombre varón y mujer” (Mt 19,4), queriendo comunicarle una participación especial en su propia obra creadora, bendijo al varón y a la mujer diciendo: “Creced y multiplicaos” (Gen 1,28). De aquí que el cultivo auténtico del amor conyugal y toda la estructura de la vida familiar que de él deriva, sin dejar de lado los demás fines del matrimonio, tienden a capacitar a los esposos para cooperar con fortaleza de espíritu con el amor del Creador y del Salvador, quien por medio de ellos aumenta y enriquece diariamente a su propia familia.
En el deber de transmitir la vida humana y de educarla, lo cual hay que considerar como su propia misión, los cónyuges saben que son cooperadores del amor de Dios Creador y como sus intérpretes. Por eso, con responsabilidad humana y cristiana cumplirán su misión y con dócil reverencia hacia Dios se esforzarán ambos, de común acuerdo y común esfuerzo, por formarse un juicio recto, atendiendo tanto a su propio bien personal como al bien de los hijos, ya nacidos o todavía por venir, discerniendo las circunstancias de los tiempos y del estado de vida tanto materiales como espirituales, y, finalmente, teniendo en cuanta el bien de la comunidad familiar, de la sociedad temporal y de la propia Iglesia. Este juicio, en último término, deben formarlo ante Dios los esposos personalmente. En su modo de obrar, los esposos cristianos sean conscientes de que no pueden proceder a su antojo, sino que siempre deben regirse por la conciencia, lo cual ha de ajustarse a la ley divina misma, dóciles al Magisterio de la Iglesia, que interpreta auténticamente esta ley a la luz del Evangelio. Dicha ley divina muestra el pleno sentido del amor conyugal, lo protege e impulsa a la perfección genuinamente humana del mismo. Así, los esposos cristianos, confiados en la divina Providencia cultivando el espíritu de sacrificio, glorifican al Creador y tienden a la perfección en Cristo cuando con generosa, humana y cristiana responsabilidad cumplen su misión procreadora. Entre los cónyuges que cumplen de este modo la misión que Dios les ha confiado, son dignos de mención muy especial los que de común acuerdo, bien ponderado, aceptan con magnanimidad una prole más numerosa para educarla dignamente.
Pero el matrimonio no ha sido instituido solamente para la procreación, sino que la propia naturaleza del vínculo indisoluble entre las personas y el bien de la prole requieren que también el amor mutuo de los esposos mismos se manifieste, progrese y vaya madurando ordenadamente. Por eso, aunque la descendencia, tan deseada muchas veces, falte, sigue en pie el matrimonio como intimidad y comunión total de la vida y conserva su valor e indisolubilidad.
[Constitución Gaudium et Spes, del Concilio Vaticano II, n. 50]
Santuarios de Colombia
La Iglesia y la Crisis
El control poblacional termino perjudicando la seguridad nacional
Un ensayo sobre la discriminacion
“La palabra “discriminación” tiene muchos significados. Uno es claramente negativo: tratar de modo injusto a una persona porque se rechaza alguna de sus características, como el color de la piel, el sexo o la edad. Pero también puede tener otros significados “neutros”, como el de distinguir o tratar a las personas de un modo correcto, justo, respetuoso, pero con matices diferentes y legítimos…”
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Protestas. Muchas protestas.
La revista Time escogió como “personaje del año” a los miles o millones de personas que durante el 2011 han expresado su rabia, frustración, indignación frente al modelo de economía, de política e incluso de sociedad que se han impuesto como estándar por todas partes.
Es curioso el nombre que dicho movimiento, por ahora bastante anárquico y acápite, ha tomado en el mundo anglosajón. De lo que se trata es de “ocupar” (occupy) lugares emblemáticos del mundo financiero y del poder, como decir la muy famosa Wall Street. “Ocupar” que en el fondo quiere decir “reclamar,” recuperar, tomar de nuevo en posesión algo que se ha enajenado en manos de tecnócratas y burócratas.
Se diría que la gente se siente globalmente estafada y desposeída, y de un modo tentativo, y bastante manipulable, para ser sinceros, despierta de ese sueño adolescente llamado “postmodernidad.” Al fin resultó que los “grandes relatos” sí hacen falta, como podía esperarse, porque no se maneja una economía global con relatos locales.
La gran paradoja es que la gente quiere un sistema objetivamente más justo y a la vez no quiere sacrificar una concepción completamente subjetiva del bien y del mal. Esa contradicción interna despierta vandalismo pero es incapaz de construir algo firme.
Es hora entonces de buscar cimientos más consistentes. Es hora de preguntarse de nuevo, y con mayor seriedad que nunca por lo verdadero, por lo bueno, por lo duradero; también por lo santo.
Mentiras y trampas de las leyes de no-discriminacion
“La llamada Ley de no discriminación califica de “arbitraria” prácticamente toda clase de discriminación. Cosa curiosa cuando el ser humano es capaz de optar de acuerdo a un sinfín de motivos, impulsado precisamente por su naturaleza racional. Si se quisiera, por ejemplo, crear una organización para judíos con el fin de discutir temas que son afines a dicha comunidad, ¿se estaría discriminando al no invitar a católicos? Efectivamente, pero no de un modo arbitrario. No hay arbitrariedad cuando se ejerce legítimamente el derecho a asociarse. El derecho a elegir, a asociarse o a expresarse, resulta en decisiones que ciertamente conllevan cierto grado de discriminación, pero que emanan del ejercicio de la libertad que toda sociedad democrática y pluralista debiera proteger…”
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Leer el texto y el contexto
Jornada pedagógica del día 5 de Noviembre de 2011, en el Colegio Santo Tomás de Aquino de Bogotá. La filosofía como recuperación de contexto y deber de libertad.
* El cerebro humano parece diseñado para distinguir entre “fondo” y “figura.” Las sensaciones que no aportan información nueva desparecen del campo de conciencia, y pasan a ser como la parte sumergida del iceberg.
* Y sin embargo, es posible afectar esa parte inconsciente. La ingeniería social pretende, en buena parte, dirigir las escalas de valor de sociedades enteras. Los mecanismos usados son, por consiguiente, los que no despierten la conciencia y la capacidad argumentativa de mucha gente. Por ejemplo, se usa: (1) Lo agradable (el amanerado “simpático” en una novela); (2) Los referentes sociales (la super-modelo, que encarna el éxito femenino, pero que a la vez se divorcia cada seis meses, o sale en pose de lesbiana); (3) El estilo, el glamour, el espíritu de clase.
* Por eso se necesita una labor crítica de desenmascarar y de enseñar a desenmascarar. Despertarse al contexto es recuperar libertad y pagar su tributo a la verdad.