La verdadera propuesta de Estado es que éste reconozca la autoridad de Dios y que desde ese reconocimiento sepa respetar la conciencia de los que tienen otras ideas.
[REPRODUCCIÓN PERMITIDA – Ayúdanos a divulgar este archivo de audio en las redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios.]
“En la preparación de la Revolución desempeña un papel decisivo la Reforma, la gran aceleradora de la mundanización o secularización de la cultura. Después, en el terreno trabajado previamente por los reformadores religiosos, prenden el liberalismo y la cultura individualista burguesa. Paradójicamente, la combinación de individualismo y capitalismo en todas sus formas (mercantilismo, fisiocratismo, librecambismo) es carburante para el Estado, la institución que hace tabla rasa con las tradiciones de Europa…”
El buen hijo de Dios ha de ser muy humano. Pero no tanto que degenere en chabacano y mal educado.
Es difícil gritar al oído de cada uno con un trabajo silencioso, a través del buen cumplimiento de nuestras obligaciones de ciudadanos, para luego exigir nuestros derechos y ponerlos al servicio de la Iglesia y de la sociedad. Es difícil…, pero es muy eficaz.
No es verdad que haya oposición entre ser buen católico y servir fielmente a la sociedad civil. Como no tienen por qué chocar la Iglesia y el Estado, en el ejercicio legítimo de su autoridad respectiva, cara a la misión que Dios les ha confiado. Mienten -¡así: mienten!- los que afirman lo contrario. Son los mismos que, en aras de una falsa libertad, querrían “amablemente” que los católicos volviéramos a las catacumbas.
“Marius Bodnariu, un rumano y su esposa noruega, Ruth, ambos ex miembros de la iglesia Pentecostal en Bucarest, se mudaron a Naustdal, Noruega hace 10 años, donde criaron cinco hijos. Según informa el hermano de Marius, Daniel (que es pastor de una iglesia pentecostal) el 16 de noviembre, agentes de protección juvenil del gobierno se llevaron a los dos hijos mayores de la familia Bodnariu, se presentaron a su escuela y los sacaron de la clase sin informar a sus padres. Más tarde la policía llegó a casa de la familia Bodnarius y tomaron a dos niños más, dejando a Ruth con su bebé de tres meses de edad, a quien la policía tomó el día siguiente…” Haz click aquí!
“El crítico de cine Juan Orellana (Pantalla Grande, Pantalla 90, Alfa y Omega, Noche de Cometas) analiza con estilo ágil y directo la relación entre “Cine e ideología” en el libro del mismo título de la editorial Stella Maris…”
“Vivimos en una sociedad laica y hemos de tener leyes laicas. Lo decía en televisión uno de esos desconocidos que, con frecuencia, opinan de lo que saben, de lo que no saben y de lo que haga falta. Uno pensaba que las leyes, con independencia de lo que sea la sociedad, han de ser justas. Pero el susodicho no opinaba así…”
“Cuando un área es etiquetada como espacio seguro uno puede pensar que se trata de un sitio donde los niños juegan con tranquilidad o donde los ciclistas circulan sin temor a los coches. Pero en muchas universidades norteamericanas el concepto de “safe space” tiene ahora que ver con las palabras y las ideas. Desde hace años proliferan políticas de “safe space”, destinadas en principio a garantizar una actitud inclusiva, en la que ninguna minoría pueda sentirse discriminada u ofendida. En su origen hay un objetivo positivo: lograr un ambiente respetuoso, en el que todos puedan participar y ser escuchados. Pero cada vez más se está convirtiendo en el expediente para evitar que nadie tenga que oír o entrar a debatir ideas que puedan resultarle molestas. De ahí que no pocos observadores vean en esto una amenaza a la libertad de expresión, precisamente en un ámbito donde el estudiante va para abrir su mente a nuevas ideas y aprender a confrontar las suyas con otras…”
[Predicaciones para los sacerdotes de la Arquidiócesis de Guayaquil. Septiembre de 2014.]
Tema 3 de 4: Secularización y laicismo
Concepto:
Prescindir de Dios, de la Iglesia y de lo sagrado
en la comprensión y prospectiva de la sociedad,
más por omisión que por agresión activa.
Áreas principales:
Establecimientos públicos
Educación
Discusiones éticas y legales
Referentes y modelos de vida
Diseño urbanístico
Medios de penetración:
Clara distinción de un área supuestamente “privada” y de una etapa “adulta”
Exaltación de la autonomía, el sujeto, la originalidad
Proclamación de las bondades y la necesidad del “cambio”
Explotación de conflictos religiosos y leyendas negras
Uso astuto del lenguaje cientificista
Pretensiones de imparcialidad: no “discriminar” ni “ofender”
Imposición de un lenguaje global o universal estandarizado, ajeno a la fe
Acciones ineficaces o contraproducentes:
Encerrarse = Intentar un cristianismo de élites.
Disolverse = claudicar; renunciar al Evangelio
Concesiones parciales en dogma o doctrina = cristianismo “de rebajas”
Nostalgia “de los buenos tiempos”
Falso profetismo de lo que “la Iglesia aprobará”
Presentarse como “los verdaderos”: por ejemplo, los de la misa “de verdad”
Protagonismo y coqueteo con los medios
Acciones posibles:
En la liturgia: dignidad, sin sobreactuarse ni recargar con explicaciones
En la educación: hacer equipo con todos: docentes, administrativos, estudiantes, padres de familia: son ellos los que pueden defender las instituciones católicas
En los medios de comunicación: ser sobrios y unirnos en torno al Magisterio
En la pastoral: énfasis en las experiencias de conversión y los testimonios
Apoyo personalizado pero discreto a los genuinos líderes laicos
Prudencia con los grupos políticos que pretenden representar las posiciones de la Iglesia
Corazón de pastores que aman, acompañan, sanan, dan aliento
[Vocación profética de la Vida Religiosa: un retiro ofrecida a las Dominicas de la Inmaculada, en Ecuador. Julio de 2014.]
Tema 13 de 16: Frente al secularismo
* Sobre la base de las reflexiones precedentes debemos situar los principales desafíos para la vida religiosa.
* Algo queda claro: esta forma de vida mira siempre hacia la frontera. Lo propio del religioso es estar en la frontera; pero no para irse sino para ensanchar la casa que es la Iglesia, sin que ella pierda su esencia y su aire reconocible de familia.
* Una primera frontera es el secularismo: es la pretensión de omitir o extinguir la presencia de lo religioso, primero en la esfera pública y después del conjunto de la vida social y humana. La consigna secularista es la de Nietzsche: “Permaneced fieles a la tierra.”
* El secularismo no deja lugar a la piedad, a la que ve como un recurso de imaginación infantil. Si Dios es una especie de “amigo imaginario,” lo único que importa es mejorar este mundo. Tal mentalidad ha entrado en algunos religiosos que pretenden justificar su presencia en el mundo desde su sola capacidad de mejorar las condiciones de vida de algunos pobres.
* Es preciso ver que los religiosos somos irreemplazables solamente en nuestra capacidad de testimoniar la supremacía de Dios; en todo lo demás nos puede reemplazar el Estado. Por eso la defensa del futuro de la vida religiosa implica la capacidad de ser signos del lugar de Dios en el corazón humano, de modo que los laicos, así convencidos y afectivamente cercanos, se unan en defensa de las instituciones que el Estado pretenderá quitarnos bajo uno u otro pretexto.
[Retiro Espiritual con un grupo de Hermanas Dominicas de la Presentación, en Bogotá. Semana Santa de 2014.]
Tema 2 de 8: Cientificismo y Laicismo
En nuestro tiempo y circunstancias la alegría se extingue asfixiada en medio de dificultades exteriores e interiores.
Las dificultades exteriores tienen todas que ver con la pretensión del mundo de endiosarse a sí mismo, declarando a Dios innecesario, inexistente o improcedente. Uno de los nombres que tiene el “mundo,” o el conjunto de lo “mundano,” en latín, es “saeculum” y de ahí viene la palabra “secularización,” que por consiguiente alude a esa tendencia con la que el mundo pretende absolutizarse, ya sea desplazando a Dios, o relegándolo, o abiertamente combatiéndolo.
La secularización tiene tres dimensiones principales: intelectual, política y social.
Entendemos la secularización “intelectual” como aquel movimiento cultural masivo que termina considerando como única palabra cierta a aquella que provenga de la ciencia. Cientificismo y neopositivismo son nombres alternativos para esta tendencia que no sólo descarta el lenguaje religioso sino que, con fuerza y arrogancia semejantes, pisotea el sentido común, la filosofía, el testimonio de la fe y los saberes o tradiciones de los pueblos. Así por ejemplo, lo que se ha pensado y entendido siempre y en todas partes sobre qué es el matrimonio no importa; lo único que sería argumento para oponerse al matrimonio llamado “igualitario” sería un estudio científico que mostrara a base de abundantes estadísticas y correlaciones con fuerza causal por qué es malo tener dos papás o dos mamás. Lo irónico de este abuso arrogante es que la ciencia misma está sometida a numerosas presiones e intereses, que son particularmente notables en el momento de recoger información sobre los seres humanos. ¿Qué teoría científica ha demostrado que puede producir preguntas completamente neutras, asépticas y libres de todo sesgo? La secularización intelectual equivale a la ideología cientificista.
Entendemos la secularización “política” como aquel movimiento cultural que pretende excluir a lo religioso de todas las esferas de lo público, de modo que los textos religiosos sean equiparados a la fantasía; los signos religiosos sean expulsados de las escuelas y demás lugares públicos; y las personas que representan los distintos credos sean considerados únicamente como representantes de intereses particulares ajenos al bien común de la sociedad en su conjunto. La secularización política equivale a la ideología laicista.
“Cuenta López Quintás en uno de sus libros cómo un día, al atardecer, después de visitar la catedral de Notre-Dame, mientras callejeaba por el viejo París, se encontró sin querer con un pequeño edificio abandonado, con sus sórdidas ventanas cruzadas por listones de madera. Aquella construcción semirruinosa resultó ser el famoso “Templo de la Nueva Religión de la Ciencia”, que hacía siglo y medio había erigido el filósofo francés Augusto Comte…”