Espiritualidad de la Vida Apostolica, 01 de 12

Espiritualidad de la Vida Apostólica. Retiro Espiritual con las Dominicas de la Inmaculada, en Cuenca (Ecuador).

Tema 1 de 12: Introducción.

* Religiosos y religiosas de vida apostólica se ven enfrentados a diversos desafíos que tienen un efecto centrífugo. Puede echarse de menos un núcleo que de unidad, coherencia y paz a tantas actividades y exigencias.

* Por eso nos preguntamos: ¿Qué espiritualidad puede acoger y unificar los diversos elementos de una vida apostólica intensa como suele ser la nuestra?

* Hay que destacar que entre los “lugares” en que se desenvuelve nuestra vida hay algunos que cuentan con indicadores sumamente claros y verificables, incluso en términos de cantidades. Uno puede saber con facilidad si se ha descuadrado en el presupuesto; es más difícil responder si uno está creciendo en la oración o en la vida fraterna.

* Lo cierto es que tendemos a reforzar la atención hacia lo evaluable y cuantificable, con lo cual nuestra vida se vuelve la de funcionarios que no son gente mala pero tampoco apasionada por Cristo.

* El propósito del retiro es sacudir de nosotros la capa de escepticismo o dureza que nos envuelve y entrar en coloquio de corazón con el novicio o novicia que fuimos.

Santa Hildegarda de Bingen

“Las visiones místicas de Hildegarda son ricas en contenidos teológicos. Hacen referencia a los principales acontecimientos de la historia de la salvación, y usan un lenguaje principalmente poético y simbólico…”

Santa Hildegarda

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Del pecado extremo a la extrema santidad, en 21 pasos, 2a de 2 partes

Predicación a los servidores y la comunidad entera de Juventud Renovada en el Espíritu Santo, en Marzo de 2012. Son 21 pasos. Esta segunda de dos partes contiene:

10. Docilidad del nuevo comienzo
11. Hambre de la Palabra y del Espíritu
12. Conciencia de la fraternidad que brota de la paternidad
13. Conciencia de los carismas propios y ajenos
14. Amanecer de la Iglesia como Proyecto de Dios
15. Afán de la gloria de Dios
16. Experiencia de la práctica de la misericordia y del perdón
17. Conciencia de las limitaciones de la propia comunidad local y del propio tiempo
18. Dolor por el pecado del mundo y las heridas de la Iglesia
19. Deseo de gastarse por Dios
20. Iniciativas nuevas de amor y servicio
21. Conciencia del bien de la Cruz

Del pecado extremo a la extrema santidad, en 21 pasos, 1a de 2 partes

Predicación a los servidores y la comunidad entera de Juventud Renovada en el Espíritu Santo, en Marzo de 2012. Son 21 pasos. Esta primera de dos partes contiene:

1. Fastidio del pecado
2. Conciencia de ser pecador
3. Esperanza de alivio en Dios
4. Conciencia de la ofensa hacia Dios
5. Fractura de la soberbia
6. Aceptación interior de las consecuencias
7. Confesión exterior y fractura de la vanidad
8. Confianza en el perdón
9. Agradecimiento y alabanza

Unas sandalias

“Unas sandalias. De cuero y gastadas por el pisar de unos pies deformes de tanto ir y venir, de tanto acarrear dolor y amor entre los brazos…”

Teresa de Calcuta

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X-A. Celo por la causa de Dios

332. Únicamente, olvidando lo que queda atrás, me esfuerzo por lo que hay por delante y corro hacia la meta, hacia el premio al cual me llamó Dios desde arriba por medio de Cristo Jesús. (Flp 3,13-14)

333. Entre el atrio y el altar lloren los sacerdotes, digan los ministros del Señor: Perdona, Señor, a tu pueblo, no entregues tu heredad al oprobio, no la sometan los gentiles, no se diga entre los pueblos ¿Donde esta su Dios? (Jl 2, 17)

LA GRACIA del Martes 26 de Julio de 2011

En María, concebida de unión de varón y mujer, descubrimos que el sexo no tiene por qué ser ocasión para el pecado, sino instrumento de santidad. Por ello sugiero que la Iglesia proclame a San Joaquín y Santa Ana como Patronos de la Sexualidad Humana.

Catequesis sobre el desierto, 5 de 5

Catequesis sobre el desierto. Tema 5 de 5: Nuestros desiertos

* Cristo nos salvó desde l “gran desierto” de su Cruz. No es distinto el camino del cristiano, que, a ejemplo de su Maestro, ha de tomar la propia cruz cada día. Esto implica vivir en contravía a muchos de los antivalores que pasan por moneda corriente en el mundo actual. El mundo quiere vivir entretenido, inmerso en el ruido, perpetuamente “divertido.” Detrás de esa aspiración imposible aguardan los abismos del absurdo y la depresión. El cristiano ha de cultivar entonces el silencio, y ser capaz de abrazar la abnegación y renuncia de sí mismo.

* En ese camino el cristiano se alimenta de la oración en la cual sin embargo ha de experimentar también desierto, aunque no de modo estéril sino fecundo. San Ignacio de Loyola habla de la providencia divina que nos hace pasar por consolaciones tanto como por desolaciones. Santa Catalina de Siena habla del “juego de amor” con que Dios nos enseña a renunciar a nuestros intereses inmediatos y no buscar una retribución próxima.

* Pero es sobre todo San Juan de la Cruz quien mejor expone los desiertos del alma, usando el lenguaje de las “noches.” La “noche de los sentidos” es aquello que se vive cuando los mismos ejercicios no producen los mismos resultados. A través de ella, el alma aprende a preferir a Dios y a obedecer desde la fe. Pero la fe misma requiere una purificación ulterior, que es la que viene dada por la durísima “noche del espíritu,” en la cual las preguntas más punzantes penetran como dardos el corazón. La cuestión es que el bien es bueno en sí mismo, y por ello puede asomar la tentación de afirmar un bien sin Dios, y por tanto sin fe ni referencia última a Él.

* Superadas las tentaciones y noches el lenguaje que asoma es el de la santidad. Los distintos tipos de santidad nos hablan de las varias experiencias de desierto. Así tenemos en primer lugar a los apóstoles (véase 2 Corintios 6,3-10), luego a los mártires, que han bebido del cáliz del Señor; luego los pastores y doctores, que han entregado su vida y su tiempo por el rebaño; luego las vírgenes, que en el desierto de muchos afectos humanos son testimonio de las realidades últimas del cielo; luego, en fin, a tantos santos y santas que, dando de sí, han experimentado a la vez la carencia y la sobreabundancia.

ATENCIÓN: Enlace para las Cinco Catequesis. Puedes también bajar los apuntes de los cinco temas en PDF.