De la espera a la esperanza, con Maria

Capacidad de escucha; sentido de obediencia y de lo hay que hacer; luz para reconocer las necesidades y aportar a su solución; una boca abierta para contar las maravillas de Dios, y cerrada para agrandar el reino del mal; un corazón dispuesto a leer la vida y ver el paso de Dios en ella: cinco lecciones preciosas de un adviento y de una vida cerca de la Virgen Madre de Jesús.

Educacion Catolica, 003

Aprender de la Sagrada Familia

3. En la Sagrada Familia encontramos el ejemplo idóneo del discípulo y el discipulado en plenitud. Pidamos al Padre Bueno que la Familia se asiente en nuestro corazón. Y aprendamos con Ella a ser discípulos según Dios.

Mostremos tres cualidades diferentes en cada uno de los miembros de la Familia divina:

Jesús vino a cumplir la voluntad del Padre negándose a sí mismo (cf.: Jn 5, 30; 6, 38).

Se dejó conducir por el Espíritu Santo (cf. Lc 4, 1).

Estuvo sujeto a sus padres para crecer en estatura, gracia y sabiduría (cf. Lc 2, 51).

María Santísima es mujer de fe, silencio y escucha (cf. Rosarium Virginis Mariae, n. 24)

San José es el siervo fiel, prudente, que da (provee) a la Familia el alimento a tiempo (cf. Mt 24, 45).

[Texto original de Juan de Jesús y María.]

Espiritualidad Carmelitana

“Somos una familia suscitada por el Espíritu en la Iglesia Católica. Queremos seguir a Jesús bajo la inspiración de Santa Teresa y San Juan de la Cruz, los grandes maestros de la vida espiritual. Ellos nos guían en nuestra búsqueda de Dios. La vida de oración, el espíritu apostólico y la devoción a la Virgen son las grandes motivaciones de nuestra vida.”

espiritualidad carmelitana

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Aprender a interceder en la Escuela de Maria

Interceder es:

1. Ponerse entre dos que no se entienden.
2. Sabiendo que eso trae consecuencias, y habrá un precio qué pagar.
3. Porque uno busca la gloria de Dios con inmenso amor, y por encima de todo.
4. Y en humilde escucha está dispuesto a recibir el plan de Dios.

Por eso interceder es subirse a la Cruz, no por heroísmo basado en vanidad, sino por un llamado del amor, que tiene su hora.

Ejemplo sublime de intercesión es María, especialmente en la hora oscurísima de la Cruz, en la cual la fe brilla de modo incomparable.

La fe madura y sus signos propios

Del Sermón de la Montaña, de la Carta a los Efesios, capítulo 4, y de aquella expresión de Cristo: que cada uno cargue con su cruz, si quiere ser discípulo suyo, aprendemos cuál es el perfil de un cristiano maduro.

La predicación toma luego como referencia de crecimiento y madurez en la fe a la Madre de Jesús, y muestra de cuántos modos ella ayuda a esa maduración en nosotros.