Lectura creyente de la Biblia, 10 de 10, Claves de lectura de San Pablo

[Curso ofrecido a las Dominicas de la Inmaculada Concepción, en el Perú, febrero de 2013.]

Tema 10 de 10: Claves de lectura de San Pablo.

* El ser humano encuentra razonable un bien pero luego no lo practica. Su bien “moral,” o sea, el cómo vive, está separado de su bien “lógico” es decir, del deber ser que su conciencia le descubre. Este desgarramiento es obra del pecado, y no hay solución posible en términos de la sola Ley, como quería el fariseísmo, porque la Ley lo que hace es subrayar más y más el bien lógico sin fuerzas para producir el bien moral. Al final, la sola Ley termina siendo un dedo acusador que reclama nuestra condena, y que nos precipita por las cuestas de la hipocresía o el cinismo.

* El ser humano, enseña Pablo, no puede salir de esa condición. Las “Escrituras,” o sea, lo que nosotros llamamos el Antiguo testamento, testifica bien que nuestros solos esfuerzos no dan para restituir la condición de paz y amistad con el Dios justo y santo.

* Por eso es regalo infinito ver que de modo libérrimo Dios envía a su Hijo y lo entrega a la muerte por nosotros. Ese regalo, o GRACIA, ha de ser aceptado, agradecido, acogido con fe. esa fe es la que abre los oídos a la predicación exterior, que viene de los apóstoles, y sobre todo, a la voz interior, que viene del Espíritu Santo de Dios.

Mi fe, mi familia, mi tesoro, 3 de 5, La historia fascinante de un gran creyente

[Retiro de adviento para la población hispanohablante de la Parroquia de N. S. del Perpetuo Socorro, en Bernardsville, NJ, Diciembre de 2012.]

Tema 3: La historia fascinante de un gran creyente

Pablo de Tarso fue educado y asumió personalmente la tradición del grupo de los fariseos. Lo que él buscaba como fariseo era el perfecto y estricto cumplimiento de la Ley de Moisés, sobre la base de que si el pueblo era fiel a Dios, también Dios sería fiel a sus promesas de bendición. eso, en concreto, debía significar que el Pueblo Elegido recobrara su independencia, soberanía y prosperidad, empezando por derrotar a los arrogantes romanos. Dentro de esa forma de pensamiento el mensaje de Cristo aparece como un ruido que distrae y un mensaje que estorba. En la mente de los fariseos la extensión del cristianismo equivale a la propagación de un error que retrasa la hora del Reino de Dios. Pero Pablo recibió la gracia de la conversión. Llegó a entender que las fuerzas humanas dan para descubrir qué debería hacerse pero no dan para hacerlo de manera coherente, permanente y de corazón. Para llegar a ese corazón y transformarlo hace falta mucho más que buenos propósitos. Dios lo sabe, y por eso nos ha dado a su Hijo, el cual se ha constituido en sacrificio de propiciación y puerta abierta de su amor. La fe no es otra cosa que aceptar ese regalo y esa gracia.