217. Hijo, con tus beneficios no mezcles el reproche, ni a tus regalos juntes palabras tristes. Vale más la palabra que el regalo. (Sir 18,15-16)
218. Siempre que ofrezcas algo, hazlo con semblante alegre, y paga los diezmos de buena gana. (Sir 35,8)
219. La gracia de tu dádiva llegue a todo viviente; no la rehúses ni siquiera a los muertos. (Sir 7,33)
220. No te presentes ante el Señor con las manos vacías. (Sir 35,4)
221. El agua apaga el fuego ardiente y la limosna expía el pecado. (Sir 3,30)
222. La caridad es como un paraíso de bendición, y la limosna permanece para siempre. (Sir 40,17)
223. La limosna libra de la muerte y no deja caer en las tinieblas. (Tob 4,10)