Aprendiendo a vivir la fe en el día a día

Cortesía siempre, con todos. Pero, especialmente, con los que se presentan como adversarios -tú no tengas enemigos-, cuando trates de sacarles de su error.

El pedante interpreta como ignorancia la sencillez y humildad del docto.

No seas de ésos que, cuando reciben una orden, enseguida piensan en cómo modificarla… -Se diría que tienen ¡demasiada “personalidad”!, y desunen o desbaratan.

La experiencia, el saber tanto del mundo, el leer entre líneas, la perspicacia excesiva, el espíritu crítico… Todo eso que, en tus relaciones y negocios, te ha llevado demasiado lejos, hasta el punto de volverte un poco cínico; todo ese “excesivo realismo” -que es falta de espíritu sobrenatural- ha invadido incluso tu vida interior. -Por no ser sencillo, te has vuelto a veces frío y cruel.

Es admirable ese tu buen humor… Pero tomarlo todo, todo… a broma, ¡concédemelo!, significa pasarse de rosca. -La realidad es bien otra: como te falta voluntad para tomar lo tuyo en serio, te autojustificas, chanceándote de los demás, que son mejores que tú.

Más pensamientos de San Josemaría.

Aprender a comunicarse

“La comunicación es indispensable para procurar y mantener las buenas relaciones en todos los ámbitos de nuestra vida, particularmente en la familia, el trabajo y con las personas más cercanas a nosotros. Aún así enfrentamos desacuerdos y discusiones sin sentido, provocando -en ocasiones- una ruptura en las relaciones con los demás. Entender y hacerse comprender, es un arte que facilita la convivencia y la armonía en todo lugar…”

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Los ojos también hablan

“Entonces les expliqué lo que un general venezolano, padre de una numerosa prole, hacía con sus hijos en el momento en que veía que se pegaban o se insultaban, llenos de ira. Les ponía uno frente al otro y les obligaba a que se miraran a los ojos…”

Ojos también hablan

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