Los pecados de David no son solo suyos: acechan a todo el que tenga alguna forma de poder.
Anatomia de un pecado
David creía que tenía todo bajo control: se engañó, y las consecuencias fueron duras y durables.
LA GRACIA del Sabado 21 de Enero de 2012
Cuatro plagas se adueñaron progresivamente del corazón de Saúl: arrogancia, envidia, desobediencia y egoísmo. Su ruina se volvió inevitable.
LA GRACIA del Viernes 20 de Enero de 2012
David es capaz de distinguir entre la obra de Dios, que es firme y permanente, y la obra de Saúl, que ya padece la inestabilidad propia de una mente trastornada por el pecado.
Cristo ajusta mi desajuste
Sucede con aquellos que están internamente desajustados que sus conflictos internos les dificultan alcanzar las propias metas. Cristo tiene algo muy importante para esas vidas.
Libre del pecado en todas sus dimensiones
Catequesis sobre el pecado original, partiendo de la distinción entre culpa y pena. Modo de obrar la gracia en la Inmaculada Concepción de María, y en los bautizados.
Vicios que desafian la felicidad
“Me pregunta un joven qué son los siete pecados capitalinos. Me reí y le expliqué que no son capitalinos, sino que son siete pecados capitales…”
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Deformación que trae el pecado
37. La Sagrada Escritura, con la que está de acuerdo la experiencia de los siglos, enseña a la familia humana que el progreso altamente beneficioso para el hombre también encierra, sin embargo, gran tentación, pues los individuos y las colectividades, subvertida la jerarquía de los valores y mezclado el bien con el mal, no miran más que a lo suyo, olvidando lo ajeno. Lo que hace que el mundo no sea ya ámbito de una auténtica fraternidad, mientras el poder acrecido de la humanidad está amenazando con destruir al propio género humano.
A través de toda la historia humana existe una dura batalla contra el poder de las tinieblas, que, iniciada en los orígenes del mundo, durará, como dice el Señor, hasta el día final. Enzarzado en esta pelea, el hombre ha de luchar continuamente para acatar el bien, y sólo a costa de grandes esfuerzos, con la ayuda de la gracia de Dios, es capaz de establecer la unidad en sí mismo.
Por ello, la Iglesia de Cristo, confiando en el designio del Creador, a la vez que reconoce que el progreso puede servir a la verdadera felicidad humana, no puede dejar de hacer oír la voz del Apóstol cuando dice: No queráis vivir conforme a este mundo (Rom 12,2); es decir, conforme a aquel espíritu de vanidad y de malicia que transforma en instrumento de pecado la actividad humana, ordenada al servicio de Dios y de los hombres.
A la hora de saber cómo es posible superar tan deplorable miseria, la norma cristiana es que hay que purificar por la cruz y la resurrección de Cristo y encauzar por caminos de perfección todas las actividades humanas, las cuales, a causa de la soberbia y el egoísmo, corren diario peligro. El hombre, redimido por Cristo y hecho, en el Espíritu Santo, nueva criatura, puede y debe amar las cosas creadas por Dios. Pues de Dios las recibe y las mira y respeta como objetos salidos de las manos de Dios. Dándole gracias por ellas al Bienhechor y usando y gozando de las criaturas en pobreza y con libertad de espíritu, entra de veras en posesión del mundo como quien nada tiene y es dueño de todo: Todo es vuestro; vosotros sois de Cristo, y Cristo es de Dios (I Cor 3,22-23).
[Constitución Gaudium et Spes, del Concilio Vaticano II, n. 37]
LA GRACIA del Viernes 9 de Septiembre de 2011
Hay dos tipos de ceguera: el pecado y la ignorancia; el primer tipo es el más grave, por la obstinación que trae.
LA GRACIA del Lunes 29 de Agosto de 2011
Herodías representa el cinismo arrogante; su hija representa la vanidad sin seso; Herodes representa el corazón dividido, pronto a la incoherencia.
Sanacion Profunda, 2 de 3
Sanación Profunda. Tema 2: Obstáculos y bloqueos en la sanación
A menudo la sanación se detiene porque uno encuentra ventajas en estacionarse en el pecado.
(1) El garrote. A veces es grato declararse resentido para siempre, de modo que uno siempre pueda recordar a otros sus faltas.
(2) La manipulación. Es la tentación de ser perpetuamente un bebé que reclama toda la atención que quiere, y que nunca tiene responsabilidad de nada.
(3) El desquite: episodios de codicia, venganza e intenso egoísmo.
(4) El miedo–y la engañosa dulzura de encerrarse.
(5) El capricho: queremos sanarnos pero para seguir nuestros planes, y no los del Señor.
Preparacion para Pentecostes, 3 de 5
Novedad del Espíritu, Triduo de Preparación a Pentecostés. 3 de 5: Estructuras de pecado
* El pecado no es una colección de eventos aislados. Los pecados se van sumando y van creando estructuras crecientes que mutuamente se fortalecen para perpetuarse.
* Esto se ve muy bien en el sistema comunista: se empieza por ganar control político, pero pronto se controla la economía, a través de expropiaciones, y luego los medios de comunicación. Después la educación, la investigación, las universidades, las conversaciones privadas. Los tentáculos del poder no querrán detenerse hasta adueñarse de todo.
* Es la misma lógica del faraón, según el libro del Éxodo: quiere ser dios y señor de todo, y por eso no se detiene ante la vida humana, sino que la trata como un ingrediente más en la sopa de su propio poder y dominio. Su imperio se vuelve férreo e impenetrable.
* Cuando un sistema se vuelve una muralla y una prisión que encarcela las mentes y los sueños se necesita un golpe de gracia, una irrupción de poder, un toque de Dios. Tal es el primer sentido del término “unción” : ungidos son los instrumentos que Dios usa para romper la tupida rejilla de los sistemas de pecado.
Sacerdote y victima, a la vez
La oración sacerdotal de Cristo (Juan 17) recoge el sentido de su ofrenda, que es revelación de gloria, y por ello mismo, victoria sobre la mentira del demonio, que pretende presentara Dios como enemigo nuestro.
Realidad del pecado
13. Creado por Dios en la justicia, el hombre, sin embargo, por instigación del demonio, en el propio exordio de la historia, abusó de su libertad, levantándose contra Dios y pretendiendo alcanzar su propio fin al margen de Dios. Conocieron a Dios, pero no le glorificaron como a Dios. Obscurecieron su estúpido corazón y prefirieron servir a la criatura, no al Creador. Lo que la Revelación divina nos dice coincide con la experiencia. El hombre, en efecto, cuando examina su corazón, comprueba su inclinación al mal y se siente anegado por muchos males, que no pueden tener origen en su santo Creador. Al negarse con frecuencia a reconocer a Dios como su principio, rompe el hombre la debida subordinación a su fin último, y también toda su ordenación tanto por lo que toca a su propia persona como a las relaciones con los demás y con el resto de la creación.
Es esto lo que explica la división íntima del hombre. Toda la vida humana, la individual y la colectiva, se presenta como lucha, y por cierto dramática, entre el bien y el mal, entre la luz y las tinieblas. Más todavía, el hombre se nota incapaz de domeñar con eficacia por sí solo los ataques del mal, hasta el punto de sentirse como aherrojado entre cadenas. Pero el Señor vino en persona para liberar y vigorizar al hombre, renovándole interiormente y expulsando al príncipe de este mundo (cf. Io 12,31), que le retenía en la esclavitud del pecado. El pecado rebaja al hombre, impidiéndole lograr su propia plenitud.
A la luz de esta Revelación, la sublime vocación y la miseria profunda que el hombre experimenta hallan simultáneamente su última explicación.
[Constitucion Gaudium et Spes, del Concilio Vaticano II, n. 13]
Desenmascara la rebeldía
Una anatomía de la rebeldía, y una presentación de sus dos grandes antídotos.
ABC de la conversion
Predicación para SANCTUS y para que todos recordemos la unión que hay entre estas tres: conciencia del pecado, gratitud por el perdón, compromiso en el amor.