Arguments.es ha publicado poco a poco una serie de videos que muestran que el verdadero amor sabe esperar. Los que de veras aman, los genuinos AMANTES, están libres de la tiranía del placer sexual inmediato, y a menudo irresponsable.
La piedra principal del matrimonio
Una relación personal con Jesucristo es la piedra principal del matrimonio.
El matrimonio es una mezcla de vidas, no una simple unión. Muchos matrimonios fallan debido a que sus integrantes siguen mirando a las libertades y relaciones del pasado.
Cuando una pareja invita al Señor Jesucristo a que sea piedra principal de su matrimonio y se convierta en el verdadero punto fuerte sobre el que construyen su relación, lo invitan a que marche al frente de ellos. Entonces Él es libre para guiarlos hacia el único propósito que les tiene como matrimonio.
Somos únicos como individuos. Sin embargo, cada matrimonio es único también.
Es algo tan individual y único en su especie como sus integrantes. Del mismo modo que Dios nos creó como individuos originales por completo, también necesitamos invitarlo a que cree nuestro matrimonio como una relación original por completo. Esto solo es posible cuando cada persona en la relación somete su individualidad al propósito supremo de Dios.
[Basado en un texto primero recibido de A. Rojas.]
¿Es posible entregar un mensaje de abstinencia mientras se promociona el uso del preservativo?
Homilía en el matrimonio de Ricardo y Carla Daniela
Matrimonio: 1. Permitir a Dios que transforme vidas; 2. Conciencia de precariedad; 3. Cristo, fuente de unidad, reconciliación y fortaleza; 4. Bien integrados en una familia mayor, que es la comunidad creyente.
Consejos a los matrimonios
Otros matrimonios santos
Tiempo para oír barbaridades
Cuando escuches barbaridades, incluso si las dicen obispos y prelados de alto rango, no dejes de considerarlas barbaridades. Si un cardenal dice que debería aprobarse el divorcio, cosa que ya sucedió en el actual Sínodo por boca de Mons. Lacunza, y si da como gran argumento que el divorcio lo aprobó Moisés, de ese hecho debes deducir tres cosas:
1. Estamos mal en muchas cosas en la Iglesia Católica; hay que hacer oración y penitencia.
2. Se está cumpliendo lo que dijo la Biblia: “Y habrá de llegar un día en que ya no soporten la doctrina sana, antes bien se dediquen a buscar continuamente nuevos maestros amoldados a sus gustos y que halaguen sus oídos; y entonces, en lugar de complacerse en la verdad, volverán su atención hacia las fábulas.” (2 Timoteo 4,3)
3. No importa quién diga qué, es hora de aferrarnos a la Sagrada escritura y a esa guía inmejorable: el catecismo de la Iglesia Católica.
Reitero: hay que orar. Y orar. Y orar. Si pedimos insistentemente a Dios, él nos dará mejores pastores.
¿Por qué fracasan tantos matrimonios?
“El desconocimiento de lo que el noviazgo y las relaciones de pareja significan, se convierte en muchas ocasiones en motivo de infelicidad para la pareja. Se confunde el amor con el sentimiento superficial y pasajero, cuando no con el deseo. El sexo aparece como el centro de muchas relaciones, lo que está llevando a las parejas a casarse sin conocerse. Se confunde sentimiento con sentimentalismo, y cuando éste es negativo pensamos que se ha acabado el amor…”
El Cristo compasivo es el Cristo que nos llama a la firmeza y constancia en el bien
La firmeza de la institución matrimonial no riñe sino que protege el verdadero sentido de la misericordia, y de la felicidad que Dios ha querido para los seres humanos.
LA GRACIA del Domingo 4 de Octubre de 2015
DOMINGO XXVII DEL TIEMPO ORDINARIO, CICLO B
El divorcio trae daños irreparables a la sociedad, oremos para que el matrimonio no se degrade y por el contrario se cumpla a través de este hermoso sacramento el Plan de Dios.
[REPRODUCCIÓN PERMITIDA – Ayúdanos a divulgar este archivo de audio en las redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios.]
¿Es precisa la fe para la validez del matrimonio?
“El magisterio ordinario de los pontífices, la jurisprudencia consolidada de la Rota Romana y la doctrina común canónica señalan que para la celebración válida del matrimonio no se requiere un determinado grado de fe por parte de los contrayentes, sino que es suficiente la intención de celebrar verdadero matrimonio, que entre bautizados, por voluntad de Cristo, es sacramento. Es decir, la intención de celebrar matrimonio como Dios lo creó al principio es la intención de hacer lo que hace la Iglesia, y ésta es la intención necesaria para la administración válida de un sacramento…”
Reforma de los procesos de nulidad: 6 ideas falsas
“Los documentos del Papa Francisco emitidos el martes, uno para la Iglesia Latina (Mitis Iudex Dominus Iesus) y uno para las Iglesias Orientales (Mitis et Misericors Iesus), exigen una lectura atenta a fin de entender los desarrollos de las leyes sobre los procedimientos canónicos relativos al proceso de declaración de nulidad matrimonial. Desafortunadamente, el sensacionalismo que los ha rodeado ha causado numerosos conceptos erróneos e informaciones falsas que a su vez pueden dificultar la comprensión de algunas de las reformas. Si bien todavía hay mucho para digerir, me gustaría destacar seis ideas falsas (…) [acerca de] estas reformas históricas…”
Excelente catequesis sobre nuevas uniones matrimoniales
“Monseñor De Germay dice varias cosas importantísimas. Una de ellas es señalar, contra lo que afirmó el card. Kasper, que la “comunión espiritual”, en el caso de personas que están en situación de pecado grave, propiamente es un “deseo de comunión”, que Dios tendrá en cuenta y recompensará abundantemente, pero que no equivale a la comunión sacramental. También me parece fundamental indicar, como hace este benemérito obispo, que la participación en la Eucaristía no se limita a comulgar y que hay que recordar la importancia de unirse a la ofrenda al Padre del sacrificio de Cristo en la Cruz. Finalmente, me gustaría resaltar, como dice Mons. De Germay, que el hecho de que los divorciados en una nueva unión no se acerquen a comulgar es una expresión de la seriedad del vínculo matrimonial y de su “deseo de fidelidad” e incluso constituye un testimonio de ese deseo ante el resto de los fieles…”
Nuevos estudios muestran nuevos riesgos de las píldoras anticonceptivas
“En comparación con mujeres que no usaban anticonceptivos orales, aquellas que tomaban píldoras antiguas, que contienen levonorgestrel, noretisterona, y norgestimate, poseían alrededor de dos veces y media más de riesgo de TEV. Las mujeres que usaban las píldoras más nuevas, que contienen drospirenona, desogestrel, gestodeno y ciproterona, tenían alrededor de cuatro veces más de riesgo de TEV…”
Las nulidades y la gracia sacramental
Buenos días Fray Nelson. Tengo una inquietud acerca de la UNIÓN SACRAMENTAL QUE SE PRODUCE EN LAS PAREJAS QUE NOS CASAMOS. Si la iglesia dice que el matrimonio es INDISOLUBLE, ¿qué sucede entonces con la UNIÓN SACRAMENTAL después de la nulidad de un matrimonio? – OLVM.
* * *
La Iglesia no “anula” matrimonios. Si un matrimonio es válido es válido. Lo que sucede es que hay matrimonios que PARECEN válidos y no lo son. Por ejemplo, si la persona fue obligada a casarse o si la casaron con engaño grave.
Si al estudiar las condiciones de un matrimonio se ve que no fue válido eso es lo que se llama una declaración de nulidad, o sea, se declara oficialmente que NUNCA hubo matrimonio.
En esos casos graves no existe la gracia sacramental porque no existió el sacramento. Piensa en una persona que se casa y la tienen engañada; por ejemplo: una mujer que sabe que es estéril pero no le dice nada al novio, y así se “casan.” Ahí no hay matrimonio. No se anula sino que no lo hubo.
Por supuesto, cuando sí hay matrimonio, la Iglesia cree en la fuerza de la gracia sacramental.
ESCUCHA, la vocación a ser pareja en Dios y ante Dios
[Predicación para la Comunidad Alegría, del Minuto de Dios, en Bogotá. Mayo de 2015.]
* En 2 Pedro 1,10 hay una promesa de inmenso valor para los tiempos que corren: “ustedes no caerán,” dice san Pedro. Es una promesa en forma de pacto porque hay algo que se espera de nosotros: que consolidemos y afiancemos nuestra vocación y elección, según dice el mismo versículo.
* Para consolidar y afianzar nuestra vocación, lo primero es conocerla. Queremos aplicar ese criterio a una vocación bella y necesaria en la Iglesia: la vocación a ser pareja en Dios y ante Dios.
* Vocación viene de “voz,” viene de llamado, palabra. Es lo que nos declara muy bien Génesis 1: la Palabra divina es eficaz, creadora, majestuosa. Importate aplicar eso a nuestra vida: cada uno debe existir, más allá de los condicionamientos o circunstancias de su origen familiar: “Existo por voluntad de Dios; Él quiso que yo existiera.”
* De Génesis 12, una historia clásica de vocación, la de Abraham, aprendemos cuatro elementos que bien podemos aplicar a la vida de la pareja:
(1) Vocación es relación: Dios establece una alianza con Abraham y no le grita sino que le habla. Abraham no puede apartarse del Señor porque sería apartarse de su propio bien.
(2) La vocación es camino: implica movimiento. Cada persona es una historia y al casarse, cada uno debe saber que se está uniendo no solamente a la persona bella de la fotografía de la boda, sino a toda la historia de un ser humano que tendrá cambios, dificultades, triunfos, parajes difíciles, momentos magníficos.
(3) Vocación significa también fuerza, energía, amor, que viene de Dios. El Señor no deja sola a la pareja en sus luchas. La manera correcta de recordar esa presencia divina resalta en las dificultades: es preciso mirar rimero hacia el Señor. Esa mirada primera permite recuperar la humildad, la gratitud y la sabiduría.
(4) La vocación conduce a una meta, que es la expresión de la gloria divina, con la vida y también con el testimonio de las palabras.