Resultados de la encuesta anterior aquí.
Nuevo formato de encuesta
A partir de esta semana hemos cambiado el formato de encuesta, utilizando el sistema de Google Forms.
La pregunta de la semana versa sobre Ideología de Género: ¿Cuál es su nivel de información sobre la Ideología de Género?
Puedes responder aquí.
No hay que pedir unanimidad en todo
Algunas personas se extrañan y otras agreden a la Iglesia Católica en Colombia porque no tiene una posición única y unánime frente al Acuerdo entre el Gobierno y las FARC. Esta es una buena oportunidad para recordar algo que todo católico debe tener muy claro: si bien en asuntos de fe y de moral todos hemos de ser unánimes, no hay que esperar ni menos reclamar esta unanimidad en otros aspectos de la vida personal o social.
En liturgia, por ejemplo, es comprensible que haya algunos sacerdotes y algunas comunidades que sólo parecen vibrar en su mejor nota si todo va en latín. Es válido. Es bello. Es respetable. pero la Iglesia no obliga a que todos todo el tiempo tengamos esa opción.
Sobre la edad para recibir por primera vez la Eucaristía también hay diferencias que son respetables. Mientras que algunos consideran que es suficiente con que el niño distinga con claridad entre pan ordinario y pan eucarístico, otros piensan que hay que tener poco menos que un curso de teología básica para que los niños de Primera Comunión “sepan lo que están haciendo.” No tiene que haber unanimidad en algo así, aunque uno presiente que un camino intermedio es lo mejor. ¿Cuál es el punto EXACTO de ese camino intermedio? Podríamos pasarnos el día discutiendo y seguramente no tendremos un acuerdo al final. Ni es indispensable que lo haya.
La liturgia o la catequesis se prestan para este tipo de discusiones pero no cabe duda de que es la política la que lleva las cosas a un terreno más complejo, por sus múltiples conexiones con el ámbito moral. Pero es la excepción y no la regla que un político presente un programa que sea del todo compatible con la visión moral de la Iglesia Católica: lo más frecuente es que en sus propuestas haya cosas buenas, regulares, malas y pésimas. De modo que, según el peso que se dé a cada uno de estos factores caben distintas valoraciones sin que sea inmediatamente obvio qué debe pesar más.
Por dar un ejemplo de Europa y no de América: hace unos meses se preguntó a los británicos si deseaban salir de la Unión Europea. Una pregunta que tiene implicaciones y ramificaciones inmensas. Nadie esperaría que un SÍ o un NO tuvieran de su parte absolutamente todas las razones. Es lo que suele suceder en asuntos de política.
Por eso estimo que han sido sabios nuestros obispos al invitarnos a los colombianos a participar a conciencia y votar. Después de juicioso examen y reflexión, y si somos creyentes, después de orar con fervor, cada quien dará su voto. Sabemos que lo que viene no es magia: gane quien gane, a todos nos corresponde ayudar a seguir avanzando de modo que todos, niños, jóvenes, adultos, ancianos, podamos convivir de la mejor manera, tan próximos como sea posible al camino que nos muestran Jesucristo y su Iglesia.
No olvidamos el 9/11
Este domingo 11 de septiembre, hace 15 años, sucedió uno de los más notorios atentados terroristas de los tiempos recientes: el ataque que derribó las Torres Gemelas. No sólo por el inmenso dolor y consternación que este hecho trajo a los Estados Unidos de América sino por las repercusiones globales que trajo, este atentado se ha convertido en un punto de referencia, una fecha obligada que establece un antes y después–para peor–en la manera en que vivimos y convivimos como especie humana sobre este planeta.
Mientras seguimos elevando nuestras oraciones al Señor para que siga sanando los dolores de esos y tantos otros ataques de terrorismo, entendemos que sólo tendremos un futuro mejor sobre la base de una fe sincera, humilde, cargada de amor y de buenas obras en favor de todos.
Buenas noticias de nuestro servicio de evangelización
Estas son algunas cifras recientes:
* Estamos llegando a 25.000 seguidores en Facebook. Dios mediante, esa cifra se alcanzará en la próxima semana.
* Hace dos días superamos los 17.000 seguidores en Twitter.
* Youtube nos informa que en la próxima semana alcanzaremos 6.000.000 de visualizaciones de nuestro canal. Tenemos bastante más de 21.000 suscriptores, gracias a Dios.
* Están recibiendo el boletín “Alimento del Alma” más de 29.100 personas. Las suscripciones están abiertas en esta página: http://fraynelson.com/suscripciones.html
¿Cómo hay que votar en el referendo por la paz en Colombia?
Muchas personas me lo han preguntado: ¿Cómo debemos votar en el referendo por la paz?
* * *
Mi respuesta ha sido siempre la que nos han ofrecido nuestros obispos: cada colombiano debe estudiar los acuerdos; reflexionar; si es creyente, hacer oración; y luego votar en conciencia.
Nadie debe interpretar esta postura de la Iglesia como un abandono a sus feligreses, según decía algún irresponsable en una página web. Ese tipo de personas son las mismas que, cuando la Iglesia toma una postura que no les gusta, por ejemplo: en una votación en el senado sobre adopción de niños por parejas del mismo sexo, insisten en que la Iglesia no debe “meterse en política.” O sea que si, en casos moralmente graves y claros la Iglesia habla, se está “metiendo en política;” pero si en casos dudosos y controvertidos apela a la conciencia de las personas, está “abandonando el rebaño.” Todo indica que para algunas personas cualquier ocasión es buena para despreciar y vituperar a la Iglesia Católica.
En mi caso, que es el de millones de colombianos, veo algunas cosas buenas y varias cosas muy malas en los acuerdos firmados entre el gobierno y las FARC.
Es bueno que el jefe máximo de las FARC ordene un cese al fuego. No es un favor que nos hacen pero es de agradecer que podemos esperar mucha menos violencia en términos de secuestros, narcotráfico de guerrilleros y amenazas a la población civil.
Es muy bueno que la comunidad internacional se haya hecho y se siga haciendo presente, especialmente a través de la ONU. La veeduría internacional es un dato importante, que da credibilidad al proceso.
Es mala la sensación de impunidad que ha quedado en millones de nosotros. Simplificando las cosas, parece que los mandos medios y los guerrilleros rasos quedan mayormente exonerados porque la responsabilidad pesará sobre los máximos dirigentes. Pero estos tampoco pagarán gran cosa ni restituirán prácticamente nada porque pasan a ser parte de un movimiento político, y por supuesto, eso requiere que estén plenamente activos en la vida civil. El resumen y sensación es de impunidad. Cosa que choca cuando se tiene en cuenta la dureza de las penas–penas justas, por lo demás–que se han aplicado a algunos militares.
Es muy dañino que en un acuerdo de paz con las FARC haya amplias porciones de texto que consagran como parte del ordenamiento legal colombiano la ideología de género. Muchos miles de colombianos somos lo suficientemente informados e inteligentes como para ver el juego del presidente Juan Manuel Santos: hace unas pocas semanas, cientos de miles de colombianos, principalmente papás y mamás, se manifestaron en contra de la imposición de la ideología de género. El señor presidente anunció ante las cámaras que no se impondría a través del Ministerio de Educación una reglamentación supuestamente “anti-discriminatoria” que dejaba sin derechos a los papás que no quisieran que sus hijos fueran indoctrinados en la mencionada ideología. Pero, ¡sorpresa!, el caballo de Troya vuelve a entrar como un subcapítulo del larguísimo acuerdo con las FARC.
Claramente estamos ante un mandatario capaz de mentir con sus “juegos de póker,” usando la expresión que él mismo ha tomado para referirse con cierto cinismo a sus estrategias y su astucia. ¿Es de fiar lo que pacte un personaje así? ¿Qué otras trampas y bombas de tiempo están por ahí escondidas? ¿Cuántos de los que románticamente votarán por la “paz” darán aprobación a cosas que son realmente muy difíciles de descubrir, salvo para los expertos?
Reitero: cada quien tendrá que votar en conciencia. Son muchos los factores implicados, y mucha la luz que necesitamos para dar el mejor paso en esta coyuntura de la historia de Colombia.
Sobre los intentos de amordazar a la Iglesia en el ambiente cultural de Occidente
Cuando la voz de la Iglesia Católica es minoría entonces: que se calle la Iglesia y respete la voz de las mayorías en una sociedad pluralista y democrática.
Sepan todos que la gente no es tonta y que ya se da cuenta de este juego de sofismas que tiene un único propósito: amordazar y eliminar a la Institución que más les estorba para imponer su agenda de manipulación y destrucción de los niños, la familia y el orden social.
Tomar en serio el tiempo presente
Mensaje muy oportuno de Felipe Gómez:
Estamos viviendo tiempos verdaderamente graves. Asesinan sacerdotes, se aprueba el aborto, se impone en el mundo la ideología de género, nos cegamos ante el materialismo ateo, hay una grave persecución contra la familia, etc. Pero siempre hay esperanza! definitivamente, los jóvenes tienen que convertirse en abanderados en esta batalla entre el bien contra el mal.
Ver los testimonios de la JMJ, nos tiene que impulsar a ser mejores personas, y obviamente, mucho mejores católicos.
Algunas personas se jactan concluyendo que después de la misericordia vendrá la justicia. Y aún cuando eran palabras de Santa Faustina, algunos lo dicen como si esa justicia no los fuera a tocar, como si tuvieran un impermeable blindado contra las pruebas o como si fueran santos que van a ser librados de todo mal y toda prueba.
Duele pensar que no estemos aprovechando este tiempo de misericordia, que nos estemos durmiendo en los laureles, cuando definitivamente, estamos recibiendo una armadura, para los tiempos venideros, con los muchos regalos de este año de gracia.
Pastores y predicadores hablando de superación personal, de negocios, de éxito y prosperidad. El mundo hablando de tonterías y más tonterías, cosas ostentosas, dietas y más dietas.
Estamos desnutridos, claro que si, pero de Dios! Es tiempo de confesarnos, comulgar y orar.
Es tiempo de reparar por nuestros pecados, tiempo de sacrificio, de meter en nuestro diccionario espiritual la palabra penitencia.
Tiempo de meditar en la pasión de Jesús y de dejar de lado nuestra ingratitud.
No alcanzamos a medir las palabras del santo Padre, solo oímos los aplausos, pero el, se está despidiendo de las jornadas, nos está diciendo que Dios en poco tiempo lo estará llamando, nos habla de su esfuerzo, de su agotamiento. Nos está llamando a ser verdaderamente buenos con todos, a dejar las habladurías y los chismes y dedicarnos a servir a los demás.
A ser testigos de la misericordia.
No creo que el pecado tenga la última palabra, pero es muy claro ver, como la barca de Pedro tendrá que moverse con dificultad en medio de las tormentas del mundo.
También sabemos que esa barca llegará a puerto seguro, porque en ella van Jesús y la Virgen María, y ellos, nunca abandonan a sus hijos.
Animo! Tenemos mucho por hacer, y aún son muchas las almas que permanecen dormidas.
Dios te bendiga y te guarde.
Sobre las fechas y horas de publicación de nuestras oraciones
Siguiendo la zona horaria de Bogotá, Lima y Quito:
- Lectio Divina se publica, de modo ordinario el día anterior, sobre las 10 PM.
- Laudes, el día anterior sobre las 10:30 PM
- Vísperas, el día correspondiente, a las 9 AM
- Completas, el día correspondiente, a la 1 PM
La razón de esos horarios es el deseo de servir también a los amigos que nos siguen desde Europa y África.
¡Bendiciones a todos!
Nuevamente las estadísticas nos alientan
Gracias a Dios, sigue creciendo este servicio de evangelización, que es para su gloria. Estos son algunos datos recientes:
- Acabamos de sobrepasar los 20.000 suscriptores en el canal de Youtube de fraynelson.
- Son ya más de 29.000 los sucriptores del boletín católico diario, gratuito, Alimento del Alma.
- El tiempo promedio de visualización en nuestro canal de Youtube es de 14 minutos por sesión.
- Aunque es muy reciente en su publicación, el segundo video más popular de todo el canal es Cristo rompe las cadenas. Puedes ver la serie completa aquí.
- Facebook reporta que estamos llegando a 23.000 seguidores.
Dios: concédenos más amor para mejor servirte.
Francia, de nuevo estamos contigo
Nuestro dolor y nuestra indignación en profunda solidaridad con el pueblo francés ante este nuevo ataque terrorista.
Y sólo algo quisiera que entendiéramos: el problema del terrorismo no son las balas, los camiones o las bombas sino lo que se cocina en las mentes y los corazones.
La desintegración del tejido social no tiene respuestas rápidas pero eso no puede ser una excusa para dejar de dar nuestra respuesta.
Y la respuesta pasa por reconstruir vidas, sensatez, capacidad de razonar y sentido mismo de la existencia: que fuera de Dios no va a existir.
Cara a cara con la religión del buenismo
Hace poco terminé unos hermosos días de retiro espiritual que tuve ocasión de predicar a un grupo de frailes agustinos, estudiantes de teología. De ese servicio tengo gratos recuerdos y mi cercanía con la Orden de San Agustín es mayor después de ese tiempo de fraternidad y oración. Y sin embargo, hubo algo muy amargo que me sucedió hacia el final del retiro, y que no tiene que ver ni con Santo Domingo, mi fundador, ni tampoco con el egregio Obispo de Hipona.
Sucede que en la misma casa donde estábamos nosotros había también otros grupos, pequeños y grandes, de laicos, de seminaristas, o de religiosos–cosa muy explicable tratándose de un lugar amplio, recogido y bello, con amplio espacio para encontrarse con la naturaleza. En cierto momento trabé conversación con un joven de otra comunidad, sin relación con el retiro nuestro, que pertenece a una cierta congregación religiosa. Queriendo ser amable, este hombre comentó de algunos estudios que había hecho fuera del país y habló espontáneamente de algunas discusiones teológicas que había tenido precisamente con frailes de San Agustín. El motivo de tal discusión es también el motivo de mi dolor. Decía este hombre, a quien faltarán meses para recibir diaconado, que la virginidad de María no era cosa importante y que si Ella era o no virgen, eso en nada cambiaba el mensaje del Evangelio. En medio de su propio retiro espiritual, ese es el tipo de teología que tiene este candidato al ministerio ordenado.
Como sólo tenía minutos para una conversación que hubiera tenido que ser muy larga, apenas alcancé a indicarle cuánto me preocupaba que hablara de ese modo; logré además cuestionar un poco su visión de nuestra fe con una pregunta que creo que tomó con seriedad: “¿No te parece que estas reduciendo el Evangelio a un mensaje ético más?“
En efecto, por el tono y los términos de su intervención, este hombre se ve que está listo para lanzarse al mundo con un mensaje cómodo y buenista. Si Dios no mete su mano este será uno más de aquellos que van por ahí, de parroquia en parroquia, o de colegio en colegio, esparciendo la idea, típica de la herejía modernista, de que la evangelización se reduce a una serie de consignas horizontales, intramundanas, bien fáciles de tragar por ateos, budistas o agnósticos: “seamos buenas personas;” “hay que ser solidarios;” “trabajemos por la promoción de la justicia;” y un largo etcétera que jamás discutirá los temas duros de nuestra época.
En efecto, según la visión buenista: ¿Para qué “pelear” con los LGBT si son buenas personas, no le hacen mal a nadie, y al final son hasta chistosos? ¿Para que hacer sentir mal a las personas que ya pasaron por el sufrimiento de un divorcio y ahora con su nueva pareja están tratando de “rehacer su vida”? ¿Para qué complicar la cabeza de la gente con términos que nadie entiende como “transubstanciación” si en el fondo lo que importa es que las comunidades sean fraternas y llenas de calor humano? ¿Por qué enfocarnos tanto en la Cruz si al fin y al cabo nosotros ya somos la gente de la Resurrección, y Dios no quiere que nadie sufra? ¿Para qué seguir predicando un infierno que se inventaron los medievales, y que no existe, o que si existe solamente puede estar vacío, barrido y con un aviso de “SE ARRIENDA” en la puerta? Y la lista puede continuar.
Creo que se entiende el tamaño de mi dolor.
Aunque, debo admitir con pesar: si entre mis lectores hay algunos de la religión del buenismo, serán estos los que se extrañen o duelan de mí porque, según ellos, pertenezco a una raza de dinosaurios que sólo causa curiosidad y pesar porque se niega a morir. Y sin embargo, bendito Jesucristo, y mil veces bendito, que desde la gloria de su Cruz y Pascua, renueva con la verdad sobria de su Evangelio, a la Iglesia. Aquel seminarista y aquella congregación religiosa no saldrán fácilmente de mis oraciones.
Una convicción que ha crecido: urgencia de la oración
Después de Dios, que es rico en misericordia, nada es más necesario para el sacerdote que la oración sostenida y generosa que el pueblo de Dios hace por él. Poco a poco me acerco a mis 25 años de sacerdocio, que he vivido con inmensa gratitud, y ahora cuento con un sobrino que ha recibido también el llamado a consagrarse a Dios. Mi convicción gozosa es: estamos tejidos de amor de Dios y de las misericordias de la Iglesia.
Por eso desde aquí quiero agradecer a muchas personas, en su gran mayoría mamás y abuelas, que mirándome a los ojos, me han prometido con Dios por testigo que orarían por mí todos los días. Su fidelidad, su generosidad, su humilde entrega en el silencio está detrás de la eficacia que Dios quiera conceder al sacerdote. Bendito sea Jesús, nunca olvido, cuando a la gente se le ocurre felicitarme, que esa felicitación va para el Señor, y que después de él, nadie la merece tanto como aquellos que han tenido la caridad de orar por los sacerdotes,
¿Dónde puedo uno encontrar qué preguntas han sido respondidas en FRAYNELSON.COM?
He visto que cada semana, o casi cada semana, Ud. responde algunas preguntas sobre la fe, la Biblia o la Iglesia. Mi pregunta es: ¿dónde puedo ver todas las preguntas que han sido respondidas hasta ahora, que supongo que son muchas? Gracias por su labor. — H.F.
* * *
Efectivamente han sido cientos de preguntas, y la colección sigue creciendo cada semana. Hay un enlace donde pueden verse todas las preguntas, desde la primera, que fue hace ya diez años (¡cómo pasa el tiempo!). Basta con hacer click aquí. Dios te bendiga./p>
Bienaventurados
He conocido personas que viven en los confines de sí mismas.
Se han vuelto ajenas a sus mejores sueños y se han dejado exiliar de sus más preciados tesoros.
Da la impresión de que el centro de su existencia les resulta desconocido, como un lugar al que se tiene miedo, y entonces huyen de las preguntas fundamentales mientras van dejando pasar el tiempo en el ciclo asfixiante de producir, consumir y entretenerse.
Para no escuchar las voces profundas–el llamado mismo de la eternidad, que se acerca inexorablemente–han poblado de ruidos su día y su noche, de principio a fin. Si alguna cuestión ardua golpea su conciencia, como queriendo despertarla, entonces se vuelven instintivamente a los murmullos de la masa, y pronto encuentran una semejanza de tranquilidad en las cobijas de la opinión del momento.
Por ese camino se llama “verdad” a la noticia que más suene; es “bello” lo que más se vende en el centro comercial de moda; es “bueno” lo que todos hacen; es “feliz” el que sale con mayor frecuencia en los medios; lo “normal” lo define la estadística y ser “agradable” significa estar bien domesticado.
¡Tantos hombres y mujeres, celosamente moldeados por estas definiciones, siempre mudables y desechables, se consideran relevados de pensar, de preguntar, de disentir, de oponerse! ¿Y para qué oponerse, al fin y al cabo, si nada que uno diga o haga podrá importar? Por ello esta gente, vestida de una sonrisa a medias, que igual significa resignación que alegría fugaz, huyen del día hundiéndose en los torbellinos de la noche. La vida, según este esquema, es aguantar, jugar bien las cartas, reírse del absurdo, colgar sobre el vacío, y tener solo admiración por aquellos que un día cortan el hilo y se lanzan a la nada. Continuar leyendo “Bienaventurados”
La necesaria autocrítica
Una de las diferencias del adulto con respecto al niño es que la persona adulta es capaz de examinar de modo más profundo y crítico su propio comportamiento. La tendencia más común en los niños es mirar el mundo desde sus propios gustos, comodidades o conveniencias. Por eso es extraño ver a un niño que reconozca con facilidad que ha hecho algo incorrecto. Lo más frecuente, por el contrario, es que transfiera toda posible responsabilidad a otros, con frases típicas, que todos hemos oído muchas veces: “¡Mi hermano fue el que empezó!”
Lo deseable, pues, es que una persona ya crecida tenga capacidad de objetividad y honestidad como para reconocer no sólo sus errores sino también sus fragilidades, carencias o incoherencias.
Sin embargo, pasa con demasiada frecuencia que crecemos en “edad” pero no tanto “en sabiduría y en gracia,” en contraste con el ideal que nos presenta San Lucas en el capítulo segundo de su Evangelio, hablando de nuestro Señor Jesucristo. Y nuestra falta de sabiduría y de gracia divina se traduce en comportamientos de grave inmadurez, incluso cuando nos expresamos de modo formal y supuestamente “racional.”
Cosas así suceden incluso dentro de la Iglesia. Por ejemplo: los “lobbies,” que ha denunciado el Papa, son un caso típico de grupos de personas dispuestas a sacar adelante su idea, su deseo, su “agenda,” sin que importe si lo que se quiere es correcto, es consecuente con la voluntad de Dios, es útil en Cristo para el bien de las almas. Había y hay gente empeñada en lograr “su” resultado, por ejemplo, la aceptación de la homosexualidad como una orientación sexual comparable con lo que siempre hemos entendido como ser hombre o mujer. Para quienes tienen esa convicción, un foro no es un lugar de discusión sino un espacio de propaganda; los textos de la Escritura que no van en su línea son retorcidos, omitidos o interpretados como supuestos “condicionamientos culturales;” las declaraciones anteriores del Magisterio son vistas como pasos en una evolución que forzosamente debe desembocar en lo que ellos piensan; la experiencia milenaria de la Humanidad es un atavismo que recién estamos empezando a superar; según ellos, el progreso lo definen los que piensen así como ellos y todo lo demás es retraso; contradecirlos es insultarlos pero ellos sí pueden disparar su insulto preferido: ¡Homófobos! solamente por el hecho de que uno presente argumentos contrarios.
Lo que yo veo es cuánta razón tenía el Papa Benedicto XVI cuando afirmaba en su discurso del 12 de septiembre de 2006 que la fe y la razón, lejos de oponerse, o crecen juntas o naufragan juntas. Y es lo que vemos: a medida que se oscurece la luz de la fe, que nos entreabre el misterio bellísimo del Dios poderoso, sabio y compasivo, se pierde también la capacidad de razonar pues la razón misma queda reemplazada por la retórica, el sentimiento manipulable, la presión del grupo social, el mero impacto emocional, la manipulación de la publicidad, el castigo de la exclusión, o el simple y llano maltrato, sea en forma de burla, insulto o persecución.
Lo paradójico de este estado de cosas es que responder a la irracionalidad que ataca o manipula con nuestra propia irracionalidad es rendirse: es ya entregar las armas y fracasar. Lo propio de un creyente adulto, es decir, crecido en la fe, es examinarlo todo y quedarse con lo bueno (véase 1 Tesalonicenses 5,21), y eso implica un doble esfuerzo: discernir lo que es válido dentro de la dureza del discurso implacable y a menudo injusto que nos toca oír desde fuera, y a la vez, corregir en el propio corazón y en los propios argumentos lo que uno ve que no es correcto o suficientemente depurado.
Dicho de otro modo: el hecho de que los otros sean injustos en la mayor parte de su crítica hacia nosotros, y el hecho, aún más enojoso, de que no sean capaces de revisar con esa misma crítica la flojedad de sus razones, no nos autoriza para ser injustos, ni para pagar con la misma moneda, ni mucho menos para dejar de examinarnos con honradez ante Dios.
Todos aquellos que quieren una Iglesia que se acomode a la voz seductora o arrogante del mundo, y todos aquellos que buscan un pretexto para justificar lo injustificable en torno a la familia, la Eucaristía, la defensa de la vida, o los derechos de los más pequeños y excluidos: todos ellos han de encontrar siempre en nosotros la misma sabiduría, la misma humildad, la misma disposición de servicio que brotan de las llagas frescas y glorificadas del Señor Jesucristo.
Lo nuestro es seguir los pasos que marcaron con su sangre los pies llagados del Nazareno. Lo nuestro es abrazar con amor la Cruz y hacer que estalle la luz a fuerza de caridad, paciencia y sensatez. Lo nuestro es la Pascua porque si padecemos con Él, reinaremos con Él.