Gracias, queridos suscriptores!

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Muchas gracias!

Hace días pasé por una pequeña crisis de salud que me llevó a internarme en el hospital, sobre todo para estar en observación y para que me hicieran varios exámenes médicos. Durante esos días que, gracias a Dios, fueron relativamente breves, pude experimentar la presencia, solidaridad y fuerza de oración de muchos de ustedes. GRACIAS!

Especial gratitud quiero expresar públicamente a mi amigo Luis Fernando Pérez, de InfoCatólica, y también a los servicios internacionales de comunicación católica AciPrensa y EWTN.

Con humildad me encomendaré siempre a sus oraciones, sobre todo para que yo sirva al Señor y a su Santa Iglesia con amor, constancia y sabiduría.

Agradecimiento

Estos días he tenido un inconveniente de salud y tendré que pasar algunos días en chequeos médicos. Desde aquí quiero dar las gracias a todos los que hacen sentir su presencia y sobre todo sus oraciones. Dios les pague.

Doy gracias a Dios por aquellos papás y mamás

Es verdad que hay muchos que siguen distraídos o atontados y no perciben los planes que se ciernen contra sus hijos. No niego que hay ingenuos que entregan a sus niños y niñas para que cualquier drag queen o cualquier rector arcoiris los adoctrine y corrompa a gusto. Todo eso es cierto y duele.

Pero también es cierto que hay un número creciente de papás y mamás que no ven ninguna razón para regalar a sus hijos a que se los manosee emocionalmente cualquier persona. Esos papás y mamás anuncian un futuro mucho mejor, gracias a Dios. Pero la pregunta es: ¿de los que leen estas líneas, cuántos ya despertaron?

Gracias por el don de la vida

Señor, mi corazón se levanta agradecido y con gozo humilde quiere bendecirte. Es el hermoso don que me has dado: conocerte, saber de ti, tenerte en mi amor y pensamiento para saber a Quién debo tanto, que en realidad es todo.

Pero darte gracias también es mi deber. Toda la naturaleza espera a la voz del hombre para ir más allá de sí misma. Ni el mineral ni el microbio, ni el animal ni la planta tienen cómo conocerte y por eso tampoco tienen otra voz que no sea la de mi garganta, ni otro canto si no es el que brota de mi boca.

Y mi gratitud es triple como es triple tu misterio Trinitario.

Gracias por haberme creado; por haberme arrancado de la nada: es lo que se celebra en el cumpleaños.

Gracias por haberme redimido; por haberme arrancado del dominio del pecado: es lo que se celebra en el aniversario del bautismo.

Gracias por haberme llamado a la plenitud de santidad y comunión contigo por encima de la fuerza de la muerte: es lo que se celebra en el aniversario de la partida de este mundo.

¡Gracias, gracias, gracias, Señor!