Un saludo diferente

El sufrimiento cambia la manera como uno ve el mundo. Eso es un hecho. Y por ende, cambia nuestro lenguaje. ¿No es verdad que nos sentíamos un poco raros de saludar diciendo “¡Feliz Año!” después de todo lo que ha pasado?

Alguien decía: “Con la felicidad sólo pueden pasar dos cosas: que se vaya o que se esconda.” Hay quienes piensan que felicidad simplemente “se fue”, o sea: nos abandonó. Es una conclusión muy fuerte, a la cual no creo que haya que llegar forzosamente.

Es mejor, y es más real, pensar que la felicidad está un poco “escondida,” es decir: no la vas a encontrar en los lugares o haciendo las cosas que antes hacías. ¿Tu lugar preferido era una fiesta, o ir de compras, o unas vacaciones de lujo? ¿Todo eso necesitabas para ser feliz? Posiblemente la felicidad no ronda esos lugares por estas fechas.

De vez en cuando, a la felicidad le gusta esconderse en las cosas más sencillas: esas que no solemos mirar porque siempre estamos de prisa, o siempre estamos pensando en los esquemas “típicos” de felicidad que el mundo nos repite por todas partes.

Esta es una buena época para preguntarse si puedes ser feliz con alguien: un amigo, tu hijo, tu esposa, tu papá… simplemente conversando, pasando el rato, jugando algo sencillo, recordando anécdotas, dando un abrazo (si ello es posible!).

En este 2021, no busques la felicidad donde solía estar. Deja que te sorprenda en un amanecer fresco, en la sonrisa de esa persona que está a tu lado, en el silencio de un templo, en una conversación sabrosa…

Si eres de los que puede encontrar el sabor de la felicidad en sus nuevos “escondites”: ¡bienvenido! Y por supuesto, para ti: ¡FELIZ AÑO!

El caso de las vacunas y las células de fetos abortados

Son tiempos de gran presión emocional y bastante desinformación. Muchos nos han preguntado sobre la licitud ética de aplicarse vacunas que tienen relación con células humanas tomadas de fetos abortados voluntariamente.

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Debe notarse que parte de la desinformación empieza en que hay gente que está diciendo cosas muy diversas:

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Vacunas derivadas de células de abortos

“Voy a considerar en este artículo una apremiante cuestión ocasionada por la pandemia del coronavirus-19. Unos enseñan que es «ilícito» recibir una vacuna si en su producción se usaron células de embriones abortados. Otros, por el contrario, enseñan que es «lícito» recibirla. Presentaré, con su enlace correspondiente, varios ejemplos en un sentido y en el otro. Y advierto con énfasis que los autores citados son todos de alto nivel intelectual y sumamente fidedignos, pues son fieles a las enseñanzas de la Iglesia…”

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Una Navidad atípica

A estas alturas, todos sabemos lo que nos espera: una Navidad atípica. Muchas de nuestras tradiciones de comida, reuniones, compras o viajes no podrán tener lugar este año. En unos países más que en otros, pero la verdad es que las restricciones propias del tiempo de pandemia quedarán grabadas en el recuerdo de cientos de millones de personas.

La pregunta que nos compete como cristianos y católicos es: ¿Qué es aquello que nadie puede quitarnos de la Navidad? Y la respuesta es sencilla: JESÚS.

Hasta un cierto punto, el hecho de que tantos elementos “externos” se vean tan disminuidos este año puede ser la ocasión de que los rasgos más “internos” y propios de esta fecha sean resaltados en nuestros corazones y en nuestras familias.

La alternativa parece ser: lamentarnos o profundizar en nuestros corazones el sentido precioso y permanente que está en el centro de la Navidad: ¡Dios se hizo hombre!

Ganadores y Perdedores

Un análisis interesante, con respecto a la pandemia, tiene que ver con el mundo empresarial. EY, un portal internacional que examina este tipo de preguntas comenta:

El Banco Mundial espera una caída del 5,2% del PIB mundial para este año, es decir, el doble de lo registrado durante la crisis del 2008. Según la CEPAL, se prevé el cierre de más de 2,7 millones de empresas y la pérdida de unos 8,5 millones de empleos en Latinoamérica.

A pesar de esta difícil situación, existen algunas empresas que, en lugar de experimentar una caída de sus ventas y enfrentar dificultades financieras, más bien se han fortalecido. Por lo tanto, cabe preguntarse lo siguiente:

¿Cuáles son las empresas que han tenido más éxito durante la pandemia?
¿A cuales sectores de la economía pertenecen?
¿Qué hicieron distinto que el resto de las empresas?

La conclusión a la que llegan es que empresas de comercio online (como Amazon), de Tecnología (como Apple y Microsoft) o de Pagos internacionales (como PayPal) no solo se han sostenido sino que de hecho han crecido durante el tiempo de pandemia.

Yo creo que es interesante preguntarnos, en clave de fe y de Iglesia:

¿Cuáles son las iniciativas de evangelización que han tenido más éxito durante la pandemia?
¿Qué actividades son más características de estas iniciativas?
¿Qué hicieron distinto que el resto?

Dejo abierta la conversación.

Se requieren muy altos estándares

Las voces jubilosas que se han levantado en los Estados Unidos por lo que parece un hecho, es decir, la salida de Donald Trump de la presidencia, muestran cuántos anhelaban, por diversos motivos, que eso sucediera.

Muchos vimos en sus decisiones elementos positivos, sobre todo en lo que tiene que ver con preservar la libertad religiosa, proteger la vida del no-nacido, fortalecer la Corte Suprema de Justicia frente a la disolución moral, y defender a la familia natural. No es poco.

Por otra parte, sus actitudes arrogantes, agresivas; su exigencia de lealtad absoluta a su propia persona; su actitud prácticamente narcisista en cuanto a sus propios logros; su falta de empatía ante algunas situaciones sociales graves; su lenguaje ambiguo pero predominante excluyente e incluso cruel frente a los inmigrantes… todo ello, como se dice a menudo, al final “le pasó factura.”

Es llamativo que en uno de sus primeros discursos, cuando ya empezaba a parecer un hecho que vencería, Joe Biden, habló del retorno de la “decencia” a ese país del Norte. Por supuesto, no es nada decente lo que piensan hacer él y su equipo, en cuanto a la familia, a la religión y al derecho a la vida pero destaco esto para mostrar un elemento que sin duda estuvo en la mente de muchos de quienes votaron por él.

Lo que concluyo de todo esto es que los líderes que quieran defender las causas más amenazadas de nuestro tiempo, como las que tomó Trump, especialmente en esta segunda postulación a la presidencia, deben ser hombres y mujeres de muy altos estándares morales y personales. La grosería, la imposición del poder, el lenguaje de amenazas tienen poco espacio cuando se trata de vencer las serpientes de mil cabezas que pululan en nuestro tiempo.

Necesitamos líderes de muy alto nivel porque serán odiados, escrutados sin piedad y atacados irracionalmente.

Y los demás, los que somos base y simple pueblo, tenemos el deber de orar y también de ayudar, en la medida de las fuerzas de cada quien, para que esta sociedad sea tierra fértil donde tales líderes puedan darse.

La política es parte de la virtud de la prudencia, según Santo Tomás

El siervo es movido por su señor por el imperio, igual que el súbdito por el jefe, pero de modo distinto a como son movidos los animales irracionales y los seres inanimados por sus respectivos principios motores. En efecto, tanto los unos como los otros son solamente impelidos, pero no se conducen por sí mismos, ya que carecen del dominio de sí por medio del libre albedrío. De ahí que la rectitud de gobierno no se da en ellos, sino en quienes les mueven. En cambio, los siervos y cualquier clase de súbditos son regidos por el mandato de otro, pero moviéndose ellos libremente. Por eso necesitan la rectitud del gobierno para regirse ellos mismos en la obediencia a los príncipes. Esa es la función propia de la especie de prudencia llamada política. (S. Th., II-II, q.50, a.2 resp.)


[Estos fragmentos han sido tomados de la Suma Teológica de Santo Tomás, en la segunda sección de la segunda parte. Pueden leerse en orden los fragmentos publicados haciendo clic aquí.]

¿Verán nuestros ojos otra forma de hacer política?

Estas últimas semanas el mundo ha presenciado un grotesco espectáculo en uno de los países más poderosos del planeta. Hablo, por supuesto de los Estados Unidos de América.

Recriminaciones, insultos, descalificaciones, traiciones, conjuras y conspiraciones: lo más bajo del corazón humano ha salido a luz en una campaña electoral en que el objetivo principal pareciera ser hundir al adversario, por el medio que sea.

Dos cosas debemos colegir de estos acontecimientos. Darnos cuenta, ante todo, de la verdad de las palabras de Benedicto XVI cuando aseguraba que, una vez que se pierde el sentido de la verdad y del bien, lo único que queda es la ley de la jungla: la imposición violenta de las propias ideas y la desnuda codicia del poder.

Y luego, descubrir la necesidad de que nuestra fe católica sea levadura en medio de la masa. ¡Lo hemos dicho tantas veces! Necesitamos católicos convencidos y capaces de contagiar de lo que es valioso en todas las esferas de la actividad humana: la ciencia, el arte, la literatura, la tecnología…y por supuesto, la política.

La historia del diputado ateo que conoció a Cristo gracias al Padre Pío

“El político británico Rob Flello también ha sufrido en sus carnes el hecho de haberse manifestado como católico tras su conversión del ateísmo. El que fuera durante 12 años diputado por el Partido Laborista abandonó su partido tras afirmar que no lo “reconocía” debido a su deriva ideológica y logró ser candidato por el Partido Liberal Demócrata. Sin embargo, 48 horas antes de que oficialmente se cerraran las listas para el distrito de Stoke-on-Trent fue retirada su candidatura debido sus postulados contrarios contra el llamado matrimonio homosexual y el aborto. El partido liberal se defendió justificando “cuán grandemente divergen sus valores de los nuestros”…”

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¿Es de izquierda el Papa Francisco?

Padre Nelson: entre mis amigos católicos hay varios de corte “tradicional”: gente seria que también toma en serio su fe. Y varios de ellos, sin conocerse entre sí, me han expresado su preocupación por las orientaciones políticas del actual Papa Francisco. Alguno incluso ni siquiera lo llama “Papa Francisco” sino que, de una manera insultante, en mi opinión, se refiere a él por su apellido: Bergoglio. Yo no comparto esa manera de dirigirse a nuestro Papa pero debo reconocer que me quedo perplejo ante algunas intervenciones de este Papa. ¿Puede darnos su opinión? Gracias. — H.G.H.

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El ministerio del Papa está por encima de las diferencias políticas porque su servicio es para todo el rebaño de Cristo, y aún más allá: para toda la humanidad, bajo la aspiración de que haya “un solo rebaño y un solo pastor.”

Por supuesto, cada Papa tiene sus énfasis. Juan Pablo II que conocía muy bien los niveles de daño del comunismo podía advertir con claridad sobre esa aspecto. Francisco, en cambio, conoció muy bien las aberraciones de la extrema derecha, de corte militar, en su propio país. No es extraño que sostenga un lenguaje permanente que invita a evitar las concentraciones de poder y los populismos, sobre todo los de la derecha política y económica.

Por supuesto, sus posturas son cuestionables desde ese punto de vista. Muchos nos hemos preguntado si no se podría ser mucho más claro frente a lo que ha sucedido y está sucediendo, por ejemplo, en Nicaragua, Cuba o Venezuela. En ese sentido, es explicable tu perplejidad y la de tus amigos. Pero en cualquier caso está fuera de discusión que él es el legítimo y único Papa, sucesor de Pedro. Y yo personalmente no dudo de su buena intención y la sinceridad de su oración.

Sobre este mismo tema hay una interesante recopilación de algunos hechos, realizada por un laico uruguayo, Daniel Iglesias. Puede leerse aquí.

Lo que a todos nos corresponde, y eso está claro, es orar con intensidad y amor por el Papa Francisco.

¿Por qué volver a los templos?

“La pandemia nos alejó durante meses de los templos; ahora se nos invita a “volver a los templos”; y no han faltado en las redes sociales las voces disonantes que se oponen a este volver, y no me refiero a los argumentos de salud sino a posturas muy distantes de esos estrados. Algunos recurren a la sentencia que no es necesario volver a un templo pues a Dios se le encuentra en todo lado. Alguien en mis redes me decía “oraré para que usted pueda encontrar a Dios sin necesidad de ir al templo”, de estas motivaciones o cuestionamientos nacieron estas reflexiones, que espero sean luz y formación de unos y otros…”

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