V-H. La dureza de la muerte

210. ¡Oh muerte, qué amargo es tu recuerdo para el hombre que vive en paz entre sus bienes, para el varón desocupado a quien todo le va bien! (Sir 41,1)

211. No temas la sentencia de la muerte; recuerda tus comienzos y tu fin. Esta sentencia viene del Señor sobre toda carne. ¿Por qué desaprobar el agrado del Altísimo? (Sir 41,3-4)

212. Las reflexiones del hombre y el miedo de su corazón es la cuestión del futuro, el día de su muerte. (Sir 40,2)

213. Con el reposo del muerto deja que repose su memoria; consuélate de él después de su partida. (Sir 38,23)

214. Llora al muerto, pues la luz lo abandonó; llora también al necio, porque perdió la inteligencia. Llora menos por un muerto, porque ya descansa, pues la vida del necio es peor que la muerte. (Sir 22,11)

La muerte de un hijo – Testimonio impresionante de su padre

Padre Nelson:

Un gusto saludarle. No he tenido el valor de comentarle el accidente que sufrimos como familia el pasado 9 de julio, en el que falleció mi hijo Emanuel de 14 años y mi suegra María. Mi esposa Ruth quedó muy mal herida y también mi hijo menor Pedro Andrés. Ellos se están recuperando de a poco. Mi esposa recién volvió al trabajo este lunes 10 de enero, pero sigue en fisioterapia. Pedrito le queda mucho tiempo todavía de fisioterapia.

Es un dolor muy grande aceptar la muerte de Emanuel. En fe sabemos que está con Dios, pero ha dejado un vacío muy grande que sólo Dios en su infinta misericiordia podrá llenar.

El era mi hijo mayor, el que más cerca estaba de mi, no sólo físicamente, sino que compartía todos mis gustos sobre la música, la política, el cine, etc. El se apoderó de mi pasado, al mundo que la música que me recordaba mi juventud ahora solo me recuerda a él.

Desde su tierna infancia a sido una gran admirador y seguidor del Papa Juan Pablo II, al punto que se vestía como él. Emanuel vestido así realizaba la ceremonia de renovación de Votos Maritales en cada aniversario nuestro. Su muerte le impactó grandemente y lloró mucho

Amaba la Mansión, en Santa Cruz, a donde lo llevábamos desde muy pequeño. Soñaba con ser arquitecto para hacer los diseños del altar de La Mansión. En la computadora dejó una gran cantidad de diseños que el hacía

Tacaba la batería en un ministerio de música, era muy bueno y exigente consigo mismo y formó su propio ministerio para animar las misas de su Colegio, el San Calixto.

También quería ser sacerdote, pero se conflictuaba con ser músico. Yo le decía que ambas actividades no eran incompatibles. En fín tenía muchas aspiraciones. Quería que la Renovación de La Paz sea muy grande y tenga eventos como los de La Mansión. Aspiraba a ser el líder d elos jóvenes para organizar un gran Encuentro Carismático juvenil.

Al momento de morir Emanuel alabó al Señor con voz fuerte y pronunció la frase “Soy feliz Cristo me liberó,” y falleció. Esa frase la pronunció también Padre Chris, el fundador de la Mansión, al momento de morir.

Ya le contaré cómo Dios ha obrado en nuestra familia. después del accidente. En todo caso estamos muy agradecidos incluso con la partida de nuestro hijo, porque los cristianos tenemos anhelos de cielo, de paraíso y de eternidad y Emanuel sólo se ha adelantado y en nosotros esos anhelos se han incrementado para estar con Dios y encontranos con nuestro hijo.

Perdón por extenderme, pero yo sé que usted me entiende y por sus oraciones encontraremos el consuelo divino.

Dios lo bendiga y que tenga un grandioso año 2011.

Atte.

Vladimir Montecinos

Brevedad de la Vida

Dicen que la vida es un viaje, y yo lo confirmo. Me parece que cuando viajamos se eleva a su última potencia el carácter de fugacidad que es propio de nuestra relación con las cosas.

Rodamos sobre ellas y ellas sobre nosotros: sólo nos tocan en un punto, en un instante de nuestra persona, de modo que por blandas, suaves y redondas que sean, su contacto con nosotros tiene siempre algo de punzada, de pinchazo doloroso.

Continuar leyendo “Brevedad de la Vida”

Muerte (01)

Así como una jornada bien empleada produce un dulce sueño, así una vida bien usada causa una dulce muerte. – Leonardo Da Vinci

No basta con pensar en la muerte, sino que se debe tenerla siempre delante. Entonces la vida se hace más solemne, más importante, más fecunda y alegre. – Stefan Zweig

Si la muerte no fuera el preludio a otra vida, la vida presente sería una burla cruel. – Mahatma Gandhi

Es más cruel temer a la muerte que morir. – Publio Siro

Incierto es el lugar en donde la muerte te espera; espérela, pues, en todo lugar. – Lucio Anneo Séneca

Vida y Muerte (01)

Cuando una medicina no hace daño deberíamos alegrarnos y no exigir además que sirva para algo. – Pierre Augustin de Beaumarchais

La vida es muy peligrosa. No por las personas que hacen el mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa. – Albert Einstein

A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante. – Oscar Wilde

La medicina es el arte de acompañar al sepulcro con palabras griegas. – Enrique Jardiel Poncela

Una vez terminado el juego el rey y el peón vuelven a la misma caja. – Proverbio italiano