Uno sin empleo, un parado

EL JORNALERO QUE LLEGÓ AL AMANECER

La enfermedad de nuestra hija arruinó mi vida.

Yo había nacido en Galilea, en una aldea cerca de Caná y heredé de mis antepasados un viñedo espléndido, plantado hacía más de cien años y que iba pasando de padres a hijos. Me casé, tuve hijos y mi vida transcurría en paz según las palabras del Profeta: “Habitarán cada uno debajo de su parra y de su higuera” (Mi 4,4).

Pero mi hija menor comenzó a padecer una extraña enfermedad de la que nadie parecía conocer ni el origen ni el remedio y tuve que peregrinar de médico en médico, sin que sus costosos tratamientos, que acabaron por arruinarnos, lograran sanarla.

Continuar leyendo “Uno sin empleo, un parado”

VII-E. Con humildad y misericordia

272. La oración del humilde atraviesa las nubes. (Sir 35,17)

273. La oración del pobre va de su boca a los oídos de Dios. (Sir 21,5)

274. Cuando os pongáis a orar, perdonad lo que tengáis contra otros, y el Padre del Cielo os perdonará vuestras culpas. (Mc 11,25-26)