El caliz mas precioso del mundo

En los museos o tesoros de las grandes catedrales existen cálices de tanto valor que te corta la respiración sólo el mirarlos.

Sin embargo, el Papa Pio XI que anteriormente había ordenado antiguas bibliotecas y tesoros (murió en 1939) solía decir: “El Cáliz más precioso es aquel que me regaló el obispo Sloskans”.

La historia es la siguiente.

En la Rusia de los Comunistas no se permitía que hubiera obispos católicos.

En el año 1925 el Papa envió secretamente un arzobispo a Rusia.

Este ordenó en secreto a nuevos obispos católicos, a uno en un sótano, a otro en una casa solitaria.

Los nuevos obispos podían ordenar nuevos sacerdotes, podían administrar el sacramento de la confirmación, podían confirmar a los fieles en la fe.

Pero hubo un traidor.

Continuar leyendo “El caliz mas precioso del mundo”

El Cura del Titanic

Thomas Byles, sacerdote inglés, converso del anglicanismo a la Iglesia Católica, viajaba para celebrar la boda de su hermano William en Nueva York. Rezaba el «breviario» en cubierta cuando el Titanic chocó con el iceberg.

Agnes McCoy, superviviente, relató los últimos momentos del sacerdote:

Cuando el Titanic se fue a pique, el Padre Thomas Bayle estaba de pie en cubierta rodeado de católicos, protestantes y judíos arrodillados a su alrededor. Byles rezaba el rosario y oraciones por el eterno descanso de las almas de aquellos que estaban a punto de perecer. Administró los últimos sacramentes a mucha gente. En la primera fase de la catástrofe escuchó muchas confesiones.

Se me ponen los pelos de punta. Rechazó por dos veces el bote salvavidas, en los que también ayudó a embarcar a otros. Pío X lo describió como «un mártir de la Iglesia».

En «Los Diez del Titanic», la historia bien documentada de los españoles en el buque, el P. Byles también tiene una mención en boca de una de las supervivientes, Fermina, sirviente de una pareja de «luna de miel»

A la una y cinco de la madrugada, el bote 8, cargado solamente con damas de primera clase y sus sirvientas, además de los marinos, empieza a ser arriado. Fermina no ha conseguido localizar a Víctor y, orientándose con dificultad entre el gentío, logra acceder a las inmediaciones de la embarcación cuando ésta ya ha comenzado a bajar por el costado del Titanic. «A mí me dejaron fuera. Pero empecé a gritar desesperada, y no tuvieron más remedio que llevarme. Me echaron como un saco de paja desde más de un metro de altura, cuando ya bajaba la barca —rememoraba con horror—. Fue el momento más terrible de mi vida. Cada vez que me acuerdo, me parece que acaba de ocurrir y acabo de salvarme de milagro».

En cubierta, el sacerdote católico Thomas Byles está dirigiendo el rezo de un rosario. Muchos se unen a la oración postrados estrechando entre las manos sus crucifijos, la mayoría son mujeres de tercera clase a las que el clérigo ha ayudado a ascender desde las dependencias inferiores del barco. «Dios te salve, María, llena eres de Gracia
», invoca el padre Byles. «Ruega por nosotros», súplica un coro de voces. Hasta las barcas en el agua llega el sonido de la plegaria mezclado con los acordes de la orquesta y el bullicio ronco de los pasajeros que deambulan por los corredores. Desde el bote 8, la condesa de Rothes contempla emocionada cómo Víctor Peñasco cae de rodillas sobre cubierta en actitud de orar.

La gracia de padecer por Cristo

“Ésta es la historia de una valeroso jesuita albanés llamado Anton Luli. Una vida llena de penalidades y sufrimientos bajo la dictadura comunista en Albania y, a la vez, testimonio de cristiano. «Bendigo al Señor, que a mí, su pobre y débil ministro, me ha dado la gracia de permanecerle fiel durante una vida prácticamente marcada por las cadenas. Sólo su gracia podía hacer esto.» ”

martirio

Click!

El alcalde de Madrid reconoce que los actos contra los peregrinos son ataques a la fe

El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, ha criticado este viernes que los ciudadanos laicos que los últimos dos días han participado en manifestaciones contra la celebración en la capital de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) hayan "insultado, humillado y vejado" a los peregrinos "sólo" por "proclamar públicamente" su fe.

"La intolerancia religiosa, la persecución de las ideas, el hostilizar a otros en función de sus creencias religiosas, desgraciadamente ha existido en la historia, y ahora se ha visto, porque a los peregrinos se les ha insultado, humillado, vejado y no por nada que hayan hecho o dicho, sino sólo porque hacen pública proclamación de su fe", ha dicho el primer edil en una entrevista en la Cadena COPE.

vía Gallardón: «Los laicos han insultado, humillado y vejado a los peregrinos por proclamar su fe» – ReL.

Morir por Cristo, en la China del siglo XX

En el año 1941, China era uno de los destinos peores para un misionero. Parte del territorio estaba invadido por Japón, y en la otra se vivía una auténtica guerra civil y un caos de guerrillas, comunistas unas, nacionalistas otras, que situaban a todas las misiones católicas en un constante riesgo de martirio por unos o por otros.

martires en China

Click!

Fallece a los 90 un obispo chino, tras decadas de privacion de libertad

El 17 de febrero, a la edad de 90 años, falleció monseñor Agustín Hu Daguo, obispo legítimo y clandestino de la prefectura apostólica de Shiqian (Shihtsien), en la provincia de Guizhou (China continental). Paso décadas de su vida en prisión, en campos de trabajos forzados y en privación de libertad a causa de su fidelidad al papa.

Publicado via email a partir de Palabras de camino

Creer y sufrir por Cristo

1. «Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos» (Mt 5, 10).

Acabamos de escuchar las palabras pronunciadas por Cristo en el sermón de la Montaña. ¿A quién se refieren? En primer lugar, a Cristo mismo. El es pobre, manso, constructor de paz, misericordioso y, también, perseguido por causa de la justicia. Esta bienaventuranza, en particular, nos pone ante los ojos los acontecimientos del Viernes santo. Cristo, condenado a muerte como un malhechor y después crucificado. En el Calvario parecía que Dios lo había abandonado, y que estaba a merced del escarnio de los hombres.

Continuar leyendo “Creer y sufrir por Cristo”