Camino de Sanacion, 4 de 5

Eres una maravilla del amor de Dios. Lo puedes descubrir en los prodigios de tu cuerpo; en los misterios de la mente; en al capacidad para la empatía, la solidaridad, la capacidad de vivir en sociedad. Y aún hay más: es el misterio de la conversión, que puede cambiar incluso un corazón tan espantosamente duro como el del centurión que a los pies de la cruz llegó a reconocer a Cristo como “Hijo de Dios.”

Camino de Sanacion, 2 de 5

La sanación de la afectividad requiere experimentar libertad, según Gálatas 5. No es libertad para el egoísmo ni para el pecado pero sí es libertad del dominio de los “faraones” que no nos dan vida y si nos roban la vida. Al faraón se le encuentra siguiendo tres hilos: los miedos, los deseos (manipulados por la publicidad) y las alegrías (porque quien sea dueño de mi alegría me maneja).

Feliz Sacerdocio

“Reflexión del obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, con motivo del día del Seminario. Arrancando del estudio de la Universidad de Chicago que afirma que los “profesionales más felices” son los sacerdotes, analiza la naturaleza, las condiciones y los objetivos de la vocación sacerdotal…”

feliz sacerdocio

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Diaconos permanentes

“Los diáconos permanentes pueden ser hombres casados, mayores de 35 años, con cinco años al menos de matrimonio estable, que han dado testimonio cristiano en la vida familiar…”

diaconado permanente

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En las catacumbas

“Somos un grupo de estudiantes que quiere contar al mundo la situación que vivimos día a día en nuestro lugar de estudio, muy preocupados por los actos fanáticos y contra la libertad que se realizan y permiten, y movidos por el silencio mediático y de grupos políticos teoricamente comprometidos con la Libertad y la Tolerancia…”

catacumbas

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La noches es tiempo de salvacion, 2 de 2

II. Las noches que nos rodean

(continuación de la primera parte)

* Noche espiritual es el oscurecimiento de la fe en Dios. Sucede por ateísmo, agnosticismo, o las formas antiguas o nuevas de brujería, incluyendo la Nueva Era.

* Pero hay otra forma de noche espiritual en la que tenemos los católicos grave responsabilidad. Es el trazo de oscuridad que dejan nuestras incoherencias. Llamados por Cristo a ser “luz,” nuestra traición a ese llamado nos deja en tinieblas, y ciertamente oscurece al mundo.

III. Cristo vence la noche

* Nos sirve de guía el texto del capítulo 9 de San Juan, que muestra el itinerario de la oscuridad a la luz, en un hombre ciego de nacimiento.

* El ciego hace tres cosas: escucha, obedece y testifica. Su escucha es acogida a la Palabra de Cristo. Su obediencia le lleva a vencer respetos humanos y lo ridículo de la situación en que lo deja Cristo, aunque sólo por breve tiempo.

* Convencido de su Salvador, el que había sido ciego celebra y adora al Señor, y no tiene temor de ser excluido de la sinagoga, porque se sabe incluido en el plan de amor de Dios.

La noches es tiempo de salvacion, 1 de 2

I. Qué entendemos por “noche”

* Aquello que escapa a nuestra vista, a nuestro entendimiento o a nuestro control, eso llamamos “noche.” Es el ámbito del misterio y la sorpresa, lugar de poderes extraños pero también espacio para la acción impredecible y maravillosa de Dios.

* Los misterios de la naturaleza y de la Historia; los recursos a veces tenebrosos del poder; la acción de lo subliminal y lo equívoco; las motivaciones últimas del corazón humano con todas sus incoherencias: tales son ejemplos de la presencia ubicua de la noche.

II. Las noches que nos rodean

* Pero hay tres noches que particularmente nos afectan: la noche moral, la noche espiritual y la noche intelectual.

* Noche moral es llamar bien al mal y mal al bien. Es la obra de la publicidad y la opinión pública que ponen “de moda” comportamientos contrarios a la razón y al bien común, y los imponen hasta el punto de convertir en un derecho la práctica de la maldad. El caso típico y aberrante es hablar del aborto como un “derecho” de la mujer.

* Noche espiritual es el oscurecimiento de la fe en Dios. Sucede por ateísmo, agnosticismo, o las formas antiguas o nuevas de brujería, incluyendo la Nueva Era.

(continúa en la segunda parte)

Cristo, Testigo Fiel

* Esfuerzo del demonio es desfigurar la imagen y conocimiento que tenemos de Dios porque, perdido ese conocimiento, nuestro corazón se aparta de nuestro Creador, y así somos presa fácil del enemigo.

* Así vemos que en el relato del Génesis 3 la serpiente empieza por calumniar a Dios hasta presentarlo como un ser egoísta, mentiroso, envidioso que en realidad no ama al hombre. En ese caso la estrategia funcionó porque Eva, olvidada del mandato divino, cae en desobediencia y así también cae en la red del demonio.

* También en nuestro tiempo esta estrategia se utiliza, por ejemplo, rodeando de calumnias al Papa, o mencionando a la Iglesia solamente en conexión con sus épocas más oscuras. El propósito claramente es que nuestra mente asocie a Dios solamente con lo detestable y lo repugnante, de modo que jamás nos acerquemos a Él. Las cosas llegan a un punto en que, aún en las dificultades, se prefiere acudir a la magia o a la superstición, antes que volver a Dios.

* Por eso tiene tanto significado uno de los nombres más bellos que la Escritura aplica a Jesucristo: “Testigo Fiel.” En efecto, él es aquel que da el testimonio supremo, deshaciendo los falsos testimonios del diablo y mostrando la verdad del rostro de Dios y de su amor incomparable.

* Dos pasajes, entre muchos otros, ayudan a ver la fuerza del testimonio de Jesús. Vemos el caso del leproso que por su enfermedad estaba excluido de la sociedad y de una vida medianamente normal. ¿Quién podía ser Dios en la mente de ese hombre? Jesús toca al enfermo, y la enfermedad no se adueña de Cristo sino que la sanidad de Cristo se adueña de ese cuerpo lastimado. De esa manera, Cristo no solamente sana la carne enferma sino que ilumina la mente turbada por una vida de exclusión y dolor.

* Otro ejemplo elocuente es el de aquella pecadora que interrumpe la cena de Cristo con el fariseo. Esta mujer ha sido maltratada en su intimidad y la palabra “amor” ya no significa nada para ella. En Cristo esa palabra se reconstruye. En Cristo ella se siente escuchada porque se sabe acogida; se siente sanada y puede volver a mirar a un Dios que le parecía vedado.

Espiritu de Dios y Sangre de Cristo

Espíritu de Dios y Sangre de Cristo

1. Necesidad del Espíritu

* Partimos del tiempo que los hebreos vivieron en Egipto. Faraón es un rey que es considerado como un dios. Pero su manera de ser dios hace que él trate a los hebreos como recursos reemplazables, prácticamente en el mismo plano de los ganados o las cosechas. Faraón es el ejemplo típico del dios egoísta, sanguinario, que se alimenta de sus súbditos y termina ofreciéndoles como pago la muerte.

* El Dios verdadero, YHWH, libera a su pueblo por mano de Moisés. Y para preservar la libertad recién adquirida, les da como regalo una Alianza, es decir: se asocia con ellos y los separa de los dioses muertos que además traen la muerte, como ya ellos lo habían experimentado en Egipto. El primer mandamiento, fuente de todos los otros, es ante todo un modo de recordarles lo que vale la libertad y cómo han de mantenerse libres de todo afecto o culto a los dioses falsos.

* Pero los solos mandamientos no bastan. El ser humano, por su condición temporal, se aleja sin remedio de sus recuerdos, que cada vez despiertan menos entusiasmo. Mientras tanto, las tensiones y tentaciones del presente invitan a una actitud pragmática que sólo busca “lo que funcione.” Así la fe se debilita y quiebra, como sucedió a los israelitas en el Antiguo Testamento. Y aunque los profetas trataban de mantener despierto el corazón, al final resultó más fácil deshacerse de los profetas que acoger su mensaje.

* Pero algo sí quedó de la palabra profética: la conciencia de que no bastaba con tener una ley escrita afuera. Se necesitaba y se necesita una ley interior; algo que nos dé no sólo el conocer lo que Dios quiere sino el quererlo. Tal es la necesidad del Espíritu que todos tenemos.

2. Necesidad de la Sangre

* Toda transformación o cambio implica sacrificio, y todo sacrificio es proporcional al cambio que se anhela. Un cambio verdaderamente radical implica una donación verdaderamente radical, es decir, la donación misma de la vida, de la sangre.

* Cuando las cosas llegaron a un extremo, en la época de los israelitas en Egipto, el Faraón tuvo que aprender a la fuerza que no basta con declararse dios para serlo. La última y más terrible de las plagas, la de la muerte de los primogénitos, viene a ser un castigo pero sobre todo una señal que apunta hacia la verdad de Dios, y el engaño del ídolo homicida, o sea, el Faraón mismo.

* Pero en los hogares de Israel no mueren seres humanos. Dios les ordena que sacrifiquen un cordero. Este es un sacrificio “vicario,” es decir, un sacrificio “en-reemplazo-de.” Ese corderito muestra de qué los ha librado Dios. La víctima inocente hace visible el rescate que ellos han recibido del amor y el poder de Dios.

3. Donación de la Sangre

* El cordero pascual, sin embargo, no salva a los hebreos de la ingratitud propia del olvido, y por eso tampoco salva del pragmatismo que quiere encontrar recetas y atajos que mejoren mágicamente al presente. La repetición del antiguo sacrificio no mejora al sacrificio.

* Viene entonces el Cordero de Dios, Cristo Jesús, nuestro Señor, y en la ofrenda de su Sangre nos permite exclamar lo que dijo Santa Catalina de Siena: “Yo soy el ladrón y Tú el ajusticiado.” El infinito valor de esa Sangre se convierte en misil de amor que rompe nuestras mentiras, denuncia nuestros pecados, y a la vez anuncia la misericordia perdonadora de Dios. En verdad, este es el sacrificio que sí cambia radicalmente nuestra relación con Dios.

4. Donación del Espíritu

* Quitado el obstáculo del pecado, que nos separaba de Dios, fluye ahora el río de Dios, el don de su Espíritu, como regalo del Resucitado a su amada Esposa, la Iglesia.

* La principal obra del Espíritu es hacer que el bien sepa bueno. La Ley Nueva es nueva sobre todo porque ha hecho nuevo al sujeto llamado a vivirla y cumplirla, es decir, al cristiano. El bien ya no es una obligación externa contra la cual se rebela nuestro ser, sino una necesidad interna que nace desde más allá de nosotros mismos, en el correr de las acequias que alegra la Ciudad de Dios, como dice el Salmo.

5. El Espíritu y la Sangre

* Lavados en la Sangre Santísima del Cordero, y renovados en el Espíritu de Amor, somos ahora instrumentos de su gloria, de modo que el Espíritu canta en nosotros su melodía y anuncia desde nosotros el poder y el amor del Altísimo.

Algo se mueve en la Iglesia en Espana – Comentario

Lo que sigue es mi comentario a esta entrada del blog de Luis Fernando Pérez.


Me gusta más tu estilo actual, Luis Fernando, que reclama acciones, sin olvidarse de invocar a la vez la prudencia y la paciencia. Creo que la comparación del burro y la cacharrería, que te he leído un par de veces, es asaz apropiada y de plena aplicación en un mundo que tiene la cámara lista para magnificar los errores de cualquier prelado.

Hay un punto que, sin embargo, no te veo mencionar todavía. Algo que percibo ausente en otros a quienes mucho admiro, como Paco Pepe, el P. Iraburu, Bruno Moreno, y aun otros. El punto es que al presentar a los heterodoxos, se exponen sus ideas como si fueran puros caprichos de mente calenturienta. O como si en todos los casos la única motivación fuera complacer al “mundo.” O como si fueran expresiones de una rebeldía cuasi-adolescente frente al Magisterio y la Jerarquía.

Si uno lee una porción generosa de artículos de Paco Pepe, la impresión que le queda es que la doctrina de la Iglesia, y su liturgia, y su disciplina, ya están bien y ya estaban bien antes de que llegaran unos desquiciados a pretender imponer sus ideas y su talante de vida.

Mi experiencia en el aprendizaje y la enseñanza de la teología es distinto. La heterodoxia contemporánea no tiene su única raíz en el capricho o la rebeldía. Es mas bien una respuesta inadecuada a una pregunta o preguntas plenamente lícitas. Y por eso creo que un ingrediente indispensable es dar respuestas válidas a las preguntas válidas. No es sólo catequesis, pues la catequesis presume la posesión previa de una respuesta.

Sin quitar, pues, a tu comentario, sino sumando algo a él, ofrezco este aporte.