ESCUCHA, Jesus rompe tus cadenas, 4 de 4

[Seminario ofrecido en la Asociación Jesús en Ti confío. Bucaramanga, Abril de 2013.]

* Seguimos un esquema antropológico basado en las enseñanzas de San Agustín y Santa Catalina de Siena. Cristo sana y libera, de adentro hacia afuera, empezando por las potencias de nuestra alma: voluntad, inteligencia y memoria.

(1) Enfermedades de la VOLUNTAD son: las seducciones idolátricas (propias de la avidez por el placer, la codicia, y el afán de prestigio; y también los temores ante los poderes de este mundo.

Cristo nos sana del poder de las seducciones mostrándonos cuáles son las verdaderas alegrías, y desenmascarando las falsas alegrías; y también otorgándonos el gozo de amar a Dios y alabarle, y de servir a los hermanos con gusto viendo en ello una prolongación del amor recibido.

Cristo nos sana del poder del miedo, según aquello que dice 1 Juan 4,4: El Espíritu Santo que está en nosotros es más fuerte que el que está en el mundo. Así llegamos a decir lo que dijo San Pablo: “Todo lo puedo en aquel que me fortalece” /Filipenses 4,13).

(2) Enfermedades de la INTELIGENCIA son el engaño y la ignorancia. El gran engaño es la falsa alternativa que con la quiere atraparnos el demonio, haciéndonos creer que debemos escoger entre ser obedientes o ser felices. Las grandes ignorancias nuestras son: ignorar quién es nuestro verdadero Padre; qué es el reino de Dios, y a qué cielo hemos sido llamados.

Cristo nos sana del engaño mostrando que la verdadera y estable felicidad está en la perfecta obediencia de amor que él, primero que todos, practicó.

Cristo sana de las ignorancias profundas revelando con su presencia, palabra y ministerio cuál es el camino que lleva a la vida plena y abundante.

(3) Enfermedades de la MEMORIA son el prejuicio y el seguir las malas costumbres de la propia época.

Cristo sana de los prejuicios poniendo muchas veces como modelo y ejemplo a aquellas personas que solían ser despreciadas: las mujeres, los niños, los samaritanos, los gentiles.

Cristo sana de las modas perniciosas manifestando una maravillosa libertad sellada por el amor que deja ver el rostro santísimo de Dios.

ESCUCHA, Jesus rompe tus cadenas, 3 de 4

[Seminario ofrecido en la Asociación Jesús en Ti confío. Bucaramanga, Abril de 2013.]

* Las bases de la sanación son dos: (1) La certeza de que Dios tiene un plan de amor para mi vida, y que por consiguiente las “cañadas oscuras” no son el final del camino. (2) La certeza de que las persecuciones, incomprensiones, fracasos, enfermedades también tienen un lugar en nuestra vida, y de hecho hacen bien para quitar soberbia, autosuficiencia y vanidad; y para inspirarnos solidaridad y compasión.

* Sobre esa base, la sanación lleva un orden general de adentro hacia afuera. El orden más propio es este:

(1) Experiencia del amor de Dios “aquí y ahora” : saberse amado y acogido por Dios.
(2) Sentir que el amor de Dios recorre y sana el pasado, de modo que uno puede hablar de lo vivido con realismo, aceptación y paz.
(3) Certeza de que el amor de Dios libra del temor al futuro, o a enfrentar los mismos enemigos u obstáculos que tuvieron poder sobre uno.
(4) Sanación de la memoria: los “estribillos” de derrota o de prejuicio.
(5) Limpieza profunda del lenguaje, quitando la negatividad, la vulgaridad, el doble sentido, la mentira.
(6) Bendición de la imaginación: aprender a anhelar y soñar “según Dios.”
(7) Sanación y restauración de la familia.
(8) Sanación de nuestro cuerpo.
(9) Protección para los bienes y realidades materiales, fruto del esfuerzo y trabajo realizado.
(10) Bendición y protección para nuestras finanzas.

ESCUCHA, Jesus rompe tus cadenas, 2 de 4

[Seminario ofrecido en la Asociación Jesús en Ti confío. Bucaramanga, Abril de 2013.]

* Hay dos tipos de bloqueo: (1) Hay ocasiones en que uno en realidad no quiere sanarse; (2) En otras ocasiones, uno sí quiere pero hay un desfase con el querer de Dios. Conviene mirar por separado estos dos casos.

* Uno no quiere sanarse porque encuentra ventajas en el pecado. se trata a veces del lucro o el placer. Otras veces, del odio se saca fuerza para pelear; o de mostrarse herido uno pretende encontrar compasión o una justificación para autocompadecerse.

* Aunque uno quiera sanarse aún pueden pasar varias cosas que toman el aspecto de un freno o bloqueo:

(1) Dios quiere concedernos lo que le pedimos pero tiene su propio tiempo, que no coincide con el nuestro.

(2) O tal vez Dios tiene un orden distinto en los dones que quiere concedernos, por ejemplo: primero sanarnos internamente del pecado, y sólo después curar nuestro cuerpo, como quien cura primero al capitán y luego sí al barco.

(3) O Dios no concede lo que uno quisiera porque su propósito es distinto. En tal caso, la felicidad que Él quiere darnos es superior y mejor que la que uno quisiera, pero implica una renuncia al propio plan.

* La arrogancia humana “ora” falsamente con palabras que equivalen a esto: “Señor gerente general del universo: Le conviene que haga pronto lo que yo quiero, y de la manera que yo quiero, caiga quien caiga. Amén.” Por supuesto, lo contrario de semejante arrogancia es el Padrenuestro que Cristo nos dejó como tesoro de su corazón.

ESCUCHA, Jesus rompe tus cadenas, 1 de 4

[Seminario ofrecido en la Asociación Jesús en Ti confío. Bucaramanga, Abril de 2013.]

* El amor es dinámico. El amor nos pone en movimiento. Dios, que es Amor, se ha puesto en movimiento ante el dolor y la necesidad de su pueblo.

* Leemos Éxodo 3. Dos cosas hay que destacar: (1) Sin que el pueblo lo pida, Dios ya busca la liberación de su pueblo. (2) De hecho, aunque el pueblo está anestesiado y distraído por los bienes que el faraón le da, y aunque el pueblo no lo pide, Dios ve más que lo que ven los ojos humanos, y sale a liberar a los suyos.

* Jesucristo es el Dios-con-nosotros, y Él muestra con su mirada que, más que un alivio, quiere traernos verdadera libertad. Un pasaje importante es Marcos 2, cuando queda claro que más allá de la parálisis visible, Jesús ve la parálisis invisible a la que llega el corazón en pecado.

* La verdadera liberación va marcada por una dulce y profunda añoranza de la casa paterna; añoranza de la verdadera libertad de los hijos de Dios, y anhelo de retorno al plan original de Dios.

* La verdadera liberación empieza con un verdadero encuentro con Dios. Más que solucionar un problema, Dios quiere establecer alianza personal, amorosa y profunda con sus hijos.

Firmes en la Fe, 3 de 3

[Predicación a los Misioneros de Jesús,en Guatemala. Abril de 2013.]

* Creer sólo puede significar una cosa: que el trono, el centro de mi vida es para Cristo. Los santos, lejos de estorbar, son testimonio precioso de lo que implica y el fruto que trae que Cristo tome su lugar.

* El gran obstáculo para que Dios reine el pecado. No pensemos del pecado como error, ignorancia, defecto o equivocación. No es un juego porque implica rebeldía y de suyo conduce a la muerte eterna.

* Lo primero que libera Cristo es el corazón: es ahí donde estamos realmente ciegos, paralíticos, sordos y a veces muertos.

* Necesitamos aprender a orar como hijos y no como esclavos. No pedir más parches para seguir sobreviviendo sino clamar por una vida nueva en su amor.

Firmes en la Fe, 2 de 3

[Predicación a los Misioneros de Jesús,en Guatemala. Abril de 2013.]

El “cubo” de San Patricio

cubo

* Vemos que es estrategia del diablo mantenernos en la confusión, la ignorancia, la duda. Lo suyo es llevarnos a la inestabilidad, porque los corazones inestables son manipulables, como los de aquellos de quienes habla San Pablo en Efesios 4,14.

* Nuestra estabilidad viene de Cristo, que es roca firme. Pero para que esa firmeza llegue a nosotros hay que vigilar cada flanco desde el que puede venir algún ataque que nos desestabilice. Así razonó San Patricio cuando, en gran necesidad y soledad evangelizaba en la antigua Irlanda, y por eso oraba como revistiéndose de una coraza que debía rodearlo por todas partes.

* En efecto, de atrás, de nuestro pasado, viene el recuerdo de errores cometidos, que nos repiten que no merecemos amor no bendición.

* De adelante, del futuro, nos vienen duras incertidumbres y una persistente desconfianza.

* De abajo, de nuestras bases, recibimos recio impacto y tambalean cuando suceden cosas dolorosas o imprevistas, como los accidentes, las enfermedades terminales, los secuestros y otras cosas muy graves.

* De arriba, de las alturas de la inteligencia, vienen las preguntas de mucha especulación, que al final llenan de duda.

* De la izquierda, imagen de lo siniestro, viene el escándalo de los antitestimonios, que apagan la alegría y dividen las comunidades.

* De la derecha, es decir, de nuestro deseo de ser correctos, viene un peligro: hay ocasiones en que tratamos de ser coherentes y obrar bien pero las cosas salen mal, o lo que es peor, recibimos como pago dura ingratitud.

* Y de adentro mismo, del corazón, brota a veces una especie de rebeldía cínica: la tentación misma de excluir a Dios y tomar el trono que sólo el debe ocupar en el alma.

* Por todo eso San Patricio entendió que la única forma de recuperar la estabilidad y permanecer firmes en Cristo era reclamar para Cristo cada puerta, cada flanco de nuestra vida.

Firmes en la Fe, 1 de 3

[Predicación a los Misioneros de Jesús,en Guatemala. Abril de 2013.]

* Cuando Cristo dice que la verdad nos hará libres está haciendo una promesa de liberación. Mas no debemos entender la liberación sólo para los casos de opresión o posesión diabólica. Si el pecado o el engaño aún tienen poder en nuestra vida quiere decir que en esa misma media necesitamos ser liberados.

* A menudo nuestros engaños tienen que ver con la medida incorrecta.

* Por ejemplo: es tentación frecuente en los hombres sentir que su trabajo es rutinario y carente de significado. Su autoestima es baja y se consideran como basura. De ese extremo pasamos al contrario: con un lenguaje agresivo, dominante e intransigente, ese mismo hombre se impone con arrogancia a su esposa o a sus hijos. Ese juego de extremos es estrategia muy usada por el demonio para debilitarnos y finalmente vencernos.

* Algo parecido, otro juego de extremos, acecha con frecuencia a las mujeres, cuando pasan de la idea de que no pueden gustar a nadie a la sensación embriagante de atraer la atención y el deseo, sobre todo cuando exhiben su cuerpo. Pero después de exhibirse es inevitable descubrir que esos ojos miran con desprecio, compasión o lujuria. Saber eso hunde en un nuevo ciclo de soledad, de vuelta al primer extremo.

* Hay un tercer “juego de extremos” que nos ataca a todos, y que quizás es el más perverso: vivir en la inconsciencia para luego mirar en la desesperación. Dice Santa Catalina de Siena que el demonio quiere mantenernos vendados en vida para arrancamos la vendrá justo a la hora de la muerte, de modo que pasemos de vivir como si no existiera la justicia de Dios a morir como si no existiera la misericordia de Dios.

* De todos esos y muchos otros engaños hemos de ser liberados, y para eso ha venido Cristo como nuestra única y preciosa verdad.

ESCUCHA, Nacer y renacer en la fe

[Predicación en la parroquia de San Pedro y San Pablo, de San José Villanueva, Guatemala, en Abril de 2013.]

* Para responder a la pregunta, siempre importante: ¿Cómo crecer en la fe?, a veces es provechoso preguntarse qué clase de cosas hacen que perdamos o disminuyamos la fe. La historia de algo que sucedió en una antigua población de Asia sirve de buena ilustración.

* Una terrible hambruna llegó a la ciudad de Samarcanda, y aunque el líder de la región, el príncipe Ismael, envió algo de alimento, la gente en el pueblo sintió que era demasiado poco para el número de necesitados. El alcalde Mustafá dispuso además que un contingente de soldados bien armados debían mantener a la multitud hambrienta a suficiente distancia de los alimentos, y también ordenó que fueron provistos en primer lugar las familias relacionadas con el gobierno de la ciudad, es decir, la gente más rica y poderosa. Todos estos hechos y decisiones llevaron a la gente a una sensación de desolación y desprotección: su fe y su esperanza se apagaban rápidamente.

* De ese relato es posible extraer las cosas que apagan la fe: (1) Sentir que nuestros problemas son demasiado grandes, y que ya no hay solución. (2) Pensar que lo que Dios o la oración puedan hacer será muy poco, o que ya es demasiado tarde, o que en realidad uno no merece que le llegue nada. (3) Tener la idea de que si Dios al fin sí da algo valioso y oportuno, será sólo para otras personas, por ejemplo: la gente buena, con instrucción en la fe, o que siempre ha estado cercana a la Iglesia. (4) Tener suspicacia de los planes o la manera como Dios da las cosas, y optar por excluirse uno mismo por no hacerse ilusiones.

* Pero la manera como Cristo habla, y sobre todo actúa, lleva una lógica distinta. Su estilo queda bien plasmado en las Bienaventuranzas (Mateo 5). Cristo es el Dios cercano que derriba nuestros prejuicios, que no se deja detener por el asco, la simple costumbre, la conveniencia, o el pasado que haya tenido una persona. Su actitud es refrescante y liberadora y despierta la alegría que sólo se siente ante una auténtica sorpresa de amor. Así se cumple que en el renace nuestra fe.

El Procurador en Colombia defiende el matrimonio de hombre y mujer

“Un debate que apenas comienza en el mundo occidental, que los países de tradición no cristiana ni siquiera se han atrevido a tocar y que, sin embargo, en nuestro país muchos quieren dar por terminado sin un debate serio y profundo, estigmatizando a quienes opinen distinto, e incluso intentando poner en la cárcel a quienes manifiesten desacuerdo con la corriente en boga…”

Procurador de Colombia

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La fe que transforma el mundo, 3 de 3, Consignas y propuestas

[Encuentros con seminaristas, capellanes y docentes de Colegios de la Arquidiócesis de Guayaquil, en Abril de 2013.]

En esta conferencia entendemos por “misiles” a los procesos legales, jurídicos y ejecutivos, artificialmente acelerados y sospechosamente financiados, que avanzan prácticamente en todo el mundo, en contra del respeto a la vida humana, en contra de la dignidad única del amor y la sexualidad humanos, y en contra de la institución básica de la sociedad: la familia. Nos queda claro que esos misiles han avanzado o ya impactado de modo más grave en unos lugares que en otros. Es nuestro deber entonces aprender de las experiencias ajenas. Y en cuanto al propio país o lugar: conocer las plataformas desde las que se lanzan esos misiles; evitar con todas nuestras fuerzas su lanzamiento; minimizar su impacto, si han sido lanzados; corregir prontamente los daños si ya han caído.

He aquí algunas de los consignas y propuestas más urgentes:

  1. Ver y hacer ver lo que está sucediendo.
  2. No sucumbir al espíritu de secta; por ejemplo, haciendo el juego a los que quieren que la Iglesia se encierre en su culto, o en un mundo exótico sin verdadera relevancia para las cuestiones que importan hoy.
  3. No caer tampoco en la tentación de la relevancia: tratar de hacernos visibles y mediáticos a cualquier costo.
  4. Es indispensable, sobre todo en materia de educación, vincular todas las fuerzas: padres de familia, docentes, estudiantes, directivos, administrativos.
  5. Y sobre todo: ser audaces en proponer la militancia, el heroísmo y la santidad.

La fe que transforma el mundo, 2 de 3, Cuestiones de fondo

[Encuentros con seminaristas, capellanes y docentes de Colegios de la Arquidiócesis de Guayaquil, en Abril de 2013.]

Hay presupuestos antropológicos y y filosóficos que sirven de terreno fértil para los sofismas de nuestro tiempo:

  1. La pretensión de que sólo puede darse justicia si se afirma la igualdad: de género, clase, religión, y demás. La respuesta católica es que la igualdad fundamental en la dignidad no riñe con que seamos distintos ni se opone a una sana y enriquecedora complementariedad. Lo que hay buscar es el servicio mutuo, y no tomar como objetivo fundamental y único la supresión de las diferencias.
  2. La tiranía de la mayoría numérica que degenera en el gobierno de los lobbies o grupos de presión (“colectivos,” que llaman en España). Respuesta católica: hay que dejar en alto la conciencia de que la verdad no se determina por mayorías, y educar en las grandes virtudes que no pasan de modo, como la sabiduría y la prudencia.
  3. El uso reflejo de las ciencias humanas: “ingeniería social.” A medida que conocen más del ser humano saben también más cómo manipularlo; por ejemplo, cómo hacer aceptables comportamientos que al principio son rechazados. La respuesta católica implica la educación en la virtud, por ejemplo, en la templanza, y además supone la persistencia en la tarea de la evangelización.

La fe que transforma el mundo, 1 de 3, Sobre algunos sofismas de nuestro tiempo

[Encuentros con seminaristas, capellanes y docentes de Colegios de la Arquidiócesis de Guayaquil, en Abril de 2013.]

He aquí algunos de los sofismas más repetidos:

  1. Sólo puede juzgar de religión el que es neutro ante la religión, es decir, el que no cree en la religión.
  2. Allí donde hay una mayoría católica hay que prohibir las manifestaciones de fe católica porque ofender a las minorías no-católicas
  3. Controlar la población es controlar la economía
  4. Para mejorar la salud pública el camino son las campañas de sexo seguro
  5. Liberar a la mujer es hacerla semejante al varón
  6. La orientación sexual es como la raza, y hay que darle tratamiento de “derecho humano”
  7. Los cambios sociales que se impulsan en todas partes, en contra de la dignidad del amor humano, y en contra de la vida misma, son inevitables e irreversibles

Entrevista al arzobispo de San Francisco sobre el matrimonio gay

“Entrevista que el Arzobispo de San Francisco Salvatore Cordileone ofreció al periódico estadounidense USA Today, con motivo de que la Corte Suprema de los EUA, próximamente revisará el fallo que dejó sin efecto la Proposición 8 de California, donde los votantes de ese Estado decidieron mantener el matrimonio como una relación sólo entre un hombre y una mujer…”

Entrevista matrimonio gay

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ESCUCHA, Familias unidas en el amor y abiertas a la mision

[Predicación para la comunidad hispana de la Parroquia de Santa Margarita de Escocia, en Morristown, NJ, Marzo de 2013.]

* Cuando Josué dice: “Yo y mi casa serviremos al Señor” (Josué 24,15), está seguro de la unidad de su familia en torno al querer de Dios. ¿Cómo se garantiza esa unidad? He aquí cinco recomendaciones:

(1) Cristo en el centro: para que en la pareja ninguno espere demasiado del otro, y para que los papás se desengañen con respecto a sus hijos, a los que suelen ver como buenos solamente porque sienten amor por ellos.

(2) Escuelas del perdón: no hay unión posible si la gente no aprende a decir: “Perdóname” y “Te perdono.”

(3) Aprecio por los dones de los demás.

(4) Comunicación y transparencia: Padres, ¡hablen de sus sueños a sus hijos!

(5) Proyectos comunes: para esto es ideal la vida parroquial!

Josue y su familia, 3 de 3, Una mujer de Dios

[Predicación para la comunidad hispana de la Parroquia de Santa Margarita de Escocia, en Morristown, NJ, Marzo de 2013.]

* Ya la fisiología de la mujer, en su capacidad de percibir, comunicar y conectar, muestran que sus dones naturales son abundantes. ¿Hay un propósito para ellos? Por supuesto: la sensibilidad extendida, lectura de gestos, capacidad de empatía son necesarias para favorecer la vida. La mujer es ministra de la vida.

* La mujer, sin embargo, encuentra en el varón, si de veras la respeta y la ama, tres cosas: (1) Dirección, que le permite ser, no una inundación sino un río; (2) Ubicación, puesto que el mundo en general no nos mira desde la subjetividad que no conoce sino desde la objetividad de actos y resultados; (3) Un apoyo y presencia afectiva que no dependa de la sola apariencia física.