La Iglesia en México vuelve a advertir sobre la Santa Muerte

“El culto a la Santa Muerte “no es agradable para Dios”, tal como señaló el portavoz del arzobispado de San Luis Potosí (México), Juan Jesús Priego Rivera, quien sostuvo que esta práctica de ninguna manera forma parte del rito católico o cristiano en general, por lo que pidió a los fieles católicos descartar a esta falsa deidad que más bien tiene rasgos del satanismo…”

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La mártir de Coyoacán

“El domingo 30 de diciembre de 1934 murió María de la Luz Camacho en el atrio de la parroquia de san Juan Bautista, en la villa de Coyoacán de la ciudad de México. Murió mártir, al defender la Iglesia y la Fe, balaceada por sus verdugos. Murió con los brazos abiertos en cruz al tiempo que gritaba, con inusitado valor en una señorita de 27 años de edad que se enfrenta a furibundos verdugos anticlericales, las últimas palabras que pronunciaron sus labios: ¡Viva Cristo Rey!…”

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Mitos y verdades en torno a la Virgen de Guadalupe

Padre Nelson, una de las imágenes más famosas en todo el mundo es la de Nuestra Señora de Guadalupe. pero últimamente he oído de todo con respecto a esa imagen. Unos dicen que es falsa (un fraude hecho por los misioneros), otros dicen que tiene música incorporada, otros más, que es una diosa azteca rebautizada por los católicos. O sea, son muchas preguntas… Nos puede decir qué hay de cierto y qué hay de invento en tanto que se dice de la Virgen de Guadalupe? –G.P.

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Más que hablar por mí mismo, cedo la palabra a un autorizado artículo de catholic.net:

Los casi 500 años desde la aparición de Nuestra Señora de Guadalupe han visto surgir diversidad de mitos en torno a la imagen plasmada en la tilma de San Juan Diego, como una supuesta temperatura humana o movimiento en los ojos de la Virgen. ¿Qué hay de cierto en esto?

En diálogo con ACI Prensa, el P. Eduardo Chávez, postulador de la causa de canonización de San Juan Diego y uno de los mayores expertos en la aparición de la Virgen de Guadalupe, aclara la verdad en torno a estas historias.

1. ¿Es verdad que la imagen de la Virgen de Guadalupe tiene temperatura humana?

El P. Chávez, también director del Instituto Superior de Estudios Guadalupanos, señaló que este mito se ha difundido a través de las redes sociales y el correo electrónico, pero en verdad “la imagen no tiene, no presenta temperatura”.

“Es lógico que el mármol, la piedra, la madera, la tela, tengan diferentes temperaturas”, dijo. La imagen de la Virgen de Guadalupe está plasmada sobre “una tela hecha de planta, un agave que se llama ‘ixotl’. Y no presenta una temperatura como si fuera un ser humano”, precisó.

2. ¿La imagen de la Virgen de Guadalupe fue pintada o fabricada por manos humanas?

El sacerdote mexicano aseguró que este mito “es simple y llanamente imposible”, pues, entre otros importantes detalles, la tilma de San Juan Diego “ni siquiera tiene brochazo, pincelada”. “Es una estampación, es un impreso como tal”, afirmó.

Además, destacó el carácter milagroso de la imagen porque “¿cómo es posible que haya durado a pesar de un accidente del ácido que se le derramó en 1784? ¿Cómo es posible que después del bombazo que le pusieron ahí el 14 de noviembre de 1921 no le pase nada?”.

3. ¿Los ojos de la Virgen de Guadalupe se mueven?

El P. Chávez dijo que en redes sociales “dicen que poniéndole una luz fuerte se dilatan los ojos y cosas por el estilo. No hay tal. No es que se muevan, no es que se dilaten”.

Para el canónigo de la Basílica de Guadalupe “se malinterpretó una cosa que el oftalmólogo Enrique Graue señaló: que los ojos parecen humanos, en el sentido que se ven como una fotografía humana, con profundidad y reflejos humanos”.

4. ¿La Virgen de Guadalupe “flota” sobre el manto?

El director del Instituto de Estudios Guadalupanos fue tajante: “No flota la imagen de la Virgen de Guadalupe”, sino que “está impresa en la tilma”.

Tampoco “son dos o tres imágenes puestas una sobre la otra”, como algunos aseguran.

5. ¿La Virgen de Guadalupe es una adaptación católica de una diosa azteca?

Hay quienes defienden la idea de que la Virgen de Guadalupe es una adaptación católica de la diosa azteca Coatlicue Tonantzin, una mezcla de mujer con serpientes que representaba la fertilidad.

Sin embargo, el P. Chávez explicó que Nuestra Señora de Guadalupe “no es ninguna adaptación de ninguna diosa” y que “ella no toma ninguna idolatría”.

“A ella no se le llama Coatlicue, que sería la idolatría, se le llama Tonantzin, que no es ninguna idolatría, sino que significa ‘nuestra venerable madre’, y como lo dicen los indígenas en diminutivos: ‘nuestra madrecita’. Es un título, no es la idolatría”.

“Jamás los misioneros del siglo XVI iban a hacer como un disfraz para una diosa pagana, que para ellos era simplemente satanás, el demonio, y vestirla como María. Eso es totalmente falso”, subrayó.

6. ¿Hay música oculta en la imagen de la Virgen de Guadalupe?

En base a un trabajo matemático, el contador público mexicano Fernando Ojeda dio con este descubrimiento, explicó el P. Chávez.

Tomando las flores y las estrellas en la imagen de la Virgen como si se tratara de notas musicales, Ojeda esbozó un pentagrama y encontró la melodía.

El P. Chávez señaló que repitieron el experimento con copias de los siglos XVI y XVII, “donde las estrellas y las flores están a criterio del pintor”, pero lo único que obtuvieron fue “ruidos, no armonía”.

“Solamente con la original sale una armonía perfecta y actualmente ya tiene un arreglo sinfónico. Es cierto, surge música de la imagen de la Virgen de Guadalupe”, reiteró.

7. ¿Es verdad que una de las manos de la Virgen de Guadalupe es más oscura que otra?

El P. Chávez señaló que si bien “es posible” con las sombras y la luz en la imagen que se vea una mano más oscura que la otra en la tilma de San Juan Diego, él no está de acuerdo con quienes sostienen que esto se interprete “como la mezcla entre la raza blanca y la raza más oscura, más morena. Esas ya son interpretaciones más bien devocionales”, que “están bonitas, pero no hay ninguna correspondencia con un códice o con la mentalidad indígena”.

Lo que sí tiene fundamento, precisó, es que por la posición de las manos se entiende como rezar tanto para europeos como para los indígenas americanos, que veían a la Virgen “en paso de danza”, que para ellos era su forma de hacer oración.

8. ¿Se proyectó recientemente, de forma milagrosa, una luz en el vientre de la Virgen de Guadalupe?

Para el P. Chávez “es complicado saber si fue un milagro en ese momento, porque no sabemos si fue un rayo de luz que haya topado con alguna de las cosas metálicas que se encuentran cerca, y que haya proyectado una luz en su vientre”.

“Lo que sí sabemos es que ella es defensora de la vida”, dijo, y destacó que esto se evidencia en “el simple hecho de que ella tenga una cinta oscura arriba del vientre, significa que está en cinta, por lo tanto que está Jesucristo Nuestro Señor en su inmaculado vientre”.

9. ¿Se ven palabras en la imagen de la Virgen de Guadalupe?

Frente a quienes dicen que se pueden encontrar palabras escritas en la imagen de la Virgen de Guadalupe, el sacerdote mexicano aseguró que “yo no veo eso por ningún lado”.

“Ella se comunica con glifos, como se comunicaban los indígenas. Y cuando fue de palabra, lo hizo en náhuatl a través de Juan Diego, que después se fue traduciendo”.

“En sus pliegues y todo eso no se pueden ver letras, eso más bien forma parte de nuestro cariño hacia ella e intentamos con luz y sombra ponerle ‘Pax’, ponerle esto o el otro”, pero “no hay esas palabras”.

10. ¿El obispo Fray Juan de Zumárraga trató mal a San Juan Diego?

El director del Instituto de Estudios Guadalupanos alentó a “quitar ya de nuestra mente y nuestro corazón” mitos como este contra el primer Obispo de México, el franciscano Fray Juan de Zumárraga.

“La clave, el eje del acontecimiento es el obispo”, aseguró, pues “si bien la Virgen de Guadalupe eligió un laico, metió en el paraíso un laico, le habló a un laico, le expresó su mensaje a un laico”, la casita sagrada que ella pedía “no se hacía sin la autoridad del obispo”.

El P. Chávez precisó que quienes trataron mal a San Juan Diego cuando fue a ver a Fray Juan de Zumárraga “fueron los criados, que lo dejaron afuera”.

El franciscano “nunca lo trató mal, al contrario lo trató con tanto cariño”, así como “con mucho respeto, con mucha dignidad”, afirmó el P. Chávez.

Cercan iglesias de Ciudad de México para evitar ataques y profanaciones de feministas

“Diversas iglesias, entre ellas la de San Francisco y el vecino Templo Expiatorio Nacional de San Felipe de Jesús, fueron cercados, ante el peligro de que una marcha feminista anunciada para este 25 de noviembre pueda causar daños. La Arquidiócesis de México publicó imágenes de los templos cercanos en Twitter, añadiendo en un mensaje que “ante la manifestación de este lunes #25DeNoviembre, las autoridades civiles y eclesiásticas dialogan y actúan para tomar las precauciones pertinentes y resguardar los templos, además del patrimonio histórico y cultural del Centro Histórico de la Ciudad de México”…”

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Los obispos mexicanos se pronuncian sobre la migración

“La Conferencia del Episcopado Mexicano, en una carta dirigida al clero, agentes de pastoral de Movilidad Humana y al pueblo de Dios, manifestó que “la Iglesia está convencida de que es necesaria y urgente una justa política migratoria que, por un lado, garantice un ordenado, responsable y regulado libre tránsito de personas, y que vele por los intereses legítimos de nuestra nación”…”

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Oración para el proceso electoral 2018

Oración para el proceso electoral 2018

Dios Uno y Trino, invocamos tu asistencia amorosa a favor de nuestra nación en este año que ejerceremos nuestra responsabilidad ciudadana como una expresión de compromiso y participación en la construcción de nuestra Patria.

Padre eterno y bondadoso, ayúdanos a discernir con tu sabiduría para elegir a aquellos ciudadanos que puedan ejercer las funciones de gobierno con conocimiento, sensibilidad, competencia, honestidad y que sean constructores de la paz y la reconciliación.

Hijo único del Padre, que te encarnaste y asumiste un contexto histórico, en medio del pueblo de Israel, que tu ejemplo nos comprometa con nuestro propio pueblo para que ofrezcamos nuestra aportación constante en la participación y el compromiso ciudadano.

Espíritu Santo, fuente del amor del Padre y del Hijo, ilumina nuestra mente e inspira nuestros afectos, para que todos los habitantes de México seamos corresponsables y construyamos una nación donde reine el diálogo, la verdad, la justicia y la paz, que nos haga merecedores de la Patria del Cielo.

Todo esto, Dios Uno y Trino, lo suplicamos amparándonos en la intercesión maternal de Santa María de Guadalupe, Madre de todos los mexicanos, por Jesucristo nuestro Señor.

AMÉN

cem.org.mx

Los verdaderos enemigos

Ya son cerca de 30 sacerdotes asesinados en México, durante el sexenio de Peña Nieto.

Análisis: No importa dónde empiece la degradación de un país, tarde o temprano el enemigo, el demonio, mostrará a quiénes odia de verdad: las familias, los niños, la Iglesia, los sacerdotes. México: oramos por ti pero también aprendemos de lo que te está sucediendo.

Los obispos mexicanos recuerdan los principios no negociables claves a la hora de votar

“La Conferencia del Episcopado Mexicano pide a sus fieles que, de cara a las próximas elecciones, busquen el «bien posible» y eviten a toda costa el mal menor. Y para ello recuerdan los principios no negociables: defensa de la vida desde su concepción hasta la muerte natural, matrimonio heterosexual y monogámico, libertad religiosa y centralidad de los más pobres y excluidos…”

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Sigue el relato de la vida de San Junípero Serra

Hacia México

A fines de agosto de 1749, a los treinta y cinco años, fray Junípero se embarcó para las Indias en Cádiz. Iban en la nave veinte franciscanos y siete dominicos. A mediados de octubre llegaron a San Juan de Puerto Rico, donde varios padres predicaron una misión. «Cuando predicaba yo -escribe humildemente el padre Serra- no se oía ni un suspiro, por más que tratase asuntos horrorosos y me desgañitase gritando. Con lo que se hizo público para todo el pueblo, para confusión de mi soberbia, que yo era el único en quien no residía aquel fuego interior que inflama las palabras para mover el corazón de los oyentes».

Cuando a fin de mes reanudaron la navegación, les esperaba una terrible tormenta, y el único de los religiosos que no se mareó fue fray Junípero. Sin embargo, no estaba muy contento de sí mismo: En el viaje, escribía, «no hemos tenido más que unos pocos trabajillos, y para mí el mayor de todos ha sido el no saberlos llevar con paciencia».

Llegados a Veracruz, aunque la Corona costeaba los gastos de caballerías y carros para los misioneros, fray Junípero y otro religioso, con el permiso debido, partieron hacia México a pie y mendigando, según la mejor tradición evangélica y franciscana. Cerca ya de la meta, notó fray Junípero que se le hinchaba un pie, quizá por las picaduras de mosquitos, restregadas por la noche, en sueños, e infectadas. El caso es que la herida abierta de su pie acompañaría ya para siempre los itinerarios apostólicos del padre Serra, que nunca dio al asunto la menor importancia.

Una vez en la ciudad de México, el 31 de diciembre, fueron antes de nada a venerar a la dulce Señora de Guadalupe, y de allí al Colegio misional de San Fernando. Cuando llegaron a éste, la comunidad rezaba la Hora litúrgica con toda devoción, y fray Junípero le comentó a su compañero: «Padre, verdaderamente podemos dar por bien empleado el venir de tan lejos, con los trabajos que se han ofrecido, sólo por lograr la dicha de ser miembros de una Comunidad que con tanta pausa y devoción paga la deuda del Oficio Divino».

Al día siguiente de llegar, solicitó del superior un director espiritual, y le fue asignado un santo y veterano misionero, fray Bernardo Puneda.

En Sierra Gorda con los pame

Los indios pame, de la familia de los otomíes, vivían en Sierra Gorda, en el centro de la Sierra Madre Oriental, a más de 150 kilómetros de Querétaro, y el Colegio de San Fernando tenía a su cargo sostener allí las cinco misiones fundadas en 1744, Xalpán, la Purísima Concepción, San Miguel, San Francisco y Nuestra Señora de la Luz.

Estas misiones llegaron a reunir unos 3.500 indios, y estaban protegidas por un capitán al frente de una compañía. El padre Pérez de Mezquía, colaborador en Texas del venerable fray Margil, fue quien organizó la estructura catequética y laboral de aquellas misiones, y lo hizo en forma tan perfecta que el modelo fue copiado en otras misiones.

El clima cálido, húmedo, muy insalubre, de Sierra Gorda producía frecuentes bajas entre los misioneros, y cuando el Guardián de San Fernando pidió voluntarios para aquellas misiones, se ofrecieron ocho, y los primeros fray Junípero y fray Francisco Palou. Algunos padres sugirieron que varón tan docto como fray Junípero no fuera enviado a un rincón tan bárbaro.

Pero en junio de 1750 los dos amigos mallorquines salieron a pie hacia su destino, y un año después el padre Serra era elegido presidente de aquellas cinco misiones franciscanas. Se empeñó ante todo en aprender la lengua indígena, en perfeccionar la catequesis, y en sus nueve años de misión, no quedó indio de la zona sin bautizar. Conociendo las disposiciones del indio y los modos peculiares de la religiosidad popular, daba a las festividades religiosas el mayor colorido posible, con representaciones plásticas, procesiones con cruces, diálogos entre niños indios, echando mano de todos los recursos posibles, capaces de expresar de alguna manera la belleza del mundo de la gracia.

Otra tarea misionera fundamental era despertar en aquellos indios la tendencia natural humana hacia el trabajo, inclinación que en ellos estaba secularmente dormida por el desorden y la desidia. Los indios pame, en efecto, fueron aprendiendo labores y oficios, nuevos modos de criar ganados y cultivar los campos, y crecían así de día en día en humanidad y cristianismo. Pasado un trienio, en 1754, quedó fray Junípero libre de su cargo, y como simple misionero, en Xalpán, pudo dedicarse todo y solo a sus indios. En 1759, los padres Serra y Palou fueron llamados a San Fernando para ser enviados a los indios apaches.

Predicador desde San Fernando de México

Junto al río San Sabá, afluente del Colorado, los franciscanos habían establecido en 1757 una misión muy peligrosa entre los apaches. Un año después, los padres Alonso Giraldo de Terreros, José Santisteban y Miguel de Molina se vieron un día rodeados de unos dos mil indios, que esgrimían arcos y armas de fuego. Terraldo fue abatido de un disparo, Santisteban fue decapitado, y Molina logró escapar de noche con la mujer de un soldado -que también fue muerto- y con su niño.

Al conocerse la noticia en San Fernando, el guardián estimó que los dos mallorquines amigos eran los más indicados para ir a aquella misión tan peligrosa. En una carta del padre Pérez de Mezquía, de marzo de 1759, se dice que para aquella misión eran ambos muy dispuestos e idóneos: «Lo primero son doctos, de manera que el principal, que se llama fray Junípero, era Catedrático de Prima de la Universidad de Mallorca; el otro, que se llama fray Francisco Palou, discípulo del primero, era en su Provincia Lector de Filosofía». Ya se ve, pues, que tan doctos frailes eran los más indicados para tratar de evangelizar a los apaches.

Pero a última hora, el Virrey de Nueva España prohibió el envío de estos misioneros, en tanto no estuviera pacificada la región. Fray Junípero entonces, desde 1759 hasta 1768, vivió como conventual en San Fernando, en México, desempeñando diversas funciones, como la de maestro de novicios, Comisario de la Inquisición, o consejero del superior. Pero se dedicó sobre todo a las misiones populares, que estaban orientadas a la reanimación espiritual de los ya cristianos.

Tanto el Colegio de Misiones de San Fernando como el de Zacatecas tenían su propio «método de misionar», en el que horarios y temas venían cuidadosamente distribuídos, y que incluía cantos y diversos actos de la religiosidad popular. La muchedumbre de fieles era congregada con cantos religiosos como éste: «Dios toca en esta Misión / las puertas de tu conciencia: / penitencia, penitencia / si quieres tu salvación».

El padre Serra llevó el testimonio de su presencia ascética y de su encendida palabra a Mezquital, Guadalajara, Puebla, Tuxpam, Oaxaca, Huateca, y a tantos lugares más. En Zimapán algún enemigo de Cristo envenenó su vino de misa, y celebrando la eucaristía, cayó desmayado. Quiso un amigo darle a beber una triaca como remedio, pero él la rechazó, y sólo bebió un poco de aceite, con lo que se recuperó en seguida. Y al amigo, que estaba medio ofendido, al ver que había rechazado su brebaje, fray Junípero le dijo: «A la verdad, señor hermano, que no fue por hacerle el desaire…; pero yo acababa de tomar el Pan de los Angeles, que por la consagración dejó de ser pan y se convirtió en el Cuerpo de mi Señor Jesucristo; ¿cómo quería vuestra merced que yo, tras un bocado tan divino, tomase una bebida tan asquerosa?».

Aquel pequeño franciscano mallorquín, en estos nueve años, recorrió predicando buena parte de México, anduvo unos 4.500 kilómetros, casi siempre a pie, y siempre cojo.


El autor de esta obra es el sacerdote español José Ma. Iraburu, a quien expresamos nuestra gratitud. Aquí la obra se publica íntegra, por entregas. Lo ya publicado puede consultarse aquí.