Apuntes de la Guerra Semantica, 3 de 4

[Curso de formación permanente ofrecido a los sacerdotes de la Diócesis de Pereira, en Colombia. Abril-Mayo de 2013.]

Tema 3 de 4: El Poder del Yo

* Historia de una transición

  • De la verdad a la certeza (Kant)
  • De la certeza a la autenticidad (Heidegger)
  • De la autenticidad a la espontaneidad (John Lenon)

* Historia de una división

  • La certeza queda asegurada en la ciencia; la autenticidad queda asegurada en la espontaneidad del yo.
  • Luego la certeza no necesariamente coincide con la autenticidad: se dan así dos verdades, una externa y otra interna.

* Historia de un vacío

  • La verdad externa, científica, constata hechos: habla del ser pero no puede establecer un deber-ser.
  • La verdad interna, espontaneista, constata deseos: habla del querer-ser pero no puede establecer un deber-ser.
  • El deber-ser queda a merced de la sola legislación y capricho de cada país.

* Historia de otro vacío

  • La verdad externa, científica, provee de recursos y medios: tecnología.
  • La verdad interna, espontaneista, provee de fines gobernados por el mercado, la moda, la opinión.
  • La vida misma carece entonces de significado: es una “pasión inútil.”

* Historia de un malentendido

  • El vacío de fines y significados se interpreta como posibilidad inagotable de definirse como uno quiera y de reinventarse sin cesar.
  • La imagen de libertad que subsiste es la proclamación del absoluto de la voluntad, desligada de la tarea, ahora imposible, de buscar la verdad.

* Historia de otro malentendido: Si “ser verdadero” es “ser espontáneo” y ser “libre” es seguir el instinto, impulso, moda o pasión del momento, entonces la Iglesia es la institución más mentirosa y más asfixiante. Es la gran hipócrita.

* Pero no es el final de la historia… El curso completo de Apuntes de Guerra Semántica puede seguirse aquí.

¿Es libre el que no puede pecar?

“Si Jesús no podía pecar no era auténticamente libre, ya que no podía elegir con libertad hacer el bien o el mal” ¿Cómo se responde a eso? Gracias. J.B.

* * *

Esa noción de libertad implica que todas las opciones deben estar en pie de igualdad para que uno sea libre. Es fácil ver que tal noción es errónea. Si un papá no ha sentido ganas de violar a su bebé, ¿diremos que no es libre porque esa opción nunca la ha considerado ni nunca le ha atraído? Los que nunca hemos pensado y deseado matar al presidente tampoco somos libres porque esa opción no la hemos tenido. ¡Absurdo! La libertad no consiste en tener muchas opciones, ni en considerar muchas opciones, ni en desear muchas opciones. Llamamos libre al que busca caminos para un bien porque si alguien está pensando cómo encadenarse a un vicio lo consideramos esclavo de ese vicio y no persona libre. por eso nadie más libre que Cristo: libre para el máximo bien de la mejor manera.

La libertad

Texto elocuente del P. Jorge Loring, verdadero jesuita:

Pocas palabras son más seductoras que LIBERTAD.

Pero por desgracia esta palabra se entiende mal.

Para muchos la libertad es hacer lo que les apetece. Esto es ser esclavo de los instintos.

Y los instintos son ciegos.

Por eso deben subordinarse a la razón.

La verdadera LIBERTAD es la capacidad de poder elegir entre dos valores auténticos.

Pero elegir el mal porque apetece es una esclavitud.

Por eso las normas son necesarias para que el hombre serealice como persona humana.

Aunque a veces las normas no gusten. Pero si la vid no se poda no da fruto.

Las vías del tren obligan, pero ayudan a avanzar y a llegar.

Si el tren, para ser libre, se sale de la vía se despeña.

Por eso Dios nos ha dado unos mandamientos.

No para quitarnos la libertad, sino para ayudarnos a llegar a la gloria eterna, que es la única razón por la cual estamos en este mundo.

El cristiano se siente libre, no porque hace lo que quiere, sino porque quiere hacer lo que Dios manda.

Obedece a Dios voluntariamente.

Porque Dios no quita la libertad para lo bueno, sino para lo malo.

Con esto ayuda al hombre.

Elegir lo malo es una equivocación.

Quitar la libertad para lo malo es un bien.

El ludópata quiere libertad para jugarse el dinero, pero es un esclavo de su vicio. Lo mismo el drogadicto o el maníaco sexual. Son esclavos.

Yo soy libre cuando elijo lo que me perfecciona como persona humana.

Autoridad, Amor y Libertad

El primer mensaje que enviamos no es lo que decimos ni lo que hacemos sino lo que somos.

Tener autoridad es, ante todo, ser “autor” de la propia vida.

Hay muchos modos de ser autor. ¿Cómo distinguimos a los mejores autores?

Lo primero: sus obras son coherentes. Por ejemplo, en una novela, uno ve que hay una “lógica” interna que se cumple. Hay consistencia.

Un buen autor no atrae la atención sobre sí mismo sino sobre su obra. Sie lla es buena, a él lo catalogamos como bueno. Ser buen autor de la propia vida es irradiar, generar, producir un bien sin exhibirse, pero sin tampoco esconderse.

Las obras geniales siempre generan imitadores. Muchas veces, esa imitación es un tributo de admiración. Tener autoridad es ser digno de ser admirado y en cierto sentido, digno de ser imitado.

El bien que vive aquel que es verdadero autor de su vida se irradia. Esa irradiación es un ámbito o atmosfera de amor.

La falsa autoridad crea una falsa distancia con la que pretende esconder su engaño. La verdadera autoridad no requiere de ese artificio.

El que es verdaderamente bueno ya está a distancia de los que apenas están aprendiendo a serlo. Por eso el que tiene autoridad suple con humildad y con amor la distancia que podría desanimar a los que apenas empiezan.

Por eso, el ideal de un papá no es: débil y agresivo, sino fuerte y amoroso a la vez. La autoridad no riñe con el amor. El ideal de una mamá no es: a veces cómplice y a veces regañona, sino más bien: reflejo de un amor que cuesta demasiado ofender o defraudar.

Amar con autoridad hace libre al que se sabe amado. En un hogar así, los hijos saben que repetir a los papás o competir con ellos no tiene sentido. Saben que su única opción es ser libres pero que también ellos tendrán que ser autores de sus vidas.

Encontrar la Trinidad en la Juventud, 2 de 2

Encuentro Huracán 2011 en Ciudad de Panamá. Tema 2 de 2: Una vida con cimiento y libertad.

Esa etapa nueva de la vida, que llamamos juventud, trae consigo que podamos cuestionar certezas que teníamos. Un caso frecuente es la sensación de rebeldía y desconfianza frente a la autoridad tradicional de los papás. Pero ello abre un espacio amplio de incertidumbre, y la necesidad de hallar nuevo fundamento en áreas centrales de la vida, incluyendo los principios y valores. Puede darse que estructuras sociales amorfas, como son las pandillas, se conviertan en verdadera autoridad para jóvenes que no logran tener otra referencia. Se da así un retorno a la lógica de la “tribu.”

Cristo trae una propuesta diferente. Él mismo ha tenido que sufrir la pérdida del apoyo de su pueblo, de sus amigos, de las autoridades de su tiempo. Su cimiento ha sido el Padre Celestial, y ese mismo fundamento ha querido Él que tengamos nosotros.

Así fundados en Cristo y en Dios Padre entendemos el verdadero sentido de la libertad. No es “hacer lo que venga en gana” porque la “gana” es algo que fácilmente manipulan los maestros de la publicidad y la ingeniería social. La libertad empieza a existir cuando se abraza a la verdad. Tal es la libertad que nos trae el Espíritu Santo de Dios.

Libertad (02)

La libertad no tiene su valor en sí misma: hay que apreciarla por las cosas que con ella se consiguen. – Ramiro de Maeztu

No se nos otorgará la libertad externa más que en la medida exacta en que hayamos sabido, en un momento determinado, desarrollar nuestra libertad interna. – Mahatma Gandhi

La verdadera libertad consiste en el dominio absoluto de sí mismo. – Michel Eyquem de Montaigne

Más cuesta mantener el equilibrio de la libertad que soportar el peso de la tiranía. – Simón Bolívar

No nos hacemos libres por negarnos a aceptar nada superior a nosotros, sino por aceptar lo que está realmente por encima de nosotros. – Johann Wolfgang Goethe

Grandeza de la libertad

17. La orientación del hombre hacia el bien sólo se logra con el uso de la libertad, la cual posee un valor que nuestros contemporáneos ensalzan con entusiasmo. Y con toda razón. Con frecuencia, sin embargo, la fomentan de forma depravada, como si fuera pura licencia para hacer cualquier cosa, con tal que deleite, aunque sea mala. La verdadera libertad es signo eminente de la imagen divina en el hombre. Dios ha querido dejar al hombre en manos de su propia decisión para que así busque espontáneamente a su Creador y, adhiriéndose libremente a éste, alcance la plena y bienaventurada perfección. La dignidad humana requiere, por tanto, que el hombre actúe según su conciencia y libre elección, es decir, movido e inducido por convicción interna personal y no bajo la presión de un ciego impulso interior o de la mera coacción externa. El hombre logra esta dignidad cuando, liberado totalmente de la cautividad de las pasiones, tiende a su fin con la libre elección del bien y se procura medios adecuados para ello con eficacia y esfuerzo crecientes. La libertad humana, herida por el pecado, para dar la máxima eficacia a esta ordenación a Dios, ha de apoyarse necesariamente en la gracia de Dios. Cada cual tendrá que dar cuanta de su vida ante el tribunal de Dios según la conducta buena o mala que haya observado.

[Constitucion Gaudium et Spes, del Concilio Vaticano II, n. 17]

Libertad (01)

Las cadenas de la esclavitud solamente atan las manos: es la mente lo que hace al hombre libre o esclavo. – Franz Grillparzer

Si no tienes la libertad interior, ¿qué otra libertad esperas poder tener? – Arturo Graf

El hombre nace libre, responsable y sin excusas. – Jean Paul Sartre

La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida. – Miguel de Cervantes Saavedra

Proclamo en voz alta la libertad de pensamiento y muera el que no piense como yo. – Voltaire

Lo que realmente dijo el Vaticano II sobre la libertad religiosa

dignitatis humanae
“De los dieciséis documentos promulgados por el Concilio Vaticano Segundo, no hay duda de que la Dignitatis Humanae («La Dignidad de la Persona Humana», también conocida como la Declaración sobre la Libertad Religiosa) es la más disputada, y ha causado la mayor consternación entre los Católicos Tradicionales. Los más audaces rechazarán simplemente el documento como una flagrante contradicción de la enseñanza Tradicional de la Iglesia, respecto a la libertad religiosa y la obligación del Estado a profesar la Fe Católica…” Click!

Libertad y Liberacion en la Pasion de Cristo, 2 de 2

En el contexto de una Comunidad Católica Carismática en Bogotá, esta es una predicación sobre cómo nuestros oídos, nuestros ojos y nuestro corazón necesitan ser liberados. Muchas personas piensan que la “liberación” es sólo para casos de posesión y se olvidan que siempre que nuestra voluntad es insuficiente y está atada necesitamos ayuda: necesitamos ser liberados. Esta es la segunda parte, la final, de esa extensa predicación. Incluye oraciones.

Libertad y Liberacion en la Pasion de Cristo, 1 de 2

En el contexto de una Comunidad Católica Carismática en Bogotá, esta es una predicación sobre cómo nuestros oídos, nuestros ojos y nuestro corazón necesitan ser liberados. Muchas personas piensan que la “liberación” es sólo para casos de posesión y se olvidan que siempre que nuestra voluntad es insuficiente y está atada necesitamos ayuda: necesitamos ser liberados. Esta es la primera parte de esa extensa predicación. Incluye oraciones.