Sacerdocio ordenado para las mujeres?

sacerdocio femenino
“El Pastor de los creyentes ha preferido con valor evangélico permanecer adicto a las disposiciones de Cristo y de la unánime tradición, antes que ceder a presiones que aumentarían la popularidad, aunque en desmedro de su ministerio, que en primer lugar ha de permanecer lealmente ligado al Depósito, que se le ha encomendado…” Click!

Basilica de N. S. del Pino

N. S. del Pino
“Nos encontramos en la Villa Mariana de Teror, en la isla de Gran Canaria. Este pueblo tuvo la enorme dicha de recibir y luego cobijar la presencia de la madre de Dios. Y ahora, con las nuevas tecnologías queremos que este espacio, que acoge y guarda a la imagen de nuestra Madre, sea más amplio, más grande, queremos que sea el mundo entero…” Click!

La autoridad como servicio, segun el Papa Bendecido (Benedicto)

“El Año Sacerdotal llega a su fin; por eso he empezado en la últimas catequesis a hablar sobre tareas esenciales del sacerdote, es decir: enseñar, santificar y gobernar. Ya he dado dos catequesis: una sobre el ministerio de la santificación, sobre todo los Sacramentos, y otra sobre la enseñanza. Por tanto, me queda hoy hablar sobre la misión del sacerdote de gobernar, de guiar, con la autoridad de Cristo, no con la propia, la porción del Pueblo que Dios le ha confiado…” Click!

La revelacion tiene su culmen en Cristo

Preparación de la revelación evangélica

3. Dios, creándolo todo y conservándolo por su Verbo, da a los hombres testimonio perenne de sí en las cosas creadas, y, queriendo abrir el camino de la salvación sobrenatural, se manifestó, además, personalmente a nuestros primeros padres ya desde el principio. Después de su caída alentó en ellos la esperanza de la salvación, con la promesa de la redención, y tuvo incesante cuidado del género humano, para dar la vida eterna a todos los que buscan la salvación con la perseverancia en las buenas obras. En su tiempo llamó a Abraham para hacerlo padre de un gran pueblo, al que luego instruyó por los Patriarcas, por Moisés y por los Profetas para que lo reconocieran Dios único, vivo y verdadero, Padre providente y justo juez, y para que esperaran al Salvador prometido, y de esta forma, a través de los siglos, fue preparando el camino del Evangelio.

En Cristo culmina la revelación

4. Después que Dios habló muchas veces y de muchas maneras por los Profetas, “últimamente, en estos días, nos habló por su Hijo”. Pues envió a su Hijo, es decir, al Verbo eterno, que ilumina a todos los hombres, para que viviera entre ellos y les manifestara los secretos de Dios; Jesucristo, pues, el Verbo hecho carne, “hombre enviado, a los hombres”, “habla palabras de Dios” y lleva a cabo la obra de la salvación que el Padre le confió. Por tanto, Jesucristo -ver al cual es ver al Padre-, con su total presencia y manifestación personal, con palabras y obras, señales y milagros, y, sobre todo, con su muerte y resurrección gloriosa de entre los muertos; finalmente, con el envío del Espíritu de verdad, completa la revelación y confirma con el testimonio divino que vive en Dios con nosotros para librarnos de las tinieblas del pecado y de la muerte y resucitarnos a la vida eterna.

La economía cristiana, por tanto, como alianza nueva y definitiva, nunca cesará, y no hay que esperar ya ninguna revelación pública antes de la gloriosa manifestación de nuestro Señor Jesucristo (cf. 1 Tim., 6,14; Tit., 2,13).

[Constitución Dei Verbum, nn. 3-4, del Concilio Vaticano II]

Eres de los que piensan?

de los que piensan
“Bienvenido a la página, una recopilación de más de 5.000 artículos de pensamiento, sobre diversos temas. Para que puedas utilizarla en conferencias, charlas, entrevistas, etc. …” Click!

Que quiere decir que Dios se ha “revelado”?

PROEMIO

1. El Santo Concilio, escuchando religiosamente la palabra de Dios y proclamándola confiadamente, hace cuya la frase de San Juan, cuando dice: “Os anunciamos la vida eterna, que estaba en el Padre y se nos manifestó: lo que hemos visto y oído os lo anunciamos a vosotros, a fin de que viváis también en comunión con nosotros, y esta comunión nuestra sea con el Padre y con su Hijo Jesucristo” (1 Jn., 1,2-3). Por tanto siguiendo las huellas de los Concilios Tridentino y Vaticano I, se propone exponer la doctrina genuina sobre la divina revelación y sobre su transmisión para que todo el mundo, oyendo, crea el anuncio de la salvación; creyendo, espere, y esperando, ame.

CAPÍTULO I

LA REVELACIÓN EN SÍ MISMA

Naturaleza y objeto de la revelación

2. Dispuso Dios en su sabiduría revelarse a Sí mismo y dar a conocer el misterio de su voluntad, mediante el cual los hombres, por medio de Cristo, Verbo encarnado, tienen acceso al Padre en el Espíritu Santo y se hacen consortes de la naturaleza divina. En consecuencia, por esta revelación, Dios invisible habla a los hombres como amigos, movido por su gran amor y mora con ellos, para invitarlos a la comunicación consigo y recibirlos en su compañía. Este plan de la revelación se realiza con hechos y palabras intrínsecamente conexos entre sí, de forma que las obras realizadas por Dios en la historia de la salvación manifiestan y confirman la doctrina y los hechos significados por las palabras, y las palabras, por su parte, proclaman las obras y esclarecen el misterio contenido en ellas. Pero la verdad íntima acerca de Dios y acerca de la salvación humana se nos manifiesta por la revelación en Cristo, que es a un tiempo mediador y plenitud de toda la revelación.

[Constitución Dei Verbum, nn. 1-2, del Concilio Vaticano II]

Identidad sacerdotal – Una guia breve y clara

identidad sacerdotal
“El primer paso para afirmar nuestra identidad sacerdotal es aceptar que hemos sido llamados “no por nuestros méritos, sino por su gran misericordia.” Meditar sobre nuestra realizada vocación al presbiterado nos ayudará a darnos cuenta de que Dios nos llamó sabiendo bien cómo somos. Así nos necesitaba y así nos aceptó…” Click!

La propuesta de Leon XIII para los protestantes

17. (…) Hemos de recordar a aquellos otros pueblos, a quienes en época más cerca las vicisitudes de las cosas y de las personas separaron de la Iglesia romana. Olvidando las distintas circunstancias de los siglos pasados, se sobrepongan a toda consideración humana; y con un espíritu ansioso de verdad y de salud, se dispongan a considerar la Iglesia, tal como fue establecida por Cristo. Y si quisieran parangonar con ella sus iglesias particulares, y examinar en qué parte se encuentra la religión, muy pronto habrán de conceder que, olvidando la creencia primitiva, a través de sucesivas variaciones se fueron llegando a erróneas novedades en muchos puntos y de gran importancia; y no querrán negar que de aquel patrimonio de verdad que los innovadores llevaron consigo en su separación, quede ya ni siquiera fórmula alguna de fe entre ellos, que sea indudable y tenga autoridad. Más aún, las cosas han llegado a tal punto que muchos no temen ya destruir el fundamento mismo, sobre el que se apoya toda religión y la esperanza toda del género humano, es decir, la dignidad de Jesucristo mismo. Igualmente, los libros del Antiguo y del Nuevo Testamento, que antes reconocían como divinamente inspirados, los despojan ya de dicha autoridad; cosa que necesariamente había de suceder, luego de haber concedido a cada uno la facultad de interpretarlos a su gusto.

Continuar leyendo “La propuesta de Leon XIII para los protestantes”