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Identidad sacerdotal – Una guia breve y clara
“El primer paso para afirmar nuestra identidad sacerdotal es aceptar que hemos sido llamados “no por nuestros méritos, sino por su gran misericordia.” Meditar sobre nuestra realizada vocación al presbiterado nos ayudará a darnos cuenta de que Dios nos llamó sabiendo bien cómo somos. Así nos necesitaba y así nos aceptó…” Click!
La propuesta de Leon XIII para los protestantes
17. (…) Hemos de recordar a aquellos otros pueblos, a quienes en época más cerca las vicisitudes de las cosas y de las personas separaron de la Iglesia romana. Olvidando las distintas circunstancias de los siglos pasados, se sobrepongan a toda consideración humana; y con un espíritu ansioso de verdad y de salud, se dispongan a considerar la Iglesia, tal como fue establecida por Cristo. Y si quisieran parangonar con ella sus iglesias particulares, y examinar en qué parte se encuentra la religión, muy pronto habrán de conceder que, olvidando la creencia primitiva, a través de sucesivas variaciones se fueron llegando a erróneas novedades en muchos puntos y de gran importancia; y no querrán negar que de aquel patrimonio de verdad que los innovadores llevaron consigo en su separación, quede ya ni siquiera fórmula alguna de fe entre ellos, que sea indudable y tenga autoridad. Más aún, las cosas han llegado a tal punto que muchos no temen ya destruir el fundamento mismo, sobre el que se apoya toda religión y la esperanza toda del género humano, es decir, la dignidad de Jesucristo mismo. Igualmente, los libros del Antiguo y del Nuevo Testamento, que antes reconocían como divinamente inspirados, los despojan ya de dicha autoridad; cosa que necesariamente había de suceder, luego de haber concedido a cada uno la facultad de interpretarlos a su gusto.
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Celestialmente Dulce
“Mi nombre es Griselda, algunas personas me llaman Grissy, Grise, Griss o cualquier diminutivo que se parezca. Mi pasión es Jesús, la Música y por supuesto “Cocinar”. He creado este blog para compartir lo que cada día aprendo en mi pequeña cocina, y las actividades que realizo en mi caminar cristiano. Dios les Bendiga..” — No parece católica, pero tampoco opuesta a nuestra fe. Click!
Cantos de Taize
Muestras de algunos de los cantos de este conocido lugar de oración y de encuentro ecuménico. Click!
Pilares de un cristiano
Homilía sobre el prólogo de la Primera Carta de Pedro, que se lee el octavo domingo del tiempo ordinario, en los años pares.
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Frutos del Espiritu Santo
Predicación central en la vigilia de pentecostés, versión 2010, en Cartagena de Indias.
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Tres sociedades, un solo fin
La educación es obra necesariamente social, no solitaria. Ahora bien; tres son las sociedades necesarias, distintas, pero armónicamente unidas por Dios, en el seno de las cuales nace el hombre: dos sociedades de orden natural, es decir, la familia y la sociedad civil; la tercera, la Iglesia, de orden sobrenatural.
La madre que salvo al futuro obispo de un aborto regalado
“La vida del obispo de San Agustín (Florida) cambió cuando el Día de la Madre de 1970, Rita, le confesó el secreto de su nacimiento…” Click!
De fiesta con Jesus
Página web del P. Mario, que evangeliza con la música. Click!
Movimientos Eclesiales en plena comunion con la Iglesia
Los movimientos eclesiales y las nuevas comunidades son una de las novedades más importantes suscitadas por el Espíritu Santo en la Iglesia para la puesta en práctica del concilio Vaticano II. Se difundieron precisamente después del Concilio, sobre todo durante los años inmediatamente sucesivos, en un período lleno de grandes promesas, pero marcado también por pruebas difíciles. Pablo VI y Juan Pablo II supieron acoger y discernir, alentar y promover la imprevista irrupción de las nuevas realidades laicales que, con formas diversas y sorprendentes, daban de nuevo vitalidad, fe y esperanza a toda la Iglesia.
En efecto, ya entonces daban testimonio de la alegría, de la racionalidad y de la belleza de ser cristianos, mostrándose agradecidos por pertenecer al misterio de comunión que es la Iglesia. Hemos asistido al despertar de un fuerte impulso misionero, animado por el deseo de comunicar a todos la valiosa experiencia del encuentro con Cristo, percibida y vivida como la única respuesta adecuada a la profunda sed de verdad y felicidad del corazón humano.
Al mismo tiempo, ¿cómo no darse cuenta de que aún se ha de comprender adecuadamente dicha novedad a la luz del designio de Dios y de la misión de la Iglesia en los escenarios de nuestro tiempo? Precisamente por eso se han sucedido numerosas llamadas de atención y orientación por parte de los Pontífices, que han comenzado un diálogo y una colaboración cada vez más profundos en el ámbito de numerosas Iglesias particulares. Se han superado muchos prejuicios, resistencias y tensiones. Queda por realizar la importante tarea de promover una comunión más madura de todos los componentes eclesiales, para que todos los carismas, en el respeto de su especificidad, puedan contribuir plena y libremente a la edificación del único Cuerpo de Cristo.
He apreciado mucho que se haya elegido, como base de reflexión para el seminario, la exhortación que dirigí a un grupo de obispos alemanes en visita ad limina, que hoy, desde luego, os propongo de nuevo a todos vosotros, pastores de numerosas Iglesias particulares: «Os pido que salgáis al encuentro de los movimientos con mucho amor» (Discurso al segundo grupo de obispos alemanes, 18 de noviembre de 2006: L’Osservatore Romano, edición en lengua española, 24 de noviembre de 2006, p. 4). Casi podría decir que ya no tengo nada que añadir. La caridad es el signo distintivo del buen Pastor: hace autorizado y eficaz el ejercicio del ministerio que se nos ha confiado.
Salir al encuentro de los movimientos y las nuevas comunidades con mucho amor nos impulsa a conocer adecuadamente su realidad, sin impresiones superficiales o juicios restrictivos. También nos ayuda a comprender que los movimientos eclesiales y las nuevas comunidades no son un problema o un peligro más, que se suma a nuestras ya gravosas tareas. ¡No! Son un don del Señor, un valioso recurso para enriquecer con sus carismas a toda la comunidad cristiana. Por eso, es preciso darles una acogida confiada que les abra espacios y valore sus aportaciones a la vida de las Iglesias particulares.
Las dificultades o las incomprensiones sobre cuestiones particulares no autorizan la cerrazón. Que el “mucho amor” inspire prudencia y paciencia. A nosotros, los pastores, se nos pide acompañar de cerca, con solicitud paterna, de modo cordial y sabio, a los movimientos y las nuevas comunidades, para que puedan poner generosamente al servicio de la utilidad común, de manera ordenada y fecunda, los numerosos dones de que son portadores y que hemos aprendido a conocer y apreciar: el impulso misionero, los itinerarios eficaces de formación cristiana, el testimonio de fidelidad y obediencia a la Iglesia, la sensibilidad ante las necesidades de los pobres y la riqueza de vocaciones.
La autenticidad de los nuevos carismas está garantizada por su disponibilidad a someterse al discernimiento de la autoridad eclesiástica. Numerosos movimientos eclesiales y nuevas comunidades ya han sido reconocidos por la Santa Sede y, por tanto, deben considerarse sin duda como un don de Dios a toda la Iglesia. Otros, aún en fase inicial, requieren el ejercicio de un acompañamiento aún más delicado y vigilante por parte de los pastores de las Iglesias particulares. Quien está llamado a un servicio de discernimiento y de guía no ha de pretender enseñorearse de los carismas, sino más bien evitar el peligro de extinguirlos (cf. 1 Ts 5, 19-21), resistiendo a la tentación de uniformar lo que el Espíritu Santo ha querido que sea multiforme para concurrir a la edificación y a la extensión del único Cuerpo de Cristo, que el mismo Espíritu consolida en la unidad.
El obispo, consagrado y asistido por el Espíritu de Dios, en Cristo, Cabeza de la Iglesia, deberá examinar los carismas y probarlos, para reconocer y valorar lo que es bueno, verdadero y bello, lo que contribuye al aumento de la santidad de las personas y de las comunidades. Cuando hagan falta intervenciones para corregir algo, deben ser expresión de “mucho amor”. Los movimientos y las nuevas comunidades se sienten orgullosos de su libertad asociativa, de la fidelidad a su carisma, pero también han demostrado siempre que saben bien que la fidelidad y la libertad quedan garantizadas, y no ciertamente limitadas, por la comunión eclesial, cuyos ministros, custodios y guías son los obispos, unidos al Sucesor de Pedro.
Queridos hermanos en el episcopado, al final de este encuentro os exhorto a reavivar en vosotros el don que habéis recibido con vuestra consagración (cf. 2 Tm 1, 6). Que el Espíritu de Dios nos ayude a reconocer y custodiar las maravillas que él mismo suscita en la Iglesia en favor de todos los hombres. A María santísima, Reina de los Apóstoles, le encomiendo cada una de vuestras diócesis y os imparto de todo corazón una afectuosa bendición apostólica, que extiendo a los sacerdotes, a los religiosos, a las religiosas, a los seminaristas, a los catequistas y a todos los fieles laicos, hoy, en particular, a los miembros de los movimientos eclesiales y de las nuevas comunidades presentes en las Iglesias encomendadas a vuestra solicitud.
[Discurso del Santo Padre Benedicto XVI a un seminario de estudio para obispos organizado por el Consejo Pontificio para los Laicos, 2008.]
La Pasion-Resurreccion de Cristo es parabola de toda vida cristiana
Homilia para el jueves de la sexta semana de Pascua, sobre aquello de “un poco más, y no me veréis; un poco más y me volveréis a ver.”
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El Espiritu Santo, Testigo Interior
Homilia sobre el fragmento del capitulo 14 de San Juan que se lee el lunes de la sexta semana de pascua.
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El Espiritu guia a la Iglesia; y a ti, si permaneces en Ella
Una homilia basada en la primera lectura del sexto domingo de Pascua, en el ciclo C.
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Conoce como y por que se perpetro el ataque al Papa en el NYT
“En el artículo publicado el pasado 28 de abril en la revista Commonweal, Woodward señala que el NYT no ha sido «justo en su intento, realizado a través de muchas portadas, de implicar al Papa en encubrimientos diocesanos de sacerdotes abusadores»…” Click!
Paginas de fans: por que?
Mira esta dirección tan fácil de recordar: facebook.com/predicacion Si entras ahí encuentras la página de “fans” de Fray Nelson Medina. El término no me gusta, quizás porque viene del mundo un poco vano del espectáculo y por tanto de las apariencias. Pero indica algo importante: no podemos entregar el ciber-espacio a los enemigos de la fe y de la Iglesia. Si los predicadores del caos o del vicio buscan sus seguidores a nosotros nos corresponde buscar el rebaño de Cristo y servirlo. Click!