Transubstanciación: ya no pan ni vino, sino cuerpo y sangre de Cristo

“El director de la oficina de prensa de la Santa Sede, Greg Burke, al presentar el programa del viaje del papa Francisco a Suecia para conmemorar el 500º aniversario de la Reforma luterana, invitó a leer antes del viaje el documento «Luteranos y católicos: del conflicto a la comunión» (19-VI-2013), elaborado por una comisión mixta de católicos y luteranos. En el número 154 de este documento, al tratar de la Eucaristía, se hacen algunas consideraciones que conviene analizar atentamente, dada la suma importancia de la cuestión: «Tanto luteranos como católicos pueden afirmar en conjunto la presencia real de Jesucristo en la Cena del Señor: “En el sacramento de la Cena del Señor, Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre, está presente total y enteramente, con su cuerpo y su sangre, bajo los signos del pan y del vino” (Eucaristía 16). Esta declaración en común afirma TODOS los elementos esenciales de la fe en la presencia eucarística de Jesucristo sin adoptar la terminología conceptual de “transubstanciación”». No es verdadera la primera frase, pues, esa presencia real no se produce en la Cena luterana –vuelvo al final sobre esta gravísima cuestión–. Pero tampoco es admisible el término «todos», que he destacado, ya que la declaración citada no confiesa un elemento fundamental de la fe dogmática de la Iglesia sobre el modo de la presencia real de Cristo en la Eucaristía…”

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El llamado universal a la santidad

Un texto clásico del Concilio Vaticano II (Constitución Lumen Gentium, números 39 y 40):

39. La Iglesia, cuyo misterio está exponiendo el sagrado Concilio, creemos que es indefectiblemente santa. Pues Cristo, el Hijo de Dios, quien con el Padre y el Espíritu Santo es proclamado «el único Santo», amó a la Iglesia como a su esposa, entregándose a Sí mismo por ella para santificarla (cf. Ef 5,25-26), la unió a Sí como su propio cuerpo y la enriqueció con el don del Espíritu Santo para gloria de Dios. Por ello, en la Iglesia, todos, lo mismo quienes pertenecen a la Jerarquía que los apacentados por ella, están llamados a la santidad, según aquello del Apóstol: «Porgue ésta es la voluntad de Dios, vuestra santificación» (1 Ts 4, 3; cf. Ef 1, 4). Esta santidad de la Iglesia se manifiesta y sin cesar debe manifestarse en los frutos de gracia que el Espíritu produce en los fieles. Se expresa multiformemente en cada uno de los que, con edificación de los demás, se acercan a la perfección de la caridad en su propio género de vida; de manera singular aparece en la práctica de los comúnmente llamados consejos evangélicos. Esta práctica de los consejos, que, por impulso del Espíritu Santo, muchos cristianos han abrazado tanto en privado como en una condición o estado aceptado por la Iglesia, proporciona al mundo y debe proporcionarle un espléndido testimonio y ejemplo de esa santidad.

40. El divino Maestro y Modelo de toda perfección, el Señor Jesús, predicó a todos y cada uno de sus discípulos, cualquiera que fuese su condición, la santidad de vida, de la que El es iniciador y consumador: «Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto» (Mt 5, 48). Envió a todos el Espíritu Santo para que los mueva interiormente a amar a Dios con todo el corazón, con toda el alma, con toda la mente y con todas las fuerzas (cf. Mt 12,30) y a amarse mutuamente como Cristo les amó (cf. Jn 13,34; 15,12). Los seguidores de Cristo, llamados por Dios no en razón de sus obras, sino en virtud del designio y gracia divinos y justificados en el Señor Jesús, han sido hechos por el bautismo, sacramento de la fe, verdaderos hijos de Dios y partícipes de la divina naturaleza, y, por lo mismo, realmente santos. En consecuencia, es necesario que con la ayuda de Dios conserven y perfeccionen en su vida la santificación que recibieron. El Apóstol les amonesta a vivir «como conviene a los santos» (Ef 5, 3) y que como «elegidos de Dios, santos y amados, se revistan de entrañas de misericordia, benignidad, humildad, modestia, paciencia» (Col 3, 12) y produzcan los frutos del Espíritu para la santificación (cf. Ga 5, 22; Rm 6, 22). Pero como todos caemos en muchas faltas (cf. St 3,2), continuamente necesitamos la misericordia de Dios y todos los días debemos orar: «Perdónanos nuestras deudas» (Mt 6, 12).

Es, pues, completamente claro que todos los fieles, de cualquier estado o condición, están llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad, y esta santidad suscita un nivel de vida más humano incluso en la sociedad terrena. En el logro de esta perfección empeñen los fieles las fuerzas recibidas según la medida de la donación de Cristo, a fin de que, siguiendo sus huellas y hechos conformes a su imagen, obedeciendo en todo a la voluntad del Padre, se entreguen con toda su alma a la gloria de Dios y al servicio del prójimo. Así, la santidad del Pueblo de Dios producirá abundantes frutos, como brillantemente lo demuestra la historia de la Iglesia con la vida de tantos santos.

Gratitud hacia la Iglesia Católica en Bolivia

Quiero expresar desde este lugar mi agradecimiento a la Facultad de Teologìa “San Pablo” de Cochabamba, Bolivia, por invitarme a participar como ponente en el Simposio Teológico “Misericordiosos como el Padre,” celebrado hace breves días en ese lugar.

Y quiero poner a disposición de todos las reflexiones que allí pude ofrecer.

LA GRACIA del Lunes 3 de Octubre de 2016

Ayudar siempre supone un riesgo, en este Año de la Misericordia pregúntate si el temor a que te hagan daño es más grande que el amor que sientes por la persona en necesidad.

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Ideología de Género: examen crítico de su difusión

Este artículo tiene tres secciones: primero va un examen de algunas incoherencias lógicas en el discurso usual del lobby LGBTI; segundo, una denuncia sobre la manipulación del sistema legal, con la que se consigue que algunas posturas, muy particularmente las propias de la Iglesia Católica, sean siempre las que pierden; y tercero, un análisis sobre la estructura general de las propuestas de este lobby en sus muchos frentes.

Si Usted considera lógico, bueno o inevitable el cambio social que nos quieren imponer, simplemente le invito a que lea hasta el final.

1. ¿Al fin qué: natural e irreversible o cultural y maleable?

Los intentos de introducir como norma social que todo comportamiento sexual debe ser aceptado contienen numerosas contradicciones en su argumentación.

Uno de los modos de tratar de convencer a la gente de que la homosexualidad es natural es presentarla como algo que está determinado desde el principio de la existencia de cada persona, ya sea por los genes, por los procesos epigenéticos prenatales, o por otra causa que no se explicita. Ese es el lenguaje que subyace al famoso ejemplo “viral” del hombre que ha estado encerrado o “prisionero” en un cuerpo de mujer, o viceversa. Cuando se dice que una persona nació en un cuerpo que no es el suyo, se está diciendo que su identidad–y su drama–han quedado determinados por su realidad interior y corporal al momento de nacer.

Pero luego la gente del lobby gay quiere que admitamos que, como dijo Humberto de la Calle, negociador del gobierno colombiano ante las FARC, “no se nace hombre ni se nace mujer.” Esta vez la idea que hay es que cada persona, en su libertad absoluta, puede redefinir su “género” más allá de las imposiciones de la cultura. En consonancia con esta otra línea de pensamiento, la cultura tradicional es presentada de la peor forma posible: es machista, sexista, patriarcal, discriminatoria, homofóbica, etc. Sobre ese fondo tenebroso se afirma entonces que el ser humano, desde su individualidad soberana, puede y debe construir su identidad sexual.

Obsérvese entonces lo que tenemos: por un lado nos quieren decir que hay mujeres que NACIERON “encerradas” en cuerpos de hombres, o viceversa; para los seguidores de la ideología de género esto implica que practicar la homosexualidad es algo natural, tan natural como que mi cuerpo sienta sueño o experimente sed. Lo homosexual, según esta línea, es natural y “así nacieron” algunas personas. Por consecuencia, sería brutalmente injusto maltratar a los que así nacieron. Eso nos dicen, por una parte.

Pero por otra parte, la proclamación desorbitada de la libertad individual conduce a decir que UNO NO NACE NADA, ni hombre ni mujer ni nada, de modo que habría que convencer a los individuos de que tienen el derecho y la capacidad de convertirse y ser lo que quieran.

Creo que se nota la patente contradicción: los defensores de la normalización social del comportamiento homosexual (o bisexual o intersexual…) quieren que por un lado o por otro, es decir, como sea, admitamos su postura. Si decimos que en esas prácticas hay algo que no es natural, nos hablan de que la gente nace así; y luego, si les decimos que hay un bien social en el matrimonio natural, nos echan a la cara la libertad que cada quien debe tener para construir su “género” como le plazca. Pero al pretender argumentar las dos cosas A LA VEZ en realidad muestran que no hay coherencia en su pensamiento. No es entonces la verdad ni lo verdadero lo que los mueve. Son entonces otros intereses.

Todo esto me hace recordar un antiguo chiste que vi en la televisión española hace muchos años. Una señora es llevada al tribunal por haber asesinado a su esposo. Y el fiscal le pregunta: “¿Es cierto, sí o no, que Usted asesinó a su esposo con este puñal?” Y responde la señora: “Totalmente falso. Ni yo lo maté ni fue con ese puñal…” A veces de tanto defenderse termina uno mostrando su propia culpabilidad.

Si aquella gente fuera lógica se daría cuenta de esto: No se puede decir que la homosexualidad es algo con lo que se nace porque entonces eso contradice que el género es una pura construcción de la voluntad humana en diálogo o bajo presión de la cultura. Y tampoco se puede decir que el género es pura construcción individual porque entonces hay que admitir que cuando la gente nace no tiene de por sí una tendencia homosexual. Porque si la tuviera de nacimiento, habría que admitir que también de nacimiento alguien nace “hombre” o nace “mujer” y eso contradice de plano la teoría de género.

Mas la gran mayoría de ellos cuando no tienen argumentos, abundan en insultos. La gente del lobby gay no quiere oír argumentos. Es una experiencia muy dura intentar dialogar con muchos de ellos, que sólo sienten la urgencia de imponer sus ideas ,y sobre todo sus leyes.

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LA GRACIA del Miércoles 14 de Septiembre de 2016

Aún hay tiempo para que en este Año de la Misericordia entremos en el corazón de Cristo, nos dejemos tocar por su amor, seamos dóciles a su voz y le digamos que sí nos unimos a Él.

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La Iglesia de Cristo “subsiste” en la Iglesia Católica

En un curso de formación para laicos en mi parroquia, uno de los conferencistas nos dijo que “La Iglesia de Cristo subsiste en la Iglesia Católica.” Por supuesto, me llamó la atención el verbo “subsistir” pero el tema central de ese día no daba para aclararlo. ¿Puede darnos alguna luz, fray Nelson? –C.G.

* * *

Creo que lo mejor es acudir a una buena explicación que se encuentra en la página oficial de la Santa Sede:

Cristo «ha constituido en la tierra» una sola Iglesia y la ha instituido desde su origen como «comunidad visible y espiritual»[Lumen gentium, 8.1]. Ella continuará existiendo en el curso de la historia y solamente en ella han permanecido y permanecerán todos los elementos instituidos por Cristo mismo[Unitatis redintegratio, 3.2; 3.4; 3.5; 4.6]. «Esta es la única Iglesia de Cristo, que en el Símbolo confesamos una, santa, católica y apostólica (…) Esta Iglesia, constituida y ordenada en este mundo como una sociedad, subsiste en la Iglesia católica, gobernada por el sucesor de Pedro y por los Obispos en comunión con él»[Lumen gentium, 8.2].

En la Constitución dogmática Lumen gentium 8 la subsistencia es esta perenne continuidad histórica y la permanencia de todos los elementos instituidos por Cristo en la Iglesia católica, en la cual, concretamente, se encuentra la Iglesia de Cristo en esta tierra.

Aunque se puede afirmar rectamente, según la doctrina católica, que la Iglesia de Cristo está presente y operante en las Iglesias y en las Comunidades eclesiales que aún no están en plena comunión con la Iglesia católica, gracias a los elementos de santificación y verdad presentes en ellas[Juan Pablo II, Carta Encíclica Ut unum sint, 11.3: AAS 87 [1995-II] 928], el término “subsiste” es atribuido exclusivamente a la Iglesia católica, ya que se refiere precisamente a la nota de la unidad profesada en los símbolos de la fe (Creo en la Iglesia “una”); y esta Iglesia “una” subsiste en la Iglesia católica.

El uso de esta expresión, que indica la plena identidad entre la Iglesia de Cristo y la Iglesia católica, no cambia la doctrina sobre la Iglesia. La verdadera razón por la cual ha sido usada es que expresa más claramente el hecho de que fuera de la Iglesia se encuentran “muchos elementos de santificación y de verdad que, como dones propios de la Iglesia de Cristo, inducen hacia la unidad católica»[Lumen gentium, 8.2].

«Por consiguiente, aunque creamos que las Iglesias y comunidades separadas tienen sus defectos, no están desprovistas de sentido y de valor en el misterio de la salvación, porque el Espíritu de Cristo no ha rehusado servirse de ellas como medios de salvación, cuya virtud deriva de la misma plenitud de la gracia y de la verdad que se confió a la Iglesia»[Unitatis redintegratio, 3.4].

El oscuro plan de George Soros para doblegar a los países “católicos y conservadores”

“Que imponer el aborto en el mundo es una política que sobrepasa las fronteras es algo ya conocido. No es nuevo que la ONU es uno de los grandes promotores de estas prácticas mediante presiones a los países, a menudo con ingentes cantidades de dinero. Tampoco lo es que Estados Unidos ha contribuido como pocos con Naciones Unidas, sobre todo, en países en vías de desarrollo de América Latina y África. Pero además estas grandes administraciones siempre han tenido como grandes colaboradores fundaciones y lobbies como Planned Parenthood y Bill Gates…”

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¿Hay una opinión serena sobre el Concilio Vaticano II?

Fray Nelson: ¿Cabe decir que la mayor parte de nuestros males actuales en la Iglesia tienen su raíz en el Concilio Vaticano II? -LL.

* * *

No creo que sea una apreciación justa. La idea que se ha afianzado en mi corazón es que la ruta, con respecto al Concilio, la han señalado un santo ya canonizado, Juan Pablo II, y otro que probablemente es santo, y vive aún: Benedicto XVI.

Y lo que ellos han dicho del Concilio es claro. Este es Juan Pablo II en marzo de 2000:

“El concilio ecuménico Vaticano II fue un don del Espíritu Santo a su Iglesia. Por este motivo sigue siendo un acontecimiento fundamental, no sólo para comprender la historia de la Iglesia en este tramo del siglo, sino también, y sobre todo, para verificar la presencia permanente del Resucitado junto a su Esposa entre las vicisitudes del mundo. Por medio de la asamblea conciliar, con motivo de la cual llegaron a la Sede de Pedro obispos de todo el mundo, se pudo constatar que el patrimonio de dos mil años de fe se había conservado en su autenticidad originaria.”

El discurso del Papa en aquella ocasión abunda en otras expresiones de plena confianza en la presencia y acción de Dios a través de cada reunión conciliar.

No se queda atrás Benedicto XVI, en su audiencia del 10 de octubre de 2012:

“…quiero comenzar a reflexionar —con algunos pensamientos breves— sobre el gran acontecimiento de Iglesia que fue el Concilio, acontecimiento del que fui testigo directo. El Concilio, por decirlo así, se nos presenta como un gran fresco, pintado en la gran multiplicidad y variedad de elementos, bajo la guía del Espíritu Santo. Y como ante un gran cuadro, de ese momento de gracia incluso hoy seguimos captando su extraordinaria riqueza, redescubriendo en él pasajes, fragmentos y teselas especiales.”

Pretender leer esas , y otras muchas numerosas declaraciones, como simple diplomacia es aplicar un principio hermenéutico muy socorrido por quienes siempre contradicen la “letra” de los documentos a nombre del “espíritu” que se supone que sería la verdadera intención de ellos.

Mi sugerencia: busquemos otras peleas, que las hay y mucho más importantes. El problema no está en las homilías de inauguración o en los documentos conciliares: está en los caminos de aplicación del mismo concilio.

Cosa que no es extraña en la Iglesia. Hay quienes toman como señal CONTRA el Concilio que haya habido tantas controversias en los años posteriores. Con el debido respeto, es un argumento que brota de alguna ignorancia sobre la historia de la Iglesia.

El mismo Benedicto, en audiencia del 22 de diciembre de 2012, en su primer año de pontificado, recuerda lo que sucedió después de Nicea, para compararlo con el Vaticano II:

“Nadie puede negar que, en vastas partes de la Iglesia, la recepción del Concilio [Vaticano II] se ha realizado de un modo más bien difícil, aunque no queremos aplicar a lo que ha sucedido en estos años la descripción que hace san Basilio, el gran doctor de la Iglesia, de la situación de la Iglesia después del concilio de Nicea: la compara con una batalla naval en la oscuridad de la tempestad, diciendo entre otras cosas: “El grito ronco de los que por la discordia se alzan unos contra otros, las charlas incomprensibles, el ruido confuso de los gritos ininterrumpidos ha llenado ya casi toda la Iglesia, tergiversando, por exceso o por defecto, la recta doctrina de la fe…” (De Spiritu Sancto XXX, 77: PG 32, 213 A; Sch 17 bis, p. 524). No queremos aplicar precisamente esta descripción dramática a la situación del posconcilio, pero refleja algo de lo que ha acontecido.”

Por favor, recordemos que en la Santa Iglesia las palabras se miden con ancho de siglos, cuando no de milenios.

Bendiciones.

No Olvidar

  1. La CLARIDAD de las ideas no debe reñir con la CARIDAD hacia las personas. #NoOlvidar
  2. #NoOlvidar que es distinto ser prudente a ser cobarde, y distinto ser valiente a ser imprudente o agresivo.
  3. Que te “horrorice” lo que está pasando en el mundo, o con la familia, o con los niños, todavía no produce nada. Hay que ACTUAR. #NoOlvidar
  4. Si nadie te insulta o te persigue por tu condición de cristiano, quizás es que dejaste de serlo, y ni cuenta te diste. #NoOlvidar
  5. Al Estado le estorban las familias en que el amor y la autoridad de los papás y mamás forman hijos fuertes e independientes. #NoOlvidar
  6. Católicos “moderados”: ¿Por qué no se extrañan de que LOS MISMOS proyectos de ley estén imponiéndose a la vez en tantos países? #NoOlvidar
  7. #NoOlvidar que “comprensivo” y “cómplice” empiezan con las mismas letras pero no terminan en el mismo lugar.
  8. #NoOlvidar que somos responsables de lo que decimos ¡pero también de lo que callamos!
  9. A pesar de lo que vive hoy la familia, #NoOlvidar que hay muchas otras causas de dolor e injusticia… que son ocasiones de misericordia.
  10. Piensa en un millón de formas de destruir la familia: todas pasan por que los hombres no sean papás ni las mujeres mamás. #NoOlvidar
  11. #NoOlvidar que todo lo que se declare ACEPTABLE será considerado NORMAL, y todo lo NORMAL será de obligatoria enseñanza en los colegios.
  12. Si una marcha confirma lo que dice el Pensamiento Único: “El pueblo ha hablado”; si dice lo contrario: “Han manipulado al pueblo” #NoOlvidar

Sobre los intentos de amordazar a la Iglesia en el ambiente cultural de Occidente

Cuando la voz de la Iglesia Católica es minoría entonces: que se calle la Iglesia y respete la voz de las mayorías en una sociedad pluralista y democrática.

Sepan todos que la gente no es tonta y que ya se da cuenta de este juego de sofismas que tiene un único propósito: amordazar y eliminar a la Institución que más les estorba para imponer su agenda de manipulación y destrucción de los niños, la familia y el orden social.

Cinco puntos clave de la rueda de prensa del Sr. Cardenal de Bogotá

El martes 9 de agosto de 2016, S.E.R. Rubén Salazar, Arzobispo de Bogotá, ofreció una rueda de prensa con motivo de la presión del Ministerio de Educación Nacional de Colombia sobre los colegios para imponer la ideología de género, como ha sucedido en tantos otros lugares. Cinco puntos son importantes recordar:

1. Respeto a todos los seres humanos, tanto a las mayorías como a las minorías.

2. Actitud de diálogo y de construcción del bien común.

3. No es correcto que una instancia de discernimiento judicial, como es la Corte Constitucional, asuma de hecho las funciones de un órgano deliberativo y legislativo como es el Congreso.

4. No es admisible la imposición de la ideología de género a través de la revisión de los manuales de convivencia.

5. El principal papel de la Iglesia es ayudar a formar las conciencias.