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Alimento del Alma: Textos, Homilias, Conferencias de Fray Nelson Medina, O.P.
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«Anécdotas de una vida apostólica», su último libro. – El sacerdote jesuita Jorge Loring ha muerto con 92 años en el día de Navidad de 2013. Deja un rico legado de anécdotas como predicador itinerante y evangelizador con libros, vídeos, grabaciones de audio y televisión.
Muchas de ellas las cuenta en su último libro autobiográfico Anécdotas de una vida apostólica (Ediciones De Buena Tinta) y marcan la fuerza de un persona lleno de simpatía pero que no cedía nunca al “qué dirán” ni lo “políticamente correcto”. Recogemos algunas en sus propias palabras.
1 – Encuentro con Anthony de Mello: “Lo que tú dices me huele a budismo”
Continuar leyendo “Edición Especial: Ha fallecido el P. Jorge Loring, S.I.”
[Retiro para formadores, misioneros y superiores, ofrecido a las Hermanas Dominicas Nazarenas, en Sasaima, Colombia, Diciembre de 2013.]
Tema 8 de 8: Sugerencias del Papa Francisco
* En los números 222 a 237 de su Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium el Papa Francisco ofrece algunas indicaciones generales que iluminan la labor de hacer socialmente presente el Evangelio.
(1) El tiempo es superior al espacio
Lo explica en el n. 223: “Este principio permite trabajar a largo plazo, sin obsesionarse por resultados inmediatos. Ayuda a soportar con paciencia situaciones difíciles y adversas, o los cambios de planes que impone el dinamismo de la realidad. Es una invitación a asumir la tensión entre plenitud y límite, otorgando prioridad al tiempo. Uno de los pecados que a veces se advierten en la actividad sociopolítica consiste en privilegiar los espacios de poder en lugar de los tiempos de los procesos. Darle prioridad al espacio lleva a enloquecerse para tener todo resuelto en el presente, para intentar tomar posesión de todos los espacios de poder y autoafirmación. Es cristalizar los procesos y pretender detenerlos. Darle prioridad al tiempo es ocuparse de iniciar procesos más que de poseer espacios. El tiempo rige los espacios, los ilumina y los transforma en eslabones de una cadena en constante crecimiento, sin caminos de retorno. Se trata de privilegiar las acciones que generan dinamismos nuevos en la sociedad e involucran a otras personas y grupos que las desarrollarán, hasta que fructifiquen en importantes acontecimientos históricos. Nada de ansiedad, pero sí convicciones claras y tenacidad.”
(2) La unidad prevalece sobre el conflicto
Lo explica el Papa en el 228: “De este modo, se hace posible desarrollar una comunión en las diferencias, que sólo pueden facilitar esas grandes personas que se animan a ir más allá de la superficie conflictiva y miran a los demás en su dignidad más profunda. Por eso hace falta postular un principio que es indispensable para construir la amistad social: la unidad es superior al conflicto. La solidaridad, entendida en su sentido más hondo y desafiante, se convierte así en un modo de hacer la historia, en un ámbito viviente donde los conflictos, las tensiones y los opuestos pueden alcanzar una unidad pluriforme que engendra nueva vida. No es apostar por un sincretismo ni por la absorción de uno en el otro, sino por la resolución en un plano superior que conserva en sí las virtualidades valiosas de las polaridades en pugna.”
(3) La realidad es más importante que la idea
Leemos al Papa en el 232: “La idea –las elaboraciones conceptuales– está en función de la captación, la comprensión y la conducción de la realidad. La idea desconectada de la realidad origina idealismos y nominalismos ineficaces, que a lo sumo clasifican o definen, pero no convocan. Lo que convoca es la realidad iluminada por el razonamiento. Hay que pasar del nominalismo formal a la objetividad armoniosa. De otro modo, se manipula la verdad, así como se suplanta la gimnasia por la cosmética.[185] Hay políticos –e incluso dirigentes religiosos– que se preguntan por qué el pueblo no los comprende y no los sigue, si sus propuestas son tan lógicas y claras. Posiblemente sea porque se instalaron en el reino de la pura idea y redujeron la política o la fe a la retórica. Otros olvidaron la sencillez e importaron desde fuera una racionalidad ajena a la gente.”
(4) El todo es superior a la parte
Esta explicación nos da el Papa en el 235: “El todo es más que la parte, y también es más que la mera suma de ellas. Entonces, no hay que obsesionarse demasiado por cuestiones limitadas y particulares. Siempre hay que ampliar la mirada para reconocer un bien mayor que nos beneficiará a todos. Pero hay que hacerlo sin evadirse, sin desarraigos. Es necesario hundir las raíces en la tierra fértil y en la historia del propio lugar, que es un don de Dios. Se trabaja en lo pequeño, en lo cercano, pero con una perspectiva más amplia. Del mismo modo, una persona que conserva su peculiaridad personal y no esconde su identidad, cuando integra cordialmente una comunidad, no se anula sino que recibe siempre nuevos estímulos para su propio desarrollo. No es ni la esfera global que anula ni la parcialidad aislada que esteriliza.”
[Retiro para formadores, misioneros y superiores, ofrecido a las Hermanas Dominicas Nazarenas, en Sasaima, Colombia, Diciembre de 2013.]
Tema 7 de 8: Para salir de la perplejidad
* Cuatro recomendaciones generales para vencer la perplejidad que se experimenta ante la dificultad de transmitir nuestra fe y nuestros valores:
(1) HISTORIA. Sin la luz de un buen contexto histórico, lo único que nos queda de los grandes fenómenos sociales es como la cancha vacía y sucia de un estadio, sin entender qué se jugó ni si fue justa o injusta la victoria. No importa si la gente que participa de esas corrientes y amplias transformaciones es consciente o no de lo que viven, o si ignoran hasta qué punto ellos mismos, y sus decisiones, son consecuencias de hechos y tendencias que les anteceden y superan. Aunque la gente misma no lo sepa es bueno y saludable para nosotros, como servicio a la misma gente, saberlo.
(2) MAGISTERIO. No somos ni los primeros ni los últimos en plantearnos cómo transmitir la fe. Numerosos documentos de nuestros legítimos pastores dan pistas claras y análisis certeros sobre los mismos escenarios que tratamos de comprender mejor para servir mejor. Es tiempo de dejar de ver los documentos eclesiales como simples “tareas” o “cargas” y empezar a verlos como subsidios y herramientas que nos ayudan grandemente.
(3) DISCERNIMIENTO. Es preciso superar la idea de que lo antiguo, por el solo hecho de ser antiguo, es bueno (o malo), o que lo nuevo, por nuevo, ya es malo ( o bueno). Como guía de lectura de la realidad, el discernimiento nos invita a aplicar, en términos muy amplios, lo que el Papa Benedicto XVI llamó la “hermenéutica de la continuidad,” buscando el crecimiento orgánico del bien.
(4) ACTITUD. Para tender puentes necesitamos cambios de actitud en nosotros, sin pretender que otros den los primeros pasos. Esto incluye: conocimiento de sí mismo, humildad, caridad, oración y finalmente, diálogo.
[Retiro de Adviento en la Parroquia de la Asunción, de Hackettstown, NJ.]
Tema 1 de 3: El diagnóstico
* En comparación con la fe o con la caridad, la esperanza cristiana resulta más difícil de ubicar en el contexto de la vida concreta de los cristianos. No resulta, en cambio, demasiado difícil identificar los motivos de desesperación o desesperanza que muchos experimentan al mirar hacia el futuro. Hay serios interrogantes abiertos sobre qué puede sucedernos, no sólo como personas sino incluso como civilización. Conviene revisar algunas de estas fuentes principales de inquietud y desasosiego.
* Incertidumbres económicas. Incluso en países del Primer Mundo, el techo de la deuda externa crece fuera de control. Además, el sistema pensional parece estar descompuesto, hasta el punto de que mucha gente jamás logrará que se le cumpla lo que el sistema le prometió, y para lo que estuvo ahorrando. Otra campo incierto es el de la hipertrofia del sistema de crédito, llevado hasta extremos ridículos que hacen impagables muchas deudas, y convierten la noción misma de poseer algo comprado a crédito como una especie de ficción consentida por todos.
* Las crisis de la familia. Los pasos dados para presentar como “legales” las uniones homosexuales son apenas el primer paso o el síntoma más visible de un conjunto complejo de hechos que en la práctica implican la desaparición de la familia. Hasta cierto punto estamos ahora mismo haciendo experimentos con seres humanos frágiles, llamados los niños. Hay además una ruptura fuerte en la transmisión de la fe y los valores. Muchos papás no podrán adivinar qué fe tendrán sus hijos, o qué idea de sociedad apoyarán.
* Las cosas se agravan debido a la tendencia a cambiar el diálogo por el diagnóstico médico de todo tipo de síndromes, “condiciones” y patologías para los cuales sólo se ofrece un camino: medicación permanente, y en la práctica, vitalicia. Parece cierto que muchos en la industria farmacéutica nos ven a los demás mortales ante todo como clientes potenciales de servicios pagados a término indefinido. No sabemos qué consecuencias a largo plazo tendrá esto a media que la sociedad entera se convierte en rehén de un sistema de control a través de sustancias que no arreglan las dificultades pero sí aíslan a los dificultosos.
* Son abundantes también las incertidumbres ecológicas y tecnológicas: calentamiento global; agotamiento de metales escasos pero indispensables para la sostenibilidad del crecimiento número de aparatos de los que dependemos cada vez más; la llegada del final del combustible fósil (petróleo y gas); el avance de los desiertos y la crisis planetaria de acceso al agua potable. no sabemos si estamos a las puertas de una peste de proporciones apocalípticas porque la resistencia a los antibióticos es un hecho verificado y creciente. Las bacterias con tales características han sido limitadas físicamente en su rango de influencia pero parece cosa de tiempo que un contagio masivo suceda, alguna vez, a partir de algún sitio.
* Son varias las crisis de los jóvenes que resultan de difícil comprensión para los adultos. Muchas de estas crisis parecen derivar de una sensación inicial de haber sido engañados por la omnipresente publicidad del “dios” mercado. Aún más: el enorme volumen de mentira que circula, por ejemplo, por Internet, como información válida termina por hacer casi irrelevante la verdad. Lo que interesa es ser interesante y ante todo: lograr ser aceptado. Además, muchos jóvenes sienten una dura crisis de motivación: ¿De verdad vale la pena estudiar, lograr un título, endeudarse para muchos años con créditos muy pesados, propios de un sistema que mira a los estudiantes como simples clientes? La dura perspectiva que aguarda, amenazante, a la mayor parte de la juventud que tiene oportunidad de estudiar es la de vivir siempre endeudados, sobre todo si alguno pretende adquirir algo de finca raíz.
* Las amenazas no son sólo externas. Hay un límite nuevo que proviene de la comunicación tecnológica: las comunicaciones instantáneas son también comunicaciones “desechables,” que pueden activarse o desactivarse a placer, y que por eso llevan fácilmente a la idea de que el ser humano mismo puede ser “desechado” cuando ya no es interesante, atractivo o útil. Como los jóvenes usan con mayor frecuencia e intensidad estas nuevas tecnologías, son ellos también los que primero y con mayor fuerza pueden padecer las consecuencias de esforzarse continuamente en no ser desechado.
* Todas estas presiones muestran que hay razón en quienes ven el futuro como un peligro o una amenaza. Pero si nuestra vida no depende sólo de los poderes de turno ni de las mentiras de modo, entonces cabe pensar en esperanza. De hecho, la esperanza solamente empieza con la verdad: cuando descubrimos quiénes somos ante Dios, y quién es de verdad el Señor.
Intervención en el III Encuentro de la Asociación de Blogueros con el Papa: Contenido, Medio, Perfil, Propósito y Proyección Offline, para la evangelización en el continente digital.
Introducción
Advertencias
Sugerencias
Padre, sigo con mucho gusto sus postings sobre San Josemaria! Yo estudie la secundaria en un colegio Jesuita, y luego la universidad en la U de Piura, fundada por Monsenior Escriva. Ahora vivo en Canada y mi ex-novia me llevo al Camino Neocatecumenal, y llevo 7 meses en la comunidad donde soy muy feliz. La cosa con la que me esta contrariando un poco es el viejo espiritu de “La Obra” de santificarme en mi trabajo (Resultado primario: Gloria a Dios, “gancho” apostolico! Secundario: bienes materiales, exito, oportunidades) esta chocando con “el Camino” donde la relacion con el dinero, trabajo y exito creo es mas cercana al evangelio “crudo”. Noto que “La Obra” puede ser mas elitista, porque esta interesada en reclutar a quien puede dar mas. Noto que “el Camino” es mas abierto, porque es un autentico hospital de pecadores como yo. Tengo hermanos que sufren mucho. Padre, que puedo hacer para reconciliar esta pequenia contradiccion interna? Alguna charla para escuchar? Gracias por su tiempo y que Dios lo bendiga siempre! – LGG.
* * *
No es casualidad que Kiko Argüello y Escrivá de Balaguer sean ambos españoles. Ya a partir de los siglos de lucha contra las pretensiones territoriales del Islam, el alma española se acostumbró a lo rotundo, y con ello, a la presentación de la fe como algo que impregna todas las áreas de la vida humana y todos los estamentos de la sociedad.
Pero las aproximaciones son distintas. Escrivá cree en la renovación de la sociedad desde el fermento de una vida cristiana seria, bien fundada, consistente, persistente. Argüello, en cambio, no le cree al “sistema.” Considera que el pecado vicia de tal manera las raíces de todo, que el cristiano debe situarse situarse en la serena certeza de que su vida es opuesta al mundo.
Uno no debe calificar a Escrivá de mundano ni a Argüello de anarquista. Escrivá es claro en temas centrales de la oposición al espíritu mundano como por ejemplo, la cruz, la obediencia, la virtud, la verdad, la coherencia con unos principios que el mundo claramente detesta. Argüello, por su parte, es claramente “conservador” y muy fiel a la más pura de valores de la tradición católica, particularmente en lo que tiene que ver con la familia, la autoridad y la defensa de la vida. Uno ve que estos dos grandes buscan en el fondo lo mismo: un hombre y una sociedad fascinados por la persona adorable de Jesucristo , y plenamente consecuentes con su fe.
Hay otro contraste entre ellos, sin embargo. Mucho más claramente que Argüello, Escrivá enfatiza a menudo el papel de la voluntad humana. Con una lectura superficial, uno puede creer que Forja o Surco son manuales de apoyo a una mentalidad pelagiana, según la cual todo puede conseguirse a base de esfuerzo. Por supuesto, ese no es el caso. Escrivá subrayó suficientemente el lugar de la oración humilde, la súplica confiada, la certeza de la acción de Dios en los sacramentos. Dicho de otro modo: él es un testigo de la acción de la gracia santificante y transformante de Dios. Pero, por lo mismo, si afirmamos que la gracia transforma, esa transformación tiene que impregnar la manera como obramos, las decisiones que tomamos, el tenor de vida que seguimos. En lo que no cree Escrivá es en eso de tener uno mucha confianza en la misericordia divina mientras se lleva una vida de homenaje al pecado, a la moda o al diablo. Esa exigencia de coherencia puede sonar a legalismo pero en realidad tiene una base bíblica muy clara que salta a la vista en pasajes como aquello de Santiago: “la fe sin obras está muerta.”
En fin, considero que ante estos dos grandes hombres de fe nuestra actitud ha de ser la que tomamos ante todo aquello que es admirable: aprender lo bueno y dejarnos cuestionar por la audacia y radicalidad de sus propuestas.
Con sus palabras y gestos proféticos, el Papa Francisco subraya un aspecto esencial al Evangelio: la mirada hacia la periferia.
Queridos hermanos:
Recientemente se han cumplido los primeros seis meses del pontificado del Papa Francisco. Puede ser un buen momento para tomar una expresión que él ha utilizado, y sobre todo, que ha puesto en práctica. El Papa nos habla de las “periferias existenciales.” El mismo día de su elección, al dirigirse por primera vez a la multitud congregada en la Plaza de San Pedro, dijo esta frase, que en ese momento podía parecer sólo un apunte amable o gracioso: “Parece que los Señores Cardenales han ido hasta el fin del mundo para buscar un Papa…” Esa frase, vista ya en el contexto de estos primeros meses de pontificado, en realidad dice más de lo que parece. Recientemente, [Federico] Lombardi, portavoz del Vaticano, comentaba que una de las señales del pontificado de Francisco ha sido darle la vuelta, cambiar la mentalidad euro-céntrica. Francisco hablaba de la “periferia existencial”: los Cardenales fueron “al fin del mundo.” Salieron de lo esperado y fueron “al fin del mundo.” Ese contraste entre el “centro” y la “periferia” realmente está muy adentro en el pensamiento de Bergoglio.
Continuar leyendo “ESCUCHA, El Papa Francisco y las periferias existenciales”
“Es increíble hasta qué punto se crispan los nervios de ciertos contemporáneos cuando se oye algo que tenga pretensiones de permanencia, que suba un poco el tono de la mera opinión, sacudiendo los algodones y tonos pastel a los que nos tiene acostumbrados la nueva era con sus angelitos multicolores y atardeceres románticos…”
Click!
[Predicaciones en el XXXVII Retiro Latinoamericano de Sacerdotes en La Ceja, Antioquia (Colombia), en Agosto de 2013.]
Tema 7 de 7: Situaciones pastorales particularmente urgentes
* La gracia de la sabiduría se requiere de modo particular en algunas situaciones pastorales particularmente urgentes: el avance del lobby gay, la situación de los divorciados vueltos a casar, y las rupturas del tejido social por la injusticia.
(1) El avance del lobby gay tiene su fundamento en la ideología de género, es decir, un sistema de pensamiento con estos principios: (a) La orientación sexual no depende de la naturaleza sino de fuerzas culturales, o del azar genético, o de la opción de cada uno. (b) La diversidad sexual debe ser entonces no sólo aceptada sino que, para bien de la sociedad, debe ser celebrada e incluso promovida.
Pastoralmente lo recomendado es:
Acoger con caridad a todos; saber escuchar; entender que suele haber grandes heridas vacíos y conflictos no resueltos en estas personas.
No esconder, mutilar ni cambiar la enseñanza de la Iglesia que implica rechazo al pecado y acogida al pecador.
No hay que escandalizarse ni asustarse ante estos avances de un pensamiento que destruye la familia y desfigura el amor humano. Recordemos que la primera evangelización en el entorno griego y romano estuvo circundada de esa misma ideología, y aún peor.
No se trata de decir al homosexual lo que hay que hacer sino de recorrer con él un camino de fe, de oración y de escucha de la Palabra que le lleve a liberarse del poder de un ídolo, que es su fantasía afectivo-sexual. A medida que la persona reconoce por qué decidió el camino que decidió se da cuenta también que ahora puede tomar otras decisiones.
(2) Los divorciados vueltos a casar se encuentran, mientras no se demuestre lo contrario, en situación de adulterio. Esta realidad no significa la ruptura sino el comienzo del diálogo. De nuevo: una genuina ayuda no consiste en maquillar la el pecado, ni menos arrogarse autoridad con palabras como: “Bajo mi responsabilidad, comulgue…”
Es claro que el problema de fondo parte de la preparación para el matrimonio. No se puede vivir un matrimonio cristiano sin Cristo. En el proceso de preparación a la boda debe brillar el señorío de Jesús, de modo que a todos quede claro quién tiene poder sobre esas vidas, y a quién acudirán si hay dificultades.
Ante aquellos que ya viven en condición de adulterio, el camino s}es la evangelización hasta que el poder del ídolo, es decir, el gusto y la dependencia de la intimidad corporal pierdan poder. A medida que va pareciendo menos necesario, menos irreemplazable y más claramente repugnante el practicar el adulterio, la persona misma ha de ir perfilando decisiones en la línea del respeto al matrimonio en una vida de pureza, incluso si eso implica abstinencia.
(3) Las tensiones sociales y económicas no pueden ser ajenas al ministerio sacerdotal. Ser espiritual no es desentenderse de los dolores de tantos que son víctimas de la pobreza, y sobre todo, de la injusticia.
El cuidado que ha de tener el sacerdote es que su clamor en favor de las justas demandas de los necesitados no sea capturada por un grupo político en su ansia explicable de poder. Bien se sabe que, cuando eso sucede, la evangelización sufre porque crea enemigos para Cristo en los otros partidos políticos.
Además, no hay que limitarse a denunciar; urge alentar los esfuerzos de economía solidaria, cooperativismo o similares, de un modo tal, sin embargo, que quede claro que no hay interés personal de lucro en ello.
La capacidad de no conformarse con lo que hay es indispensable para abrir espacio al plan de Dios, y su Reino.