La Pascua, sus Enemigos y sus Victorias, 4 de 8, Dificultades y frenos interiores a la alegría

[Retiro Espiritual con un grupo de Hermanas Dominicas de la Presentación, en Bogotá. Semana Santa de 2014.]

Tema 4 de 8: Dificultades y frenos interiores a la alegría

Existen también las dificultades interiores, es decir aquellas que se gestan y crecen al interior de la Iglesia, como comunidad invitada a la fe y la caridad. En cuanto a las dificultades que afectan a muchos ministros ordenados, personas consagradas y laicos comprometidos, hay que mencionar sobre todo cinco:

(1) La “hermenéutica de la ruptura” que considera al Concilio Vaticano II como un punto de quiebre en la historia de la Iglesia. Algunos, los tradicionalistas, lamentan ese quiebre y consideran que la Iglesia perdió su pasado. Otros, los de línea progresista, saludan ese cambio, se alegran de que el pasado quede sepultado, y ven al llamado “espíritu” del Vaticano II como el comienzo de algo muy grande que sucederá inevitablemente en un futuro próximo, sobre todo si pronto se celebra el Vaticano III.

(2) Modernismo: forma de pensamiento que pretende comprender y expresar la fe de modo tal que se adapte de continuo al lenguaje, las categorías y los criterios de aceptación de cada época. En nuestra época particular el modernismo se viste de concordismo cientificista o de un pluralismo democrático que quisiera reducir el mensaje del Evangelio a “seamos buenas personas” (buenismo).

(3) Discontinuidad teológica, en lo dogmático, moral y litúrgico. Hijos o ahijados del modernismo, asi sea mitigado, y de la hermenéutica de la ruptura, un número no pequeño de teólogos y escritores de espiritualidad han visto en este tiempo la ocasión para decir su propia palabra, a veces con resonante pexito y notable popularidad, refeljada en ventas. Pero lo que enseñan no es concorde con el Magisterio de la Iglesia, y ellos lo saben. La gente se devora sus palabras y compra con entusiasmo sus obras, con la gravedad de que entre esos lectores están también muchos que se forman para ser predicadores, confesores o maestros. Autores como Anthony De Mello, Carlos Vallés, Anselm Grün, Hans Küng, Xavier Pikaza, Mariano Vidal, José Pagola, José Ignacio González Faus, Jon Sobrino, Leonardo Boff, y muchos más han impactado y siguen impactando profundamente las ideas y perspectivas de muchos que hoy son sacerdotes y pastores de almas.

(4) Ausencia de la Cruz: un modo “light” de interpretar la resurrección–incluso cuando se concede que implica algo real para el Crucificado, y no sólo para la fe de los discípulos–ha llevado a mirar la Cruz como un hecho relativamente accidental, inesperado para el mismo Cristo; o como la consecuencia colateral de un compromiso sociopolítico, en todo comparable a los “mártires” de las revoluciones socialistas o independentistas de antes o de ahora. La irrelevancia de la Cruz trae daños severos en el espíritu de penitencia, en la mortificación, en la generosidad y por supuesto, en la obediencia, con no pequeño daño a las diócesis y a las comunidades religiosas.

(5) “Carrierismo” : tendencia a equiparar las etapas y procesos del servicio a la evangelización con los modelos típicos de ascenso en el mundo empresarial o académico. El resultado es desastroso para la misión de la Iglesia, sobre todo por el despliegue descarado de egoísmo, y por la manera de “usar” las comunidades para promoverse hacia lugares supuestamente mejores, en términos mundanos.

La Pascua, sus Enemigos y sus Victorias, 3 de 8, Relativismo, Subjetivismo y Postmodernidad

[Retiro Espiritual con un grupo de Hermanas Dominicas de la Presentación, en Bogotá. Semana Santa de 2014.]

Tema 3 de 8: Relativismo, Subjetivismo y Postmodernidad

Entendemos la secularización “social” como la tendencia cada vez más pronunciada a excluir los criterios externos de verdad y de bien del discurso admisible en la sociedad, de modo tal que una multitud de valores y artículos propios de la fe religiosa se ven como caprichosos o como frenos abusivos a la libertad del individuo. A veces se llama “relativismo” a esta tendencia pero tal etiqueta puede resultar engañosa porque la secularización social no considera que todo sea relativo sino que sólo quiere descartar o cuestionar las certezas más típicas y propias de las “grandes narrativas” es decir, de aquellas cosmovisiones que quieren dar razón del lugar y el futuro deseable para la humanidad en su conjunto. Es la opción propia de la llamada “postmodernidad,” que desconfía de los principios filosóficos, los ideales políticos y los credos religiosos.

Sin embargo, la renuncia a las grandes narrativas no significa renuncia a todo tipo de certezas. Lo que más bien se da es un desplazamiento hacia las certezas más próximas, más materiales y percibibles por los sentidos; aquellas que afectan de modo inmediato al individuo. El nuevo dogmatismo de los postmodernos está constituido por estas certezas “próximas,” que pueden clasificarse en dos grandes grupos: por una parte, las estrictamente individuales, como son la salud, la belleza, el dinero, el sentido de pertenencia a la propia “tribu” y sobre todo, la libertad; y por otra parte, las que se consideran como una especie de patrimonio social fuera de discusión, a saber: la ciencia, la tecnología, la ecología, la flexibilidad en el lenguaje y el valor vinculante de la ley positiva, esto es, lo que se apruebe en el parlamento.

La secularización social supone un grave eclipse de la verdad. Para el hombre postmoderno sólo hay tres niveles de verdad: (1) “Mi” verdad, que es el espacio de las propias convicciones, gustos y autodeterminación; (2) “Nuestra” verdad, que corresponde a lo que por ahora debe considerarse obligatorio, según la ley pública vigente; y (3) “La” verdad objetiva, que queda reservada a la ciencia, entronizada como único saber con pleno derecho público.

Uno se da cuenta que la secularización social queda ciega, sorda y muda frente a la verdad moral. Por consiguiente, arroja al hombre al absurdo de una vida limitada a producir, consumir y entretenerse. Y si a alguien esto le parece insuficiente, el mercado y las leyes aprobadas le indicarán prontamente el camino: suicidio asistido o eutanasia.

La Pascua, sus Enemigos y sus Victorias, 2 de 8, Cientificismo y Laicismo

[Retiro Espiritual con un grupo de Hermanas Dominicas de la Presentación, en Bogotá. Semana Santa de 2014.]

Tema 2 de 8: Cientificismo y Laicismo

En nuestro tiempo y circunstancias la alegría se extingue asfixiada en medio de dificultades exteriores e interiores.
Las dificultades exteriores tienen todas que ver con la pretensión del mundo de endiosarse a sí mismo, declarando a Dios innecesario, inexistente o improcedente. Uno de los nombres que tiene el “mundo,” o el conjunto de lo “mundano,” en latín, es “saeculum” y de ahí viene la palabra “secularización,” que por consiguiente alude a esa tendencia con la que el mundo pretende absolutizarse, ya sea desplazando a Dios, o relegándolo, o abiertamente combatiéndolo.

La secularización tiene tres dimensiones principales: intelectual, política y social.

Entendemos la secularización “intelectual” como aquel movimiento cultural masivo que termina considerando como única palabra cierta a aquella que provenga de la ciencia. Cientificismo y neopositivismo son nombres alternativos para esta tendencia que no sólo descarta el lenguaje religioso sino que, con fuerza y arrogancia semejantes, pisotea el sentido común, la filosofía, el testimonio de la fe y los saberes o tradiciones de los pueblos. Así por ejemplo, lo que se ha pensado y entendido siempre y en todas partes sobre qué es el matrimonio no importa; lo único que sería argumento para oponerse al matrimonio llamado “igualitario” sería un estudio científico que mostrara a base de abundantes estadísticas y correlaciones con fuerza causal por qué es malo tener dos papás o dos mamás. Lo irónico de este abuso arrogante es que la ciencia misma está sometida a numerosas presiones e intereses, que son particularmente notables en el momento de recoger información sobre los seres humanos. ¿Qué teoría científica ha demostrado que puede producir preguntas completamente neutras, asépticas y libres de todo sesgo? La secularización intelectual equivale a la ideología cientificista.

Entendemos la secularización “política” como aquel movimiento cultural que pretende excluir a lo religioso de todas las esferas de lo público, de modo que los textos religiosos sean equiparados a la fantasía; los signos religiosos sean expulsados de las escuelas y demás lugares públicos; y las personas que representan los distintos credos sean considerados únicamente como representantes de intereses particulares ajenos al bien común de la sociedad en su conjunto. La secularización política equivale a la ideología laicista.

La Pascua, sus Enemigos y sus Victorias, 1 de 8, Extintores del fuego del Espíritu

[Retiro Espiritual con un grupo de Hermanas Dominicas de la Presentación, en Bogotá. Semana Santa de 2014.]

Tema 1 de 8: Extintores del fuego del Espíritu

La Pascua invita al creyente a beber de la fuente misma de la que mana toda su salvación y su alegría. ¿Cómo es que esa alegría permanece tan distante de tantas vidas? Podemos dar una primera respuesta, de tipo general, y luego otra respuesta más detallada.

De modo general, diremos que, si la alegría de la Pascua es un fuego admirable, hay que saber que existen “extintores” para ese fuego. Podemos mencionar especialmente tres extintores que de manera general apagan o impiden la genuina alegría pascual.

El primer extintor es la impenitencia, es decir, el amor al propio pecado, o en todo caso, el poner por encima el propio señorío sobre la vida, sin dejar a Dios su trono y lugar en nuestra vida. Este extintor hace su aparición en los evangelios: si al principio de cada uno de ellos vemos a la gente colmada de gozo y admiración por las obras de Cristo, luego observamos que tanto los milagros como la alegría de la gente van desapareciendo. La explicación hay que encontrarla en lo que dice Cristo, quejándose de las ciudades donde había hecho más curaciones y exorcismos: (Mt 11,20-24)

El segundo extintor es la arrogancia que pretende imponer sobre la mirada de Dios la propia mirada, y sobre sus planes, los nuestros. Hasta qué punto tal orgullo nos vuelve impermeables al gozo que Dios ofrece se nota en escenas como la curación del ciego de nacimiento, que se cuenta en el capítulo 9 de San Juan. ¡Un hombre que no veía, que nunca había podido ver, ha sido curado, y ve perfectamente! ¿Trae eso alegría a los fariseos? No. Sólo trae averiguaciones, sospechas y amenazas. Primero dudan de que el milagro sí haya sucedido. Luego se enfangan en discusiones sobre cómo pudo suceder. Pero tales discusiones son en el fondo estériles. El veredicto de ellos ya está dado: Jesús no puede venir de Dios. están tan seguros de eso que sus preguntas no son apertura a la verdad sino deseo de constatar su sentencia. No pueden alegrarse porque tampoco pueden sorprenderse. Y no quieren sorprenderse porque sólo creen en su perspectiva y su plan.

El tercer extintor es la desesperación. De modo dramático aparece en el desenlace de Judas Iscariote. Desesperarse es pretender achicar a Dios, declarando nuestras culpas más grandes que su poder, y considerando más graves nuestros errores que su sabiduría y su providencia. Por supuesto, el “dios” disminuido del desesperado es un mero producto de su imaginación y carece del poder de salvar.

Impenitencia, arrogancia y desesperación extinguen y eclipsan la alegría.

Carta de la Pascua 2014

La Pascua invita al creyente a beber de la fuente misma de la que mana toda su salvación y su alegría. El Evangelio, la “Buena Nueva,” despliega en la Pascua sus mejores galas, su mejor perfume, su más preciosa música, sus más elocuentes palabras.

La alegría de la Pascua es a la vez profunda y sencilla. Se condensa en el gozo del encuentro con la gracia, es decir, el regalo precioso e inmerecido del amor transformante de Dios, que en Cristo nos ha revelado su rostro y nos ha concedido su herencia.

Gracia, encuentro y alegría forman una hermosa unidad que no envejece ni se gasta; unidad que el cristiano saborea en la comunión con los otros creyentes, en la verdad de los sacramentos, en la luz inagotable de la Palabra, y también en la esperanza del Cielo.

Los extintores de la alegría

¿Cómo es que esa alegría permanece tan distante de tantas vidas? Podemos dar una primera respuesta, de tipo general, y luego otra respuesta más detallada.

De modo general, diremos que, si la alegría de la Pascua es un fuego admirable, hay que saber que existen “extintores” para ese fuego. Podemos mencionar especialmente tres extintores que de manera general apagan o impiden la genuina alegría pascual.

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Consejos para ser un escritor católico

“A menudo me escriben personas y me preguntan qué deben hacer para iniciar una editorial o ser un escritor católico. Siempre recuerdo a un joven que deseaba conocer los pasos que debía seguir y me preguntó: “¿Qué es lo primero que debo hacer?”. “Lo primero”, respondí, “es ir al sagrario… Antes de empezar, visita a Jesús”…”

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Atraer hacia Cristo

Te falta “vibración”. -Esa es la causa de que arrastres a tan pocos. -Parece como si no estuvieras muy persuadido de lo que ganas al dejar por Cristo esas cosas de la tierra. Compara: ¡el ciento por uno y la vida eterna! -¿Te parece pequeño el “negocio”?

Sembrar. -Salió el sembrador… Siembra a voleo, alma de apóstol. -El viento de la gracia arrastrará tu semilla si el surco donde cayó no es digno… Siembra, y está cierto de que la simiente arraigará y dará su fruto.

Pequeño amor es el tuyo si no sientes el celo por la salvación de todas las almas. -Pobre amor es el tuyo si no tienes ansias de pegar tu locura a otros apóstoles.

Más pensamientos de San Josemaría.

ESCUCHA, La Cuaresma, la Evangelización y el Desafío de Asia

[Reflexión ofrecida a un grupo de laicos en la Parroquia de Shibuya, Tokio, en Marzo de 2014.]

* La cuaresma nos pone en la ruta del misterio pascual. Hay que tener presente, sin embargo, que el encuentro con la pasión, muerte y resurrección de Cristo no es algo “automático.” Al contrario, quien siente ajena la muerte de Cristo también sentirá ajena e irrelevante su victoria.

* La resurrección no es una noticia que afecta lo que va a ser de mí después de que muera. Las convicciones sobre qué implica morir cambian la manera como uno vive. Para aquel que mira la muerte como un final, la entrega de sí mismo es imposible por absurda.

* Para un cristiano, el sentido de la vida no puede deducirse sólo del breve tiempo en que uno vive. La resurrección nos traslada a un espacio de significado que trasciende el tiempo, y que también trasciende al individuo como tal: mi vida, mi esfuerzo, mi esperanza adquieren sentido en cuanto soy parte de un “arco” que comienza en la Pascua de Cristo, y que abarca los siglos hasta completarse en su retorno glorioso.

* Surge una objeción: ¿Y qué pasa con otras “propuestas,” es decir, con otros “arcos” que también son milenarios, algunos de los cuales han antecedido al cristianismo, como es el caso con algunas culturas asiáticas: Indica, China, Japón? El examen de esas culturas, aunque asombroso desde el punto de vista humano, nos lleva a una conclusión: cada una lucha por su propia gloria, en términos de liderazgo, honor o incluso beneficio. En el esquema global de los siglos no pueden garantizar otra cosa sino contiendas por el primer lugar. El cristianismo es diferente.

* La propuesta cristiana, en efecto, no apunta a la gloria de un pueblo sino al bien de todos los pueblos. Y hay otra diferencia: la Cruz de Cristo mira a la “patria común” de la humanidad, es decir a las realidades profundas y más universales del dolor, las carencias, las contradicciones internas, la muerte misma. En este sentido, el “arco cristiano” abarca toda propuesta cultural, sea breve o extensa en el tiempo.

* Una consecuencia de esa realidad de la predicación cristiana es que evangelizar en Asia no es simplemente anunciar un cambio moral de un individuo: sólo la presentación del “arco” cristiano puede invitar a dejar, por insuficientes, los milenarios “arcos” culturales que son orgullo de cada pueblo. Esto implica necesariamente un cambio, en términos de humildad, caridad, alegría y esperanza, para quienes anuncian el nombre de Cristo en esta parte del mundo, y en el fondo, un replanteamiento que debe llevar a la Iglesia a verse de modo diverso a sí misma y su misión.

Cifras alentadoras en nuestra evangelización católica

* Más de 24.650 suscripciones en la lista de correo del boletín “Alimento del Alma.” META: Hay serias esperanzas de superar las 25.000 suscripciones este año 2014.

* Más de 1820 videos en el canal de Fray Nelson Medina en Youtube. META: Este año tendremos más de 2000 videos disponibles para todos.

* Un promedio superior a 2100 reproducciones de video cada día. Ello equivale a esto: cada 45 segundos alguien, en algún lugar del mundo, empieza a ver alguno de nuestros videos. META: Este año desearíamos llegar a las 2900 reproducciones por día, que equivale a un ritmo de cada medio minuto.

* Más de 5600 miembros en nuestra red social propia “Amigos en la FeMETA: Queremos más de 6000 amigos!

* Más de 9500 seguidores en Twitter. META: Por primera vez esperamos contar con más de 10 mil seguidores recibiendo actuaizaciones permanentes.

* Más de 3700 “Me Gusta” en la página oficial de Facebook. El ritmo de crecimiento no es ágil. META: Superar los 4000.

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Las siete virtudes de un auténtico bloguero

“Entiendo como “agente de sentido” a cualquier persona o institución que ayuda a transformar información dispersa en un conjunto con significado, seleccionando, ordenando y jerarquizando los datos. En un contexto saturado de mensajes y noticias como el actual, casi todos necesitamos personas que nos orienten para comprender un poco mejor lo que sucede alrededor. Hasta hace poco, además de ser menor la cantidad de datos disponibles, para orientarse bastaba con algún buen comentarista de radio, un par de firmas interesantes en nuestros periódicos de referencia, una persona cercana con cierto nivel de conocimiento. Hoy ya no es suficiente…”

virtudes del bloguero

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Conversión Pastoral, 10 de 12, Decálogo de la Conversión Pastoral

[Retiro espiritual para sacerdotes de la Diócesis de Yopal, en Colombia; Enero de 2014.]

Tema 10 de 12: Decálogo de la Conversión Pastoral

* Las siguientes diez recomendaciones implican no únicamente la conversión del sacerdote sino toda una renovación de la comunidad:

  1. De la Iglesia “estación de servicio” a la Iglesia “casa”
  2. De un cristianismo de puntos a uno de procesos.
  3. De clientes y espectadores a hermanos y cooperadores.
  4. De masa anónima a comunidad de discípulos misioneros.
  5. De la normalidad de “asistir” a la normalidad de “participar”.
  6. Del lamento al compromiso.
  7. De la catequesis simplemente aprendida a la Palabra gustada.
  8. De la santidad como fenómeno a la santidad como meta común.
  9. De una vida cristiana tranquila a una espiritualidad de la militancia.
  10. De una iglesia uni-vocacional (sacerdotes y religiosos) a una iglesia pluri-vocacional.

Conversión Pastoral, 09 de 12, Nuevo contexto de comunidad

[Retiro espiritual para sacerdotes de la Diócesis de Yopal, en Colombia; Enero de 2014.]

Tema 9 de 12: Nuevo contexto de comunidad

* Está claro que una Iglesia de masas, aunque impresione con cifras y estadísticas, falla en su misión de llevar el evangelio íntegro a todo el hombre y a todos los hombres.

* Muchos ven el origen de ese cristianismo en el Edicto de Milán o en la era constantiniana. Esa visión, de origen protestante, no resiste análisis histórico: la mediocridad, el empobrecimiento del catecumenado, el aumento de privilegios y divisiones en el rebaño de Cristo es anterior a Constantino.

* Simplemente, hay un problema que hay que plantear y resolver: ¿cómo conservar la frescura del encuentro personal con Cristo cuando debe suceder a millones de personas que además comparten todo tipo de vínculos de órdenes no religiosos, como por ejemplo: económicos, laborales, políticos?

* Una complicación adicional brota de la cultura de nuestro tiempo, que falsifica las palabras. Ejemplos típicos:

(1) Tolerancia NO SE QUIERE QUE SIGNIFIQUE respeto a la conciencia del otro sobre la base de su dignidad humana, SINO convivencia no agresiva dentro de los parámetros de la ley convencional y positiva.

(2) Autenticidad NO SE QUIERE QUE SIGNIFIQUE una vida expresada desde lo más propiamente humano en su integralidad SINO expresarse de modo primario, espontáneo, irreflexivo; incluso cínico.

(3) Libertad NO SE QUIERE QUE SIGNIFIQUE ausencia de coacción para buscar lo que es verdadero y bueno SINO posibilidad de obrar como a uno se le venga en gana.

(4) Amistad NO SE QUIERE QUE SIGNIFIQUE “hacer al amigo todo el bien” SINO ser aliado incondicional, o sea: cómplice, compinche.

(5) Misericordia NO SE QUIERE QUE SIGNIFIQUE amor de caridad que se conmueve ante la necesidad del hermano y busca hacerle el bien, SINO obrar con un extraño como si fuera “amigo.” (Y véase el anterior número (4) sobre la manera como se entiende “amigo”).

* A menudo estas redefiniciones, parte de una dura guerra semántica, tienen el propósito de servir a la imposición de un “pensamiento único” y a la idolatría del dios Mercado.