Quien es nuestro Dios

(Hech 17, 22-34; Mt 15,16,17); Jn 14,1-31)

Les invito a revisar la imagen que tenemos de nuestro Dios. ¿Cómo es esa imagen? La mayoría de los cristianos nos hemos quedado con una imagen humana, más bien filosófica, como el UNO trascendente. Hemos dejado a un lado la imagen bíblica, la imagen trinitaria, la imagen que el mismo Dios nos ha revelado por Jesucristo. Y la hemos relegado porque nos parecía inalcanzable, sin consecuencias prácticas para la vida y, menos para la salvación. Por eso, en este trabajo abordaremos primero el tema de la unidad de Dios, de la Comunión Trinitaria, para detenernos, después, en cada una de las Personas divinas, y de manera especial, en la adorable Persona del Padre. Qué lindo que en estos días abandonemos la idea que nos hemos formado de Dios, y nos dejemos sorprender por el adorable Jesucristo para que nos pueda revelar su imagen de Dios! El es misericordia, amor, es como las entrañas maternas que se estremecen por nosotros. Entonces, y sólo entonces, nuestra visión de la vida cambiará. Quiero iniciar recordando una experiencia del santo Cura de Ars. Un día se le presentó en la casa cural un hombre que quería discutir sobre Dios y expresarle unas dudas sobre El. El padre Vianney le pidió que, primero se arrodillara y confesara sus pecados. El hombre no quería aceptar, pues buscaba sobre Dios pruebas de razón, argumentos intelectuales. El cura de Ars se mantuvo firme en su pedido, hasta que el hombre convino y le pidió que lo confesara. Acabada la confesión de sus pecados, y habiendo recibido la absolución, el padre le dijo: ahora sí veamos sus dudas sobre Dios. Nuestro hombre, agradecido, replicóque ya no tenía dudas. Todo estaba claro. Con su confesión había eliminado sus dudas y ahora estaba tranquilo con Dios. Ya lo dijo el mismo Jesús: Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios (Mt 5,8).

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Celebraciones cristianas y rituales paganos

Hola fray Nelson.

Leyendo tu biografía y tus escritos en general me siento identificada en algunas cosas contigo, especialmente en la obra de la Renovación católica carismática, no sé qué habría sido de mi espiritualidad sin ella; ésta es claramente una obra de DIos.

En realidad el motivo de mi correo es una duda que tengo en relación a la tradición de la Iglesia. Existen trabajos históricos mormones que hablan del sincretismo del cristianismo con prácticas paganas, entre ellas resaltan la Eucaristía o “celebración del vino y el pan”, de esto me he enterado por terceros, no he ido directamente a estas fuentes. También me hablan de otros dioses como Horus o Mithra que comparten unos rasgos similares a los de Jesús como la resurrección, el nacimiento de una virgen, entre otras muchas características. Me gustaría por eso que me recomendaras lecturas más científicas para comprender ese pasado. si algo tengo claro en mi vida es la existencia de mi Dios en el santisimo sacramento del altar, de Jesús en su forma eucaristica por eso soy católica.

¡Gracias! -Estudiante, Bogotá.

Uno de los ataques más “sofisticados” contra nuestra fe es el que tú mencionas. La verdad es que uno puede sentirse incómodo y desconcertado cuando le dicen por ejemplo que la Navidad es una fiesta pagana que los cristianos sencillamente asumieron. O cuando le dicen a uno, como tú cuentas, que la Eucaristía tiene un origen pagano. O cuando nos cuentan que la historia del diluvio es “muy común” en culturas y religiones antiguas, de modo que la Biblia sería una especie de recopilación de cuentos que circulaban o que circularon en distintos lugares y culturas.

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La comunion negada – o pospuesta

Querido Fray Nelson: Tengo una pregunta que me da vueltas en la cabeza. Un sacerdote Episcopaliano me dijo que nadie puede negar el cuerpo y la sangre de Cristo y cómo nosotros nos atrevemos a hacerlo. Y luego me contó su experiencia: El tenia un amigo muy querido era Católico Romano que murió y este sacerdote Episcopaliano asistió al servicio pero el Sacerdote oficiante (Católico romano) fue muy claro en decir que él no podia recibir la Comunión. Yo no se que decirle. Pude sentir el dolor que esto le cusó ya que teniendo la vocación de sacerdote, debe saber de la presencia de Jesus en la Eucaristía. La pregunta es: Si Jesus dijo a sus amigos que coman de su cuerpo y beban de su sangre porque excluímos a algunas personas: Los divorciados, los Episcopalianos, etc. que quieren recibirlo.

Gracias por aclararme este cuestionamiento. – Maria Elena.

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Una mirada al ateismo contemporaneo

La discusión de temas y problemas intraeclesiales nunca debería ocultar el hecho de que los grandes desafíos siguen estando todavía “afuera.” Ya se quiera hablar de “izquierda” o “derecha” entre creyentes, quizás es signo de cierta vitalidad que haya qué discutir, en la medida en que ello muestra que hay a quién le importe la fe, la Iglesia, el Evangelio, los sacramentos. Mientras llevamos adelante esas conversaciones, que sin duda son importantes, jamás perdamos de vista que podríamos estar en la condición de habitantes de una pequeña isla que se olvida del océano de indiferencia e incredulidad creciente que los rodea y desea devorarlos.

Hace poco encontré un post en cierto blog con una antología de frases famosas de ateos. Nombres populares asoman allí de inmediato: George Bernard Shaw, Isaac Asimov, Mark Twain, Friedrich Nietzsche, y junto a ellos otros menos conocidos, a lo menos por mí: Richard A. Weatherwax, Dan Fouts, y otros. Las figuras de cierta intelectualidad contemporánea no pueden faltar; en concreto, Richard Dawkins. No pocos aparecen con autor desconocido. Los textos están todos en inglés, lo cual obviamente privilegia los modelo de ateísmo de raigambre anglosajana.

Para los propósitos de este post voy a seguir la numeración del artículo en cuestión; las traducciones son responsabilidad mía.

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Iglesia y Sexo: te apuesto a que lees esto

Los argumentos van de este orden:

A favor de Humanae Vitae:

Existe una ley natural, puesto que los seres creados no se han dado ley a sí mismos. Según esta ley, los fines procreativo y unitivo del matrimonio van juntos. La anticoncepción artificial supone un rompimiento voluntario con ese ordenamiento, y por ello es intrínsecamente inmoral, en cuanto a la naturaleza del acto conyugal mismo.

Además, la separación de lo procreativo y lo unitivo conduce–como lo estamos viendo–a la trivialización de la sexualidad, que queda reducida a un modo de entretenimiento y un objeto de comercio.

Además, la institución misma del matrimonio, que tiene como uno de sus constituyentes la intimidad conyugal, queda equiparada a cualquier forma de amistad con intercambio sexual que pueda darse entre adultos. En particular, el término matrimonio deja de significar unión estable entre hombre y mujer, y la puerta queda abierta no sólo a parejas del mismo sexo, sino en la práctica a cualquier forma de asociación entre adultos que logre reunir suficiente presión política sobre los cuerpos legislativos en los distintos países. Los grandes afectados por ese estado de cosas son, por supuesto, los niños.

Además, la mentalidad de anticoncepción a toda costa termina viendo en el niño a un enemigo, o en todo caso, como un obstáculo para una mentalidad que queda marcada por el disfrute a tope y a toda costa. No es raro que la anticoncepción frustrada, se le considere una fuente de “malestar mental” que automáticamente justifica el aborto.

Además, la idea misma de que el embarazo se puede controlar a base de anticoncepción artificial resulta contradicha por las estadísticas. Países con larga tradición de difusión de anticonceptivos y programas de supuesta “educación sexual” siguen teniendo tasas altísimas de aborto. De hecho, aborto y anticoncepción siguen creciendo más bien en paralelo.

En contra de la Humanae Vitae:

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Un Curso sobre la Eucaristía

Comparto aquí un Curso sobre el Sacramento de la Eucaristía que fue ofrecido a los frailes estudiantes dominicos en Abril de 2008. Consta de 10 grabaciones, incluyendo un apéndice. Cada archivo en MP3 contiene dos temas en un tiempo de 60 a 75 minutos. Se permite expresamente la reproducción privada o pública citando la fuente. Los enlaces a los archivos de audio son los de cada título. ¡Sea para gloria de Dios y mayor amor al Sacramento Admirable!

Sección 1 de 4: Propedéutica Eucarística.

El Sacramento de la Eucaristía (1)

Los temas 1 y 2 muestran las dificultades que el Gnosticismo y el Esencialismo traen para la recta comprensión y vivencia del Sacramento por excelencia.

El Sacramento de la Eucaristía (2)

Los temas 3 y 4 muestran las dificultades que el Subjetivismo – Relativismo y el Cientificismo – Modernismo traen para la recta comprensión y vivencia del Sacramento por excelencia.

Sección 2 de 4: Fuentes del Sacramento en la Sagrada Escritura.

El Sacramento de la Eucaristía (3)

Los temas 5 y 6 abordan la Liberación y la Alianza como claves de comprensión de la Cena Pascual según el Éxodo. Al principio se ofrece una introducción sobre los sentidos literal y espiritual de la Biblia.

El Sacramento de la Eucaristía (4)

Los temas 7 y 8 exponen el lugar de la Eucaristía en el conjunto del Nuevo Testamento, es decir, su conexión con la Hora de Jesús, con la Alianza – Pascua, con el binomio Ley – Gracia, y con la superación del culto del templo, es decir, una mirada a Cristo, Sumo Sacerdote.

Sección 3 de 4: Elaboración Teológica.

El Sacramento de la Eucaristía (5)

Los temas 9 y 10 presentan testimonios significativos del lugar y modo de celebración de la Eucaristía en la Antigüedad cristiana, desde la Didajé hasta San Ambrosio de Milán. Se hace especial énfasis en el contraste entre la conciencia cristiana de la realidad de la carne de Cristo, por un lado, y la multitud de corrientes gnósticas, por el otro. La Eucaristía se convierte en criterio de pertenencia y punta de lanza en la lucha por preservar la verdadera fe.

El Sacramento de la Eucaristía (6)

Los temas 11 y 12 presentan en breve esquema la teología eucarística de San Agustín y luego la de Santo Tomás de Aquino. El diferente énfasis que cada uno de ellos hace sirve de indicación sobre el camino recorrido en la elaboración sistemática de este tratado y también de pista sobre algunas de las exageraciones que todavía hoy nos afectan.

Sección 4 de 4: Aspectos Litúrgicos y Pastorales.

El Sacramento de la Eucaristía (7)

Los temas 13 y 14 presentan criterios generales para una praxis y, más aún, vida eucarística de los sacerdotes, y luego algunos elementos del necesario balance entre términos que pueden parecer opuestos pero que en realidad están llamados a complementarse como cena fraterna – sacrificio o devoción personal – compromiso social.

APÉNDICE: Congreso Eucarístico

El Sacramento de la Eucaristía (8)

Primera de tres predicaciones: Haced esto en memoria mía.

El Sacramento de la Eucaristía (9)

Segunda de tres predicaciones: María, Mujer Eucarística.

El Sacramento de la Eucaristía (10)

Tercera de tres predicaciones: Eucaristía, Misterio de Luz.

Fr. Nelson Medina, O.P.

Y si Pilatos no hubiera…

Ecce HomoSi Dios estaba advirtiendo a Pilato a través de su esposa: “No te metas con ese Justo” (San Mateo 27,19), agotando hasta el último recurso para tocar y cambiar su corazón, ¿qué habría pasado, si en su libertad, Pilato hubiera elegido no condenar a Jesús? No sé; ¿no era la voluntad del Padre la Cruz de Nuestro Señor? ¿No debía cumplirse lo que sucedió? ¿Habría sido Jesús condenado de todas formas? O, ¿Dios tendría otro plan de salvación? O tal vez, ¿no debe uno hacerse esas preguntas? Es que llegan al pensamiento, y me pareció ver como una contradicción. Gracias, Fray Nelson. Saludo y abrazo. -María Magdalena G.

Hay un tema relacionado que puede leerse junto a este: “Los misterios de Judas Iscariote”.

Ahora bien, las preguntas sobre lo que hubiera podido pasar son extremadamente atrayentes–y extremadamente difíciles. Aún en cosas relativamente triviales la mente humana siente que el árbol de las posibilidades se abre más allá de lo que uno puede medianamente analizar. Recordamos todos el atentado del 11 de Septiembre de 2001 a las Torres Gemelas. Hemos oído también más de una historia relacionada con personas que ese día tenían que haber estado en esos edificios, pero que por ejemplo por un atasco en el tráfico o un resfrío, o que olvidaron poner el despertador iban a llegar tarde, y esos minutos los salvaron. Examinemos eso: poner el despertador en la hora es un acto que toma unos pocos segundos y quizás oprimir un par de botones, y eso pudo hacer la diferencia entre estar vivo o quedar muerto. Y luego ese, que quedó vivo, se casa y engendra un hijo, y ese hijo se hace sacerdote, y ese sacerdote pasa por una calle el día en que yo voy a tener un accidente en Taiwan, y gracias a eso, yo no muero sin recibir la absolución de un sacerdote. Esa clase de relatos tienen una cierta fascinación en la mente humana, ya desde hace miles de años.

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Sobre el ateísmo de raíz científica

Roca en el caminoEl ateísmo implica la convicción de que no existe un ser a quien pueda llamarse Dios. Se trata, por supuesto, de una afirmación de impresionante alcance, porque indica un conocimiento lo suficientemente completo de todo lo que existe como para asegurar que no puede existir un Dios. Surge entonces una multitud de cuestiones: ¿en qué momento sabe uno que sabe lo suficiente? ¿Existe algo así como un inventario de todo lo que existe, que permita decir con certeza qué no puede existir?

Ateos beligerantes, famosos por estos días, como Richard Dawkins, tienen una respuesta para esa clase de objeción. La parábola favorita de Dawkins es el Monstruo Espagueti Volador (Flying Spaguetti Monster, que aquí abreviaremos en español: MEV). El conocido autor británico se declara incapaz de demostrar la inexistencia del MEV, y deja entender que si uno quisiera demostrar la no-existencia de todo lo que se le ocurra a la mente humana tendría que demostrar que no hay hadas, ni duendes, ni unicornios. Agrega, con buen tino, que alguien podría siempre afirmar que “quizás sí existen esos seres… en algún lugar donde todavía no hemos buscado.”

Creo que puede considerarse representativa del ateísmo militante esa postura de Dawkins; según él, sabemos que no existe Dios, no porque tengamos certeza de que no existe, sino porque la evidencia que encontramos apunta hacia un universo que se explica suficientemente en términos de las leyes de la ciencia.

Es importante anotar las característica peculiar de ese saber sobre la no-existencia de Dios, porque precisamente no corresponde al saber obtenido a través del método científico. En efecto, lo propio de este método es formular hipótesis con base en teorías, para luego usar experimentos que verifican o contradicen tales hipótesis. Si esto es así, es obvio que el tipo de “saber” que niega la existencia de Dios no es algo que venga de la aplicación del método científico. Un poco de reflexión muestra que tampoco es posible afirmar la existencia de Dios por vía de esa clase de experimentación.

¿Cuál es entonces la relación entre la ciencia, o sea, entre el método científico y la existencia de Dios? No es directa. Sólo puede entonces darse por vía de extrapolación.

Con lo cual llegamos a una situación muy curiosa: si uno quiere aplicar el método científico para hablar de la existencia de Dios tiene que hacer una extrapolación, pero entonces ¿qué o quién determina la validez de esa extrapolación? No puede ser el método científico, que por definición ha tenido que ser extrapolado, entonces ¿qué puede ser?

Aún más: si el método de la ciencia moderna no puede decidir una cuestión que indudablemente atañe a la vida de miles de millones de personas, sino que debe haber alguna otra fuente de verdad que permita decidir tal cuestión, ¿en qué relación se halla esa fuente de verdad con el método científico mismo? De hecho, ¿qué clase de experimento puede probar que el camino de teoría – hipótesis – experimento es el correcto?

Se podrá decir que a ese método se llega no por experimento sino por experiencia, y tal vez se mencione algo como “prueba y error,” o se haga una alusión vaga a las brutalidades a que ha conducido el fanatismo religioso. Sin entrar en esa discusión, ¿no estaría demostrando ello, de todas formas, que hay fuentes válidas de conocimiento que son a la vez exteriores y superiores al método científico? Y si eso es así, ¿no deberíamos concentrarnos en conocer qué método puede conducirnos a esas fuentes? Tal es, en efecto, una de las preocupaciones básicas de una buena parte de la filosofía.

Los Gigantes de que habla la Biblia

¿No somos todos creados por Dios? ¿Cómo que hay hijas de los hombres, ellas no fueron creadas por Dios? ¿De quién venían? Así pregunta Martha, desde Bogotá, Colombia, aludiendo a este texto:

Y aconteció que cuando los hombres comenzaron a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas, los hijos de Dios vieron que las hijas de los hombres eran hermosas, y tomaron para sí mujeres de entre todas las que les gustaban. Entonces el SEÑOR dijo: No contenderá mi Espíritu para siempre con el hombre, porque ciertamente él es carne. Serán, pues, sus días ciento veinte años. Y había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después, cuando los hijos de Dios se unieron a las hijas de los hombres y ellas les dieron a luz hijos. Estos son los héroes de la antigüedad, hombres de renombre (Gen 6,1-4).

Intento responder. Ante todo, la expresión “hijo de hombre,” o lo que aquí aparece: “hijas de los hombres,” es un modo de declarar que la persona o personas en cuestión son de nuestra raza humana. Un “hijo de hombre” es como decir: “uno entre muchos, un hombre más,” aunque la expresión adquiere nuevos matices en el libro de Daniel y subsiguientemente en los Evangelios.

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Sola Scriptura

Martín LuteroAnte todo preguntemos una cosa: ¿De dónde sale la idea de que cada cosa que creemos debe estar en un versículo de la Biblia? Esa idea no viene de la Biblia. Ningún versículo de la Biblia dice que la Biblia tiene formulado todo lo que hemos de creer. De hecho, antes del siglo XV, o mejor: antes de Martín Lutero ese supuesto criterio no existía. Fue Lutero el que lo formuló con la expresión “Sola Scriptura,” o sea: la sola Biblia. Basado en ese principio Lutero instaló firmemente también su idea de que cada quien debía interpretar la Sagrada Escritura, o sea, lo que se llama la interpretación privada.

Pero si uno mira la Biblia, resulta que ella no apoya ninguna de estas ideas que Lutero volvió populares con tanto éxito, y que son el soporte teórico del protestantismo en todas sus versiones. Por lo pronto, ningún versículo de la Biblia dice que en la Biblia está todo lo que hemos de creer. Más bien lo que dice es lo contrario. En 2 Tesalonicenses 2,15 san Pablo dice: “Hermanos, estad firmes y conservad las doctrinas que os fueron enseñadas, ya de palabra, ya por carta nuestra.” Ahí constan dos cosas: que una parte importante de su enseñanza no quedó escrita y que el apóstol quiere que eso que no está escrito tenga fuerza de doctrina que debe ser conservada.

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¿Qué es ofrecer algo a Dios?

Orando por los enfermosSi hay algo más impresionante que ver a una persona sufriendo es ver que ofrece su sufrimiento por el bien de otros. Es una escena que he tenido la gracia de ver más de una vez, especialmente en el contexto de los agonizantes. Precisamente allí donde todo se entrega, allí donde asoman las puertas altas y siniestras de la muerte, la generosidad brilla como piedra preciosísima. Estos, mis oídos, han oído cosas como: “¡Ofrezco este dolor por mi país, para que cese la violencia!” O también: “Acepta, Jesús, esta ofrenda de mi vida por las vocaciones sacerdotales.”

El valor asombroso de personas como estas lo mueve a uno a reflexión en varios niveles. Está la parte existencial, es decir, ese cuestionamiento que uno termina haciéndose en torno a a los propios valores, y en torno también a lo que pasa y lo que dura. Para mí por lo menos es inevitable sentirme torpe, cobarde y egoísta cuando descubro el tamaño del amor que circula por esas carnes maceradas por el peso de la enfermedad, los accidentes o la violencia de los hombres. Este es un nivel de cuestionamiento que se puede resumir en la pregunta: “¿Y yo qué?”

Pero hay otros niveles. Por ejemplo, cabe preguntarse por la dimensión psicológica del ofrecimiento: ¿Qué hay en la cabeza de una persona cuando enfrenta un dolor intenso y lo abraza, y lo ofrece? Aunque suene cruel o descreído preguntarlo: ¿Es un acto de resignación? ¿Es una forma de huir con decoro y tratar de hacer algo bueno de un momento malo? La razón de hacer estas preguntas no es la curiosidad. Es que me llama la atención por qué unas personas parece que pueden dar ese paso mientras que otros se cierran en una concha de amargura y simplemente maldicen su suerte o se concentran en recriminarle a Dios su injusticia. ¿Por qué sucede así? ¿Hay alguna forma de ayudar a que la persona que sufre bajo el impacto de un dolor descomunal encuentre un camino hacia una perspectiva de oblación y ofrecimiento, o eso sólo sucede si la persona ya era creyente y muy religiosa?

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Sobre el Lenguaje Apocalíptico en algunos discursos de Jesús

Jesús, Juicio FinalHay dos comentarios básicos que hacer, antes de abordar un texto como el discurso de Jesús en Mateo 24. Primero, el carácter general del lenguaje apocalíptico. Segundo, los varios niveles del discurso de Nuestro Señor.

Sobre el lenguaje apocalíptico hay que decir que se trata de algo bastante elaborado por el tiempo en que Cristo vivió sobre esta tierra. La “apocalíptica” es todo un género literario que hunde sus raíces en el movimiento profético y hasta cierto punto lo generaliza o extiende. Si fue tarea de los profetas mostrar el parecer de Dios para unas coordenadas concretas de tiempo y lugar, las visiones de tipo apocalíptico ensanchan ese enfoque hasta cubrir todas las naciones y todos los tiempos.

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¿Es la Ecología la Nueva Religión?

EcologíaLa Ecología es la ciencia que mira a los seres vivos en relación con su entorno y por ello mismo en la complejidad de sus mutuas relaciones. Es una ciencia con nombre hermoso porque la raíz “eco” viene del griego “oikos” que quiere decir “casa;” es la misma raíz que está en la palabra “economía.” Según eso, la ecología quiere que conozcamos nuestra “casa común,” que en cierto sentido es este planeta Tierra, y en otro sentido se confunde con el universo, con el cosmos mismo.

Surgimiento de la Conciencia Ecológica

El surgimiento de la ecología hasta las primeras planas de los diarios no sucede por causas tan hermosas, sin embargo. El siglo XIX inició la llamada Revolución Industrial, de la cual podemos decir que no se ha detenido. Las máquinas de vapor, o más tarde, de los derivados del petróleo, el uso extenso de la electricidad y el fenómeno imparable del urbanismo han afectado no sólo nuestras vidas sino el presente y el futuro de la vida en el planeta. Los primeros usuarios de los vehículos de gasolina tenían demasiadas cosas de qué preocuparse para darse cuenta de que sus aparatos estaban también produciendo contaminación. Con una población motorizada de millones y millones de personas aglomeradas en espacios relativamente pequeños, pronto esta contaminación se hizo visible. Ciudades como Londres o Chicago se hicieron famosas por su “smog,” neologismo para designar una niebla (fog) que viene del humo (smoke) de nuestras máquinas. El smog fue una de las primeras señales de que no todo iba bien con el avance acelerado de la industrialización.

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Lo Divino y lo Sobrenatural

Gloria y Alabanza de Jesucristo

Podemos decir que todo lo propiamente “divino” es sobrenatural pero no todo lo sobrenatural es necesariamente divino. Sin embargo, estos dos adjetivos no son de fácil aplicación. Vemos incluso que algunas personas dicen que algo está “divino” solamente para expresar que es muy bonito, bien diseñado o muy apropiado para su uso. Es una mala idea usar así este adjetivo, porque hablando de esta manera estamos en realidad irrespetando el Nombre de Dios, o sea, estamos pecando contra el segundo mandamiento de la Ley de Dios. Decir, por ejemplo, que una mujer está “divina” para connotar con ello que es sexualmente deseable es simplemente profanar el Nombre Santo de Dios.

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Qué podemos aprender de una Notificación (2/2)

5. Malos entendidos–o darse mal a entender

De lo dicho puede verse que simpatizo por completo con un punto esencial de la TL: los pobres no son sólo receptores de la benevolencia de los poderosos, sino que la presencia cuasi-sacramental de Cristo en ellos y la manera como Dios se ha revelado precisamente desde la periferia, o el reverso de la Historia, nos invitan a descubrir que ellos son el “lugar” privilegiado para acoger, comprender y vivir la fe.

Esta afirmación, cierta y todo como es, no queda exenta de malos entendidos. por ejemplo, alguien puede ver en el hecho de la revelación de Dios a través de los pobres una especie de “Ley de la Historia;” de ahí es fácil creer que hay que revelar a los pobres que ellos son el lugar privilegiado, o quicio fundamental de los transformaciones sociales. Si bien esto es verdad, ya no es verdad con la verdad salvífica del Evangelio sino sólo en el sentido pragmático y utilitarista que ha servido de recurso a tantas revoluciones, sin que al final mejore la vida de los pobres.

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