A partir de esta semana hemos cambiado el formato de encuesta, utilizando el sistema de Google Forms.
La pregunta de la semana versa sobre Ideología de Género: ¿Cuál es su nivel de información sobre la Ideología de Género?
Puedes responder aquí.
Alimento del Alma: Textos, Homilias, Conferencias de Fray Nelson Medina, O.P.
A partir de esta semana hemos cambiado el formato de encuesta, utilizando el sistema de Google Forms.
La pregunta de la semana versa sobre Ideología de Género: ¿Cuál es su nivel de información sobre la Ideología de Género?
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“La publicación de Tecnología y Sociedad The New Atlantis publica en su número 50 (otoño de 2016) un “informe especial” titulado “Sexualidad y género. Hallazgos de las ciencias biológicas, psicológicas y sociales” donde se revisan más de quinientas investigaciones científicas recientes sobre la orientación sexual, la correlación entre orientación sexual y salud mental y la naturaleza y problemática de la identificación transgénero…”
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Fray Nelson, ¿en su concepto son apropiadas las acusaciones de intolerancia que se lanzan contra aquellos que marcharon el pasado 10 de agosto de 2016? ¿Cuál es su análisis de esos hechos?
* * *
Todo empezó con la divulgación de algunas disposiciones que el Ministerio de Educación de Colombia quería imponer a los colegios públicos y privados. En archivo adjunto va el texto auspiciado por el #MENColombia.
Sigue mi análisis de lo visto y vivido.
1. Por favor, díganme en cuál de las 99 páginas de ese documento hay posibilidad de que los papás NO estén de acuerdo con las directrices ahí establecidas, o qué caminos de desacuerdo o disenso caben legalmente. Porque si un papá o una mamá NO PUEDE disentir de las directrices y disposiciones y si ya se le anuncia que está peleando contra la Constitución Nacional, ¿qué nombre le damos a eso?
En castellano sencillo, cuando algo tiene valor de ley y no se puede disentir se llama una IMPOSICIÓN aunque la palabra, por supuesto, no esté así en el texto. Ni la ONU ni la UNESCO ni el MENColombia son tontos.
2. En el texto de 99 páginas por todas partes se habla de la Identidad de Género (IG) y de la Orientación Sexual (OS) de “las niñas, los niños y los adolescentes.” No se especifica sin embargo QUIÉN determina cuáles son esa IG y esa OS para cada ser humano. Claramente no son los papás porque en el examen crítico de los “contextos” que manda el #MENColombia están incluidos los papás y mamás, donde se ve que su postura es SOLAMENTE UN INSUMO que la institución educativa debe neutralizar siempre que considere que se está obrando en contra de lo dispuesto por el Gobierno Nacional–o por lo menos, tal era la propuesta que fue derrotada por la marcha del 10 de agosto de 2016.
En consecuencia, si la IG y la OS no la pueden declarar, reconocer y defender los papás–a partir de la naturaleza, claro está–sólo hay una respuesta sobre quién la define: ES EL MISMO NIÑO O NIÑA quien determina qué quiere ser. ¿Y qué dice el material del #MENColombia sobre cómo deben ser tratadas esa IG y esa OS? Deben ser respetadas, valoradas, protegidas y nunca ser cambiadas.
El único escenario que esto nos deja es: un niño que quiere ser niña, o lo contrario, y unos papás que no pueden hacer nada al respecto. Y además, un colegio que tiene que simplemente fortalecer y proteger la decisión que ha tomado ese menor de edad.
3. Pregunta pertinente entonces: ¿Estamos hablando de que un niño a sus siete o diez años puede decidir que es niña, o lo contrario? ¿Cuántas decisiones infinitamente menos trascendentes de un menor de edad simplemente no son aceptables, precisamente porque estamos hablando de un ser humano en formación, que necesita custodia y guía de mayores? Resulta además que, SEGÚN ESTABLECE LA CONSTITUCIÓN DE COLOMBIA, esos mayores que han de guiarlo han de ser los papás, de acuerdo con sus propios principios.
Ejemplos. ¿Qué es más trascendente en la vida de un niño: que decida que desde el próximo lunes es niña, o que decida dejar de estudiar? Pues bien, si un niño decide: “Ya no estudio más” su decisión no vale, y primero con argumentos y persuasión y luego con otros recursos, se contradirá lo que el niño quiere. Pero según el #MENColombia, si el mismo niño decide: “Ahora voy a ser transexual” entonces eso sí debe ser respetado y es intocable. Y si acaso los papás no están de acuerdo, la ley cae sobre los papás. Es decir que aquellas cosas que tienen mayores repercusiones, y que son más trascendentes, son aquellas de las que el Ministerio excluye a los papás.
¿Qué es más trascendente en la vida de una niña de once años, que decida que ella es bisexual o que decida que quiere estudiar en escuela nocturna? Y sin embargo, en cuanto a elegir el plantel educativo y el modo de educación la voz la tienen los papás pero en cuanto a que una niña de doce años pueda decidir algo que va a afectar toda su vida, deben ser espectadores tan “respetuosos” que sólo puede llamárseles pasivos.
¿Qué nombre tiene eso? ¿No es exactamente exclusión y mordaza a nombre de la “tolerancia”?
4. El hecho de que los papás y mamás hayan salido a protestar y defender lo que es su derecho natural, consagrado además por la ley constitucional, no tiene por qué ser visto como un ataque a ningún sector de la población.
Al respecto, ha habido varios intentos de describir la marcha de la peor forma posible, en un claro intento de disminuir su resonancia social, y también como un modo de evitar nuevas derrotas a los que quieren imponernos sus agendas.
Por ejemplo, se ha dicho que es una marcha de “sectores conservadores.” ¿Y los papás “liberales” no tiene el mismo derecho con sus hijos? El hecho de que algunos no se hayan dado cuenta sólo hace MÁS necesario este tipo de manifestaciones públicas para ayudara despertar a todos.
Se ha dicho que es una marcha políticamente orientada por personas como el señor Procurador de la Nación. Pero resulta que con o sin Procurador los derechos de los papás y mamás están siendo conculcados. Que él, u otras personas apoyen, debe ser visto como un acto de conciencia de cada quien pero no es él sino la ofensa al derecho propio lo que hace salir a los padres y madres, por ellos y por sus hijos.
Se ha dicho que es un asunto religioso, y en particular, un episodio “más” de intolerancia de la Iglesia Católica. ¿Y los derechos de los papás budistas o musulmanes no importan? ¿No están siendo pisoteados también? Evitemos los distractores en materias de tanta gravedad.
En fin, somos conscientes de que estas son horas difíciles para la familia pero es un gran consuelo ver que muchos papás y mamás, y en general amplios sectores de la sociedad, resultaron más despiertos y activos de lo que algunos pensaban.
Importante que todos comprendamos que no se trata de violencia pero tampoco se trata de que con las etiquetas de una mal entendida tolerancia nos obliguen a tragar lo que sea, o que por miedo a que nos espeten su insulto favorito (“¡homófobos!”) nos quedemos callados. Existe algo que se llama conciencia, y hay que saber escucharla.
El martes 9 de agosto de 2016, S.E.R. Rubén Salazar, Arzobispo de Bogotá, ofreció una rueda de prensa con motivo de la presión del Ministerio de Educación Nacional de Colombia sobre los colegios para imponer la ideología de género, como ha sucedido en tantos otros lugares. Cinco puntos son importantes recordar:
1. Respeto a todos los seres humanos, tanto a las mayorías como a las minorías.
2. Actitud de diálogo y de construcción del bien común.
3. No es correcto que una instancia de discernimiento judicial, como es la Corte Constitucional, asuma de hecho las funciones de un órgano deliberativo y legislativo como es el Congreso.
4. No es admisible la imposición de la ideología de género a través de la revisión de los manuales de convivencia.
5. El principal papel de la Iglesia es ayudar a formar las conciencias.
Padre, ¿por qué no? que un hombre exprese su feminidad y una mujer su masculinidad (ella usan pantalones, ¿por qué un hombre no podría usar falda?), sin que ello errónea y necesariamente tenga que decir que es lesbiana o gay. – R.R.
* * *
Mi convicción y mi experiencia van en una dirección contraria y creo que hay razones suficientes para no desconectar la biología del comportamiento. Todos los días, desde el primero de nuestra vida, usamos los órganos de los sentidos, y estos son distintos de varios modos, y sobre todo, en su interconexión neuronal, si miramos a los hombres o a las mujeres. Este es un tema fascinante que no creo que pueda omitirse.
Es irresponsable, desde el punto de vista científico, omitir un factor importante de cambio pero la ideología de género hace exactamente eso: toma toda la realidad biológica y dice: “Esto en realidad no importa”
Otro aspecto de tu escrito es la relación entre el ser y el expresarse. La expresión, en particular, es un hecho social y no simplemente individual. A menos que profesemos un individualismo radical, que por ello mismo no sería ético, debemos admitir que todo lo que tiene una repercusión social implica una responsabilidad y por lo tanto unas restricciones desde el punto de vista del individuo.
Imagina por ejemplo a una persona que dijera: “Yo considero que uno debe hablar de modo que siempre pueda ser escuchado, y por eso estoy convencido de que toda comunicación humana debe darse a gritos.” Consecuente con su convicción, este hombre sale a gritar a todos: en la calle, en el restaurante, en la iglesia, en el parque, en la biblioteca. Pronto empiezan a mirarlo mal y regañarlo pero él se sostiene en lo suyo: “La comunicación humana fluye mejor a gritos.” Uno sabe cómo terminará una historia así: todo lo que implica una vida en sociedad implica el cuidado del bien común.
En el caso del respeto a la vida o la integridad física, es fácil ver dónde está en el bien común. Es menos obvio pero no menos real que ese mismo bien existe en otras dimensiones de la vida social. Si decido que en todo restaurante comeré sentándome en el suelo porque, según mi criterio, “ese es el modo correcto de comer” se produce una ruptura que no es trágica pero sí incómoda e inútil en el tejido social. A quien le importa el bien común le importa cómo hacer la vida posible y mejor para todos.
Todo esto significa que, aunque los códigos sociales de expresión no son inamovibles, tampoco debemos considerarlos materia de capricho invidividualista. Si al mismo restaurante donde llegó un cliente que insiste en sentarse en el suelo llega otro que insiste en que hay que hablar a gritos, y llega otro que piensa que los desodorantes son el principio del colapso del cosmos, y llega otro que considera que los meseros deben hablarle solamente con los ojos cerrados… ¿cuál es el bien que se construye?
Lamentablemente nuestra época sabe demasiado del individuo y demasiado poco del bien común. La soledad y abandono de tantas personas y la desintegración de tantas familias nos empujan, en cierto modo, a darle importancia sólo a los propios gustos o deseos: “Quiero ser mujer” “Quiero ser hombre” “Quiero un bebé” “No; ya no lo quiero: mátenlo.”
Una pregunta que uno debe hacerse como sacerdote, consejero, psicólogo, profesor es: ¿Cuál es mi responsabilidad social ante este estado de cosas? ¿Empujar otro poco más en la dirección del individualismo que prescinde de la sociedad para imponer lo suyo, a la espera de que un día una ley me imponga lo que al gobernante de turno se le ocurra? ¿No será más bien lo contrario: oír la voz profunda de nuestra naturaleza, empezando por las voces de nuestro ser, que es biología y cuerpo, y también alma, para luego oír las voces que nos llevan hacia el bien común?
Te invito, pues, a que cultives una mirada integral que tome cuenta de todo: desde lo más fisiológico hasta lo más espiritual; desde lo más íntimo hasta la plenitud del bien común y social.
Al responder algunas preguntas de los obispos, el Pontífice aprovechó para denunciar nuevamente las colonizaciones ideológicas, entre ellas la ideología de género y su difusión en las escuelas. “Quisiera concluir con este aspecto, porque detrás están las ideologías. En Europa, América, América Latina, África, en algunos países de Asia, hay verdaderas colonizaciones ideológicas. Y una de estas –lo digo claramente con nombre y apellido– ¡está la ideología de género!”
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“Es un texto con graves contraindicaciones constitucionales, comenzando por la premisa mayor: se titula Ley contra la Discriminación, pero discrimina a la inmensa mayoría de los ciudadanos que no son ni gays, ni lesbianas, ni transexuales; y no sólo eso, sino que los persigue y los multa…”
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Hombre-mujer e ideología de genero (2 de 2)
Complementariedad del padre y de la madre con la nueva criatura
La relación no es simétrica entre los hombres y las mujeres y por lo tanto el igualitarismo es un error que incluso lleva a la violencia mutua.
Amor femenino.
¿Cómo será la relación de la madre con la nueva criatura? Se llamará una relación desde la continuidad. Esta continuidad se ha convertido en un argumento sofista y muy fuerte para defender el aborto alegando que el nuevo ser es parte de la mujer y puede hacer lo que quiere con el feto. La madre ama el bebé desde la continuidad. Mientras que el padre lo conoce desde la discontinuidad, desde la madre, por tanto es un amor mediado. Según Santo Tomás de Aquino, de Dios no emana el nuevo ser, sino que es diferente a Él mismo y por lo tanto es creado por Él. También hay una discontinuidad ente Dios Padre y el ser humano nacido.
Dar a luz es una experiencia profunda más allá de la fisiología que hace a la mujer más madre y de ahí que las feministas intenten evitarlo. La madre va a ofrecer el soporte, la acogida, el apoyo y la aceptación. La mujer está hecha y confeccionada para que el nuevo ser viva dentro de ella y crezca. El poder de observación en la mujer está desarrollado de una manera especial y analiza el nuevo ser, cosa que el hombre es incapaz.
Amor masculino.
El amor masculino obra desde la discontinuidad desde la distancia. Ve al hijo en contexto, lo ve todo desde fuera, como uno más de una manera objetiva. En el hombre hay una mirada externa con objetividad. El hombre busca solucionar problemas pero también debe aprender a dar más apoyo emocional como hace la mujer. “¿Qué es lo bueno aquí?” es lo que se pregunta él, mientras que la mujer busca más el sentimiento. En definitiva, el hombre se preocupa sobre qué hace (lo bueno), sin embargo en la mujer se pregunta sobre cómo se siente (bien).
Lo que viene de la naturaleza humana es: mirada externa objetiva y exigente para el hombre, mientras en el caso de la mujer ella acoge, apoya sentimentalmente y anima. La combinación maravillosa de estas dos tendencias es lo que hace que el ser humano avance gracias a la complementariedad.
Hoy en día se ha perdido la exigencia paterna y se ha abusado del “sentirse bien”, por falta de padres. La continuidad sin padre se vuelve complicidad. Al no creer en la discontinuidad nos volvemos en un mundo individualista. El amigo es el que no me corrige, critica y se vuelve mi cómplice. Se forman las tribus de gente de iguales gustos que se sienten bien. Llegamos a un subjetivismo, que se convierte en la degeneración de lo femenino por no tener lo masculino.
Jesucristo se compara con el novio, con el esposo y el padre.
En Cristo vemos un modelo de humanidad impresionante. Santo Tomás de Aquino enfatiza que la plenitud de lo humano está en la masculinidad, postura que sin embargo es discutible. Sí es firme en cambio que en Cristo se ve una perfecta combinación de la continuidad y de la discontinuidad, de la acogida y la exigencia, de lo grandioso del corazón del hombre y de la mujer.
El Papa Francisco con la palabra misericordia hace mención a esta maravillosa integración entre la continuidad y discontinuidad. La misericordia en Cristo significa que me Él me acoge como soy (continuidad) pero no me deja donde estoy (discontinuidad). En el pasaje de la mujer adúltera la acoge pero no la deja en la vida de pecado. Cristo me recibe pero también me transforma.
Cristo acoge y exige. A los primeros discípulos se ve cómo los llama (acogida) y los manda predicar (exigencia). A los Zebedeo en su afán por ser los primeros, a San Pedro en su deseo de no permitir la cruz a Cristo, …
La llamada continua del Señor se ve en el seguimiento, donde se encuentra la integración de la acogida y la exigencia. El concepto que reúne, desde el punto de vista bíblico, el cómo me siento así como el qué estoy haciendo: la salvación. En el pasaje de Zaqueo vemos que se siente bien y además hace el bien, prototipo de este seguimiento que salva.
La síntesis de la continuidad y discontinuidad, de la acogida y de la exigencia y del cómo me siento y del qué hago es la misericordia, seguimiento y salvación.
Conclusión: Cuando se anula la diferencia entre hombre y mujer nos privamos de toda la riqueza de su complementariedad y de toda la construcción que ha brotado de la sabiduría, del poder y del amor de Dios.
Hombre, mujer e ideología de genero (1 de 2)
Diferencia y complementariedad entre el hombre y la mujer.
Hay quienes piensan que al diferenciar se discrimina a los que no piensan así y que esta no es una postura que totalmente abarca la realidad humana. En la Iglesia, dependiendo las grados, hay diversas maneras aproximar este problema. Desde el punto vista teológico y antropológico conviene argumentar al respecto. Vamos a presentar argumentos sólo antropológicos y otros que son argumentos propiamente cristianos suponiendo la Revelación. Son diferentes.
Argumentos propiamente antropológicos:
Argumentos a priori
– Son los que estudian la bondad o maldad del acto visto en sí mismo independientemente de las consecuencias. Es difícil argumentar de esta manera y de ahí que a veces se recurra y se caiga en trampas como son los sofismas del falso dilema provenientes de la lógica matemática y de ninguna utilidad en el mundo real.
– Necesitamos concentrarnos en el estudio del problema mismo sintetizado en la pregunta: las diferencias de comportamiento entre hombre y mujer ¿pueden explicarse satisfactoriamente solo a partir de factores culturales? Esta pregunta es a priori.
Argumentos a posteriori
– Son los que toman su fuerza para aceptar una determinada postura estudiando no tanto la bondad/maldad del acto en sí, sino por las consecuencias que conlleva. Ejemplo de ellos lo tenemos en la Ideología del Género se han presentado estos tipos de argumentos. Los que defienden esta Ideología piensan que de ese modo la sociedad será más libre, incluyente y abierta.
– Estos argumentos suelen fallar porque muchas veces dependen de encuestas sesgadas, estadísticas apañadas y de opiniones pseudocientíficas que hacen concluir lo que se desea en un momento determinado sin necesidad de ser lo verdadero o correcto. El estudio estadístico de la sociedad, sociometría, es engañoso en la medida en que es manipulable.
– Estos argumentos escogen parcialmente lo que se quiere evaluar y por ello con el manto mágico de la ciencia se puede demostrar lo que se quiere.
Vemos que los factores socioculturales no son suficientes para explicar las diferencias entre hombres y mujeres. La razón es porque los factores biológicos y de configuración psicológica-neuronal-emocional son demasiado diferentes como para negar una diferencia. La demostración se hace a partir de los sentidos y del cerebro humano. Se han hecho estudios con bebés que, sin condicionamientos sociales, sin uso de lenguaje y solo por su interés, se ha demostrado que los niños se fijan visualmente más en las figuras mecánicas y las niñas en los rostros humanos.
– El periodista noruego Harald Eia, nos brinda una interesante investigación, motivada por la búsqueda de la verdad antes que la voluntad de querer afianzar cualquier teoría a priori. Es un video muy ameno que nos permite introducirnos en el gran tema de la ideología de la igualdad de género.
La comparación entre racismo y homosexualismo ha sido una estrategia constante de imposición de la agenda LGBT. Obama por ejemplo, la ha usado repetidamente para presentar como un avance en la lucha contra la discriminación todo aquello que haga avanzar la ideología de género.
Pero, ¿es lógicamente consecuente ese modo de pensar? ¿De verdad es igual el hecho de tener piel blanca, cobriza o negra, al hecho de ser hetero- bi- u homosexual?
Es fácil darse cuenta de que el argumento que iguala discriminación racial con “discriminación” por orientación sexual simplemente prospera por la pereza mental que es tan frecuente en la raza humana y que dificulta hacer las necesarias distinciones.
Doy razones:
1. Cada niño nace con un color de piel. Nadie hasta ahora ha demostrado que se “nazca” homosexual o “trans.” El famoso, muy financiado y nunca encontrado “gen homosexual” es sólo un mito. De modo que no hay base natural en la orientación sexual que sea comparable con la concentración verificable de melanina.
2. Lo anterior implica que los abanderados de la ideología de genero deben echar mano de un argumento distinto: cada quien tiene derecho a definirse como quiera ante la sociedad; si alguien quiere ser socialmente algo distinto de lo que la biología manda, entonces la sociedad misma, y el Estado, deben respaldar esa decisión. Por ejemplo: si alguien nació biológicamente hombre pero quiere cambiar su registro civil y empezar a ser mujer desde hoy a las 12 de la noche, el Estado debe apoyar tal decisión. ¿Puede hacerse algo parecido con al raza? ¿Ha propuesto alguien seriamente que el Estado permita a todos que sus pasaportes digan “tez negra” si la persona es de raza blanca? Claro que no.
3. Una historia muy socorrida para suscitar simpatía hacia la fluidez en la orientación sexual es aquello de “Yo era una mujer encerrada en el cuerpo de un hombre…” Aparte de la antropología de juguete que una afirmación tal implica, que no equivale menos que a una especie de platonismo recocinado sin la menor crítica, imaginemos que alguien dijera: “Yo soy un blanco encerrado en el cuerpo de un negro” O en términos de nacionalidades y etnias: “Yo soy un europeo encerrado en el cuerpo de un colombiano…” Esas historias nadie las recibe. ¿Por qué? Porque no son comparables la raza y la orientación sexual.
4. Si uno pudiera hipotéticamente trasladar la argumentación de la discriminación racial a una discriminación como la que se supone que se da por orientación sexual, ¿cuál sería la razón lógica para no aplicarlo a otros tipos de comportamiento? Por ejemplo: el incesto. En este sentido, son más consecuentes los que sacan la consecuencia obvia de una postura voluntarista y subjetivista: puestos a aprobar el comportamiento homosexual, aprobemos de una vez todo lo que sea consentimiento entre adultos. Las sociedades sin embargo han tenido buenas razones, basadas de fondo en la biología y al corporalidad misma del ser humano, para no admitir que la voluntad humana es omnipotente–con lo que ello implicaría como sobrecarga para la sociedad.
5. Las opciones raciales no tienen de suyo ninguna consecuencia en cuanto al modo como se engendran y educan seres humanos, y por ello no cambian esencialmente el futuro de la sociedad. La admisión de la homosexualidad implica en cambio un hecho biológico sin precedentes por la sencilla razón de que la naturaleza ha ligado la procreación a la diferenciación sexual.
Se ve, pues, que la comparación con el racismo es insostenible y se ve que sobre la base de un sofisma no hay por qué admitir recursos legales.
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[Editado a partir de la respuesta a un comentario en este mismo blog.]
“La ideología de género ha sido comparada por el Papa con el nazismo y el comunismo y numerosos obispos la han definido como el nuevo totalitarismo del siglo XXI. Los niños son además el principal objetivo de una ideología que tiene como aliados a numerosos gobiernos y organismos supranacionales como la ONU…”
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El discurso políticamente correcto, con motivo de la masacre del sábado 11 de junio de 2016 en la ciudad de Orlando, Florida, va más o menos de la siguiente forma:
Estamos frente a un ataque homófobo que demuestra hasta dónde son profundas las raíces de la intolerancia en tantas partes. Mientras enviamos un saludo de condolencia a los heridos y a las familias de las víctimas, debemos asegurarnos de hacer más difícil el acceso a las armas, debemos mejorar nuestros servicios de inteligencia antiterrorista y sobre todo debemos insistir por todos los medios en la construcción de una sociedad incluyente en la que estos actos resulten imposibles. Ello supone inculcar a todos, desde la más temprana edad, el mensaje de la tolerancia hacia todas las orientaciones sexuales, y supone castigar duramente todo discurso homófobo, venga de donde venga, con especial atención a las religiones, y sobre todo al cristianismo.
Tal es el mensaje que, con algunos adornos de más o de menos, han enviado los líderes que el mundo padece actualmente, incluyendo a la reina Isabel II, David Cameron, Francois Hollande, y por supuesto Barack Obama. Las naciones se unen para “pagar tributo,” como si se tratara de héroes, a las víctimas del espantoso crimen que segó sus vidas el pasado 11 de junio. De modo que en la zona exlusiva de Soho, en Londres, se observa con piedad laicizada un minuto de silencio; la torre Eiffel se viste del secuestrado arco iris, en Sidney se celebra un secularizada vigilia por las víctimas, y así sucesivamente.
Por supuesto, la irracionalidad y brutalidad de una matanza semejante están fuera de cuestionamiento. Nada puede justificar un acto de agresión que alcanza a acercarse a lo que se hace con tantos fetos humanos antes de nacer. Se trata de un crimen perpetrado y realizado con frialdad, crueldad y altísima sevicia que despierta indignación, asco y repulsa en todos. Eso está claro.
Quien desee quedarse con la versión políticamente correcta, puede parar aquí su lectura. El que quiera seguir, que lo haga asumiendo el riesgo de leer cosas que le pueden cuestionar.
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Asumo que si Usted siguió leyendo lo hizo bajo su responsabilidad.
Quiero referirme a quí a la teoría del mar y la ola, que con otros nombres puede ser conocida en otras partes. Es una teoría fundamentalmente propia de la estadística, de los resultados aleatorios y de la distribución normal descrita en la “campana de Gauss.” No tiene que ver con homofobias, homofilias o islamismo radical pero ciertamente ayuda a entender los fenómenos de radicalización y su prevención real. Se puede aplicar a las acciones extremas propias del arte, la política o los medios de comunicación, con pocas variantes.
La idea fundamental es esta: si estamos frente a un mar encrespado las crestas de las olas y los “valles” entre las olas alcanzarán distintas alturas, las primeras por encima y las segundas por debajo de lo que sería el mar en calma.
Continuar leyendo “La masacre en Orlando y la Ley del mar y la ola”
“Desde hace ya bastantes años se viene difundiendo en todos los ambientes, a partir del llamado primer mundo una ideología que, junto con el relativismo, parece ser una característica de estos comienzos del siglo XXI. Es la llamada perspectiva, visión o ideología de género, que tiene poderosos patrocinadores a nivel mundial…”
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“Cuando ciertos políticos hablan de “ciudadanos y ciudadanas” no es por respeto a la diferencia, sino por falta de una palabra adecuada que la suprima. Si la diferencia varón/mujer se considera irrelevante para el matrimonio, entonces también lo es para el derecho y para la vida social. La igualdad ya no es fruto de la complementariedad sino del igualamiento…”
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