10 recomendaciones para educar a los hijos en la verdad y superar la cultura de la mentira

“En esta sociedad de los medios de comunicación dirigidos, tenemos que estar muy alertas, para intentar distinguir lo que es verdad y lo que son “verdades a medias”. Hay muchas cosas falsificadas que parecen verdaderas, no solamente productos, sino expresiones y discursos…”
“En esta sociedad de los medios de comunicación dirigidos, tenemos que estar muy alertas, para intentar distinguir lo que es verdad y lo que son “verdades a medias”. Hay muchas cosas falsificadas que parecen verdaderas, no solamente productos, sino expresiones y discursos…”

No mentir

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Palabras y obras

Es más fácil decir que hacer. -Tú…, que tienes esa lengua tajante -de hacha-, ¿has probado alguna vez, por casualidad siquiera, a hacer “bien” lo que, según tu “autorizada” opinión, hacen los otros menos bien?

¡Cuánto duele a Dios y cuánto daña a muchas almas -y cuánto puede santificar a otras- la injusticia de los “justos”!

No queramos juzgar. -Cada uno ve la cosas desde su punto de vista… y con su entendimiento, bien limitado casi siempre, y oscuros o nebulosos, con tinieblas de apasionamiento, sus ojos, muchas veces. Además, lo mismo que la de esos pintores modernistas, es la visión de ciertas personas tan subjetiva y tan enfermiza, que trazan unos rasgos arbitrarios, asegurándonos que son nuestro retrato, nuestra conducta… ¡Qué poco valen los juicios de los hombres! -No juzguéis sin tamizar vuestro juicio en la oración.

Más pensamientos de San Josemaría.

VI-D. Saber hablar y saber callar

233. El necio dice todo lo que piensa; el sabio piensa todo lo que dice. (Sir 21,26)

234. Conversar con un necio es conversar con un dormido. (Sir 22,10)

235. ¿Quién pondrá guardia a mi boca, y a mis labios sello de prudencia, para que no venga a caer por su culpa, y que mi lengua no me pierda? (Sir 23,2)

236. Muchos han caído a filo de espada, mas no tantos como los caídos por la lengua. (Sir 28,18)

237. A tus palabras pon balanza y peso, a tu boca pon puerta y cerrojo. (Sir 28,25)

238. No salga de vuestra boca ninguna palabra ofensiva, sino una palabra buena que edifique a quien lo necesite y agrade a quien la escucha. (Ef 4,29)

239. Al juramento no acostumbres tu boca, no te habitúes a nombrar al Santo. (Sir 23,9)

240. Habla, joven, si te es necesario; dos veces a lo sumo, si se te pregunta. Resume tu discurso, di mucho en poco, sé como quien sabe y al mismo tiempo calla. (Sir 32,7-8)

241. Con los inteligentes ten conversación, y tus charlas versen sobre la Ley del Altísimo. (Sir 9,15)

242. No repitas nunca lo que se dice, y en nada sufrirás menoscabo. Ni a amigo ni a enemigo cuentes nada; a menos que sea pecado para ti, no lo descubras. ¿Has oído algo? ¡Quede muerto en ti! Por una palabra oída ya está el necio en dolores, como por el hijo la mujer que da a luz. (Sir 19,7-9.10-12)

243. El sabio sabe callar hasta el momento oportuno; el presumido y el necio siempre hablan a destiempo. (Sir 20,7)