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Alimento del Alma: Textos, Homilias, Conferencias de Fray Nelson Medina, O.P.
[Curso de Formación con un grupo de Superioras de las Hermanas Canonesas de la Cruz. Lima, enero de 2015.]
Sesión 8 de 8: Claves de formación
Primera clave: integralidad
* Dar unidad al proceso; enlazar la conversión, con la formación, y la maduración con la fecundidad.
Segunda clave: balance entre lo existencial y lo doctrinal
* No todo son “experiencias” ni todo son “doctrinas”
* No todo es narrativo ni todo es teórico
Tercera clave: descubrir el sentido teológico de la comunidad
* Los jóvenes traen usualmente la idea postmoderna de grupo
Cuarta clave: desarrollo sano de la crítica y la autocrítica
* El examen crítico del entorno y la conciencia de cómo se opone al plan de Dios es profundamente liberador
* Necesidad de escribir, de leer y de ser leído. Articular. Verbalizar.
Quinta clave: Establecer lo no-negociable
* Entender el balance entre la solidez y la flexibilidad
* Asumir que no se peude ser todo ni ser una colección de caprichos
* Re-apropiarse de la vidaen Cristo y para Cristo.
[Conferencias con la Casa de la Misericordia de Bucaramanga. Abril de 2014.]
Tema 2 de 4: Formarse en la misericordia
* Vivimos en un mundo donde la crueldad, la indiferencia y la intolerancia campean por muchas partes. Pronto entendemos que sin la misericordia esta tierra se vuelve jungla del más fuerte.
* Formarse en la misericordia es apreciar el don de Dios; sabernos recibidos por Él así como somos, pero no para quedarnos como somos.
[Serie de reflexiones para la Asociación de Vírgenes Seglares Dominicas, en Colombia.]
Tema 7 de 10: Conocimiento de sí, parte 3 de 4
* Si se superan, por lo menos en su mayor parte, el anillo exterior de maleza, y el anillo interior de oscuridad que rodean el santuario interior de la conciencia, allí donde Dios deja oír más claramente su voz, ¿qué es en ese momento conocerse a sí mismo? El proceso puede ser descrito en ocho etapas, que tienen como fundamento común el propio ser, descubierto como:
(1) Recibido. “Yo soy la que no soy; tú eres el que eres,” exclama Catalina, con certeza que no es simplemente metafísica sino que hunde su raíz en la experiencia de gratuidad que está en la base de todo su ser. Al saber que no nos hemos dado el ser, sabemos también que quien conoce mejor nuestro ser, y quien puede llevarlo a plenitud, es quien lo ha dado.
(2) Profanado. De Dios todo ha salido bien. “Vio todo lo que había hecho, y todo era bueno” (Génesis, capítulo 1). La maldad entonces, la que se aposenta en nuestra vida, equivale a ensuciar la hermosa obra de Dios: es como una profanación que distorsiona e inutiliza el bien recibido.
(3) Necesitado. Si no se deja llevar por el cinismo o la desesperación. el hombre llega a reconocer su indigencia. Se trata de una profunda insatisfacción que tiene en sí la semilla para movernos a nuestra condición más auténtica y verdadera.
(4) Iluminado. La luz de la razón alcanza incluso para dejarnos saber que en la raíz de nuestro descontento hay hechos, actos y actitudes específicas que deben cambiar. He aquí el comienzo del interés por las verdaderas virtudes, en las cuales uno encuentra algo qué admirar y algo en qué trabajar.
(5) Compadecido. No hay razón de mérito que explique por qué Cristo ha venido a nuestra tierra, participando en todo de lo que somos, menos en el pecado, que no tiene ser. En Cristo encuentro a la vez uno que tiene todo para ser admirado pero que además ha hecho camino junto a mí: es sumo sacerdote perfecto y compasivo a la vez, como indica la Carta a los Hebreos.
(6) Restaurado. A través del perdón y el amor, el ser humano experimenta un primer sorbo de alegría, de reconciliación y de paz. Puede hablarse de una conversión, y sobre todo, de un gran deseo de avanzar por el Puente.
(7) Peregrino. En compañía de sus hermanos en la fe, y alimentado con la doctrina y los sacramentos, el hombre avanza en Cristo. Comprende que su horizonte y destino sólo puede ser Dios. En las dificultades y caídas tiene a la Madre y Maestra, que es la Iglesia.
(8) Unido – unificado. Deseablemente, es el término de esta historia. Es allí donde el hombre descubre que no le engañaba su conciencia cuando lo empujaba una y otra vez a la conversión, a l amor y a la esperanza.
[Retiro espiritual para sacerdotes de la Diócesis de Yopal, en Colombia; Enero de 2014.]
Tema 11 de 12: Criterios en la formación de comunidades
* En los números 160 y siguientes de Evangelii Gaudium, el Papa Francisco indica: “[El] primer anuncio debe provocar también un camino de formación y de maduración. La evangelización también busca el crecimiento, que implica tomarse muy en serio a cada persona y el proyecto que Dios tiene sobre ella. Cada ser humano necesita más y más de Cristo, y la evangelización no debería consentir que alguien se conforme con poco, sino que pueda decir plenamente: «Ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí» (Ga 2,20).” La búsqueda de esa plenitud. que por otro nombre se llama SANTIDAD, es el horizonte de toda labor en nuestras comunidades: la meta es santos y santas.
* La formación y la maduración son palabras que hablan de un camino y de un proceso. No hay un límite en ese proceso ni se debe pensar que consiste sólo en alcanzar un estándar de comportamiento ético, como si “portarse bien” o “ser socialmente funcional” (EV, 60) fuera la meta exclusiva de nuestra fe cristiana.
* También nos enseña el Papa sobre la continuidad que debe darse entre el kerigma y la catequesis, y la demás vida de maduración de la Iglesia: “Cuando a este primer anuncio se le llama «primero», eso no significa que está al comienzo y después se olvida o se reemplaza por otros contenidos que lo superan. Es el primero en un sentido cualitativo, porque es el anuncio principal, ese que siempre hay que volver a escuchar de diversas maneras y ese que siempre hay que volver a anunciar de una forma o de otra a lo largo de la catequesis, en todas sus etapas y momentos” (EG, 64).
* Existe en efecto la tentación de trabajar por un cristianismo en el que se dan clases o castas, desde el punto de vista de la comprensión de la fe. Según esa visión, habría “verdades” propias de la gente sencilla, sin estudios, demasiado ingenuos, que deben contentarse con historias fantasiosas que incluyen milagros, y ángeles, y la resurrección corporal… pero una fe madura, progresista, ya estaría por encima de esas fábulas. Frente a tal postura escribe el Papa: “No hay que pensar que en la catequesis el kerygma es abandonado en pos de una formación supuestamente más «sólida». Nada hay más sólido, más profundo, más seguro, más denso y más sabio que ese anuncio. Toda formación cristiana es ante todo la profundización del kerygma que se va haciendo carne cada vez más y mejor, que nunca deja de iluminar la tarea catequística, y que permite comprender adecuadamente el sentido de cualquier tema que se desarrolle en la catequesis.” (EG, 165).
“Ofrecemos aquí un curso sencillo de Cristología. Para interesados en conocer más de cerca quién es Jesucristo. El curso tiene 8 temas. Está basado en el libro de Lucas F. Mateo Seco y Francisco Domingo. Cristología. Instituto Superior de Ciencias Religiosas. Universidad de Navarra, 2004. El Prof. Mateo Seco ha revisado y adaptado los materiales que se presentan en este curso…”
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“La conciencia la ha puesto Dios para que el hombre no ande a oscuras. Si tu has podido avanzar en tu camino de santidad, en este camino de tu programa de vida espiritual ha sido gracias a muchos factores: la fuerza de voluntad, la fijación de ciertas metas claras que te has fijado, la ayuda invaluable de la gracia de Dios. Pero también ha sido, y quizás no lo has notado, gracias a tu conciencia. Ella habla a tu alma, a tu corazón al interior de ti mismo…”
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[Predicación en la Parroquia de la Santa Cruz, en San Luis Potosí, México]
Tema 10: Una fe formada y madura
* Podemos descubrir los rasgos de una fe inmadura en la descripción que hace San Pablo en Efesios 4,1-16. La fe inmadura es voluble, estéril, y conformista.
* Las características de una fe madura pueden encontrarse, por contraste, a partir del mismo texto, y de otros textos parecidos:
(1) La fe madura es una fe que se alimenta y que se comunica, se comparte.
(2) La fe madura crea un ambiente, una atmósfera que se respira. No queda reducida a momentos o lugares pero sí sabe llenar tiempos y espacios determinados
(3) La fe madura es capaz de rechazar los ataques, y de hecho, crece en las adversidades y contradicciones. Esto implica, entre otras cosas, una formación por lo menos básica en temas de apologética.
(4) La fe madura mira siempre hacia las cumbres de la santidad; sabe que la tarea es inmensa, y todo lo de la Iglesia le resulta cercano e importante.
[Predicación en la Iglesia de San Francisco, en San Luis Potosí, México]
Tema 6: Crecer en la fe
* La fe que no crece resulta insuficiente en la hora de la prueba. Y la prueba puede ser una contradicción, persecución, burla, indiferencia o pregunta insidiosa.
* Puesto que la fe tiene dos dimensiones, doctrinal y existencial, el crecimiento ha de ir en esas dos líneas.
* En cuanto a lo doctrinal es útil:
(1) La recitación frecuente y meditada del Credo.
(2) Lectura de la Paabra de Dios, procurando retener en la memoria algunas palabras o versículos.
(3) Consultar a menudo el Catecismo de la Iglesia, y tenerlo por norma, por encima de las particularidades y a veces barbaridades que se pueden oír en algunos lugares.
(4) Unirse a una comunidad donde haya formación y predicación.
(5) Consulta aquello que ves que supera tus fuerzas o recursos inmediatos. Hay abundantes recursos fiables en Internet.
* En cuanto a la dimensión existencial, son útiles estas recomendaciones:
(1) La fe es un don: hay que pedirlo, como hay que pedir la perseverancia final en la santa fe.
(2) La fe hay que celebrarla: la participación activa en los sacramentos requiere pero también renueva la fe.
(3) Ver a los grandes testigos de la fe, que son básicamente los santos.
(4) Comparte tu fe con los que tienes cerca. Con prudencia y caridad, pero no dejes de hacerlo.
(5) Los más adelantados, no pierdan la oportunidad de participar en misiones, breves o más extensas, en las que den testimonio de su vida e incluso ejerzan el ministerio de la predicación.