Pentecostes Juvenil, 1 de 2

Predicación en Encuentro de Pentecostés en la Parroquia de N. S. del Carmen de Sibaté.

Tema 1 de 2: El Espíritu de la Verdad en el corazón humano.

Las muchas mentiras del mundo intentan desfigurar y ocultar el rostro de Dios Padre, y su plan de amor para con nosotros. El Espíritu de Verdad derrota esas mentiras y nos permite afirmarnos a la vez como plenamente humanos y del todo entregados al amor y el poder de Dios.

Preparacion para Pentecostes, 5 de 5

Novedad del Espíritu, Triduo de Preparación a Pentecostés. 5 de 5: Jesús, el Ungido

* Es verdad que el Espíritu ya obró en tiempo de los Jueces, y “habló por los profetas” pero en Jesús de Nazareth acontece algo nuevo: él es el que ha recibido el Espíritu “sin medida” (Juan 3,34).

* Así pues, en Jesús reside el poder de deshacer las obras del demonio (1 Juan 3,8). El “sistema” que crea el pecado recibe el nombre de “mundo” dentro de los escritos de San Juan; el “sistema” nuevo, el tejido nuevo de vida y libertad que trae el Ungido se llama “Reino de Dios.”

* El Reino no debe ni puede identificarse con ninguna estructura o cultura; no está “aquí o allí” (Lucas 17, 21), porque al final toda estructura humana se funda sobre la naturaleza humana, y por consiguiente está sujeta a los vaivenes del corazón.

* Lo que importa, en cambio, es que ese corazón sea renovado y poseído por el Espíritu Santo de Dios, de modo que pueda abrirse al amanecer de su verdad. El reino es siempre incipiente en la historia humana, y lo único que tenemos son luces en la niebla, es decir, los testimonios de los santos.

* Pero la vida nueva no la da otro sino sólo Cristo. Él extiende su mano y nos rescata del río cenagoso e impetuoso que representa al mundo (según los escritos de Santa Catalina de Siena). Asidos por su mano descubrimos un poco más de su rostro, mientras su voz vence a las seducciones y bramidos del demonio y del mundo.

Preparacion para Pentecostes, 4 de 5

Novedad del Espíritu, Triduo de Preparación a Pentecostés. 4 de 5: En nosotros y entre nosotros

* El Espíritu “unge” cuando toca una vida y la transforma para que sea instrumento del actuar de Dios en situaciones que humanamente no dan oportunidad alguna de cambio, debido a la tupida red que crean las estructuras de pecado.

* Su unción es libertad. El Espíritu rompe la prisión y deja caer luz que nos muestra la verdad de lo que hemos vivido. Es torrente de aire fresco que da alegría y nueva vida. Pero la acción novedosa, inexplicable e indescriptible del Espíritu sólo tiene legítima comparación con otra obra de Dios: la creación. El Espíritu es principio de nueva creación.

* Lo que debe ser creado de nuevo está en nosotros, como sanación interior, pero también entre nosotros, como restauración de verdaderos lazos de fraternidad, compasión y sinceridad, de modo que seamos capaces de sumar y multiplicar, y ya no más restar y dividir. Esto se llama “santidad comunitaria.”

* La conferencia termina con una súplica ardiente al Espíritu Santo para que venga y renueve todo nuestro ser.

Preparacion para Pentecostes, 3 de 5

Novedad del Espíritu, Triduo de Preparación a Pentecostés. 3 de 5: Estructuras de pecado

* El pecado no es una colección de eventos aislados. Los pecados se van sumando y van creando estructuras crecientes que mutuamente se fortalecen para perpetuarse.

* Esto se ve muy bien en el sistema comunista: se empieza por ganar control político, pero pronto se controla la economía, a través de expropiaciones, y luego los medios de comunicación. Después la educación, la investigación, las universidades, las conversaciones privadas. Los tentáculos del poder no querrán detenerse hasta adueñarse de todo.

* Es la misma lógica del faraón, según el libro del Éxodo: quiere ser dios y señor de todo, y por eso no se detiene ante la vida humana, sino que la trata como un ingrediente más en la sopa de su propio poder y dominio. Su imperio se vuelve férreo e impenetrable.

* Cuando un sistema se vuelve una muralla y una prisión que encarcela las mentes y los sueños se necesita un golpe de gracia, una irrupción de poder, un toque de Dios. Tal es el primer sentido del término “unción” : ungidos son los instrumentos que Dios usa para romper la tupida rejilla de los sistemas de pecado.

Reseteame, Espiritu Santo

* Podemos percibir mejor la obra del Espíritu cuando descubrimos en medio de qué clase de batalla nos encontramos. En Efesios 6, el apóstol Pablo nos recuerda que se trata de una batalla que no es “contra la carne y la sangre” sino contra espíritus malévolos. ¿Cómo entender esto? ¿Qué enseñanza práctica aplicar a nuestra vida?

* Según santo Tomás, el ser humano tiene condición de “horizonte,” de frontera entre lo corpóreo y lo incorpóreo, o espiritual. Es fundamentalmente por nuestro entendimiento como llegamos a participar de ese mundo que trasciende los sentidos. Nuestra mente, en efecto, está diseñada para atender y recordar patrones, estructuras, analogías y leyes.

* Ahora bien, estas “formas,” que son propias de la mente humana, son también, en cuanto formas no-corpóreas, la condición misma de existencia de los ángeles, tanto buenos como malos. En la medida en que la Providencia Divina lo permite, tales formas vivas, es decir, estos ángeles, pueden afianzar o incluso crear en nosotros patrones de pensamiento que con facilidad pasan a ser luego rectores de nuestro razonar, hablar y actuar.

* La condición de acción del Espíritu Santo es, sin embargo, mucho mejor, en cuanto el Espíritu puede acceder a las raíces más profundas de nuestro ser, y puede reemplazar y renovar nuestra mente desde lo más íntimo de nuestra intimidad. Su acción eficaz, progresiva, incapaz de ser descrita en palabras, porque es anterior a la palabra, puede ser darnos las herramientas para vencer toda “programación” que venga de ángeles contrarios a Dios.

Preparacion para Pentecostes, 2 de 5

Novedad del Espíritu, Triduo de Preparación a Pentecostés. 2 de 5: Descubrir el propio corazón

* Tenemos capacidad de razonar, de desear y de comunicarnos. De esas capacidades surgen pactos, consensos, leyes e instituciones. ¿No debería ser eso suficiente para dar felicidad al ser humano y para organizar la sociedad?

* El problema no está en las instituciones ni en las leyes, que suelen ser razonables, útiles y justas, sino en un centro al que nos conduce la revelación bíblica, especialmente a través del camino tortuoso del Antiguo Testamento. Ese centro, tantas veces enfermo, es el corazón humano.

* Entendemos por “corazón” esa interioridad, ese “espacio” de verdad que uno reconoce cuando puede hablar con sinceridad sobre sí mismo y como ante sí mismo. En esa interioridad uno descubre sus verdaderas motivaciones, los principios que en realidad gobiernan la vida, y también la distancia, a menudo abismal, que lo separa a uno de lo que uno dice creer.

* Ese corazón es el lugar que quiere y puede visitar el Espíritu Santo de Dios. Este es el Espíritu que ilumina, sacia, transforma y a la vez une los corazones, sanando las heridas del pecado y volviéndonos verdaderos interior y exteriormente.

Invocación al Espíritu Santo

Necesito que vengas pronto

Necesito que vengas pronto
Espíritu de amor y de fe,
porque cuánto te necesito:
ni siquiera eso yo sé.

Desconozco mi propio nombre;
no el que se usa en esta tierra,
sino el que pronuncia tu Cielo
si de noche me despierta.

Yo no soy lo que parezco;
mi ser se esconde en tu Llama;
en el Fuego de tu misterio
mi propia verdad me aguarda.

Soy olvido, sueño imposible,
hasta que tu voz me reclama,
y al sentirte llego a sentirme,
y yo muero cuando te callas.

Espíritu de Jesucristo
y del Padre que reina sereno,
dame la oración precisa
que te atraiga hasta mi pecho.

Amén.

Preparacion para Pentecostes, 1 de 5

Novedad del Espíritu. Triduo de Preparación a Pentecostés. 1 de 5: ¿Quién tiene hambre de Dios?

* El agua la conoce mejor quien tiene sed.

* Pero, ¿qué clase de sed es la “sed de Dios”? Hay mucha gente que parece vivir suficientemente bien sin plantearse el problema de Dios.

* Hay además culturas que no han conocido ni parece que extrañen el mensaje cristiano. Su fortaleza son las llamadas virtudes humanas (prudencia, fortaleza, justicia y templanza). ¿De verdad se necesita algo más?

* ¿Cómo evangelizaría Ud. a un valiente, sabio y justo, como el legendario Kung-Fu, que además mostró siempre gran capacidad de dominio de sí?

* La respuesta pasa por la palabra “unción” que asoma lentamente en el curso de la historia del pueblo de Dios.

Teologia de la Mision, 02

Fundamentación Teológica de la Misión. Curso a los Estudiantes de Síntesis Teológica del Studium Generale de los Dominicos de Colombia. Tema 2: Necesidad del Espíritu.

– El n. 65 del Documento de Santo Domingo (1992) habla de la presencia y acción del Espíritu en la vida y el caminar del Pueblo de Dios.

– Ezequiel, capítulo 37 trae la visión de los huesos secos, según la cual, la falta del Espíritu es equivalente a “muerte.” Pero esa realidad no es inmediatamente obvia pues también los que no creen parecen estar bien vivos.

– Para San Pablo el contraste se establece entre el hombre “natural” (ánthropos psychikós) y el hombre espiritual (ánthropos pneumatikós). El primero está gobernado por la idea de la transacción; el segundo, por la lógica del don, del regalo. Para el primero, la bondad es una inversión; para el segundo es una irradiación.

– Jesús vivió y predicó la lógica del Don, del Espíritu, de la gracia. Nosotros necesitamos del Espíritu porque: (1) Nuestra vida no siempre tiene con qué negociar una transacción; (2) Nuestra evangelización ha de ser irradiación de bondad, y no depender de las respuestas o pretensiones de los oyentes; (3) Sólo el Espíritu tiene poder sobre los corazones.

Amor a Cristo, amor a la Iglesia – 5 de 7

Retiro Espiritual en el Seminario de Bogotá. Tema 5: San Pablo no habla tanto de una mirada “exterior” o “interior” a la Iglesia o a Cristo, pero sí usa expresiones como “carne” (sarx) y “espíritu” (pneuma). La carne alude a la sensibilidad, la vulnerabilidad y la comunicabilidad. La vulnerabilidad hace que busquemos abrigo corporal, abrigo emocional y abrigo “trascendental.” Todo esto es muy humano pero si se queda solamente así, se cierra al misterio de la verdad, y ultimadamente se cierra a Dios.