Renuevame por dentro con espiritu firme, 3 de 3

[Predicación en la Asamblea de la Renovación Carismática, Región Andalucía Occidental, 2012.]

Tema 3 de 3: Con espíritu firme.

* Si hay algo que pronto descubre el que se propone algo bueno es que el bien es arduo y la perseverancia en el bien es virtud escasa en la raza de Adán.

* El Antiguo Testamento muestra con abundancia de ejemplos cómo el pueblo que Dios eligió es pronto para aceptar los mandamientos pero también demasiado ágil en quebrantarlos y luego en endurecerse ante la palabra que le reconviene.

* El problema no está en que uno no vea el bien–eso es posible para una conciencia despierta o para todo el que oiga la proclamación de la Ley de Moisés. El problema es la falta de alegría, de gusto en el bien, de certeza de que aun lo malo es bueno, si se enfrenta buscando con sinceridad el bien mayor.

* Por eso la antigua alianza termina fallando: porque el puente que Dios quiere tender con el hombre se sostiene del lado de Dios pero no es firme del lado del hombre.

* Esta situación cambia para mejor con la Nueva Alianza. Abierto el camino por la Cruz de Cristo, el don del Espíritu Santo se asienta en nosotros y vive su misterio en nosotros. No nos suplanta sino que nos hace alcanzar la plenitud de lo que podríamos ser y estamos llamados a ser. Y al obrar así, el puente ya está firme y funciona, porque Dios está a ambos lados.

ESCUCHA, Te necesito, Espiritu Santo, 4 de 4

[Predicación en el V Congreso de la Renovación Carismática Católica en La Paz, Bolivia, en Septiembre de 2012.]

* El Espíritu Santo viene de lo íntimo del misterio del Padre y va hacia la profundidad, alcanzable para cada uno de nosotros, de lo que cada uno es en su realidad más profunda.

* Por eso conocemos al Espíritu más por sus obras. Su luz ilumina el entendimiento, concediéndonos asentir a la verdad sublime que rebasa nuestra razón; su amor sana nuestra voluntad “afectiva” y sostiene nuestra voluntad “efectiva;” su acción en nuestra memoria nos ayuda a tener presentes los bienes recibidos así como las consecuencias reales del pecado.

* El Espíritu es generoso en sus dones. Cuatro elevan principalmente nuestra inteligencia hacia Dios: son los dones de entendimiento, ciencia, consejo y sabiduría; tres máselevan nuestra voluntad hacia Dios: son los dones de piedad, fortaleza y temor de Dios.

* El Espíritu restaura el orden original querido por Dios en la creación. El pecado es desobediencia a Dios que hace que luego todo lo que debía estar sometido a nosotros se rebele en contra nuestra. El Espíritu trae con firmeza y suavidad el orden original.

* Y es el Espíritu también quien a través nuestro va tejiendo la preciosa obra de la Historia en su conjunto. ¡Somos parte de la historia de amor de Cristo y su Novia!

ESCUCHA, Sanados para sanar

[Predicación en el V Congreso de la Renovación Carismática Católica en La Paz, Bolivia, en Septiembre de 2012.]

* Nuestra juventud está creciendo en un ambiente progresivamente más hostil en el que la única manera de hacerse oír es lastimando a la sociedad como tal, por ejemplo, mediante bloqueos u otras acciones agresivas de muy amplio impacto.

* A la vez, es un hecho que existe la tentación para los jóvenes, y para todos en realidad, de escondernos detrás de máscaras, o de buscar refugios engañosos: la pandilla, el noviazgo absorbente, la idealización de la amistad. Al final, esos trucos fallan y la soledad y la depresión pueden instalarse en el alma.

* Cuando el Espíritu de Dios nos revela la verdad de cristo, y cuando somos así sanados profundamente recuperamos el valor de nuestros anhelos más profundos, y entendemos que en ellos hay una verdad que nos conecta con un futuro posible y vitalmente necesario.

* Jóvenes así sanados y amados serán quienes puedan ofrecer a la sociedad modelos nuevos de trato justo y de convivencia pacífica, sin descuidar a los más pequeños o necesitados.

ESCUCHA, Te necesito, Espiritu Santo, 3 de 4

[Predicación en el V Congreso de la Renovación Carismática Católica en La Paz, Bolivia, en Septiembre de 2012.]

* ¿Cómo comprender la necesidad del Espíritu? Podemos decir que el Espíritu provee el contexto, el ambiente, la sintonía para que recibamos la Palabra con la misma intención y sentido con que fue pronunciada. El Espíritu nos introduce en la “melodía” de Cielo que nos permite recuperar genuina comunicación con nuestro Padre Dios.

* ¿Cómo obra el Espíritu en nosotros? Lo podemos comparar con la obra de los grandes restauracionistas. Los especialistas en restauración artística saben que su éxito sólo será posible si se identifica con el estilo, intención y procedimientos del autor original. Así es el Espíritu. Nuestra alma ha sido entretejida con hilos de amor. El pecado ha roto y ensuciado esos hilos. El Espíritu nos lava interiormente en la Sangre de Cristo, y amorosamente restaura el tejido de nuestro ser más íntimo. Así se cumple esta paradoja, que cuanto más obra Él, más sucede que yo soy yo mismo.

* ¿Cómo ayuda el Espíritu en la evangelización? Hay una “hora de la Palabra” en que la gente baja su escudo y su resistencia a todo lo de Dios; y hay una “hora del Espíritu” en que su pretendida seguridad se revela falsa. El Espíritu Santo nos ayuda a reconocer esas “horas,” y a lanzar dardos del amor divino al corazón de los que serán evangelizados y transformados sólo por Él.

ESCUCHA, Te necesito, Espiritu Santo, 2 de 4

[Predicación en el V Congreso de la Renovación Carismática Católica en La Paz, Bolivia, en Septiembre de 2012.]

* En su bautismo en el Jordán, Jesús de Nazareth fue ungido con el Espíritu Santo como “Cristo de Dios,” es decir, como Mesías con una misión absolutamente única.

* Movido por ese Espíritu, Jesucristo sana enfermos, predica y realiza la llegada del Reino de Dios, quebrantando el imperio del pecado y del demonio.

* La obra del Espíritu en Cristo y a través de Cristo sigue varias fases: (1) Nos alivia de las consecuencias del pecado, quitando la venda de seducción que éste nos había puesto. (2) Nos enseña a detestar la condición en que nos encontramos, es decir, nos posibilita decir: “Ya no quiero ser así;” (3) Nos invita a seguirlo, a acogernos a su presencia, compañía y amistad; (4) Con su Palabra y sacramentos nos limpia y sana las heridas que había dejado el pecado.

* Toda esa obra alcanza su plenitud en la Cruz, que es verdadero diluvio de amor. En la Cruz se denuncia toda la mentira del pecado y se revela toda la verdad de la misericordia sanadora y transformante de nuestro Padre Dios. En la cruz, cristo es el el sacerdote ungido de los bienes verdaderos y futuros.

* Esa obra se hace perfecta en nosotros con la efusión del Espíritu. Gracias a esta acción del Paráclito el reinado de Cristo se hace verdad en nuestras vidas.

ESCUCHA, Te necesito, Espiritu Santo, 1 de 4

[Predicación en el V Congreso de la Renovación Carismática Católica en La Paz, Bolivia, en Septiembre de 2012.]

* La Ley de Moisés es regalo de Dios para su pueblo elegido, y como tal trae grandes bienes: (1) Despierta la conciencia; (2) Revela el sentido profundo de la vida humana en la dirección del amor a Dios; (3) Da criterios útiles de formación de niños y jóvenes; (4) Provee de un código social sano.

* Pero la Ley tiene también sus graves limitaciones: no provee la fuerza ni el gusto para buscar el bien, sobre todo si se trata del bien arduo. Y además, instala en nuestra cabeza y corazón la “Lógica de la Transacción” que hace que uno sólo busque el bien de los que le son agradables o útiles.

* La “Nueva Ley,” que es el Espíritu, supera esas limitaciones porque llega a nosotros y desde dentro instaura el reinado y señoría de Dios.

Triduo en Honor de Dios Padre, 3 de 3, espiritu de hijos

* Cada amor engendra una forma de desear; y cada deseo, un modo de unión; y cada tipo de unión trae un fruto peculiar.

* El amor mundano trae deseos mundanos; uniones falsas porque son egoístas; frutos de discusión, rapacidad y agresividad, y finalmente: MUERTE.

* El amor de Dios, que es el Espíritu Santo, trae un deseo de crear bien, o sea, de servir. Y el deseo de servir trae unidad en la comunión de gracia y de conocimiento de cristo. Y la comunión en cristo trae como fruto redención y VIDA.

Clamor al Espiritu Santo

Clamor al Espíritu Santo

Por: Fr. Nelson Medina, O.P.
para Pentecostés 2012
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Espíritu anterior
a mi pregunta sobre ti;
Espíritu posterior
al último cansancio,
y a la penúltima arrogancia.

Espíritu que fascinas mi mente,
y la embriagas con palabras
que el diccionario no alcanza a aprender.

Ágil sobre todo agilidad;
nadie puede presumir de sí propio
sin que tú le regales una voz;
nadie te insulta sin primero cargar la deuda
de haber recibido vida y fuerza de ti.

Eres el Santo.
Eres el asombro perpetuo de los Ángeles.
La Humildad aprendió de ti su propio nombre,
y la Grandeza, en rubor de confusión,
se prosterna ante la inmensidad de tu ser,
que no envejece.

Nada te roza;
y Tú todo lo penetras.
Inescrutable en tu ser,
sabes los secretos de todos,
y por eso con dulce compasión
le das razones
al que no sabe razonar su propia vida.

Espíritu Majestuoso,
nadie te abarca;
nadie tiene asomo de idea
de lo que significaría conocer
la extensión de una palabra
que sirviera de entrada a tu misterio.

Ni siquiera el silencio te iguala,
porque no hay oquedad que tú no colmes.
Si el universo pudiera vaciarse de sí mismo
y si en tal abismo pudiera un alma pura
llamarte con verdad,
ese gemido no sería suyo sino tuyo,
porque sólo Tú sabes orar.

De alguien sé, que conoció tu obra
como nadie, ni antes ni después,
la ha conocido.
Creatura, por designio del Padre;
Madre, por obediencia del Hijo,
es tu Sagrario vivo, Espíritu Divino;
Morada es de tu Luz,
Escondite de tu Gracia,
Casa humilde pero muy digna de tu sonrisa,
de tu amor y tu perfume.

Dile a Ella que vuelva su mirada
sobre la Iglesia que gime y que clama,
que sufre y que aguarda,
que confía mientras solloza,
y alaba entre angustias de persecución
y dulces consuelos de lo alto.

Dile a Ella que ore con nosotros,
y por nosotros.

Y luego escucha su oración,
y danos Pentecostés.

Por favor. Por piedad.

Amén.