Ya empezamos a preparar Pentecostés

¿Qué significa la palabra Pentecostés?
La palabra Pentecostés viene del griego y significa el día quincuagésimo, es decir el 50. Y ese día se cumplen 50 días después de la Pascua es decir después del Domingo de Resurrección. Así pues en el domingo de Pentecostés se pone término al tiempo pascual.

¿Qué se celebra?
Durante Pentecostés se celebra el descenso del Espíritu Santo y el inicio de las actividades de la Iglesia. Por ello también se le conoce como la celebración del Espíritu Santo. En la liturgia católica es la fiesta más importante después de la Pascua y la Navidad.

¿Es netamente católica esta fiesta?
El fondo histórico de tal celebración se basa en la fiesta semanal judía llamada Shavuot, durante la cual se celebra el quincuagésimo o los 50 días de la aparición de Dios en el monte Sinaí, Cuando Dios entrega los mandamientos al Pueblo de Israel. Los primeros cristianos son judíos y estaban reunidos en ese día del Pentecostés judío cuando el Espíritu Santo descendió sobre ellos. La Biblia en el libro de los hechos de los apóstoles narra así el acontecimiento: “Cuando llegó la fiesta de Pentecostés, todos los creyentes se encontraban reunidos en un mismo lugar. De repente, un gran ruido que venía del cielo, como de un viento fuerte, resonó en toda la casa donde ellos estaban. Se les aparecieron lenguas como de fuego que se repartieron, y sobre cada uno de ellos se asentó una. Y todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu hacía que hablaran”. Hechos 2, 1-4

¿Y desde esa fecha se celebra Pentecostés?
Al principio los cristianos no celebraban esta fiesta. Las primeras alusiones a su celebración se encuentran en escritos de San Irineo, Tertuliano y Orígenes, esto es al final del siglo II y principio del III. Ya en el siglo IV hay testimonios de que en las grandes Iglesias de Constantinopla, Roma y Milán, así como en la Península Ibérica, se festejaba el último día de la cincuentena pascual la venida del Espíritu Santo en la Iglesia. Con el tiempo se le fue dando mayor importancia a este día.

¿Cuál es el significado de esta fiesta?
Pentecostés es fiesta pascual y fiesta del Espíritu Santo. La Iglesia sabe que nace en la Resurrección de Cristo, pero se confirma con la venida del Espíritu Santo. Es hasta entonces, que los Apóstoles acaban de comprender para qué fueron convocados por Jesús; para qué fueron preparados durante esos tres años de convivencia íntima con Él.

La Fiesta de Pentecostés es como el “aniversario” de la Iglesia. El Espíritu Santo desciende sobre aquella comunidad naciente y temerosa, infundiendo sobre ella sus siete dones, dándoles el valor necesario para anunciar la Buena Nueva de Jesús; para preservarlos en la verdad, como Jesús lo había prometido (Jn 14.15); para disponerlos a ser sus testigos; para ir, bautizar y enseñar a todas las naciones. En esta fiesta se utiliza el color rojo para el altar y las vestiduras del sacerdote; simboliza el fuego del Espíritu Santo.

¿Y solamente el Espíritu Santo da 7 dones?
El catecismo dice en su número 1831: Los siete dones del Espíritu Santo son: Sabiduría, inteligencia, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios. Pertenecen en plenitud a Cristo, Hijo de David (cf Is 11, 1-2). Completan y llevan a su perfección las virtudes de quienes los reciben. Hacen a los fieles dóciles para obedecer con prontitud a las inspiraciones divinas. Pero los 7 dones del Espíritu santo que aparecen en Isaías 11 no son los únicos. El Espíritu Santo tiene cantidad de dones incontables y no solamente 7.

Unción de Cristo y del cristiano, 5 de 6: Renovados desde dentro por el Espíritu

[Retiro con la comunidad hispana de Bernardsville. Diciembre de 2014.]

Tema 5 de 6: Renovados desde dentro por el Espíritu

* San Lucas nos habla de cómo de Cristo sale una fuerza o poder que sana a todos (Lucas 6,19). La Ley de Moisés, que en esto corresponde a la experiencia de multitud de padres y educadores, enseña que una manzana dañada es suficiente para dañar el resto de la caja. Moisés prevé el poder del mal y por eso aísla al leproso, que contagiará a todos, y también apedrea al que ha pecado gravemente.

* Podemos decir por contraste que la “fuerza” que irradia Cristo, el Ungido, es el reverso de lo que Moisés tenía. En Marcos 1 vemos a Cristo tocando a un leproso, y la lepra no contagia a Cristo sino que la salud de Cristo “contagia” al leproso. estamos ante un bien que es potente.

* Es lo mismo que contempló Ezequiel en aquel río que salía del templo (véase Ezequiel 47,1-12), y que crecía como reproduciéndose a sí mismo, y que repartía salud y fecundidad. es la imagen de una fuente que brota desde dentro del corazón de Dios, y que quiere brotar desde dentro del corazón del cristiano, como brotó del Corazón Sagrado del mismo Cristo.

* Esa fuente que mana desde dentro hace superar la “lógica de la transacción.” Para entender mejor qué quiere decir esta lógica, que es la que impera en el mundo, y que mira ante todo al propio interés, sirve la conferencia: Todo lo que el Espíritu puede hacer en tu vida.

* La generosidad que da el Espíritu brilla de modo sublime en los santos, sobre todo en los mártires, que lo han dado todo sin reservarse nada, y también en los que han destacado por su misericordia.

Unción de Cristo y del cristiano, 3 de 6: Las visiones de Ezequiel

[Retiro con la comunidad hispana de Bernardsville. Diciembre de 2014.]

Tema 3 de 6: Las visiones de Ezequiel

* El profeta Ezequiel de familia sacerdotal, conoció bien la corrupción de la fe en el pueblo e incluso en los sacerdotes. Vio con horror como la alianza quedaba reducida a un formalismo frío y la vida del templo, a un ritualismo sin alma. Entendió así dos cosas:

(1) La gloria de Dios abandona el lugar donde el pecado se entroniza.

(2) El corazón humano es el lugar donde el pecado quiere llegar; su deseo es usurpar el trono y templo de Dios en el hombre, es decir, su corazón, y por ello, la sola Ley no es capaz de crear la fidelidad que la misma Ley exige.

* Un punto culminante es la visión del capítulo 37 de Ezequiel. En ella encontramos que Dios, el creador, es el único que puede crear una realidad nueva. Y Dios lo había anunciado con infinita misericordia: “Os daré un corazón nuevo y os infundiré un espíritu nuevo” (Ezequiel 36,23-28).

* Esa intervención del Espíritu, que todo lo renueva, es lo único que hace posible que vuelva la gloria divina y se pose sobre el nuevo templo.

Unción de Cristo y del cristiano, 2 de 6: Los Jueces, líderes carismáticos

[Retiro con la comunidad hispana de Bernardsville. Diciembre de 2014.]

Tema 2 de 6: Los Jueces, líderes carismáticos

* Mientras Moisés guiaba al pueblo, él era como la voz y presencia de Dios, no sólo para las cosas mayores, como determinar qué ruta debían seguir por el desierto, sino también en las cosas menores, como por ejemplo las disputas entre vecinos.

* A Moisés le sucedió Josué, su ayudante, que cumplió un papel importante en dirigir al pueblo a tomar posesión de la tierra prometida, y en dar testimonio de su fe inquebrantable: “Yo y mi familia serviremos al Señor” (Josué 24,15).

* Pero una vez que Josué muere y el pueblo de Israel tiene ya su tierra podemos decir que se da una severa crisis de liderazgo. “Cada uno hacía lo que le parecía,” dice Jueces 17,6 y 21,25. Mientras tanto, los filisteos asedian a Israel con ataques pero también con seducciones. Tal ha sido la fuerza del mal, ya desde antiguo: intimidarnos con sus agresiones y persecuciones, o debilitarnos y encadenarnos con sus seducciones.

* ¿Quién puede “poner orden” a una situación que está “des-ajustada”? Aquí entra el concepto hebreo de “justicia” como armonía, orden y bondad que caracterizan las obras de Dios. Ser “juez” es “hacer justicia” o sea, traer la justicia dey orden de Dios a un mundo que se “des-ordena” por el pecado.

* Los “jueces,” así entendidos, se caracterizan porque en ellos se ve la mano de Dios. El Señor “está con ellos” y es eso, solamente eso, lo que explica que sean capaces de defender a Israel y guiarlo a la victoria.

Vida Consagrada, Vida en el Espíritu, 6 de 12: Espíritu de humildad y conversión

[Retiro espiritual para un grupo de Dominicas de la Inmaculada en Lima, Perú. Octubre-Noviembre de 2014.]

Tema 6 de 12: Espíritu de humildad y conversión

* El Espíritu libera del Pecado
Nos permite reconocerlo y encararlo
Le quita poder de seducción en nosotros

* El Espíritu libera de la Ley:
Cuál es el bien de la Ley
El drama de la “Ley”: contradicciones internas, querer y no poder

* Notas sobre sanación
No es sólo física
Es un acto de honestidad
Se requiere varias veces en la vida
Es un bien estable

Vida Religiosa Renovada, 06 de 12, El Espíritu y el perdón

[Retiro espiritual con las Hermanas Dominicas de la Inmaculada, de la Provincia de Santa Rosa, en el Perú. Octubre de 2014.]

Tema 6 de 12: El Espíritu y el perdón

* ¿Qué lugar ocupa el Espíritu Santo en el desarrollo que comentamos sobre el encuentro con la gracia? Ante todo, el Espíritu mismo ES la gracia de Dios. Esa gracia ha sido dispensada a nosotros, y con ella se nos ha concedido la experiencia de sabernos amados (Romanos 5).

* El Espíritu nos regala la iluminación interior para ver los indicadores de una necesidad de cambio, según se explicaba en la predicación anterior. Luego nos concede la iluminación exterior para descubrir en Cristo el medico apropiado para nuestra dolencia y mal.

* El Espíritu nos conduce así simultáneamente a la contrición, o dolor de amor por el pecado en cuanto ofensa contra Dios, y nos conduce a la esperanza, o certeza de que el auxilio divino está próximo y es de fiar.

* Pero la acción más notable del Espíritu Santo es la transformación interior que hace que el bien genuinamente nos sepa bien.

* Además, el Espíritu nos da ojos para reconocer el don que recibimos, y para identificar ese don en otros; es decir, nos hace a la vez miembros vivos de la Iglesia.

ESCUCHA, ¿Qué es ser una persona espiritual?

[Predicación para la Asamblea de la Renovación Carismática en el Santuario del Sagrado Corazón, en Washington. Agosto de 2014.]

1. ¿QUÉ HACE EL ESPÍRITU EN NOSOTROS?

* Ante todo, nos hace participar de la vida divina; nos concede vivir como verdaderos hijos suyos, coherederos de Cristo, en comunión con el deseo y el plan de Dios.

* El Espíritu completa, en cierto sentido, la obra que se inició con la promulgación de la Ley a través del ministerio de Moisés. La Ley ilumina nuestra conciencia sin violentar nuestra libertad, que ha sido querida por Dios al crearnos. La Nueva Ley, que es el Espíritu, completa esa obra, dándonos, con la abundancia de su amor, el poder querer desde dentro y genuinamente lo mismo que Dios quiere.

2. ALGUNOS MITOS SOBRE QUÉ ES SER ESPIRITUAL

* Es falso que ser espiritual consista en despreciar la materia, el cuerpo o el sexo, como si forzosamente constituyeran un mal o una fuente de maldad. La sexualidad humana, lo mismo que nuestra condición material y corporal, son algo querido por Dios; por un Dios bueno que se alegra de ver el bien que ha creado, según enseña el Génesis. Lo que pueda estar mal esel uso que nosotros hagamos de los dones de Dios, sean más o menos corporales.

* Es falso que la espiritualidad esté reservada a unos pocos en la Iglesia. Según san Pablo, los hijos de Dios están guiados por el Espíritu Santo de Dios.

* Por la misma razón, es falso que la Renovación Carismática tenga algo así como el “monopolio” del Espíritu Santo. Lo que tiene la Renovación es un llamado y una responsabilidad: dar testimonio alegre y convencido del Don del Espíritu.

3. ¿CÓMO CRECEMOS EN LA ESPIRITUALIDAD?

Cinco recomendaciones:

* Fidelidad en la oración litúrgica y en nuestras asambleas y grupos.

* Agendar la oración personal.

* Formarse en la fe.

* Dar testimonio y evangelizar porque la fe crece dándola.

* Recordar siempre y volver con gratitud a la fuente y el amor primero.

Teología de las Constituciones, 2 de 3: Base bíblica para la Ley Nueva

[Día de reflexión con un grupo de Hermanas Dominicas Nazarenas. Agosto de 2014.]

SEGUNDA SESIÓN

El Evangelio como norma de vida

Cristo da plenitud a la Ley
Las bienaventuranzas como clave de lectura
¿Obligados a lo imposible?

El Espíritu de santidad y libertad

“Lo que no podía la Ley de Moisés…”
La trampa farisea y puritana
La trampa anarquista y la trampa libertina