LA GRACIA del Sábado 15 de Octubre de 2016

La providencia de Dios Padre, la unción del Espíritu Santo y la sangre de Cristo son razones para confiar, para vencer el miedo y para creer que son preservadas nuestras bendiciones.

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LA GRACIA del Viernes 23 de Septiembre de 2016

Entre lo limitado de nuestra cotidianidad y lo ilimitado de nuestro preguntar, está el tránsito que nos lleva de lo creado a lo creador, de lo finito a lo infinito de Aquel que rebasa todo cuanto hay.

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LA GRACIA del Martes 19 de Julio de 2016

El amor según el Espíritu reside en la gracia que se comunica por la palabra predicada, poniendo en camino a todos los corazones hacia Jesucristo, nuestra salvación.

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LA GRACIA del Lunes 18 de Abril de 2016

Pidamos al Espíritu Santo que nos haga ver que el plan de Dios es más grande, pues su amor quiere alcanzarnos a nosotros y a todos los hombres.

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LA GRACIA del Viernes 18 de Marzo de 2016

¡Cristo es Dios verdadero!, Jesús sabía en lo más profundo de su ser que Él mismo era Dios, Dios como el Padre.

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Para acercarse a la comprensión de Dios

¿Que sentido tiene Dios sin la humanidad? – A.F.G.

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La afirmación de nuestra humanidad al margen o sin la luz de Dios, o sin la amistad de Dios o sin la gracia de Dios es finalmente un acto de afirmación de la creatura contra el Creador.

Te invito a que no caigas entonces en la trampa de decir: “Primero garanticemos lo humano, y luego veremos qué es o cómo entra lo divino.” El ser humano, al escrutar profundamente en sí mismo, no descubre otra razón de su origen, ni descubre otra meta para sus sueños que no sea Dios. Al reconocerse muchas veces débil e incoherente con sus propios propósitos–como seguramente te habrá sucedido a ti mismo–se descubre infinitamente necesitado de redención. Esto que te estoy contando es exactamente el resumen del Antiguo Testamento. Por algo dijo San Agustín: La ley se nos dio para que reconociéramos la necesidad de la gracia.

Dicho de otro modo: no existe lo humano “químicamente puro” que no sea, precisamente en virtud de su propia constitución humana, una referencia constante e innegable a la obra, el querer y la bondad de Dios.

¿Por qué entonces muchos filósofos buscaron una especie de humanismo sin Dios? Básicamente porque al reconocer que nuestro ser está en Dios y de Él depende completamente nos damos cuenta que no podemos ser ley para nosotros mismos. No podemos asignar a placer lo bueno y lo malo. No podemos considerarnos medida de nuestro propio ser a partir de nuestras solas preferencias o intereses.

Por eso al escuchar la Sagrada Escritura no podemos tampoco tomar como criterio “mi experiencia” o “tu experiencia.” Porque sucede esto: mientras el pecado da frutos deleitables (que es una etapa que siempre existe) la experiencia del pecador le hace detestable el querer y la ley de Dios. Por eso nos enseña el salmo: “Dice el necio para sí: no hay Dios; se han corrompido cometiendo abominaciones…” Así que mientras somos víctimas quizás voluntarias de nuestros pecados, nuestras “experiencias” siempre tratarán de torcer el sentido de la Escritura para que no nos despiere ni nos denuncie. Por eso dijo Cristo: “Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas” (Juan 3,20). No caigas en esa trampa, te repito. De corazón te invito a tomar estos años de tu formación para afianzarte más y más en Cristo, el Verbo Encarnado, verdadero garante de la plena humanidad.