Renueva tu fe, 3 de 5, La fe como victoria frente al enemigo

Renueva tu Fe. Serie de Enseñanzas sobre el don de creer, para el “Año de la Fe” promulgado por el Papa Benedicto XVI.

Tema 3 de 5: La fe como victoria frente al enemigo

* La fe no es un adorno. Es sencillamente indispensable para el cristiano, y eso llega uno a entenderlo cuando conoce la magnitud, astucia y número de ataques que sufre el que está firme en Cristo.

* Muchos pecados que consideramos como asunto de carnalidad, rebeldía o codicia, son en su raíz faltas contra la fe: no terminamos de creer que hay un Dios suficientemente amoroso, sabio y providente como para entregarnos por entero a él, aunque no podamos evaluar ni controlar todas las consecuencias. Perdemos la fidelidad porque hemos perdido antes la integridad de la fe.

* El demonio intenta crear miedo para debilitar nuestra fe; pero en la verdad de las cosas, es él quien tiene miedo, porque es soberbio, y presiente humillante derrota cuando tiene que enfrentarse a un humilde y creyente que esté pegado a Dios.

* No bastan las oraciones de liberación si no buscamos una vida coherente, un verdadero itinerario de formación en la virtud y hacia la santidad.

El demonio reclama dominio sobre el mundo?

Distinguido Fray nelson,que la Paz,el Amor y la Ternura de Cristo Resucitado este contigo y siempre; Escuchando su conferencia “Eucaristia,Medicina de Amor”,usted cita el tema de las Tentaciones de nuestro Señor Jesus en el desierto,del Evangelio de San Lucas,donde el demonio le ofrece a Jesus “todos estos reinos”,previo Usted afirmo “El Pecado promete algo verdadero a traves de un camino falso”, El versiculo 6 del Cap. 4 dice ” y le dijo el diablo “Te dare todo el poder y la gloria de estos reinos, porque me la han entregado a mi y yo se lo doy a quien quiero.” tomada de Biblia de Jerusalen Latinoamericana,la pregunta es la siguiente, Quien le ëntrego al demonio estos reinos? O es una mas de sus mentiras? Gracias,bendiciones. – M. de la C.

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Hay algo de verdad en esa mentira del demonio: la extensión y profundidad del pecado hace que se le pueda llamar a él “príncipe de este mundo.” Pero no es que Dios se lo haya entregado sino que nosotros nos hemos entregado al pecado muchas veces.

Bramidos de posesos e insultos al Sucesor de Pedro

La tragedia del demonio es que no puede decir la verdad. La verdad no es su aliada, porque la primera verdad suya es que no es lo que quisiera ser: no es Dios; nunca lo ha sido; nunca podrá serlo. Por eso el demonio huye de la verdad. porque la verdad lo arrastra a los pies de su Creador. La verdad lo humilla, y eso duele demasiado a su soberbia. La verdad lo contradice y lo vence, y por eso no tiene alternativa sino ser príncipe de la mentira.

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Sobre el mal y el malo

Elección, Combate, Victoria. Predicación con los Misioneros de Jesús, en NY. Tema 3 de 6: El mal y el Malo.

* El odio del demonio hacia la especie humana tiene origen no en lo que hacemos o tenemos sino en lo que somos. Nosotros, la raza humana, somos imagen y semejanza de Dios, y por eso somos y seremos detestables para quien ha rechazado a Dios como su Señor.

* De ahí que la primera victoria sobre el maligno es esta: proclamar a Dios como nuestro único Señor, y reconocer en Cristo a aquel que restaura el señorío de Dios en el alma.

Catequesis sobre el desierto, 4 de 5

Catequesis sobre el desierto. Tema 4 de 5: El desierto de Cristo

* Uno de los textos cristológicos más conocidos, el Cuarto Cántico del Siervo (véase Isaías 52,13–53,12) nos da pistas sobre la relación entre Jesucristo y el desierto. La conclusión que se desprende de Isaías 53,2 es que Cristo es “brote tierno en tierra árida.” Varias cosas podemos ver en esa expresión del profeta-poeta.

* El mundo, la vida humana, se ha vuelto “tierra árida.” La encarnación es anonadamiento, donación, ofrenda: es la llegada de la bondad a una tierra estéril, marcada por el egoísmo. Toda la vida de cristo fue desierto.

* Cristo es “brote;” su fragilidad está a la vista. Es vulnerable, y eso nos conviene, porque vulnerable hay que ser para cargar sobre sí los dolores y necesidades del prójimo. por esta vulnerabilidad, Cristo no se cierra sobre sí, y por lo tanto carga dentro de sí nuestros desiertos.

* Entonces la pregunta: ¿cómo puede él soportar? La respuesta es que lleva su fuente dentro. Y su fuente es su relación con Dios Padre, y es la unción del Espíritu Santo.

* El pasaje de las tentaciones en el desierto, por lo menos en la versión de Mateo, nos enseña que el objetivo central, el disparo del demonio intenta debilitar o quebrar esa fuente interior de Cristo, o sea, separarlo del Padre.

* Y lo mismo intenta el demonio con nosotros, en cuatro direcciones principales: arrogancia, auto-desprecio, temor del futuro, cadenas del pasado. Sólo recibiendo la fuente de Cristo, que él mismo nos dio al abrir su costado en la Cruz, podemos vencer al enemigo.

ATENCIÓN: Enlace para las Cinco Catequesis. Puedes también bajar los apuntes de los cinco temas en PDF.

Reseteame, Espiritu Santo

* Podemos percibir mejor la obra del Espíritu cuando descubrimos en medio de qué clase de batalla nos encontramos. En Efesios 6, el apóstol Pablo nos recuerda que se trata de una batalla que no es “contra la carne y la sangre” sino contra espíritus malévolos. ¿Cómo entender esto? ¿Qué enseñanza práctica aplicar a nuestra vida?

* Según santo Tomás, el ser humano tiene condición de “horizonte,” de frontera entre lo corpóreo y lo incorpóreo, o espiritual. Es fundamentalmente por nuestro entendimiento como llegamos a participar de ese mundo que trasciende los sentidos. Nuestra mente, en efecto, está diseñada para atender y recordar patrones, estructuras, analogías y leyes.

* Ahora bien, estas “formas,” que son propias de la mente humana, son también, en cuanto formas no-corpóreas, la condición misma de existencia de los ángeles, tanto buenos como malos. En la medida en que la Providencia Divina lo permite, tales formas vivas, es decir, estos ángeles, pueden afianzar o incluso crear en nosotros patrones de pensamiento que con facilidad pasan a ser luego rectores de nuestro razonar, hablar y actuar.

* La condición de acción del Espíritu Santo es, sin embargo, mucho mejor, en cuanto el Espíritu puede acceder a las raíces más profundas de nuestro ser, y puede reemplazar y renovar nuestra mente desde lo más íntimo de nuestra intimidad. Su acción eficaz, progresiva, incapaz de ser descrita en palabras, porque es anterior a la palabra, puede ser darnos las herramientas para vencer toda “programación” que venga de ángeles contrarios a Dios.

La Pascua es el esplendor de la Cruz

La Pascua de Cristo, es decir, su muerte y resurrección, nos llevan a preguntarnos el para qué de su vida y de su cruz. No se trata solamente de sanar algunas personas con milagros espectaculares, ni tampoco se limita a brindar unos cuantos consejos saludables para vivir bien sobre esta tierra. Para eso no necesitaba derramar su sangre.

Su pasión, en cambio, viene a desarmar la Gran Mentira con la que el demonio ha querido aprisionarnos a todos desde siempre. Esta mentira se resume en este juego: “O abandonas a Dios o abandonas tu felicidad…” Si uno le acepta ese juego al demonio termina pecando y condenándose.

En su cruz, Cristo manifestó la fidelidad a toda prueba, y en su resurrección mostró que en esa misma fidelidad está la genuina felicidad. Así reveló la verdad de Dios, la verdad del pecado y la verdad del ser humano, que, si se acoge a la misericordia inagotable que ha mostrado el Crucificado, encontrará salvación real, profunda, definitiva.