Por que el infierno? Por que Satanas?

Muchos hoy no creen en el demonio y en el infierno; al menos los dejan en un silencio permanente. Sin embargo, hundirlos en el silencio es olvidar que Cristo nos habla del demonio con bastante frecuencia y avisa acerca del infierno sin ninguna ambigüedad (Mt 25, 31-46; Mt 10,28; Ap 21,8). Nuestros contemporáneos tienen derecho a recibir todo el Evangelio.

–¿Qué es el infierno?

Para observar un precipicio desde lo alto de una montaña es conveniente disponer de una sólida barandilla, que nos preserve del vértigo. Ese parapeto, en el peligroso tema que nos ocupa, es el infinito amor que Dios tiene por nosotros.

El Amor se desarrolla en libertad, y y en la libertad se da el riesgo del rechazo. La vida es para un cristiano un continuo aprendizaje de Amor, y ella implica la posibilidad de rechazar ese Amor.

Dios nos ama. Si al fin de la prueba hemos aceptado su Amor, conseguimos así nuestra felicidad. Si lo rechazamos, encerrándonos en nosotros mismos, eso es el infierno. El infierno es el aislamiento voluntario, el rechazo del Amor.

–¿Habrá muchas personas en el infierno?

Lo que podemos decir sobre este delicado asunto es lo siguiente:

1) La Iglesia, que se ha pronunciado infaliblemente sobre la gloria eterna de la que gozan muchos de sus fieles –canonizaciones de santos–, jamás se ha pronunciado sobre la condenación de ningún hombre.

2) Nunca la Iglesia ha prohibido rogar a Dios por la salvación de todos los hombres. Por el contrario, es ésta una costumbre piadosa, como la tenía el Padre Ch. de Foucauld, que repetía aquella frase de San Pablo: «Dios quiere que todos los hombres se salven» (1Tm 2, 4).

3) No se puede negar, sin embargo, que la condenación eterna es una posibilidad real, de la que Cristo quiere salvarnos a toda costa. Los sufrimientos voluntarios de su Cruz nos prohiben dudarlo.

–¿De verdad existe el Demonio?

Si bien la Iglesia no se ha pronunciado sobre la condenación eterna de ningún hombre, por el contrario sí lo ha hecho sobre ciertos ángeles a los que llamamos demonios.

No se trata aquí de recaer en el error maniqueo, doctrina antigua rechazada por la Iglesia, según la cual el bien y el mal habrían dado origen al mundo, como un doble principio contrapuesto. Satanás es una simple criatura, que se cierra al Amor. Pero se equivoca gravemente aquel que subestima la potencia del demonio, cuya astucia le lleva a confundirse tan sutilmente con el corazón del hombre y las realidades del mundo, que hay peligro de no creer ni en su acción ni en su presencia (Jn 8, 44).

–¡La Iglesia es muy pesimista!

Denunciando la existencia de Satanás, el Evangelio no deja de ser una Buena Noticia. Con esa verdad ilumina singularmente a la condición humana. El hombre no es fundamentalmente malo; por el contrario, lleva en sí mismo la huella de su bondad original, que procede de Dios. Pero su naturaleza ha sido herida por el mal ,y ha quedado débil: es el pecado original.

Proponiéndonos entrar en el ámbito de Cristo por el camino de la fe, el Evangelio nos permite escapar de la esfera del influjo demoníaco. Nos convierte así en los grandes vencedores, como dice San Pablo, gracias a «Aquél que nos ha amado» (2Tes 2,16; Ef 1,6).

Es de lamentar que nuestra generación, con su política del avestruz, esté haciéndole el juego al Adversario. Rechazando la existencia del espíritu del mal y su acción sobre nosotros, se ve obligada a oscilar entre dos extremos:

–o bien sobrevalora la debilidad del hombre, exonerándole de toda responsabilidad: todo se justifica por mecanismos psicológicos y presiones sociales; y el hombre así, despojado de responsabilidad, pierde toda su dignidad;

–o bien, sensible a la gravedad del mal que pesa sobre el mundo, no solamente se acusa el hombre, sino que se le ahoga en el odio y la desesperanza, y se le hunde en la náusea de un mundo absurdo, que no tiene remedio.

En ambos casos, el mal triunfa sin apelación. El mensaje del Evangelio es mucho más verdadero y humano. Jesús no viene ni a exculparnos, haciéndonos irresponsables, ni a abrumarnos y condenarnos. Viene realmente a salvarnos. Volviéndonos a Él por la fe, nos permite participar de su victoria:

«Ya no soy yo, es Cristo quien vive en mí», dice San Pablo (Gál 2,20).

• «Temed a quien puede precipitar vuestra alma y cuerpo en la gehenna» (Mt 10,28).

Yves Moreau es el autor de Razones para Creer. Texto disponible por concesión de Gratis Date.

razones

ESCUCHA, Angeles y Demonios, 2 de 2

[Día de retiro en la Casa de los Santos Angeles, en Septiembre de 2012.]

Tema 2 de 2: Jerarquía Celestial

* La Biblia enseña que Dios, al principio, creó “el cielo y la tierra” (Génesis 1,1). Ese “cielo” no es el firmamento del que se habla en Génesis 1,8. Una sólida tradición considera que ese “cielo” alude al mundo espiritual, al mundo de los ángeles–y de los demonios. El mismo sentido se da en el padrenuestro, cuando pedimos a Dis que haga su voluntad en la tierra “como se hace en el cielo” : el cielo es la referencia y modelo de lo que debe ser el cumplimiento de la voluntad divina “en la tierra.”

* Los ángeles y los demonios nos superan en dos cosas fundamentales: (1) Su conocimiento es inmediato (intuitivo) y no discursivo como el nuestro. (2) Su voluntad es total y no variable como la nuestra. Por supuesto, esto segundo implica que para ellos no es posible la conversión: no están sujetos al tiempo.

* En cuanto a los nombres de los ángeles, lo sólido y que afirma la Iglesia es que no se deben mencionar ni propagar devoción alguna a otros distintos de los que son mencionados por nombre en la Escritura, o sea: Miguel, Rafael y Gabriel.

* A partir de textos bíblicos, especialmente de Isaías y de la Carta a los Colosenses, la tradición católica ha hablado de nueve coros de ángeles, agrupados de a tres, de modo que los tres coros superiores son los más cercanos a la divinidad: son como los ángeles de los ángeles; los tres segundos son encargados del gobierno de la creación visible, y por ello es probable que correspondan a los principios racionales e inmateriales (leyes) que la ciencia intenta desentrañar al inquirir por el fundamento de todo; los tres más bajos son aquellos que custodian obras, regiones y personas humanas, como particulares ministros de la Providencia.

ESCUCHA, Angeles y Demonios, 1 de 2

[Día de retiro en la Casa de los Santos Angeles, en Septiembre de 2012.]

Tema 1 de 2: Perspectiva General

* Se da una situación de crisis: quienes deben formar en la fe omiten o desprecian el tema de los ángeles (y de los demonios) mientras que tanta gente corre a las fuentes infectadas de la “Nueva Era” para buscar información o cercanía con los ángeles.

* Santo Tomás, en buena parte inspirado por el Pseudo-Dionisio, se fija en el aspecto intelectual de los ángeles, a los que llama “inteligencias separadas.”

* Puede decirse que uno tiene cierto poder sobre algunas ideas pero también es cierto que hay “ideas grandes” que parecen gobernar amplias áreas de la propia vida. Una vez que uno descubre el poder que tienen las ideas “grandes,” y la manera como se vuelven contagiosas, hasta cautivar poblaciones enteras, también descubre que una naturaleza puramente espiritual e inmaterial puede tener fuerza avasalladora, para bien o para mal, en el ser humano.

* De ahí la importancia del sano conocerse a sí mismo, que plantea como cimiento de toda vida espiritual la Doctora de la Iglesia, Santa Catalina de Siena. Sin ese conocimiento es fácil, y casi forzoso, ser juguete de fuerzas que uno ni siquiera identifica.

* Preguntas: ¿Me conozco? ¿Qué “ideas grandes” gobiernan mi vida?

Semana de Vida con Jesus, 4 de 6

Seis predicaciones para la Renovación Carismática Católica de Asunción, Paraguay. Tema 4: Palabras de Vida Eterna.

* Personificando las cosas, podemos decir que el demonio no se va a quedar tranquilo después de perder su “presa,” es decir, cuando el pecador se arrepiente y quiere seguir el camino de Cristo.

* La estrategia principal del enemigo es procurar que, aunque estemos con Cristo, hagamos de Cristo una especie de mago o de servidor nuestro, cuya tarea es asegurarse de que todo funcione bien para nosotros. Por supuesto, esta manera de ver a Cristo tendrá que fallar y entonces lo más probable es que caigamos en la trampa de decepcionarnos de esa imagen falsa y perdamos al verdadero Cristo. Este mecanismo puede verse en acción en el capítulo 6 de San Juan, allí donde encontramos que la gente se aleja del Señor cuando él les dice que él es el Pan de Vida.

* La verdad es que la palabra de Cristo es enormemente comprometedora. Si él dice que “el que no coma de su cuerpo y beba de su sangre” no tiene vida, está también declarándose como la vida nuestra. Y recibirle a él como VIDA significa que sin él no tiene uno vida. Por eso la gente que antes quería verlo como un proveedor de milagros ya no se siente interesada en quedarse con él, porque no quieren tenerlo como verdadero Señor de sus vidas.

* Pero el apóstol Pedro da una respuesta distinta: “Tú tienes palabras de vida eterna,” le dice a Jesús. Y sobre todo, Pedro pregunta y se pregunta: “¿A quién iremos?” Tal es el tipo de resolución que hace posible vencer las estrategias del enemigo y no perder a Aquel que verdaderamente nos ha amado.

Renueva tu fe, 3 de 5, La fe como victoria frente al enemigo

Renueva tu Fe. Serie de Enseñanzas sobre el don de creer, para el “Año de la Fe” promulgado por el Papa Benedicto XVI.

Tema 3 de 5: La fe como victoria frente al enemigo

* La fe no es un adorno. Es sencillamente indispensable para el cristiano, y eso llega uno a entenderlo cuando conoce la magnitud, astucia y número de ataques que sufre el que está firme en Cristo.

* Muchos pecados que consideramos como asunto de carnalidad, rebeldía o codicia, son en su raíz faltas contra la fe: no terminamos de creer que hay un Dios suficientemente amoroso, sabio y providente como para entregarnos por entero a él, aunque no podamos evaluar ni controlar todas las consecuencias. Perdemos la fidelidad porque hemos perdido antes la integridad de la fe.

* El demonio intenta crear miedo para debilitar nuestra fe; pero en la verdad de las cosas, es él quien tiene miedo, porque es soberbio, y presiente humillante derrota cuando tiene que enfrentarse a un humilde y creyente que esté pegado a Dios.

* No bastan las oraciones de liberación si no buscamos una vida coherente, un verdadero itinerario de formación en la virtud y hacia la santidad.

El demonio reclama dominio sobre el mundo?

Distinguido Fray nelson,que la Paz,el Amor y la Ternura de Cristo Resucitado este contigo y siempre; Escuchando su conferencia “Eucaristia,Medicina de Amor”,usted cita el tema de las Tentaciones de nuestro Señor Jesus en el desierto,del Evangelio de San Lucas,donde el demonio le ofrece a Jesus “todos estos reinos”,previo Usted afirmo “El Pecado promete algo verdadero a traves de un camino falso”, El versiculo 6 del Cap. 4 dice ” y le dijo el diablo “Te dare todo el poder y la gloria de estos reinos, porque me la han entregado a mi y yo se lo doy a quien quiero.” tomada de Biblia de Jerusalen Latinoamericana,la pregunta es la siguiente, Quien le ëntrego al demonio estos reinos? O es una mas de sus mentiras? Gracias,bendiciones. – M. de la C.

* * *

Hay algo de verdad en esa mentira del demonio: la extensión y profundidad del pecado hace que se le pueda llamar a él “príncipe de este mundo.” Pero no es que Dios se lo haya entregado sino que nosotros nos hemos entregado al pecado muchas veces.

Bramidos de posesos e insultos al Sucesor de Pedro

La tragedia del demonio es que no puede decir la verdad. La verdad no es su aliada, porque la primera verdad suya es que no es lo que quisiera ser: no es Dios; nunca lo ha sido; nunca podrá serlo. Por eso el demonio huye de la verdad. porque la verdad lo arrastra a los pies de su Creador. La verdad lo humilla, y eso duele demasiado a su soberbia. La verdad lo contradice y lo vence, y por eso no tiene alternativa sino ser príncipe de la mentira.

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Sobre el mal y el malo

Elección, Combate, Victoria. Predicación con los Misioneros de Jesús, en NY. Tema 3 de 6: El mal y el Malo.

* El odio del demonio hacia la especie humana tiene origen no en lo que hacemos o tenemos sino en lo que somos. Nosotros, la raza humana, somos imagen y semejanza de Dios, y por eso somos y seremos detestables para quien ha rechazado a Dios como su Señor.

* De ahí que la primera victoria sobre el maligno es esta: proclamar a Dios como nuestro único Señor, y reconocer en Cristo a aquel que restaura el señorío de Dios en el alma.

Catequesis sobre el desierto, 4 de 5

Catequesis sobre el desierto. Tema 4 de 5: El desierto de Cristo

* Uno de los textos cristológicos más conocidos, el Cuarto Cántico del Siervo (véase Isaías 52,13–53,12) nos da pistas sobre la relación entre Jesucristo y el desierto. La conclusión que se desprende de Isaías 53,2 es que Cristo es “brote tierno en tierra árida.” Varias cosas podemos ver en esa expresión del profeta-poeta.

* El mundo, la vida humana, se ha vuelto “tierra árida.” La encarnación es anonadamiento, donación, ofrenda: es la llegada de la bondad a una tierra estéril, marcada por el egoísmo. Toda la vida de cristo fue desierto.

* Cristo es “brote;” su fragilidad está a la vista. Es vulnerable, y eso nos conviene, porque vulnerable hay que ser para cargar sobre sí los dolores y necesidades del prójimo. por esta vulnerabilidad, Cristo no se cierra sobre sí, y por lo tanto carga dentro de sí nuestros desiertos.

* Entonces la pregunta: ¿cómo puede él soportar? La respuesta es que lleva su fuente dentro. Y su fuente es su relación con Dios Padre, y es la unción del Espíritu Santo.

* El pasaje de las tentaciones en el desierto, por lo menos en la versión de Mateo, nos enseña que el objetivo central, el disparo del demonio intenta debilitar o quebrar esa fuente interior de Cristo, o sea, separarlo del Padre.

* Y lo mismo intenta el demonio con nosotros, en cuatro direcciones principales: arrogancia, auto-desprecio, temor del futuro, cadenas del pasado. Sólo recibiendo la fuente de Cristo, que él mismo nos dio al abrir su costado en la Cruz, podemos vencer al enemigo.

ATENCIÓN: Enlace para las Cinco Catequesis. Puedes también bajar los apuntes de los cinco temas en PDF.