ESCUCHA la flor de la libertad solo brota en el jardín de la verdad

Escuela de Vida Interior, Tema 24: La verdad y la libertad

* La proclamación de Jesús como Señor encuentra dos graves dificultades en nuestro tiempo, como dos lentes oscuros que dificultan percibir la fuerza y la belleza de esa proclamación de fe.

(1) La idea de que el ser humano individual está llamado a la autonomía, y por consiguiente sólo es libre aquel que no reconoce ningún Señor.

(2) La idea de que la única manera de hacer posible la vida en sociedad, tratándose de individuos autónomos, es lograr acuerdos convencionales, de modo que la discusión sobre lo bueno y lo malo se confunde y reduce a la constatación de qué es lo legalmente aprobado. Por supuesto, si no hay un orden moral propiamente dicho, sino que todo se reduce a lo legal, entonces no hay espacio para ninguna instancia y ningún Señor aparte de lo puramente simbólico. El señorío de Cristo queda así reducido a un recuerdo cultural, neutro e inocuo.

* Esa idea de autonomía se apoya en un concepto de libertad que circula como moneda corriente, a saber, que la libertad consiste en hacer lo que a uno le parece o “le da la gana.” Tal definición tiene que ser superada y para ello en realidad basta la pregunta: ¿Es que en realidad la voluntad humana opera en el vacío? Ello equivale a preguntar: ¿Y de dónde sale lo que a ti se te da la gana? ¿No hay acaso influencias reales, guiadas por intenciones buenas o perversas, que son capaces de inducir lo que luego la persona experimenta como su “gana”? ¿No demuestra la experiencia que la seducción y la manipulación existen, y que la retórica y la moda, entre otras muchas realidades, son capaces de generar el deseo que luego la persona hace suyo y convierte en su prioridad?

* La única consecuencia válida es que la libertad sólo existe realmente cuando se sitúa en el ámbito de la verdad. Es lo mismo que sucede en toda elección, incluyendo las elecciones llamadas “democráticas”: sólo se elige con libertad cuando se elige con una amplia base de información de parte del votante, y de transparencia de parte del candidato. Ese principio, enunciado ya por Thomas Jefferson, ¿qupe está diciendo? Solamente que para ser libre hay que declararse esclavo irrestricto de la verdad, a la que hay que buscar con integridad, constancia y generosidad interior.

* Por este camino se descubre también el engaño que implica la falsa oposición entre la razón y la fe. Tal oposición fue completamente extraña a los sabios y científicos hasta el siglo XVII. Fue el siglo siguiente, de la llamada “Ilustración” el que extendió la idea de que para pensar hay que dejar de creer y para creer hay que dejar de pensar. Los emergentes burgueses y los llamados “intelectuales” del XVIII necesitaban desacreditar a la Iglesia para abrirse un espacio en su deseo de poder, y por ello plantearon ese falso dilema, que pareciera declarar incompatibles la verdad racional y la verdad de fe. Superado ese engaño uno se da cuenta que el poder pensar y el poder creer son en realidad dones del único Dios.

* Sobre la base de la convicción de que la libertad existe sólo en dependencia a la verdad, y que esta verdad no está fracturada sino que goza de unidad en su fuente y término, que es Dios mismo, quedamos preparados para reconocer la verdad que Cristo trae a nuestra vida, y admitir así su reinado que nos hace más libres cuanto más nos une a su luz admirable.

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Este tema pertenece al Capítulo 03 de la Escuela de Vida Interior; la serie completa de los diez temas de este Capítulo 03 está aquí:

is.gd/vida_interior_03

La serie de TODOS los temas de esta Escuela de Vida Interior está aquí:

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Catolico Soy, 3 de 3

[Conferencia ofrecida a todos en el Coliseo del Colegio Santa Anita, en Lima. Mayo de 2013.]

* El desafío principal que reciben los católicos de parte de los que no creen nada de la revelación bíblica, o la ponen al mismo nivel de cualquier otro libro o práctica religiosa de cualquier clase, se llama “laicismo.” La pretensión laicista es eliminar toda capacidad de influencia de la fe católica en el mundo, particularmente en la constitución de la ética que ha de regir las relaciones sociales y humanas en general.

* El laicismo obra por etapas, básicamente dos: (1) Descalificar todo lo religioso como una esfera de pensamiento desconectada de la verdad, es decir, puesta al mismo nivel que la fantasía o el deseo caprichoso. (2) Atacar a la Iglesia, así descalificada, sin brindar tampoco un tratamiento equitativo ni justo. Ejemplo de esto último: agresiones a los templos, a los obispos; burlas, sarcasmo; lenguaje obsceno que pretende neutralizar la capacidad de defensa o respuesta.

* La mejor respuesta frente al laicismo no la pueden dar los ministros sagrados ellos solos, que son principalmente objeto de descalificación sistemática y de burla. La respuesta real al laicismo es un laicado formado en su fe pero también formado en aquellas aristas de discusión más complejas de nuestro tiempo.

* Para que ello sea realidad se necesitan por lo menos cuatro elementos de madurez en el laico: (1) Formación permanente; (2) Vida sacramental plena; (3) Pertenencia real a una comunidad de fe; (4) Ejercitación en la tarea de compartir la fe en al evangelización directa.

Catolico Soy, 2 de 3

[Conferencia ofrecida a todos en el Coliseo del Colegio Santa Anita, en Lima. Mayo de 2013.]

* Los desafíos que enfrentan hoy los católicos pueden clasificarse en dos grandes grupos. En un grupo podemos incluir todos los que admiten la Biblia como Palabra de Dios, pero no admiten la autoridad de la Iglesia para enseñar o interpretar la Biblia. En el otro grupo tendríamos a aquellos para los que la religión, en general, es algo que a lo sumo puede ser tolerado como una actividad privada sin capacidad alguna de influencia en el área de lo público. En esta reflexión nos referimos al primer grupo.

* La Biblia es una obra de increíble complejidad, con una historia absolutamente única que abarca unos 1400 años. Recoge por tanto perspectivas, experiencias, episodios y normas que han encontrado su lugar a lo largo de ese largo proceso.

* La Constitución Dei Verbum del Concilio Vaticano II nos da una clave interpretativa inicial que sirve de base: Dios es autor pero no elimina ni cancela la verdadera autoría de los hombres, y quizás mujeres, que plasmaron esa palabra bajo la guía del Espíritu Santo. En concreto, esto descarta la idea de la revelación bíblica como una especie de “dictado” que seria más perfecto en la medida en que el ser humano desapareciera más, y fuera como un tubo inerte que deja pasar “agua de cielo.”

* La verdad que nos da la Biblia es firme y segura pero no es la verdad de la ciencia moderna, habida cuenta que la misma ciencia moderna se ve a sí misma como una sucesión de teorías que siempre están en camino de revisión y mejoramiento. La verdad bíblica se refiere a quién es el hombre ante Dios; quién es el Dios que ha querido salir al encuentro del hombre; y cómo el hombre puede acoger la salvación que Dios le brinda con misericordia.

* No es de extrañar entonces que los hagiógrafos, que fueron “verdaderos autores,” según la expresión de Dei Verbum, se hayan servido de expresiones lingüísticas o concepciones científicas muy limitadas o incluso deficientes: la verdad para la que recibieron el don del Espíritu no es la verdad sobre la Relatividad General de Einstein (que un día será superada por alguna otra teoría) sino que, usando su conocimiento limitado, expresaron cosas que son ciertas, en el plano propiamente religioso y teológico de quién es el hombre, quién es Dios, y cómo se recibe la salvación. Sobre esta base puede establecerse poco a poco qué es lo que los autores han querido decir.

* Queda el tema de cómo interpretar esa palabra, en el sentido de preguntarnos qué nos quiere decir Dios con las palabras que los hagiógrafos nos dejaron. Es aquí donde resulta fundamental la autoridad de la Iglesia. Sin ella no queda otra cosa que la mentira en la que creyeron e hicieron creer a otros los Reformadores Protestantes, a saber, que la Palabra se interpreta a sí misma, o que cada uno puede interpretarla con sólo apelar a su conciencia y al Espíritu Santo.

* Muy al contrario, la Biblia muestra que es la obra y el tesoro de una comunidad peregrina en la fe: el Pueblo de Dios. Sólo en el seno de la Iglesia, a la que Cristo quiso jerárquicamente constituida, y sólo a la luz de lo vivido, practicado y creído en la Iglesia (a esto llamamos “tradición”) se interpreta correctamente la Palabra.

Catolico Soy, 1 de 3

[Conferencia ofrecida a todos en el Coliseo del Colegio Santa Anita, en Lima. Mayo de 2013.]

* La Renovación carismática ha sido particularmente elocuente en mostrar la importancia que la experiencia de saberse amado por Dios tiene en la transformación de una vida. No cabe duda que ese amor primero, impregnado de gozo que contagia, es una base firme para abrazar y practicar la fe pero no lo resuelve todo.

* Debemos saber que los enemigos de la fe ciertamente se preparan de muchos modos, y entre ellos, a través de argumentaciones sofisticadas que resultan seductoras para muchos. El carácter de las discusiones éticas y religiosas de nuestra época reclama una formación amplia y firme. Formarse ya no es una opción más: es una obligación de la que no puede uno eximirse sin exponerse gravemente a daños irreparables.

* Hay entonces que entregar al señorío de Cristo todo nuestro ser, y eso incluye por supuesto nuestra inteligencia, así como los demás talentos que de Dios hemos recibido.

* Algunas páginas web particularmente útiles en nuestra formación:

  1. corazones.org
  2. apologeticacatolica.org
  3. ewtn.com
  4. es.catholic.net
  5. fraynelson.com
  6. vatican.va
  7. mercaba.org

AVE MARIA, Un retiro en el Espiritu, 6 de 6

[Retiro ofrecido a un grupo de laicos de la Renovación Carismática en Lima, Perú, para el Pentecostés 2013.]

* “Gracia” es otra manera de decir “autodonación.”­ La Llena de Gracia es entonces la que mejor conoce al Espíritu Santo.

* El don de SABIDURÍA nos hace comulgar gustosamente con la verdad y el actuar divino en lo concreto de nuestra vida.

* Esa comunión se muestra perfectísima en el misterio de la Encarnación. No debemos mirar al Espíritu Santo como reemplazando la parte masculina, a la manera de los relatos de la mitología griega, o de otras mitologías.

* Lo que realiza el Espíritu queda mejor descrito como una confirmación y consagración de la unión de pareja entre José y María, para que Jesús llegue a ser don de Dios para la pareja, de modo que María es constituida Madre Virginal y José es constituido Padre Virginal de Cristo.

* Cristo mismo tiene es formado de la carne y sangre de María, que son de José por virtud de la verdad del matrimonio que les une. Tal “ser formado” de Cristo sólo puede compararse, y eso lejanamente, con el misterio mismo de la creación: así como Dios creó “de la nada,” así María es “la nueva nada” a partir de la cual es formado Cristo en su naturaleza humana y completa, que habrá de recorrer cada una de las etapas del desarrollo humano.

* Semejante obra del Espíritu enlaza el Antiguo y el Nuevo Testamento en María; y enlaza, como en matrimonio perfectísimo, la naturaleza humana y la naturaleza divina; y enlaza los anhelos de nuestra humanidad y la bondad generosa de la divinidad. Todo esto sucede en María y todo sucede “por obra y gracia del Espíritu Santo,” el mismo Espíritu que recibimos y en nosotros habita por el bautismo y por la confirmación.

AVE MARIA, Un retiro en el Espiritu, 5 de 6

[Retiro ofrecido a un grupo de laicos de la Renovación Carismática en Lima, Perú, para el Pentecostés 2013.]

* ¿Qué hace el Espíritu en nosotros? Lo podemos conocer un poco a partir de los bienes propios de cada uno de sus dones, sobre todo si contemplamos estos dones en los santos, y muy especialmente en la vida de la Santa Virgen María.

* El don de ENTENDIMIENTO abre la comprensión de la Divina Palabra en su sentido propio y también aplicado a la propia vida.

* El don de CIENCIA permite reconocer el paso de Dios en la naturaleza y la historia, sin deslumbrarse ni ofuscarse.

* El don de CONSEJO nos hace acoger el susurro de Dios que indica un camino, y nos prepara para orientar al prójimo.

* El don de PIEDAD nos deja percibir la ternura de Dios: sabernos sus hijos y expresar con afecto y constancia la fe.

* El don de FORTALEZA nos mueve a emprender cosas grandes por Dios, y a sufrir con constancia y sin desánimo por Él.

* El don de TEMOR DE DIOS hace que reconozcamos en todo la soberanía divina y que en nada toleremos que sea ofendido.

AVE MARIA, Un retiro en el Espiritu, 4 de 6

[Retiro ofrecido a un grupo de laicos de la Renovación Carismática en Lima, Perú, para el Pentecostés 2013.]

* ¿De qué manera concreta muestra la Escritura el camino que Dios hace recorrer a su pueblo? Una pedagogía clara es la que lleva de lo externo a lo interno: “Este pueblo me honra con los labios pero su corazón está lejos de mí” (Isaías 29,13; véase Mateo 15,8-9).

* La Ley de Moisés es, por su propia naturaleza, una palabra externa que fracasa al esperar que de dentro de nosotros salga la fuerza para alcanzar el ideal allí propuesto. Por eso Dios promete un nuevo corazón (Ezequiel 36,26) en consonancia con la súplica dolida de los penitentes de todos los tiempos: “Crea en mí un corazón puro…” (Salmo 51).

* En el Sermón de la Montaña Cristo nos invita a ir a “lo escondido,” es decir, a encontrar ese espacio existencial en el que no tenemos que demostrarle nada a nadie, ni ganarle a nadie, ni complacer a nadie, ni temer a nadie. Ese espacio donde al fin uno es uno mismo, es el espacio y recinto de la verdad, o como diría Santa Catalina de Siena, el espacio del “verdadero conocimiento de sí mismo en Dios.”

* Esto implica que el silencio, la soledad, la sed profunda son camino indispensable para descubrir la “verdad verdadera” y no simplemente “mi verdad,” pues esta última me llevaría al cinismo.

* El Espíritu, obrando en ese espacio interior de verdad, nos hace distintos cuando crea en nosotros amor irresistible hacia el Bien pleno que es Dios mismo.

* El Espíritu Santo, en orden a hacerme más yo mismo, es decir, para llevarme a mi meta propia, me transforma. Sólo el Espíritu puede cambiarme sin suplantarme ni violentarme. Su fuerza es amar y hacer amar, y eso le basta.

AVE MARIA, Un retiro en el Espiritu, 3 de 6

[Retiro ofrecido a un grupo de laicos de la Renovación Carismática en Lima, Perú, para el Pentecostés 2013.]

* Hay la idea de que ser pobre o ser humilde es señal de cobardía, debilidad o incapacidad de defender lo que uno cree y valora.

* El filósofo anticristiano Friedrich Nietzsche, por ejemplo, veía en la moral cristiana un ejemplo de lo que es “moral de esclavos.”

* Lo que nos muestra la Biblia con respecto a los Pobres de Yahvé es muy diferente. Esta es gente que se ha decepcionado de todo y de todos: ya no les creen a los poderosos y por eso son más inmunes que el resto de la humanidad a las promesas vacías y a las amenazas continuas.

* Así entendida, la pobreza une estrechamente a la verdad y a la libertad. El exhibicionismo y la arrogancia, tan propios del que se cree fuerte o quiere impresionar, es algo que no existe en el que vive la espiritualidad de la pobreza.

* Claramente la libertad de acción de la Virgen María, que sale de sí misma para servir a su anciana pariente Isabel, o la libertad de Jesús, aún niño, cuando interpela a los Maestros de la Ley, hablan de esa dignidad recuperada que no suele asociarse con la pobreza pero que en realidad está ahí, por una razón muy sencilla: a menos ídolos, más presencia y fuerza de Dios.

AVE MARIA, Un retiro en el Espiritu, 2 de 6

[Retiro ofrecido a un grupo de laicos de la Renovación Carismática en Lima, Perú, para el Pentecostés 2013.]

* La verdadera sanación de la voluntad herida por el pecado es el remedio que se llama la GRACIA.

* Cuando se tiene la ley pero no se tiene la gracia se queda en una condición de como una estaba, porque es entonces cuando se cae en uno de estos tres abismos: (1) El cinismo; (2) La desesperación; (3) La bipolaridad, entendida de modo informal (no clínico) como el capricho subjetivista.

* En el Pueblo de Dios, fue el destierro la época señalada en el designio de Dios para crear el “Pequeño Resto,” es decir, para conducir a los suyos, a través de la humillación y el despojo, a lo esencial, lo verdadero, lo más importante. Ese destierro vino a ser así un camino pedagógico e incluso liberador, como también ha pasado a aquellas parejas que de sus crisis salen fortalecidas y mucho más unidas.

* El Antiguo Testamento es claramente una obra incompleta, o mejor: una obra que pide ser completada, porque el Pueblo pobre y humillado, que ahora sólo tiene su esperanza en Dios necesita recibir de Él una voz de misericordia, una fuerza que los restaure.

* De hecho, hay una continuidad entre las decepciones por las que pasa el Pequeño Resto y el texto cumbre de las bienaventuranzas.

* La espiritualidad de las bienaventuranzas, que es como el alma del Evangelio entero, es al mismo tiempo desilusión de todo y firmísima confianza en Dios. Es el espíritu que vemos en los personajes de los Evangelios de la Infancia (capítulos 1 y 2 de Mateo y capítulos 1 y 2 de Lucas). Nombres como Simeón, Ana, Zacarías, Isabel, y sobre todo: José y María, representan esa continuidad notable entre el pueblo salido del destierro y la noticia maravillosamente nueva del Evangelio.

AVE MARIA, Un retiro en el Espiritu, 1 de 6

[Retiro ofrecido a un grupo de laicos de la Renovación Carismática en Lima, Perú, para el Pentecostés 2013.]

* Somos imagen y semejanza divina particularmente por nuestras facultades de inteligencia y voluntad.

* Lo propio de la inteligencia es buscar la verdad, más allá de la apariencia.

* Lo propio de la voluntad es buscar el bien, más allá de la conveniencia.

* El pecado impide que las facultades alcancen su fin propio: la inteligencia se deja seducir por apariencias, y la voluntad por intereses y conveniencias.

* La inteligencia puede recuperar la mayor parte de su claridad a través de una palabra externa, que podemos llamar la LEY. Al definir sobre lo correcto y lo incorrecto, la LEY ayuda a que el inteligente recupere la verdad moral.

* Pero la ley es insuficiente para restablecer a la voluntad en su propósito inicial. Para ayudarla en esa línea, la providencia divina suele disponer de tres clases de eventos en la vida del pecador: (1) Experimentar las consecuencias del mal obrar, es decir, “tocar fondo;” (2) Hacerse las preguntas profundas, como: ¿Cuál es el sentido de mi vida?; (3) Conocer realizaciones concretas del bien.

El Camino del Discipulado, 3 de 3

[Retiro Espiritual con un Grupo de Servidores de la Comunidad Hispana en Lafayete, Louisiana, EEUU, en Mayo de 2013.]

* Continuamos sobre el CRECIMIENTO como una de las etapas básicas del discipulado.

* Además de la mistagogía y la catequesis, la vida cristiana crece a través del ejercicio de la virtud. La palabra griega “askesis” significa ejercicio, y de ahí viene nuestro término “ascesis.”

* Es importante notar el papel que la vida en comunidad tiene dentro de este proceso de crecimiento. Cristo eligió discípulos muy distintos entre sí; de muy diversa procedencia geográfica y cultural; también con ideas incluso divergentes sobre lo que podría ser el Reino de Dios. Desde zelotas (extrema izquierda) como Simón el Zelota y Judas Iscariote, hasta colaboracionistas, (extrema derecha) como Mateo, Jesús llamó gente que no podía tener en común otra cosa sino al mismo Cristo y su Evangelio. El ejercicio de encaminarse hacia la unidad, soportándose, y además venciendo esa tendencia a querer ser el primero, tuvo que ser altamente formativa para todos.

* La MADUREZ viene con la Cruz. No es que uno busque el dolor para encontrar a Cristo sino que el dolor que llega por seguir con fidelidad y generosidad a Cristo es la indicación principal sobre cuál es la cruz que va a ser fecunda en la vida de uno.

* La Cruz es indispensable para llegar a la verdad de lo que uno es, de lo que uno ama y de lo que uno cree. por algo Cristo dijo: Si alguien quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga (Mateo 16,24).

* Finalmente, madurados por la Cruz, que equivale a: habiendo sido molidos nuestros deseos y sueños en el altar del dolor que ama hasta el fondo, estamos listos para recibir el rocío y a la vez fuego del Espíritu. Así es como se llega a la DONACIÓN total.

El Camino del Discipulado, 2 de 3

[Retiro Espiritual con un Grupo de Servidores de la Comunidad Hispana en Lafayete, Louisiana, EEUU, en Mayo de 2013.]

* Continuamos con las etapas del discipulado. Hablaremos del CRECIMIENTO.

* Hay tres cosas que nos hacen crecer: mistagogía, catequesis y ascesis.

* Originalmente, la mistagogía es el camino que ayuda a reconocer los “misterios,” y con esta palabra los primeros cristianos aludían al mundo rico y profundo de las celebraciones litúrgicas, y muy especialmente los sacramentos. Avanzar en la mistagogía es reconocer esa riqueza de sentido y alimentar en ella nuestra vida.

* De ahí viene un segundo sentido, derivado, de mistagogía: corresponde a lo que varias veces nos pide Cristo en el Evangelio: aprender a leer los signos de los tiempos. Crecer como discípulos no es simplemente celebrar con respeto y devoción la liturgia, es hacer de nuestra vida una ofrenda, y esto implica ofrecer lo que somos, lo que vivimos, lo que padecemos, entendiendo que nuestra existencia está precedida por el amor providente de Señor que cuando cierra un camino es sólo para mostrarnos otro.

* La catequesis tiene varias dimensiones. (1) Implica la familiaridad con la Biblia, hasta hacer de ella la casa espiritual en que uno vive. (2) Implica claridad de conceptos, es decir, tener muy firmes las verdades de nuestra fe. (3) Implica reconocer cuáles son las cuestiones más duras, los desafíos actuales para vivir y predicar nuestra fe.

* En síntesis: la catequesis no es un adornos ni es cosa que uno pueda dejar cómodamente en el pasado: es la herramienta fundamental para abordar de manera inteligente y fructuosa los retos del mundo presente.

El Camino del Discipulado, 1 de 3

[Retiro Espiritual con un Grupo de Servidores de la Comunidad Hispana en Lafayete, Louisiana, EEUU, en Mayo de 2013.]

* Pentecostés nunca está lejos. lo sabemos porque Cristo ha prometido: “Pues si vosotros siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?” (Lucas 11,13).

* La dinámica del discipulado. Dos verbos destacan como propios de los discípulos, en los cuatro evangelios: aprender y colaborar. Discípulo es el que aprende, por supuesto, pero Cristo no quiere una simple acumulación de conocimiento, porque el tema de aprendizaje es el Reino de Dios, y Dios no llega a reinar solamente con lo que sabe nuestra cabeza sino sobre todo con lo que practicamos y vivimos. Por eso la importancia del “laborar.” Pero no laboramos solos; Él está cono nosotros, y nosotros co-laboramos.

* Sobre esa base se establecen las etapas del discipulado, que pueden condensarse en cuatro: comienzo, crecimiento, madurez y donación.

* El COMIENZO supone recibir a Cristo por alguna de las puertas que la vida suele dejar abiertas: sanación, liberación y perdón. Lo característico de esta primera etapa es el gozo que Cristo describe en varias de sus parábolas, como por ejemplo, la del hombre que encontró un tesoro en un campo, o el comerciante que halló una perla de grandísimo valor. Esta alegría es importante porque suele suceder que quien no conoce esta clase de gozo tenga siempre espacio en su alma para otro tipo de gozo, que ya no será según Dios.

Familias Migrantes, 2 de 2

[Predicación a la Comunidad Hispana en Lafayette, Louisiana, EEUU, en Mayo de 2013.]

* Pasemos al examen de algunas sugerencias y consejos concretos para aquellas familias en situación de migración, sobre todo cuando las condiciones no son óptimas y las tensiones se acentúan. Son siete puntos, que tomamos de la experiencia durísima de los judíos en el tiempo de su destierro a Babilonia:

(1) No dejarse asustar por los poderes de este mundo, los cuales a menudo destilan arrogancia y toman una posición intimidatoria. Lo que ellos piensen o digan de sí mismos no cambia el hecho de que sólo Dios es Dios de todos.

(2) Las familias necesitan iniciar y cuidar sus ritmos, rituales (incluyendo las oraciones) y rutinas. Los cambios exteriores no deben interrumpir esa vida interna del núcleo familiar.

(3) Que se escuche la Palabra de Dios en el hogar. Sin ella, los hijos crecen en un universo de signos y personajes ajenos a la fe.

(4) Según la Biblia, corresponde ante todo al papá liderar en la oración: su primer lugar es indispensable porque su anatomía y fisiología le da un lugar único de relevancia en la mente infantil.

(5) Papá y Mamá tomen en serio su fe, y sean los primeros catequistas de sus hijos. Es más importante el tema de la fe que muchos otros, incluyendo asuntos de afectividad o de sexualidad, porque sobre la base de la dignidad que el mensaje de redención nos enseña ya se deduce qué vida hemos de llevar.

(6) Que no sólo resuenen las palabras sino que los hijos vean que los papás se implican en obras específicas de caridad y de evangelización.

(7) Sentido de comunidad y apoyo mutuo.

Familias Migrantes, 1 de 2

[Predicación a la Comunidad Hispana en Lafayette, Louisiana, EEUU, en Mayo de 2013.]

* ¿Qué dificultades particulares experimentan la pareja, y la familia, cuando viven procesos de movilidad humana, que a menudo implican nuevos y desafiantes contextos culturales?

* Quizás el criterio más importante para responder es: todo depende de cuáles derechos básicos queden asegurados por las condiciones en que se da el cambio. No es lo mismo “ser invitado” que “tratar de entrar.”

* El segundo criterio a tomar en cuenta es que, aunque sea el grupo familiar el que cambia de residencia, no debe presumirse que todos viven sus crisis o esperanzas al mismo tiempo. Cada persona tiene sus propias renuncias y sus pequeños o grandes avances, de modo que hay que estar atentos a esos procesos individuales y apoyar los procesos con gran paciencia, sentido de escucha y caridad.

* En particular, es típico que los varones se centren en la resolución de problemas, uno detrás de otro; mientras que las mujeres suelen tener un enfoque más comprensivo y holístico: tratando de crear y favorecer “ambientes” que sean acogedores y motivantes para todos. Es natural, y puede ser muy productivo que surjan algunas tensiones entre estas dos perspectivas.

* Si volvemos nuestra atención a la Sagrada Escritura, encontramos un dato fundamental: a menudo, Dios asocia el progreso en la fe con procesos, a veces dramáticos de movilidad humana. Llama la atención, en Génesis 12, cómo Abraham es puesto en camino. Su desarraigo de la tierra (y cultura) de su padre, va en paralelo con el progresivo arraigo a las promesas y la palabra misma de Dios.

* Otra escena importantísima en el conjunto de la historia de Israel es, por supuesto, el éxodo, que, como su nombre lo indica, habla también de un desplazamiento masivo de personas. El despojo del desierto va en paralelo con el equipamiento nuevo de una fe que madura a golpes del camino.

* En el Nuevo Testamento, baste recordar a Cristo como el gran caminante; como aquel que deja a las 99 en el redil y sale en búsqueda de la oveja perdida. De hecho, Cristo es el que no tiene dónde reclinar la cabeza, y su movilidad se identifica con la generosidad del amor que no puede permanecer impasible ante la necesidad de los muy amados.

* No debemos entonces ver a la movilidad humana necesariamente como un ataque a la fe. Más que los hechos en sí mismos, lo que importa es la manera como se leen y viven esos hechos, y sobre todo, si desde el principio se le da a Dios el lugar que le corresponde en la pareja, la familia y la comunidad como tal.