Relación entre la Cruz y la Efusión [La Comunidad en los Hechos, 6 de 20]

Seguimos nuestra lectura meditada del Discurso de Pedro. En Hechos 2,14-21, Pedro ha explicado qué está sucediendo. A partir del versículo 22 explica por qué esta sucediendo.

Pedro hace una vigorosa denuncia: “A este Jesús… hombre acreditado por Dios… vosotros le matasteis.” Y luego un anuncio: “A este… Dios le resucitó.”

¿Qué tiene que ver ello con el don de Pentecostés?

Ante todo, debe tenerse en cuenta que lo sucedido no es simplemente una acción (decepcionante) del ser humano: subyace y se realiza de fondo un DESIGNIO de Dios. Hay un propósito divino que no suprime pero sí trasciende los fallos humanos.

Y en ese DESIGNIO está nuestra salvación: el Resucitado merece en favor nuestro, y deja caer sobre nosotros, el Don del Espíritu. Su oficio de sacerdote eterno, que presenta y ofrece su propia sangre, como dice la Carta a los Hebreos, es intercesión infinitamente eficaz, que trae a nosotros el Don del Espíritu Divino.

Un Dios abundante [La Comunidad en los Hechos, 5 de 20]

Lo propio de quien ha recibido amor sobreabundante es la capacidad de salir de sí mismo, es decir, de no centrarse en los propios intereses, o la propia comunidad.

La abundancia que Dios nos promete no está exenta de tribulaciones y contradicciones pero sigue siendo abundancia de victoria.

El Espíritu da también una mirada penetrante, según lo anunciado en Joel 3, con referencia a las visiones y sueños inspirados. El Espíritu de profecía es el que nos hace participar del modo como Dios ve las cosas.

Y que nuestro amor sea inexplicable: esa es una vida prodigiosa. Los “prodigios” de que habla Hechos 2 han de ser ante todo nuestros actos de fe, esperanza y amor, más allá de los cálculos de este mundo. La sobriedad, el despredimiento, la capacidad de servicio, las renuncias reales son señales que apuntan hacia la abundancia del Espíritu.

La embriaguez que concede el Espíritu [La Comunidad en los Hechos, 4 de 20]

El discurso del apóstol Pedro en Hechos 2,14-40 es como el acta de nacimiento de la Iglesia.

El primer tema que surge es el de la embriaguez porque algunos de entre la multitud que acude al cenáculo se burla diciendo que los apóstoles, que alababan con júbilo a Dios, estaban en realidad ebrios.

Esto nos invita a reconocer la alegría sobrebundante que trae el Espíritu, a partir de la experiencia de sabernos infinitamente amados. Ciertamente nada hace tan atractiva nuestra fe para los de fuera.

El Espíritu hace nuestros los bienes de la Pascua [La Comunidad en los Hechos, 3 de 20]

Pentecostés, el día de la efusión del Espíritu Santo, marca el comienzo propio del caminar de la Iglesia.

En Juan 16, Cristo dice “os conviene que yo me vaya,” y lo dice en referencia a la llegada del Espíritu. En Romanos 8, san Pablo dice que “estos son los hijos de Dios, los que se dejan guiar por el Espíritu de Dios.” De modo que jamás seremos y viviremos como hijos si no es por la acción del Espíritu.

Dos textos del Antiguo Testamento nos muestran por qué la Ley de Moisés, aun siendo un tesoro de sabiduría y verdad, no es suficiente: Ezequiel 36,25-27 y Joel 3,1-2es que la Ley no podía dar la fuerza interior para seguir el bien que la misma Ley proponía.

El Espíritu ama dentro de mí y sin embargo me hace ser plenamente yo mismo.

La Cruz: cimiento firme del cristiano [La Comunidad en los Hechos, 2 de 20]

El “acontecimiento” de la Pascua de Jesucristo es fundante para la comunidad cristiana.

Pero el misterio de la Cruz reaparece una y otra vez en nuestra vida. Algunos textos del Nuevo Testamento muestran que para los cristianos de todos los tiempos tampoco era fácil explicar por qué la cruz; por ejemplo Juan 20,8-9; Lucas 24,26 y 1 Corintios 1,18.

La Cruz siempre nos visita de maneras nuevas, y ello debe movernos a humildad y compasión, frente a nosotros mismos y frente a nuestro prójimo.

Tres preguntas útiles:

¿Qué nos ha mostrado la Cruz? La medida de la confianza y de la desconfianza: no podemos apoyarnos demasiado en el ser humano y nunca nos apoyaremos demasiado en Dios. La Cruz nos ha mostrado la gravedad espantosa del pecado y a la vez la abundancia incontenible de la misericordia divina.

¿De qué nos ha liberado? Del demonio, del pecado, de la muerte, de las tinieblas y de la ignorancia.

¿Que nos ha traído? La comunión con el Padre y con su Hijo Jesucristo; nos ha concedido la unión entre nosotros y ha hecho nuestra la herencia del Hijo de Dios.

LA GRACIA del Jueves 26 de Enero de 2017

MEMORIA DE LOS SANTOS TIMOTEO Y TITO, OBISPOS

Cuando cambiamos la doctrina ya no miramos a Cristo, transformamos la verdad que hemos recibido de los primeros testigos de la fe por lo que quisiéramos que existiera.

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LA GRACIA del Domingo 1 de Enero de 2017

SOLEMNIDAD DE SANTA MARÍA MADRE DE DIOS

Estamos en combate y por eso es necesario que volvamos de todo corazón a la Santísima Virgen, guiados por ella, con un espíritu de profunda paz, oración, conversión y penitencia.

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LA GRACIA del Lunes 21 de Noviembre de 2016

MEMORIA DE LA PRESENTACIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA

La Virgen María desde su infancia hasta su adultez nos muestra la fuerza de su sí, digámosle a Dios como lo hizo ella: “te acepto y te recibo como mi Señor y salvador”.

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LA GRACIA del Domingo 20 de Noviembre de 2016

SOLEMNIDAD DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, REY UNIVERSAL

En el cierre del Año de la Misericordia proclamemos a Cristo como Rey de nuestras vidas, reconociendo que somos adquiridos a precio de su sangre, conquistados por su amor y su poder.

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Simposio teológico sobre la Misericordia, 3 de 3: La misericordia en la práctica pastoral

Ser Misericordiosos

1. Ruta del Concilio Vaticano Segundo. El 11 de octubre de 1962 se inició el Concilio con una homilía de SS Juan XXIII.

* La Modernidad y la Postmodernidad han supuesto un eclipse en la Misericordia porque el racionalismo y el subjetivismo nos encierran en nosotros mismos como individuos. Este optimismo propio de la modernidad se estrelló con dos guerras mundiales. Lejos de volver a la Misericordia, lo que se hace es “llorar la propia existencia”, una existencia que precede la misma esencia. Ese volver triste sobre la propia subjetividad lleva a hacer con la vida lo que el hombre le place.

* Ante esta postura modernista y postmodernista surge la postura de la Iglesia que se clarifica con el Sillabus de Pio IX. Pio XII intenta lanzar un puente entre la realidad eclesial y esa sociedad rota proveniente del postmodernismo. Juan XXIII tuvo un recorrido diferente a su antecesor. Su experiencia de la Iglesia es desde las periferias. Juan XXIII siente que el mensaje de alegría y reconciliación del evangelio es la solución para este mundo muerto. Propone un Sínodo para Roma y un Concilio para la Iglesia. Se siente en continuidad con los Papas anteriores. Es un hombre de tradición que siente que el mensaje del Evangelio no llega a la gente. El Concilio Vaticano II fue convocado como un acto de misericordia. ¿Qué hacemos para que la verdad del Evangelio llegue a muchos que estaban muriendo de hambre espiritual? Nació del corazón del Papa Bueno, incomprendido por muchos, atacado y calumniado. Su figura una vez muerto fue manipulada.

* En 1968, Medellín, Colombia, los obispos de América Latina se reúnen como una pregunta semejante a la de Juan XXIII. En Puebla, México, (1979) coinciden con la misma inquietud: la gente muere y el Evangelio no llega. Es un grito por la justicia que exige que los que no tienen nada reciben lo que les corresponde. En Puebla no solo dio la opción por los pobres sino también por los jóvenes. Destinatarios privilegiados del Evangelio deben ser pobres y jóvenes.

* Los Movimientos Eclesiales son una “sorpresa del Espíritu Santo” según el Papa Benedicto XVI. Estas realidades, a veces ambiguas, que cautivan. El Camino Neocatecumenal, Focolares,

1. El Papa Juan Pablo hablando sobre la Misericordia.

* En 1978, San Juan Pablo II toma las inquietudes de sus antecesores. JPII vivió la II Guerra Mundial y ha vivido la falsa utopía del Comunismo. Su grito es abran sus puertas a Cristo. Su primer documento es otro modo de responder la preguntar anterior: Cristo viene como redentor y como buena noticia. En 1980, publica Dives in misericordia. En el número 2 dice

“No sólo habla de ella y la explica usando semejanzas y parábolas, sino que además, y ante todo, él mismo la encarna y personifica. El mismo es, en cierto sentido, la misericordia.”

* En 1984, en Reconciliato et Paenitentia en el número 5 deja claro que la misericordia hace que lo que podría ser el debacle de la civilización, pueda tener un final feliz.

El hombre —todo hombre— es este hijo pródigo: hechizado por la tentación de separarse del Padre para vivir independientemente la propia existencia; caído en la tentación; desilusionado por el vacío que, como espejismo, lo había fascinado; solo, deshonrado, explotado mientras buscaba construirse un mundo todo para sí; atormentado incluso desde el fondo de la propia miseria por el deseo de volver a la comunión con el Padre. Como el padre de la parábola, Dios anhela el regreso del hijo, lo abraza a su llegada y adereza la mesa para el banquete del nuevo encuentro, con el que se festeja la reconciliación.

Lo que más destaca en la parábola es la acogida festiva y amorosa del padre al hijo que regresa: signo de la misericordia de Dios, siempre dispuesto a perdonar. En una palabra: la reconciliación es principalmente un don del Padre celestial.

* En Veritatis Splendor la distinción entre la autenticidad y verdad es genial (ver número 32). La autenticidad te deja en el solipsismo, mientras que la verdad te obliga a buscar un referente más allá de ti en la comunidad humana y en la verdad moral. En el número 3 hay toda una declaración sobre el bien moral.

Jesucristo, «luz de los pueblos», ilumina el rostro de su Iglesia, la cual es enviada por él para anunciar el Evangelio a toda criatura (cf. Mc 16, 15) 2. Así la Iglesia, pueblo de Dios en medio de las naciones 3, mientras mira atentamente a los nuevos desafíos de la historia y a los esfuerzos que los hombres realizan en la búsqueda del sentido de la vida, ofrece a todos la respuesta que brota de la verdad de Jesucristo y de su Evangelio. En la Iglesia está siempre viva la conciencia de su «deber permanente de escrutar a fondo los signos de los tiempos e interpretarlos a la luz del Evangelio, de forma que, de manera adecuada a cada generación, pueda responder a los permanentes interrogantes de los hombres sobre el sentido de la vida presente y futura y sobre la relación mutua entre ambas»

La Evangelización es ofrecer y no imponer y por lo tanto es un acto de misericordia. La Iglesia puede proponer lo que no me gusta y aún así aunque me tenga que corregir me ama.

2. Consignas del Papa Francisco sobre la Misericordia

* El Papa Francisco en sus gestos alcanza un nivel superior. Los gestos de la misericordia son importantes, incluso más allá de las palabras. Al igual que nuestro Señor Jesucristo, también el Papa tiene un trato preferencial por los que no cuentan: es el tema de la periferias.

* Un ejemplo a imitar es en la sobriedad. La vida espartana del Papa es un ejemplo que marca un camino pastoral. De los actos de sobriedad surge la caridad. Cuando notas que no necesitas tanto, entonces te predispones a ser más generoso y a dar más.

* La cruzada contra la indiferencia. El cristianismo es una búsqueda para llegar a todos.

3. Conclusiones:

* No impongamos nuestra idea de misericordia: superemos nuestra idea sobre el mensaje revelado.
* El anuncio de la misericordia va ligado al reconocimiento del pecado: el arrepentimiento sereno y la conversión es necesaria para todos.
* El llamado de la misericordia siempre nos lleva a salir de nuestras zonas de seguridad y confort.
* La plenitud de la obra de la misericordia no acaban en esta tierra. No convertimos la Iglesia en una gigantesca ONG. No limitemos la misericordia a las obras de misericordia corporales.

Simposio teológico sobre la Misericordia, 2 de 3: La misericordia en la teología

La Misericordia en la Teología

1. Díptico pecado y redención. En la Antigüedad el término Misericordia existe pero no en abundancia. ¿Cómo se expresa la realidad de la Misericordia siendo que la palabra no es excesivamente frecuente? La respuesta a la pregunta está en el contraste pecado/redención.

Contexto: El Cristianismo nace entre religiones paganas. La deidad paganas son una extrapolación de lo humano. Los dioses son arquetipos y por lo tanto son lógicos, en el sentido que es natural intentar imitarlos. Para el Cristianismo, expresar la lenguaje de la Misericordia la categoría preferida por los Padres es la de la Redención.

En el Cristianismo, sin embargo, aparece cargado de paradojas y contradicciones y no fluye a partir de las expectativas humanas. No hay intento de disminuir o suavizar las paradojas cristianas. Los Padres de la Iglesia no rebajan o negocian el Mensaje con sus Dogmas. Los Padres de la Iglesia se siguen manteniendo en cuatro afirmaciones que no son cuestionables: Encarnación, Crucifixión, Resurrección y la celebración de la Eucaristía.

El Dios cristiano revienta las categorías intelectuales. Todo se ha hecho por nosotros y por nuestra salvación. La paradoja del Cristianismo es un desafío a la inteligencia pero al mismo tiempo es un anuncio colosal del amor que venció todas las barreras. San Ignacio de Antioquía y San Irineo de Lion dijeron que si Cristo sufrió fue porque me amó hasta el extremo. Toda la paradoja cristiana se traduce a una declaración de amor.

2. Carta a Diogneto (cap. 8.5-9.6)

En esta carta se conoce esta por el destinatario y no tanto por el autor que permanece desconocido. Se da a conocer que Dios es misericordioso, dando primero a conocer al ser humano su condición de pecador. El grito de misericordia está unido a la realidad del pecado en un doble sentido: primero en reconocer nuestra condición y segundo en darnos cuenta que por nosotros mismo no podíamos salir de esa condición.

3. San Agustín realza la Gracia.

Agustín fue un hombre insaciable por las artes. Fue un retórico, encargado de vender las ideas. Era experto en leyes y en marketing con una gran persuasión. Intenta explicar la existencia del mal por un reflejo terreno de una lucha entre dos dioses: el del bien y el del mal (maniqueísmo). Agustín sale de la secta de los maniqueos porque se da cuenta que están obsesionados por el dinero y el poder. La secta es un negocio falaz.

Tiene un encuentro con San Ambrosio que junto a los sufrimientos de su madre Santa Mónica consiguen su conversión. San Agustín siente que Dios ha tenido paciencia con él. Lo que le hace cambiar es la Gracia de Dios. Esta Gracia le proporciona paciencia y providencia que le convierte de su mala vida.

San Agustín proclama que afirmando a Dios como salvador también se afirma la bondad de todo lo que ha hecho. El Agustín redimido es a la vez el Agustín liberado.

Pelagio, contemporáneo de Agustín, enseña algo que alarma al Santo. Pelagio dice que con entrenamiento y fuerza de voluntad puedes conseguir lo que quieras. Cristo es un ejemplo de que sí se puede hacer todo con entrenamiento. Para Pelagio, el bautismo es un sello de pertenencia y reconocimiento. El bautismo es una declaración extrínseca de algo que se consigue con entrenamiento. San Agustín ve que se niega el poder y el valor de la Gracia. Hay un pesimismo antropológico bien entendido que se debe dar: el hombre por sus propias fuerzas no puede. La Iglesia entra en lucha para defender la Misericordia.

4. Santo Tomás hablando sobre la Ley Nueva.

Para el Santo el lenguaje de la Misericordia es el mismo que el de la Gracia. La Misericordia la define como atributo de Dios que es asimétrico. En I-II ST (al final) estudia la Gracia. Allí habla de la influencia externa de los actos humanos: 1. La perversión de los demonios, 2. La ley y 3. La Gracia (lex nova).

Para el santo la ley no es enemiga ni de la Gracia ni de la Misericordia. La ley es la primera de las expresiones de la Misericordia divina.

La ley carece de la capacidad de mover, es pura declaración. La Ley Nueva trae la moción interior.

La premoción física o la ayuda de la Gracia no está vinculada con el pecado. Cada santo es misericordia divina avanzando. Tomás ensancha el lenguaje de la Misericordia hasta que se confunde con el plan de la Salvación.

5. Modernidad y Postmodernidad.

En la Modernidad la peor plaga es la indiferencia. ¿Cuáles son las raíces del indiferentismo? La exacerbación de la propia conciencia. Otra raíz es el anticristianismo que se gesta en Francia y hace surgir una clase social que no existía. Voltaire y los ilustrados ridiculizan a la Iglesia. El subjetivismo y el racionalismo se van a unir. Se producirá una especie de reencarnación del pelagianismo. La Modernidad se va a caracterizar por un optimismo antropocéntrico racionalista. La sociedad se puede mejorar continuamente pensaban ingenuamente. El racionalismo y el subjetivismo han hecho que se evite la palabra pecado.

Olvidar el lenguaje del anuncio del pecado es hacer inútil el mensaje de la misericordia. El anuncio del año de la Misericordia tendrá calado si va unido a la conciencia de dónde está el bien y a las veces que he faltado de buscarlo y a la grandeza de nuestra propia vocación.

Simposio teológico sobre la Misericordia, 1 de 3: La misericordia en la Palabra de Dios

REVELACIÓN DE LA MISERICORDIA DIVINA

1. Iniciativa divina. Entre Dios y el hombre hay una asimetría: Dios nos rebasa en todos los sentidos. Pero este Dios se nos revela.

* Ideas elevadas de Dios tuvieron los antiguos, por ejemplo las encontramos en Aristóteles. Para él solo es digno de pensarse lo que es divino. El dios de Aristóteles se vuelve a sí mismo. En la Biblia en cambio vemos que el Dios se mezcla con el ser humano (Gen.12).

* Otra diferencia entre el dios filosófico y el teológico es la siguiente: los hallazgo filosóficos son resultado de esfuerzo continuado. En la Biblia vemos que el hombre es encontrado por Dios. En ese primer encuentro se encuentra la noticia. El Dios de la Biblia no necesita del hombre pero quiere estar con él. Hay asombro: ¿Por qué este Dios se abaja hasta ese punto? Por Misericordia.

2. Lento a la ira y rico en piedad.

* La ira es presentada por la Sagrada Escritura como que Dios es un dios celoso. No le hacemos ningún favor a Dios rebajándolo. En el Antiguo Testamento se nos a la santidad y en el Nuevo se nos dice que hemos de ser santos con el Padre Celestial. Dios descarga toda su ira contra aquello que te disminuye. La fuerza de la ira divina hace posible que Él aleje de nosotros nuestros delitos. La revelación de la ira es la capacidad de separar al pecador de su pecado. En el AT se busca la destrucción del pecador, pero ese el comienzo. Hay un camino en el que se distingue la ira que separa al pecador con su pecado. La paciencia de Dios no es la mediocridad o la complicidad. La paciencia es la expresión de su providencia. La sabiduría en acción se llama providencia cuando hablamos de Dios.

* No quiero la muerte del pecador sino que se convierta y viva (Ez.) Este tema del Dios paciente que actúa evitando que el pecador se instale en su pecado nos lleva a lo que el Papa Francisco llama el acompañar. Ser espejos de la providencia de Dios supone el acompañar pero no significa que nos volvamos cómplices. No podemos detener el proceso con el que Dios nos llama hacia Él.

3. El llamado a la violencia.

* A veces para burlarse de la Biblia se tacha a Dios como un ser violento. Hay que ir al contexto del mundo antiguo y podríamos comprobar que antes no existía un estado derecho. El peligro de trasladar nuestras ideas de misericordia al mundo del Antiguo Testamento es grande y es lo que hay que evitar. Imponer nuestras ideas sobre la Biblia es un gran error. Es importante notar en que determinadas circunstancias la única manera de actuar es imponiendo violencia para hacer justicia.

* La misericordia no es solo hacer el bien, sino frenar el mal, que no siempre se consigue con buenas maneras y sonrisas. Sobre este tema se puede profundizar acudiendo al concepto de guerra justa.

4. Qué encontramos en Jesucristo.

* Praxis en Cristo: En Lc. 4, 16 ss. “el Espíritu del Señor está sobre mí porque me ha ungido…”, en Hech. 10 “pasó haciendo el bien…liberando a los oprimidos del mal”. La compasión no se detiene. Cristo se gasta y desgasta por los pobres y excluidos, por los que no cuentan, por los de la periferia, que dirá el Papa Francisco. La praxis de Jesús beneficia los necesitados de entonces sino a los de todos los tiempos.

* La enseñanza está marcada por la Misericordia. Antiguamente, el conocimiento era para una élite.

* Cristo con sus exorcismos muestra la Misericordia de Dios.

* Cristo también es misericordioso cuando tiene azotar a los mercaderes, cuando llama “raza de víboras”.

* La máxima manifestación de la Misericordia es la Cruz, un rompecabezas para la mente humana. La Cruz acoge a todos. La Cruz enseña porque el Cristo está en fidelidad con el Padre. La Cruz es vital porque dijo Él que atraería a todos hacia él.

Teología de la Palabra – Tema 04: Experiencia

2016-09-13-11-38-16* Seguimos el itinerario de nuestra pregunta: ¿Qué queremos decir con la expresión “Dios habla”? Nos apoyamos ahora en algunos escritos de Edward Schillebeeckx, O.P.

* El punto de partida es que el ser humano construye su identidad, que incluye toda su capacidad de conocer, de un modo diacrónico, a partir de un “trípode” que incluye su naturaleza propia (de humano), su entorno (con la naturaleza externa y su cultura y circunstancias), y el ejercicio de su voluntad (a partir del conocimiento que le brinda la inteligencia). Continuar leyendo “Teología de la Palabra – Tema 04: Experiencia”

Teología de la Palabra – Tema 03: Inspiración y revelación

2016-09-06-11-43-41* Es necesario preguntarnos ahora qué queremos decir con la expresión “Dios habla.” Podemos imaginar que se trata de una expresión que abarca realidades muy diversas, y suponemos que, en general, no se trata de algo tan ingenuo como una especie de “dictado celestial.” Para acercarnos a una respuesta mas acertada necesitamos examinar lo que se entiende por inspiración, en cuanto don que viene del mismo Dios. Continuar leyendo “Teología de la Palabra – Tema 03: Inspiración y revelación”