ESCUCHA, Una lectura teológica del Paro Agrario 2013 en Colombia

[Intervención durante un coloquio con la comunidad del Convento de Santo Domingo, en Bogotá.]

1. Hay que saludar con gozo que se reanime la sensibilidad ante la realidad social.

2. No puede entrar la Iglesia en un esquema simplista de opresores contra víctimas; la Historia muestra que quienes usan ese lenguaje luego se proclaman representantes de los inocentes, y al final los usan para sus propias aspiraciones de poder.

3. No olvidemos el papel que ha tenido la Iglesia para inspirar formas positivas de construcción y reconstrucción del tejido social, por ejemplo, a través del movimiento cooperativista.

4. La Iglesia tiene también una tarea como memoria viva y como vocera de las verdades incómodas, pues es un hecho que en ambientes de protesta abundan las mentiras y medias verdades.

ESCUCHA cómo protesta uno que habla de parte de Dios

Las siete principales lecciones de uno que sí supo protestar: San Juan Bautista.

  1. Declarar distancia y buscar independencia de los poderes e intereses de este mundo; por eso Juan vive en el desierto.
  2. El desierto envía también otro mensaje: Dios es suficiente. la vida de Juan es una proclamación del señorío de Dios y de su Providencia que no falta.
  3. Desierto también quiere decir austeridad y dominio de sí mismo.
  4. Juan se convierte en “memoria” de su pueblo: si realiza su ministerio a orillas del río Jordán e sporque ese fue el lugar donde el pueblo prometió fidelidad.
  5. Juan no está obsesionado con un sólo tipo de grupo humano; es consciente de que el pecado afecta a todo el hombre y todos los hombres. Por contraste, el marxismo declara la “inocencia” de una clase, por ejemplo, el proletariado, pero sólo para usarlo como motor para alcanzar el poder.
  6. Dios es Señor de lo privado y de lo público, y sobre esa convicción predica Juan: una verdadera protesta es siempre una apuesta por el bien real y pleno.
  7. Por supuesto, el mensaje de protesta sólo tendrá alcance desde la perseverancia, incluso hasta el extremo del martirio.