Guia para encontrar tu corazon, 3a. parte

Escuela de Vida Interior, Tema 14: Caminos de la gracia divina, llamándonos al arrepentimiento y la conversión.

* El arrepentimiento bíblico no es un pozo de desesperación, sino una luz intensa que muestra la verdad del pasado y abre esperanza firme y real para el futuro. El acusar por acusar, y para destruir, es el estilo del demonio; acusar para despertar y llamar a nueva vida es el estilo de Dios.

* Para cambiarte, Dios tiene que despertarte. Estos son algunos “despertadores,” caminos más frecuentes del arrepentimiento, verdadero regalo de Dios:

  1. Darse cuenta del daño causado a otros o a uno mismo.
  2. Ver cuál es el final de los malvados.
  3. Hacer memoria del bien perdido.
  4. Aplicarse la propia ley.
  5. Percibir la insatisfacción profunda.
  6. Descubrir un ideal noble.
  7. Cambiar por completo de ambiente.
  8. Sentir la proximidad de la muerte.
  9. Descubrir la alegría de hacerle bien a alguien.
  10. Desenmascarar las disculpas.

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Este tema pertenece al Capítulo 02 de la Escuela de Vida Interior; la serie completa de los diez temas de este Capítulo 02 está aquí:

is.gd/vida_interior_02

La serie de TODOS los temas de esta Escuela de Vida Interior está aquí:

is.gd/vidainterior

Parejas sanadas en el Espíritu Santo

Predicación en el XXIV Congreso Regional de Matrimonios, organizado por la Comunidad Alegría de la Renovación Carismática en Bogotá.

* El matrimonio, llegar a ser “una sola carne” como enseña el Génesis sólo es posible en el encuentro de una profunda donación y de una amplia y sincera acogida mutua.

* Al matrimonio la pareja llega bajo la ilusión óptica de que recibe exactamente lo que conoce, pero no se da cuenta de lo mucho que desconoce de su pareja, la cual, además, tampoco suele conocerse bien a sí misma. Surge de aquí una dificultad: hay verdaderas cajas de “monstruos” que la pareja lleva a su nueva vida. Aunque ignorados, esos monstruos van creciendo y un día atacan la unión.

* Es salvación, sin embargo, sabernos conocidos por Dios, el único que sondea los corazones; y saber que Él, que así nos conoce, a ese nivel íntimo y profundo nos transforma y nos salva.

La Mies es Mucha, 2 de 2

* En el camino de la evangelización al que está llamado el laico por su bautismo hay tentaciones que son fáciles de reconocer; otras en cambio son menos obvias. En esta predicación nos referimos en particular al caso de las personas casadas.

* Las tentaciones “obvias” son la infidelidad, la rutina y la pereza. Esta última es incluso sutil, porque puede presentarse como un “jubilarse” para dar paso a nuevas generaciones.

* Las tentaciones no-obvias pueden agruparse con el acróstico MEDID: Murmuración, Egoísmo, Doble lenguaje, Ser Iluso, y Disimular la verdad por evitarse problemas.

La Mies es Mucha, 1 de 2

* Mies indica “cosecha,” y con ella, dos cosas: tarea y fiesta. A ambas cosas somos convocados por Cristo.

* Ser obreros es: no limitarse a analizar, pensar o lamentarse. Es OBRAR; es estar disponibles para que Dios haga su obra en y a través de nosotros. Si somos concretos en tantas cosas de nuestra vida, ¿por qué queremos tranquilizar nuestra conciencia, en lo que atañe a la evangelización, quedándonos en vaguedades?

* Ser obrero, en lo peculiar y particular de la evangelización, es ser como Cristo, que es el verdadero y primer “Siervo de Dios.”

* Y ser como Cristo es no quedarnos en la lógica de la transacción, que consiste en: doy para que me den; trato bien sólo al que me trata bien.

* Hay que llegar a la “lógica del don”, que es la única que hace depósitos en el banco de la eternidad. Aprender a dar, con lo que eso implica.

Crear un lenguaje y permanecer en Cristo

CREAR UN LENGUAJE

* En el espacio que crea la confianza, y en el deseo de reconocer el valor de quien aman, la pareja va creando modos particulares de comunicación que re-significan las palabras.

* La fecundidad del amor no se limita a lo biológico (engendrar unos hijos), sino que cubre cada espacio de convivencia de la pareja, teniendo su fuente en la intimidad.

* La intimidad ha de verse como un espacio y momento sacros. Así como Cristo en la Eucaristía, cada cónyuge está “expuesto” en la intimidad. La única actitud cristiana es reconocer, valorar y tratar con exquisita ternura el don del otro.

* El mutuo reconocimiento genera una “casa” emocional que sirve de albergue para el corazón de cada uno, y que es también el nido en el que son recibidos como regalo los hijos.

* De ese modo, la enseñanza constante de la Iglesia sobre una donación sin barreras, y las recomendaciones de la sexología, en cuanto a la importancia de querer hacer feliz a la pareja, coinciden. Se puede bien decir que la manera de alcanzar plenitud en la intimidad no está lejos de la apreciación viva del misterio sacramental que celebra nuestra fe.

PERMANECER EN CRISTO

* Pero el amor humano es deficiente, y se fatiga. Por eso necesita sostenerse en un amor mayor, como es el de Cristo.

* Y la pareja necesita también de Cristo por la asimétrica donación de gracia que él nos trae, porque sólo desde esa bondad inmerecida pueden darse los “nuevos comienzos” que la pareja necesita para perdonarse, acogerse o aceptarse cuando llega el dolor de una ruina o de una enfermedad terminal.

* Por último, la pareja necesita de Cristo para no idolatrar un amor que, aunque es alto, no lo es todo. Cristo con la santidad de su amor, nos recuerda que la verdadera y última casa es el Cielo.