ESCUCHA, ABC del Misterio de la Cruz

Escuela de Vida Interior, Tema 27: ABC del Misterio de la Cruz

* En el Credo proclamamos la verdad de la muerte de Cristo como elemento integral de nuestra fe. ¿Por qué es así? ¿Por qué en el caso de tantos otros líderes religiosos, como Mahoma o Confucio, el tipo de muerte y el hecho mismo de morir no tienen más trascendencia que la que tienen en cualquier otra persona, mientras que para los cristianos es evidente que la muerte en Cruz significa algo fundamental?

* Para responder, cabe destacar en primer lugar que la Cruz, ante todo, avanza en perfecta continuidad con la enseñanza de Cristo. El que tantas veces habló de amar a los enemigos hizo lo que había predicado pues manifestó un amor de inmensa generosidad hacia los mismos que le causaban tan terrible daño. podemos decir que la Cruz es MENSAJE. Su carácter ejemplar es profunda inspiración para todo el que quiera llevar una vida humana a su más sublime altura.

* Pero si uno se pregunta de dónde viene la fuerza para esa coherencia encontramos algo más que un esfuerzo de la voluntad. Jesucristo puede permanecer en su tarea y misión gracias a la unión con Dios Padre. La Cruz es REVELACIÓN de lo que significa ser hijo de Dios; es incluso revelación de Dios mismo. La hora “de las tinieblas” como la llamó Cristo al padecer se convierte en hora “de luz” que muestra la verdad del hombre y de Dios.

* Frente a la Cruz uno se descubre entonces deficiente, incompleto, incoherente. La Cruz es DENUNCIA. No solamente pecador por cuenta de los pecados más grandes y visibles sino sobre todo pecador por la multitud de omisiones, complicidades, egoísmos infantiles, mentiras cobardes e ignorancias preferidas.

* Mas el tamaño de nuestros pecados no opaca sino que agranda la revelación de la piedad infinita de Dios manifiesta en el sacrificio mismo de su Hijo que quiso entregarse por nosotros y por todos. La Cruz es así la FUENTE DE GRACIA y de esperanza porque es fuente de misericordia. Es el lugar donde son acogidos los no-compadecidos.

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Este tema pertenece al Capítulo 03 de la Escuela de Vida Interior; la serie completa de los diez temas de este Capítulo 03 está aquí:

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La serie de TODOS los temas de esta Escuela de Vida Interior está aquí:

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Vivir la fe, 3 de 3, Si no vas a ser santo, ¿qué vas a ser por toda la eternidad?

[Serie de predicaciones ofrecidas a una asamblea de jóvenes de ambos sexos, en el contexto del Año de la Fe, durante el III ENEST de las Dominicas de la Inmaculada, celebrado en Lima en Octubre de 2013.]

Tema 3 de 3: Si no vas a ser santo, ¿qué vas a ser por toda la eternidad?

* Con gran generosidad, Dios ha concedido al Perú una abundante cosecha de santos. En esta reflexión queremos centrar la mirada en tres de ellos, quizás lo más conocidos: San Martín de Porres, Santa Rosa de Lima y San Juan Macías.

* Por una parte, sabemos que la santidad implica una forma de liderazgo; por otra parte, las cualidades que brillan en los santos parece que los hacen más “cola” que “cabeza.”

* Pensemos en la humildad, la pureza o el servicio: ¿son atributos que nuestro tiempo asocie con ser líder? No muy a menudo. Pero tal vez debería.

* En efecto: no escoger la humildad es optar por una vida de arrogancia y soberbia, y eso crea enemigos a mayor velocidad y con mayor eficiencia de lo que podrás luego controlar y superar.

* No escoger la pureza es escoger usar a la gente en lo que sienten más suyo: su cuerpo. Es camino derecho para el desengaño, la traición y sobre todo la soledad más amarga.

* No escoger el servicio es pretender que la gente no se dará cuenta que los están explotando; o pretender que lo van a permitir siempre; o hacerse la ilusión de que no hay otros que ya se aprovechan de tu modo de aprovecharte de otros.

* Este camino de reflexión nos enseña que hay algo siempre actual, siempre fascinante y siempre profundamente humano en la santidad cristiana.

Vivir la fe, 2 de 3, Cabeza, y no cola

[Serie de predicaciones ofrecidas a una asamblea de jóvenes de ambos sexos, en el contexto del Año de la Fe, durante el III ENEST de las Dominicas de la Inmaculada, celebrado en Lima en Octubre de 2013.]

Tema 2 de 3: Cabeza, y no cola.

* Para un escritor como Nietzsche, el cristiano es un mediocre, hipócrita y cobarde que se pierde lo mejor de la vida porque en realidad nunca se ha atrevido a vivir.

* Nietzsche, que ha tenido tanta y tan perversa influencia en estos últimos tiempos, mucho más allá de la filosofía puramente académica, ve a la fe cristiana como un factor incapacitante: un freno para el potencial genuinamente humano.

* Ese escritor, y los que piensan como él, poco conocen de las promesas de la Escritura, que los creyentes luego experimentan como gozosas realidades. Por ejemplo, el libro del Deuteronomio presenta entre los frutos de la fidelidad a Dios: “Serás cabeza, y no cola.”

* A la reinante ideología del Mercado le conviene que los jóvenes sean “cola,” es decir, que vayan siempre detrás, siempre imitando, siempre consumiendo, siempre gastando.

* Dios propone algo distinto: ser “cabeza,” es decir, como Jeremías, tener una verdad más profunda, un amor más firme, una esperanza de mayor cimiento, y una razón más clara y gozosa para vivir.

Vivir la fe, 1 de 3, Dios te ama como eres pero no te deja como eres

[Serie de predicaciones ofrecidas a una asamblea de jóvenes de ambos sexos, en el contexto del Año de la Fe, durante el III ENEST de las Dominicas de la Inmaculada, celebrado en Lima en Octubre de 2013.]

Tema 1 de 3: Dios te ama como eres pero no te deja como eres

* La fe no es solamente algo que se aprende o se conoce; es un camino para la vida; un camino para vivir.

* No es sólo para gente buena.

* El mensaje de la fe: Dios te ama como eres pero no deja como eres.

* Dios quiere llevarte a tu plenitud, tu máximo, la más plena expresión de ti.

* Hay cosas en ti que no eres tú; desprenderse de ellas es liberador.

* El nombre de la plenitud en la Biblia es SANTIDAD.

* Todo proyecto de vida que excluya la santidad excluye la plenitud.

* No vamos solos en la fe. Recibimos y damos continuamente. Eso se llama IGLESIA.

* Encontrar tu lugar en la Iglesia es encontrar tu vocación. Y eso toca a todos.

* A menudo encontramos nuestro camino viendo las cumbres. También el paso lejano ilumina al paso cercano.