¿Es más meritorio amar al enemigo que al amigo?

Como ya hemos expuesto (q.25 a.1), el motivo de amar al prójimo con caridad es Dios. Por tanto, cuando se pregunta qué sea mejor o más meritorio, amar al amigo o al enemigo, estos dos tipos de amor pueden compararse entre sí de dos maneras: por parte del prójimo amado y por parte del motivo por el que se le ama. En el primer sentido, el amor al amigo prevalece sobre el amor al enemigo. El amigo, en verdad, no solamente es mejor, sino que también está más unido a nosotros. Por lo tanto, es una realidad más propicia para el amor, y por lo mismo el amor a esa realidad es mejor. En consecuencia, lo opuesto es peor: siempre es peor odiar al amigo que odiar al enemigo. Bajo el segundo aspecto, el amor al enemigo sobresale por dos cosas. Primera, porque el amor al amigo puede darse por un motivo que no sea Dios; el amor, en cambio, al enemigo tiene como motivo único a Dios. Segunda: en el supuesto de que uno y otro sean amados por Dios, arguye mayor fuerza el amor de Dios que lleva el ánimo del hombre hacia objetos más alejados, es decir, hasta el amor a los enemigos, de la misma manera que se manifiesta más ardiente la fuerza del fuego cuanto más lejos difunde su calor. De manera análoga, tanto más fuerte se demuestra el amor de Dios cuanto más difíciles son las cosas que se realizan por El, como es asimismo más fuerte la fuerza del fuego cuanto menos combustible es la materia que puede quemar. Sin embargo, como el mismo fuego calienta más de cerca que de lejos, así también la caridad ama con más ardor a los allegados que a los extraños. Desde este punto de vista, el amor a los amigos, considerado en sí mismo, es más ferviente y mejor que el amor a los enemigos. (S. Th., II-II, q.27, a.7, resp.)


[Estos fragmentos han sido tomados de la Suma Teológica de Santo Tomás, en la segunda sección de la segunda parte. Pueden leerse en orden los fragmentos publicados haciendo clic aquí.]

La historia de la coronación de la Virgen de Chiquinquirá

“La nación celebraba un siglo de independencia, oportunidad inigualable para proceder a coronar el lienzo de la Virgen de Chiquinquirá como así ocurrió el 9 de julio, acontecimiento que congregó en la plaza de Bolívar una gran multitud liderada por el presidente poeta con su gabinete, quien para la ocasión recitó un hermosa pieza oratoria. Además, hubo verbenas populares, juegos pirotécnicos desde las montañas tutelares y se inauguró el alumbrado eléctrico de la capital que, con apenas 200.000 habitantes, se asomaba tímidamente al siglo XX…”

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365 días para la Biblia – Día 239

Fr. Nelson Medina, O.P. lee contigo el texto completo de la Sagrada Escritura – Día 239 de 365

2 Macabeos 3–4
Sabiduría 3
Lucas 12,32-59

Lo que se ha publicado de esta serie de lectura de la Biblia.

Formación católica todos los días: amigos@fraynelson.com

Predicación y más oración: https://fraynelson.com/blog

Seguimos el texto publicado en la página web del Vaticano.

Una entrevista que despeja dudas sobre el YOGA

Muchas personas están convencidas de que el yoga es un sistema de posturas físicas asépticas. Hay mucho más. Con la asesoría de Javier Luzón Peña (licenciado en Filosofía y Letras, doctor en Teología y profesor de Antropología Teológica, quien ha sido exorcista en Madrid) y de Juan Sánchez (ex practicante de reiki) y Rosa María Ramírez (ex practicante de yoga), ambos autores de la conferencia Cristianismo y new age: reiki, yoga…, peligros que acechan a nuestra fe, el siguiente diálogo muestra la contraposición entre dos católicos.

Uno de ellos desconoce que el yoga está íntimamente ligado al hinduismo y que, al practicarlo, su bienestar espiritual corre peligro; el otro intenta explicarle que todas estas posturas y ejercicios de respiración en realidad son pasos hacia la unión panteísta-nihilista con Brahman, el impersonal divino hindú.

-He comenzado a practicar yoga y me he estado sintiendo muchísimo mejor de todas mis dolencias.
-¿De veras? Me alegra que estés mucho mejor, aunque te cuento que yo también quise practicar yoga por el mismo motivo, hasta que decidí consultar al padre Javier Luzón Peña, experto en la materia. Él me alertó de que cualquier tipo de yoga (Raja yoga, Karma yoga, Jnana yoga, Hatha yoga, Laya yoga o Kundalini yoga, Bhakti yoga y Mantra yoga) es a cual más peligroso.

-¿Peligroso? ¿Qué peligro puede haber en una práctica que contribuye al bienestar de tanta gente? ¡Si es como gimnasia!
-Lo que ocurre es que el yoga nunca se puede reducir a una disciplina corporal, pues está entroncado en el hinduismo y lo que intenta es que la persona pueda llegar a un estado de conexión con su “yo divino”, es decir, al nirvana. Esto lo hace a través de las posturas de las manos (mudras), del cuerpo (asanas), del sonido (mantras) y de la respiración (pranayama). De modo que no puede ser considerado como un ejercicio solo físico, aunque esa sea la intención de quien lo practica. Ten en cuenta que la palabra yoga proviene de la raíz sánscrita yuj, que significa “unión”, pues el yoga pretende unir el yo temporal o jiba con el yo infinito o Brahman, que es el concepto hindú de dios. Este dios no tiene nada que ver con nuestro Dios personal. Para los hinduistas, se trata de una sustancia impersonal, espiritual, que es uno con la naturaleza y con el cosmos; por lo tanto, es panteísta. Nosotros, en cambio, sabemos que somos criaturas de Dios, hijos suyos, pero no una unidad con Él.

-Bueno, a mí no me interesa esa espiritualidad, soy católico y solo quiero aprovechar el beneficio físico que experimento en mi clase de yoga.
-Entiendo que practicas el yoga por motivos físicos, sin buscar espiritualidad en él, pero, como te decía, el yoga no puede separarse de sus raíces hunduistas del mismo modo que no podemos separar el cristianismo de Jesucristo. El yoga fue concebido para adorar a los dioses hindúes y cada una de sus posturas está diseñada para adorar a una de sus deidades. Por eso, aunque los practicantes empiezan con posturas físicas que parecen gimnasia, poco a poco notan que las asanas actúan más hondo en su ser. Si buscas mejorar tu salud, puedes acudir a ejercicios que no interfieran con tu fe: estiramientos de toda la vida, andar, correr, hacer gimnasia…

-¿De verdad crees que puede causarme daño espiritual, aunque me enfoque en el ejercicio físico?
-Lo creo. Es más, abordar el yoga pensando que tiene poca o ninguna relación con su raíz espiritual puede poner en mayor peligro tu bienestar espiritual. El otro día escuchaba el testimonio del sacerdote belga Joseph-Marie Verlinde, quien durante años practicó yoga y meditación trascendental y fue la mano derecha del yogi Maharishi Mahesh, el gurú de los Beatles. Él cuenta que, a raíz de un viaje a Alemania, le comentó a su gurú que los europeos estaban haciendo yoga para relajarse, y el gurú “tuvo un ataque de risa; se quedó pensando un momento, y dijo: ‘Sin embargo, esto no impedirá que el yoga tenga su efecto’”.

-¡Qué me dices! Pero me hace tanto bien que no quisiera dejarlo.
-Te entiendo, pero te estás metiendo en un terreno movedizo porque las ocho vías que guían las prácticas del yoga, desde la ignorancia a la iluminación, son como una escalera: cada vía tiene un objetivo espiritual y, juntas, forman una unidad. Y aunque comiences solo con una de ellas, poco a poco, sin darte cuenta, irás pasando a las otras.

-Si esto fuera así, no creo que tantos católicos practicasen yoga. ¡Si hasta conozco curas y monjas que lo proponen! Y a mi clase de yoga va gente que veo en la parroquia.
-Yo solo te recomiendo que escuches el testimonio completo del padre Verlinde en YouTube. Él asegura que no pude haber un “yoga cristiano”. La confusión de muchos católicos se debe a que, a veces, sus instructores de yoga desconocen su significado o piensan que es para relajarse, hacer gimnasia o concentrarse, y así se lo venden a sus alumnos. O bien lo ocultan deliberadamente. Y los alumnos no saben que estas prácticas son parte de una teosofía antagónica al cristianismo. Creo que si conociéramos los tesoros de nuestra fe, no buscaríamos bienestar en ese ambiente.

-Es verdad que alrededor del yoga se teje todo un ambiente. En eso te doy la razón…
-Claro, y eso se nota desde que llegas a los centros de yoga: están decorados con estatuas de un Buda, imágenes del yogui de los siete chacras o deidades del hinduismo. Estas imágenes no están puestas al azar. La imagen del Buda, por ejemplo, es símbolo de un planteamiento vital diametralmente opuesto al cristianismo. Y el saludo de despedida del yoga, la palabra sánscrita namasté, tiene significado espiritual. Significa: “La divinidad que hay en mí honra a la divinidad que hay en ti”. Piensa una cosa: si en tu centro de yoga ves estas imágenes y escuchas esas expresiones, ese lugar no es para un católico como tú.

-Tengo amigos que sí buscan la espiritualidad que propone el yoga, pero me aseguran que podemos adaptar el yoga para rezar a nuestro Dios.
-El padre Luzón explica que ninguna práctica que se oponga a la naturaleza humana puede acercarnos a Dios. Estas prácticas son nihilistas, es decir, buscan la disolución del yo en la nada, de modo que la persona queda desprotegida espiritualmente, aunque no sea consciente. Y esto es diabólico, porque solo a los diablos les interesa nuestra destrucción.

-¿Diabólico? Si es así, ¿por qué la Iglesia no lo advierte?
-Sí ha habido intervenciones del Magisterio de la Iglesia, empezando por el Vaticano en un documento llamado Jesucristo, portador del agua de la vida. Una reflexión cristiana sobre la Nueva Era, del año 2003. También los obispos de la conferencia episcopal estadounidense, y en España, los del País Vasco y Navarra, Burgos o Ávila han aclarado los inconvenientes de estas prácticas de la Nueva Era.

-¿Nueva Era? Creo que estás llevando las cosas demasiado lejos…
-Bueno, yo te cuento lo que sé. El mismo padre Luzón me comentaba que en los años en que ejerció como exorcista en Madrid, al hacerle la historia clínica a la persona que pedía ayuda –porque padecía vejaciones, opresiones, obsesiones o posesión diabólica–, cuando contaba que había practicado yoga, fácilmente reconocía que había empezado a sentirse mal desde aquellas clases.

-Explícame eso: ¿el padre Luzón te asegura que hay conexión entre el yoga y los demonios?
-Así es. Él cuenta que “de los más de diez mil casos que he atendido de personas atribuladas por los espíritus inmundos, un porcentaje muy elevado realizó prácticas de la Nueva Era, como el yoga, el reiki o el taichí”.

-¿De esa magnitud es el peligro?
-Sí, es peligrosísimo recurrir a posturas corporales que, en sí mismas, aunque no lo sepa el que las practica, son invocaciones a deidades hinduistas; su inocuidad es solo aparente.

-Me has dejado pensativo. Lo investigaré más. Algo que me ha chocado siempre es ver a los instructores de yoga practicando reiki a sus alumnos, imponiendo las manos…
-Ah, la imposición de manos es aún más peligrosa, pues es signo de ejercitar un poder que se tiene dentro sobre quien lo recibe. En el Antiguo Testamento solo imponían las manos los sacerdotes y profetas; y en el Nuevo Testamento, Jesucristo y los apóstoles. Las imposiciones que invocan a “energías”, en realidad invocan espíritus inmundos que pueden entrar en la persona. Es muy distinta a una imposición que hace un ministro de Jesucristo quien, por el poder recibido en el sacramento del Orden, transmite el Espíritu Santo. Pero del reiki ya hablamos otro día…

-¿Entonces me estás diciendo que debo dejar de practicar yoga?
-Tú decides; yo solo te cuento que estas prácticas de la Nueva Era son megapeligrosas, pues a través de ellas pueden entrar espíritus malignos, como sucede a veces a quienes abren sus chacras: los invade el espíritu de la serpiente.

Tres razones para no practicar el yoga. Así las resume el padre Javier Luzón Peña:

-El yoga es una práctica panteísta-nihilista, pues su objetivo es unir el “yo temporal”, con el “yo eterno” o Brahma, el concepto hindú de dios. Este dios es una sustancia impersonal, espiritual, que es uno con la naturaleza y el cosmos, y en el que la persona tiene que disolverse para alcanzar el nirvana o extinción del sufrimiento, mediante la iluminación o apertura del “tercer ojo”. Así, la persona adquiere “poderes divinos”, pero en realidad muchas veces queda poseída.

-El yoga, como el tao y otras facciones de matriz hinduista, tiene un trasfondo amoral ya que postula que el bien y el mal son equivalentes y acaban fusionándose.

-El yoga conlleva el riesgo de enajenar al que lo practica, porque postula que la liberación del espíritu se consigue con técnicas de meditación que en realidad llegan a alterar el estado de conciencia, alienando al individuo y exponiéndolo a la invasión de espíritus inmundos.

Las ocho prácticas del yoga buscan conducir al practicante de la ignorancia a la iluminación, así: 1. Autocontrol (yama). 2. Práctica religiosa (niyama). 3. Posturas (asanas). 4. Ejercicios de respiración (pranayamas). 5. Control de los sentidos (pratyaharas). 6. Concentración (dharana). 7. Contemplación profunda (dhyana). 8. Iluminación (samadhi).

Las posturas y los ejercicios de respiración que son considerados en Occidente como prácticas inocuas, en realidad son los pasos 3 y 4 hacia la unión panteísta-nihilista con Brahman.

Impresionante don de discernimiento en San Luis Bertrán

Discernimiento de espíritus

Uno de los dones espirituales más señalados en San Luis Bertrán fue la clarividencia en el trato de las almas, un discernimiento espiritual certero y pronto, por el que participaba del conocimiento que Cristo tiene de los hombres: «No tenía necesidad de que nadie diese testimonio del hombre, pues El conocía lo que en el hombre había» (Jn 2,25). Con frecuencia, en confesión o en dirección espiritual, fray Luis daba respuestas a preguntas no formuladas, corregía pecados secretos, descubría vocaciones todavía ignoradas, resolvía dudas íntimas, aseguraba las conciencias. Y en esto pasaba a veces más allá del umbral de lo natural, adentrándose en lo milagroso.

Esta cualidad llegó a ser tan patente que durante toda su vida recibió siempre consultas de religiosos y seglares, obispos, nobles o personas del pueblo sencillo. Su fama de oráculo del Señor llegaba prácticamente a toda España. Citaremos sólo un ejemplo. En 1560, teniendo fray Luis treinta y cuatro años, y estando de nuevo como maestro de novicios en Valencia, recibió carta de Santa Teresa de Jesús, en la cual la santa fundadora, al encontrar tantas y tales dificultades para su reforma del Carmelo, le consultaba, después de haberlo hecho con San Pedro de Alcántara y otros hombres santos, si su empresa era realmente obra de Dios.

Tres o cuatro meses tardó fray Luis en enviarle su respuesta, pues quiso primero encomendar bien el asunto al Señor «en mis pobres oraciones y sacrificios». La carta a Santa Teresa, que se conserva, es clara y breve: «Ahora digo en nombre del mismo Señor que os animéis para tan grande empresa, que El os ayudará y favorecerá. Y de su parte os certifico que no pasarán cincuenta años que vuestra religión no sea una de las más ilustres en la Iglesia de Dios».


El autor de esta obra es el sacerdote español José Ma. Iraburu, a quien expresamos nuestra gratitud. Aquí la obra se publica íntegra, por entregas. Lo ya publicado puede consultarse aquí.

El pecado original y su transmisión

“La doctrina del pecado original significa ante todo que el ser humano no es malo por naturaleza, contra lo que sostenían los maniqueos. En efecto, según el dogma del pecado original, el mal que afecta a la especie humana, sobre todo en el plano moral, no es inherente a la naturaleza misma del hombre, sino que es consecuencia del mal uso que el hombre ha hecho de su libertad al comienzo mismo de su historia. Si Adán no hubiese pecado, esos males no afligirían hoy a la humanidad…”

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365 días para la Biblia – Día 238

Fr. Nelson Medina, O.P. lee contigo el texto completo de la Sagrada Escritura – Día 238 de 365

2 Macabeos 1–2
Sabiduría 2
Lucas 12,1-31

Lo que se ha publicado de esta serie de lectura de la Biblia.

Formación católica todos los días: amigos@fraynelson.com

Predicación y más oración: https://fraynelson.com/blog

Seguimos el texto publicado en la página web del Vaticano.