Unidos en oración con los católicos de Sri Lanka

“El P. Malaka Leonard Fernando vive cerca de donde tuvo lugar uno de los atentados el pasado Domingo de Pascua, y según explicó a Ayuda a la Iglesia Necesitada los cristianos “están atemorizados”, por lo que pidió unirse con los católicos de Sri Lanka a través de una oración que rezan diariamente los fieles del país…”

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¿Pide Cristo que se abandone a la esposa por seguirlo a Él?

En Lucas 14, Jesucristo habla de cómo el amor a Él tiene que estar por encima de todos los otros amores, e incluye a la esposa entre esos amores–cosa que no hace Mateo en el pasaje correspondiente, en su capítulo 10. ¿Justificaría eso separarse de la mujer para consagrarse a servir a Cristo y al Evangelio? –R.L.

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Aunque Lucas escribe su Evangelio en griego, no cabe duda de que muchas de sus expreciones y construcciones provienen directamente del entorno de Jesús, y por tanto de la mentalidad y uso de lenguaje propios del hebreo y del arameo.

Pues bien, una cosa curiosa que tiene el hebreo es que a menudo indica con expresiones idénticas lo actual y lo potencial. ¿Recuerdas aquel pasaje del hombre que aplaza seguir a Cristo alegando “déjame primero enterrar a mi padre”? Los estudiosos de la Biblia coinciden en que la situación de ese hombre no era que el papá se hubiera muerto y que lo estaban esperando a él para enterrarlo. Más bien parece que “déjame enterrar a mi padre” quiere decir: “Quiero esperar a que mi padre muera y cuando ya lo haya enterrado, volveré contigo, Señor.” Es decir que el “entierro” es solo una posibilidad, algo que está en potencia de cara al futuro.

Seguramente debemos entender en ese sentido las palabras de Lucas. “Dejar la mujer” o en realidad, dejar cualquier otra persona o cosa, indica no solo lo que se tiene sino lo que se podría tener. Así que una posible explicación es que Cristo quiere que tengamos claro que uno renuncia no solo a lo que tiene sino también a lo que podría llegara tener. Es el caso de un sacerdote célibe o de un monje: ha renunciado a los hijos, no en el sentido de que desatendió a sus bebés o sus niños, sino en el sentido de que los hubiera podido tener, y no los tuvo.

Hay otra interpretación, más cercana al contexto de Lucas 14,26. Parece que allí Cristo no se está refiriendo a quienes, como Pedro y los Apóstoles, “lo dejaron todo” sino simplemente está estableciendo las prioridades: de lo que se trata es de que Cristo sea el amor supremo y el criterio que define el lugar de los demás amores. En este sentido la alusión a la “mujer” habría que entenderla simplemente como que ni ella ni nadie puede tener el puesto que solo corresponde al Señor.

365 días para la Biblia – Día 249

Fr. Nelson Medina, O.P. lee contigo el texto completo de la Sagrada Escritura – Día 249 de 365

Job 11–14
Sabiduría 7,15-30
Lucas 20,1-26

Lo que se ha publicado de esta serie de lectura de la Biblia.

Formación católica todos los días: amigos@fraynelson.com

Predicación y más oración: https://fraynelson.com/blog

Seguimos el texto publicado en la página web del Vaticano.

365 días para la Biblia – Día 248

Fr. Nelson Medina, O.P. lee contigo el texto completo de la Sagrada Escritura – Día 248 de 365

Job 8–10
Sabiduría 7,1-14
Lucas 19,28-48

Lo que se ha publicado de esta serie de lectura de la Biblia.

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Predicación y más oración: https://fraynelson.com/blog

Seguimos el texto publicado en la página web del Vaticano.

Amor que sana y salva

1. Pedagogía de la distancia. Las primeras manifestaciones de Dios cuando selló la Antigua Alianza por medio de Moisés resaltan la distancia. Luego la misma Ley mosaica enfatiza en la separación por ejemplo de gentiles, mujeres de Israel, hombres de Israel, levitas, sacerdotes, y el Sumo Sacerdote. Este énfasis en la separación puede causar extrañeza pero la verdad es que la declaración de la distancia es un elemento pedagógico muy fuerte que educa el deseo y a la vez conserva el valor de significado de cada cosa que Dios concede a su pueblo.

2. La distancia física es una primera aproximación pero la distancia que hemos de descubrir es cuánto nos hemos separado de Dios, es decir, la distancia moral. Sin la conciencia del pecado no es posible la experiencia de la misericordia porque bien dijo San Agustín de Hipona: “Mi peor pecado era no creerme pecador.” Y uno pone muchas barreras al reconocimiento de la propia condición de pecador especialmente a través de los siguientes engaños: (1) “Mi condición y comportamiento se explican porque soy hombre (o mujer), o porque soy joven, o porque soy de tal o cual lugar…” (2) “Soy una persona normal, común y corriente, con mis faltas y errores, como todos…” (3) “Si todo el mundo lo hace no debe ser tan malo” (4) “Ya habrá tiempo para conversión y esas cosas pero por ahora no quiero ser exagerado ni fanático.”

3. Erupción de la misericordia. La conciencia del pecado nos lleva a la conciencia de la infinita necesidad que tenemos de Dios. Esta certeza prepara al corazón, si somos dóciles, por la ruta de la humildad y la confianza, que es la ruta de los Pobres de Yahvé. Y a ese corazón dispuesto llega Cristo y derrama con abundancia su amor y misericordia, como fuerza incontenible que sana y salva.

4. Pero ese río de amor no quiere frenarse en nosotros. Hemos de escoger ser tubos y no simplemente vasos que reciben.