Coincidencias

Padre Medina: Hay acontecimientos que se han repetido en mi familia en ciertos años, con una precisión de fechas que me hacen suponer que estamos sometidos a algún tipo de maleficio o maldición. ¿Cómo puede uno saber si es asi? –D.H.

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El criterio general de la Iglesia es> lo que puede ser explicado por medios naturales no reclama una explicaci[on sobrenatural. Hay estudios estadísticos y probabilísticos que ayudan a aclarar situaciones como las que ustedes han vivido.

La idea fundamental es esta: hay eventos que son muy poco probables pero su baja probabilidad no significan que no le sucederán a nadie sino que sucederán en un reducido número de personas. Es evidente que esas personas, precisamente porque son minoría, buscarán una respuesta a la pregunta: “¿por qué a mí?” Pero si uno mira el conjunto de la población se da cuenta que CUALQUIER otra persona a la que le hubiera sucedido el mismo evento o coincidencia preguntaría lo mismo.

Con las coincidencias, lo mismo que con los eventos muy inusuales, sucede lo mismo, y en ambos casos la búsqueda de una explicación suele conducir a la afirmación de entidades sobrenaturales. No necesariamente es el caso, y de hecho, cuando entran fechas, las cosas son mucho más aleatorias. Por ejemplo: coincidencias numéricas en el calendario gregoriano no lo son en un calendario lunar.

Imagina un grupo amplio de población (por ejemplo, un cajón grande con bolitas blancas) e imagina que llegan eventos extraños o desagradbles (por ejemplo, representados con dos o tres bolitas negras). Suponte que arrojas esas bolitas negras en el cajón y sacudes bien. Al final, esas bolitas quedarán en contacto con algunas de las blancas. No importa las que sean, ellas se preguntarían: ¿por qué esto me TOCA a mí? Así hacemos nosotros con lo inusual o lo desafortunado en la vida.

Los matemáticos han demostrado (yo lo he sido) que prácticamente en CUALQUIER vida es posible encontrar coincidencias, positivas o negativas, algunas de las cuales atrapan nuestra atención porque llegamos a conocerlas, mientras que otras no.

Lo grave no es eso. Lo grave es si damos demasiado peso a esos factores, y olvidamos que nuestras vidas están en primer lugar bajo el poder del amor de Dios.

Dar demasiado poder a las coincidencias llega a ser prácticamente una especie de superstición.

365 días para la Biblia – Día 347

Fr. Nelson Medina, O.P. lee contigo el texto completo de la Sagrada Escritura – Día 347 de 365

Daniel 13–14
Eclesiástico 41
Apocalipsis 15

Lo que se ha publicado de esta serie de lectura de la Biblia.

Formación católica todos los días: amigos@fraynelson.com

Predicación y más oración: https://fraynelson.com/blog

Seguimos el texto publicado en la página web del Vaticano.

¿Y si la tecnología no es neutral?

“Afirmar que los dispositivos digitales son un medio inocuo –todo depende de cómo los usemos– es un lugar común… cada vez más discutido. La sospecha es que no pueden ser tan neutrales cuando hacen que, en las sociedades que los adoptan de forma masiva, prevalezcan unos hábitos sobre otros…”

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365 días para la Biblia – Día 346

Fr. Nelson Medina, O.P. lee contigo el texto completo de la Sagrada Escritura – Día 346 de 365

Daniel 10–12
Eclesiástico 40,18-30
Apocalipsis 14

Lo que se ha publicado de esta serie de lectura de la Biblia.

Formación católica todos los días: amigos@fraynelson.com

Predicación y más oración: https://fraynelson.com/blog

Seguimos el texto publicado en la página web del Vaticano.

Alegría, caridad, mortificación, humildad

En cuanto tengas a alguno a tu lado -sea quien sea-, busca el modo, sin hacer cosas raras, de contagiarle tu alegría de ser y de vivir como hijo de Dios.

Fomenta tu espíritu de mortificación en los detalles de caridad, con afán de hacer amable a todos el camino de santidad en medio del mundo: una sonrisa puede ser, a veces, la mejor muestra del espíritu de penitencia.

Que sepas, a diario y con generosidad, fastidiarte alegre y discretamente para servir y para hacer agradable la vida a los demás. -Este modo de proceder es verdadera caridad de Jesucristo.

Has de procurar que, donde estés, haya ese “buen humor” -esa alegría-, que es fruto de la vida interior.

Cuídame el ejercicio de una mortificación muy interesante: que tus conversaciones no giren en torno a ti mismo.

Más pensamientos de San Josemaría.