Hace poco llegó ante mis ojos (más que “a mis manos,” pues la cosa sucedió en Internet) un ejemplar del famoso Catecismo de Heidelberg, que es citado entre los protestantes como una referencia común y autorizada de su fe.
Pausa necesaria (5)
Sí, ya sé que esto ya no parece una “pausa.” Pero sigue siendo necesaria. Los hechos de los últimos días, en el horror que causan, como los citados ayer y anteayer, o en la admiración que despiertan, como el de hoy, merecen ser reseñados en su debido momento.
Pausa necesaria (4)
No sólo preocupa y duele Inglaterra, como comentaba ayer. Italia tiene también su cuota, según registra esta noticia reciente de El Mundo, de España: Continuar leyendo “Pausa necesaria (4)”
Pausa necesaria (3)
Hay un país donde los niveles de violencia alcanzan límites inusitados. En casi todas partes del mundo los servicios de ambulancia son respetados, y ante la sirena de una ambulancia el tráfico se pliega con respeto para dar paso a los heridos o enfermos, o para permitir que el vehículo que todos reconocen como capaz de salvar vidas alcance a llegar a tiempo a su destino.
Hablemos de catecismos (1)
Recientemente el Papa Benedicto XVI promulgó el Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica, una obra que se basa en el Catecismo promulgado por Juan Pablo II, pero que simultáneamente quiere condensar e ir más allá de ese mismo Catecismo, publicado en 1992.
Aprender para la vida
El periódico El Tiempo, de Colombia, suele hacer encuestas sobre los más diversos temas; algunos triviales, otros de gran trascendencia. Uno reciente es: ¿Qué cree usted que debieron haberle enseñado en el colegio y nunca se lo enseñaron? Recojo aquí algunas respuestas que estimo de particular interés.
¿Y yo qué?
Buena cuenta me doy que ese camino de nuevas comunidades de laicos y sacerdotes unidos en un compromiso común y estable son posibles e incluso necesarias. No como reemplazo, sino como posibilidad que embellece a la Iglesia y le ayuda a estar mejor dispuesta a su tarea fundamental: dar testimonio de Cristo y ser así sacramento universal de salvación, como bien la llamó el Concilio Vaticano II.
La otra cara de la moneda
La insistencia en comunidades laicales estrechamente unidas al ministerio y la vida de sacerdotes no trae únicamente ventajas. Un sacerdote unido a una comunidad es fácilmente un sacerdote sin tiempo para otra cosa. Su mundo puede achicarse increíblemente y empezar a gravitar en torno a las necesidades reales o ficticias de un grupo pequeño o incluso de unas cuantas personas, sea porque ellas lo necesitan, porque lo reclaman, o porque el sacerdote mismo se siente más seguro o confortable junto a ellas.
Dar razón del hermano
Volvamos a los sacerdotes y la familia.
El mundo se ha llenado de comunicaciones pero no de relaciones reales, a escala humana. Puentes inmensos, imponentes, inimaginables hasta hace pocos años, cruzan como avenidas el espacio físico, pero no logran con la misma facilidad cubrir lo que nos puede distanciar del corazón de un vecino o de un compañero de trabajo. El Internet de los corazones no se ha inventado.
Pausa necesaria (2)
Ahora las evidencias apuntan a que los atentados de Londres son un primer caso de atentados suicidas en Europa Occidental. Las implicaciones son inmensas.
Los Seminarios
Es interesante ver que la formación sacerdotal actual prepara, o quisiera preparar, al sacerdote para sostenerse espiritual, emocional e incluso económicamente por sí solo, como si no tuviera comunidad, como si no pudiera encontrar su descanso o su alegría en una comunidad. El ejemplo típico es el celibato: la robustez espiritual, los recursos psíquicos y afectivos, las estrategias sociales, el ejercicio de la prudencia, todo ello se supone que le toca al sacerdote; y le toca toda la vida, en todas las circunstancias y por todos los lugares donde pase.
¿Una nueva forma de vida?
Actualmente en la Iglesia tenemos sacerdotes diocesanos, con parroquias determinadas por límites geográficos, y sacerdotes religiosos, o de comunidad religiosa, con carismas diversos, desde la educación hasta las misiones y desde la atención a los enfermos hasta el servicio a la teología.
Nuevas formas de comunidad
Sin dejar de orar por la justicia y la paz, interior y exterior, continuemos las reflexiones que traíamos sobre sacerdotes y familia.
Estoy triste
Estoy triste, sí; no sólo por la crueldad rampante del terrorismo; no sólo por el dolor prolongado de los que aguardan con angustia que se encuentre un pedazo del cuerpo de un ser querido; no sólo por el temor de que nuevos ataques cubran de luto nuevas familias y de más lágrimas nuestra tierra…
Queriendo responder
La noticia del día, la que llena los aeropuertos y periódicos, es por supuesto, la serie de atentados en Londres, que ha dejado más de 50 víctimas hasta ahora.
Pausa necesaria
Nos unimos al dolor que enluta a Londres por los atentados de ayer 7 de Julio. Es terrible tener que decir que muchos temíamos que el terrorismo internacional pasara esa factura, como lamentablemente lo ha hecho, dejando dolor inenarrable a su paso sobre vidas y familias inocentes.
