Roma confía América a España para que la evangelice

Al regreso de Colón, los Reyes Católicos ven inmediatamente la necesidad de conseguir la autorización más alta posible para que España pueda cumplir la grandiosa misión que la Providencia le ha encomendado en América. El Tratado de Alcaçovas-Toledo, establecido con Portugal en 1479, había clarificado entre las dos potencias ibéricas las áreas de influjo en la zona de Canarias, Africa y camino del Oriente, pero nada había determinado de posibles navegaciones hacia el Oeste. Por eso, en cuanto Colón regresó de América, rápidas gestiones de los Reyes españoles consiguieron del papa Alejandro VI, antes del segundo viaje colombino, las Bulas Inter cætera (1493), en las que se afirman unas normas de muy alta transcendencia histórica.

«Sabemos, dice el Papa a los Reyes Católicos, que vosotros, desde hace tiempo, os habíais propuesto buscar y descubrir algunas islas y tierras firmes lejanas y desconocidas, no descubiertas hasta ahora por otros, con el fin de reducir a sus habitantes y moradores al culto de nuestro Redentor y a la profesión de la fe católica; y que hasta ahora, muy ocupados en la reconquista del reino de Granada, no pudisteis conducir vuestro santo y laudable propósito al fin deseado». Pues bien, sigue diciendo el Papa, con el descubrimiento de las Indias llegó la hora señalada por Dios, «para que decidiéndoos a proseguir por completo semejante empresa, queráis y debáis conducir a los pueblos que viven en tales islas y tierras a recibir la religión católica». Así pues, «por la autoridad de Dios omnipotente concedida a San Pedro y del Vicariato de Jesucristo que ejercemos en la tierra, con todos los dominios de las mismas… a tenor de la presente, donamos, concedemos y asignamos todas las islas y tierras firmes descubiertas y por descubrir a vos y a vuestros herederos». Y al mismo tiempo, «en virtud de santa obediencia», el Papa dispone que los Reyes castellanos «han de destinar varones probos y temerosos de Dios, doctos, peritos y expertos para instruir a los residentes y habitantes citados en la fe católica e inculcarles buenas costumbres» (A. Gutiérrez, América 122-123).

Roma, pues, envía claramente España a América, y en el nombre de Dios se la da para que la evangelice. En otras palabras, el único título legítimo de dominio de España sobre el inmenso continente americano reside en la misión evangelizadora.

El profesor L. Suárez, medievalista, recuerda aquí que ya Clemente V, hacia 1350, enseñaba que «la única razón válida para anexionar un territorio y someter a sus habitantes es proporcionar a éstos algo de tanto valor que supere a cualquier otro. Y es evidente que la fe cristiana constituye este valor» (La Cierva, Gran Hª 503).

El autor de esta obra es el sacerdote español José Ma. Iraburu, a quien expresamos nuestra gratitud. Aquí la obra se publica íntegra, por entregas. Lo ya publicado puede consultarse aquí.

ABC de la Familia para el Siglo XXI, 2 de 2

[Predicación en el Encuentro de la Asociación de Padres y Madres Orantes, en Chía, Cundinamarca, COLOMBIA. Diciembre de 2013.]

Tema 2 de 2: En dónde se debilita y cómo puede fortalecerse la familia

* Hay cuatro características, muy buenas en sí mismas, pero en grave condición actualmente, que suelen ser muy importantes para los noviazgos actuales. Interesa mirar al periodo de noviazgo porque es ahí donde tanto hombres como mujeres se plantean la posibilidad de formar una familia.

* Las cuatro características muy valoradas hoy son: compatibilidad y autenticidad, por una parte; respeto y libertad, por otra parte.

* La dificultad está en que estas características suelen verse y vivirse desde una perspectiva excesivamente subjetiva, de modo que:

(1) Ser “compatibles” equivale a que cada uno se considera “satisfecho” con lo que encuentra y logra del otro. Así está abierto el camino a una amenaza: ¿Y cuando no nos sintamos satisfechos?

(2) Ser “auténticos” equivale, en esta visión moderna, a mostrarse uno como es; obrar desde dentro y desde la propia convicción o las propias opciones. Y de ahí una nueva amenaza: ¿Y si mañana las opciones o prioridades “auténticas” de mi pareja son otras?

(3) “Respetarse” suele equivaler a reservarse cada uno “espacios” de tiempo, de privacidad, de antiguas amistades o afectos, que efectivamente son amenazas indescifrables.

(4) Ser “libre” equivale a que nadie, ningún contrato, puede retenerme donde no quiero estar. Con esa óptica, no hay modo de casarse si no es preparando el divorcio.

* Si se quita el sesgo subjetivista, desaparecen, por supuesto, las mencionadas amenazas: ser compatibles, auténtico, respetuoso y libre equivale, en óptica cristiana, a buscar el bien del otro, y eso en realidad se traduce en buscar la gloria para Dios en la vida de la pareja y de la familia.

J.J. Benítez y el Caballo de Troya

Fray Nelson, Feliz Navidad. ¿Es cierto que leer los caballos de troya de J J Benites es malo, que no es recomendable leerlos? Yo leí los 3 primeros tomos. – H. (Boyacá)

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Es pésima idea y hace mucho daño leer a Benítez porque su mente fantasiosa y codiciosa hace de Cristo un mito en el que todo se revuelve: la verdad (poca) y la mentira (mucha); la bondad genuina (mal presentada) y la bondad que la gente quiere oír (a raudales). Aléjate de eso, y si ves en conciencia que debes hacerlo, confiésate de haber expuesto a tan grave daño tu fe.

ABC de la Familia para el Siglo XXI, 1 de 2

[Predicación en el Encuentro de la Asociación de Padres y Madres Orantes, en Chía, Cundinamarca, COLOMBIA. Diciembre de 2013.]

Tema 1 de 2: Qué es y qué función cumple la familia

* El ser humano nace indefenso y necesitado de atención, cuidados, compañía, educación y afecto. Su infancia es notoriamente larga, si se la compara con otras especies animales.

* La institución, anterior a la sociedad, que hace posible la inserción de nuevos seres humanos en el conjunto del tejido social, de modo que se garantice a la vez la continuidad y la renovación y mejoramiento de la misma sociedad es la FAMILIA.

* Por eso la función primordial de la familia es transmitir un núcleo de valores, convicciones y destrezas que hagan posible esa inserción futura en la sociedad. Claramente este derecho y deber de quienes fundan la familia, es decir, los progenitores, es anterior a toda otra organización social. El derecho que les asiste es natural, de razón, y y en ningún caso es concesión del Estado o del ordenamiento legal que la sociedad tenga. Debe considerarse abuso del Estado usurpar la tarea fundamental de la transmisión del núcleo mencionado.

* Por eso hay también en la familia un segundo deber: enseñar a defender, por los medios lícitos, y sobre la base de la razón, los valores, convicciones y destrezas que se consideran fundamentales. Faltar a este deber equivale a entregar los hijos al poder de las modas y de los más diversos intereses de cualesquiera grupos.

* Un tercer deber de la familia es enseñar que, sobre la base de ese núcleo, es posible y deseable la diversidad, y que esta diversidad no empobrece sino que enriquece con su variedad y complementación a la sociedad entera. Es bueno, entonces, que los hombres sean claramente hombres, y las mujeres sean mujeres. Es bueno que se aprecien los dones de las diversas edades. Es bueno que haya siempre espacio para los discapacitados o enfermos. Es bueno, en fin, que las orientaciones vocacionales y profesionales sean distintas en los distintos grupos y personas.