Preparados para la lucha espiritual

No todos pueden llegar a ser ricos, sabios, famosos… En cambio, todos -sí, “todos”- estamos llamados a ser santos.

Ser fiel a Dios exige lucha. Y lucha cuerpo a cuerpo, hombre a hombre -hombre viejo y hombre de Dios-, detalle a detalle, sin claudicar.

La prueba, no lo niego, resulta demasiado dura: tienes que ir cuesta arriba, a “contrapelo”. -¿Qué te aconsejo? -Repite: «omnia in bonum!», todo lo que sucede, “todo lo que me sucede”, es para mi bien… Por tanto -ésta es la conclusión acertada-: acepta eso, que te parece tan costoso, como una dulce realidad.

Hoy no bastan mujeres u hombres buenos. -Además, no es suficientemente bueno el que sólo se contenta con ser casi… bueno: es preciso ser “revolucionario”. Ante el hedonismo, ante la carga pagana y materialista que nos ofrecen, Cristo quiere ¡anticonformistas!, ¡rebeldes de Amor!

Más pensamientos de San Josemaría.

Conoce el carisma de los dominicos

“La Orden de Predicadores supuso, en el momento histórico de su fundación por Santo Domingo de Guzmán, una novedad radical, una ruptura con la tradición monacal de la Iglesia. Los nuevos “frailes predicadores” nacen para predicación de la palabra de Dios y la salvación de las almas. Desde el principio son enviados a todos los hombres, grupos y pueblos, a los creyentes y no creyentes y, sobre todo, a los pobres. Este objetivo esencial determinará el cuadro de valores que configuran la vida y el carisma de los frailes predicadores. Ya el Papa Honorio III expresó el ideal de la Orden escribiendo a Domingo y a sus frailes estas palabras: “Aquel que incesantemente fecunda la Iglesia con nuevos hijos, queriendo asemejar los tiempos actuales a los primitivos y propagar la fe católica, os inspiró el piadoso propósito de abrazar la pobreza y profesar la vida regular para consagraros a la predicación de la palabra de Dios, propagando por el mundo el nombre de nuestro Señor Jesucristo”. (carta a Santo Domingo de fecha 18 de enero de 1221)…”

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Una palabra de agradecimiento

Los momentos de dificultad tienen varias cosas buenas: tiemplan el carácter, depuran la intención, nos preparan para la compasión y la solidaridad. Y algo más: nos ayudan a reconocer los verdaderos amigos. ¡Cuántas veces sucede, por ejemplo, que una quiebra económica es la oportunidad imprevista para saber quiénes son los que de verdad están con nosotros!

Algo así hemos vivido en los varios momentos de dificultad que hemos pasado con nuestro servicio de evangelización por Internet. Ha quedado claro que hay problemas y hay enemigos pero mucho más claro ha quedado que hay soluciones y hay verdaderos amigos. Alguien dirá que la palabra “enemigo” es demasiado fuerte. No es así. Gracias a un servicio de vigilancia contra hackers he podido comprobar que mi blog registra no menos de diez ataques a la semana. No me refiero a spam. Me refiero a personas tratando de acceder con privilegios de administrador y por lo tanto con capacidad para borrar, subir, cambiar o instalar lo que les parezca. Hay registro de las direcciones IP de esos ataques.

No todo, sin embargo, se debe a malas intenciones. Hay asuntos técnicos, de diseño de software. Solamente la semana pasada se logró un rediseño en PHP de manera que los archivos de homilías en MP3 no sean bajados automáticamente (preload) pero la duración de las homilías sí quede registrada. Es un avance de diseño que permite quitar una presión terrible sobre nuestros servidores y a la vez resulta más informativo y práctico para nuestros miles de usuarios. Y gracias a Dios son miles: en un día típico no son menos de diez mil las homilías bajadas o escuchadas en fraynelson.com

Por su parte, el servicio de videos ha tenido periodos de 4.000 visualizaciones diarias aunque actualmente estamos por debajo de ese número y nos hemos estabilizado en cerca de 3.750. Que no está mal: son más de 3.500 personas que en muchas partes del mundo reciben predicación todos los días. Por comparación, hace un año ese promedio era de sólo 2.000 visualizaciones. A este ritmo el canal de videos de Fray Nelson pronto podrá alcanzar las deseadas 3.000.000 de visualizaciones, con más de un millón de minutos por mes.

Pero lo importante no son las cifras. Lo importante son las personas. Lo verdaderamente importante es qué está sucediendo, de cara a Cristo Jesús, en el corazón de quienes leen, ven o escuchan lo que ofrecemos. Y eso, más allá de toda tecnología, depende en primer lugar de la humildad, la caridad, la oración y la unión entre todos los que queremos servir el Evangelio.

De nuevo, gracias, especialmente a nuestros benefactores, y no olvidemos nuestra preparación para vivir la cuaresma que ya está a las puertas.

El mundo agrícola y el derecho al trabajo

299 El trabajo agrícola merece una especial atención, debido a la función social, cultural y económica que desempeña en los sistemas económicos de muchos países, a los numerosos problemas que debe afrontar en el contexto de una economía cada vez más globalizada, y a su importancia creciente en la salvaguardia del ambiente natural: « Por consiguiente, en muchas situaciones son necesarios cambios radicales y urgentes para volver a dar a la agricultura —y a los hombres del campo— el justo valor como base de una sana economía, en el conjunto del desarrollo de la comunidad social ».647

Los cambios profundos y radicales que se presentan actualmente en el ámbito social y cultural, y que afectan también a la agricultura y, más en general, a todo el mundo rural, precisan con urgencia una profunda reflexión sobre el significado del trabajo agrícola y sus múltiples dimensiones. Se trata de un desafío de gran importancia, que debe afrontarse con políticas agrícolas y ambientales capaces de superar una cierta concepción residual y asistencial, y de elaborar nuevos procedimientos para lograr una agricultura moderna, que esté en condiciones de desempeñar un papel significativo en la vida social y económica.

300 En algunos países es indispensable una redistribución de la tierra, en el marco de políticas eficaces de reforma agraria, con el fin de eliminar el impedimento que supone el latifundio improductivo, condenado por la doctrina social de la Iglesia,648 para alcanzar un auténtico desarrollo económico: « Los países en vías de desarrollo pueden contrarrestar eficazmente el proceso actual de concentración de la propiedad de la tierra si hacen frente a algunas situaciones que se presentan como auténticos nudos estructurales. Estas son: las carencias y los retrasos a nivel legislativo sobre el tema del reconocimiento del título de propiedad de la tierra y sobre el mercado del crédito; la falta de interés por la investigación y por la capacitación agrícola; la negligencia por los servicios sociales y por la creación de infraestructuras en las áreas rurales ».649 La reforma agraria es, por tanto, además de una necesidad política, una obligación moral, ya que el no llevarla a cabo constituye, en estos países, un obstáculo para los efectos benéficos que derivan de la apertura de los mercados y, en general, de las ventajosas ocasiones de crecimiento que la globalización actual puede ofrecer.650

NOTAS para esta sección

647Juan Pablo II, Carta enc. Laborem exercens, 21: AAS 73 (1981) 634.

648Cf. Pablo VI, Carta enc. Populorum progressio, 23: AAS 59 (1967) 268-269.

649Pontificio Consejo « Justicia y Paz », Para una mejor distribución de la tierra. El reto de la reforma agraria (23 de noviembre de 1997), 13: Libreria Editrice Vaticana, Ciudad del Vaticano 1997, p. 15.

650Cf. Pontificio Consejo « Justicia y Paz », Para una mejor distribución de la tierra. El reto de la reforma agraria (23 de noviembre de 1997), 35: Libreria Editrice Vaticana, Ciudad del Vaticano 1997, pp. 30-31.


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