Al entrar en la tierra prometida, Josué nos deja tres grandes enseñanzas: (1) La lucha contra los ídolos estuvo en Egipto; estará en Canaán, y seguirá en todas partes. La fe perseverante siempre encontrará resistencia. (2) Esa lucha por la fe se logra mejor en familia. (3) El rechazo y liberación de nuestras idolatrías tiene que empezar aquí y ahora.