Sobre el capricho de los sacerdotes que parten el pan en la consagración

Fray Nelson: Mi esposo y yo participamos de la Santa Misa diariamente, desde hace varios años. Últimamente, hemos estado en celebraciones con dos Sacerdotes diferentes quienes parten la Hostia cuando están pronunciando las Palabras de la Consagración (…Y tomando el pan lo partió…). Hemos consultado con otros Sacerdotes sobre la implicación del cambio de la fórmula litúrgica, específicamente, preguntamos si se invalída o no la Consagración, por no hacer lo debido, como aparece en Redemptionis Sacramentum. Los consultados nos dicen que no hay ningún problema teológico, pero que no debería hacerse. Y, al contrario, los que lo hacen dicen que incluso les gusta que “suene” en el micrófono cuando se quiebra. Lo anterior, nos ocasiona distracción, dudas y desconfianza en las Eucaristías, donde preciden esos Sacerdotes. ¿Puede usted darnos alguna orientación, y ratificarnos o no sobre la validez de la Consagración cuando se procede de esa manera por parte del Celebrante? Dios le pague por respondernos a esta inquietud. – Piedad Restrepo V.

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La forma del pan que se consagra, o la cantidad, no son factores que validen o invaliden ala consagración. Los únicos factores que considera la Instrucción General del Misal Romano (IGMR, números 319 a 321), que es ley en este tema, es que sea pan de trigo, hecho recientemente, y sin otro levadura ni otro aditamento. Si un sacerdote fracciona la hostia al momento de la consagración no cambia nada de la materia del pan y por lo tanto el acto de consagración es completamente válido, y nadie debe dar espacio a ningún tipo de duda, a menos que hubiera otros factores sin relación con lo que ha sido planteado.

Como por otra parte la misma IGMR indica cuál es el momento propio para fraccionar el pan, a saber, inmediatamente antes de repartirlo (n. 267). El tenor del texto indica sin embargo que no está en juego la validez del sacramento, de modo que el cambio, inluso si es caprichoso y repetido, de la fracción al momento de la consagración, es una desobediencia que no es leve pero tampoco gravísima, y que no afecta la validez de la consagración eucarística.